que significa eso de "congelar la relación durante un tiempo"?
Yo creía que la vieja escuela (ABC, vanguardia, etc) eran las interesadas en el toreo pero veo que las nuevas generaciones dominan todas las suertes. Vaya naturales que nos ha metido esta buena señora. Ese pase de pecho, esa manoletina... estocada no dan porque son ecologistas pero el resto de la lidia, ejemplar.
Esa frase tópica final me resulta repugnante.
De hecho siempre me ha resultado indigestible, pero relacionada con la credibilidad de un medio apesta.
Menos mal, al menos, que no la ha puesto en latin.
M.
Publicado por: Miranda a las Diciembre 19, 2004 03:08 PMRazones para la guillotina:
En folio y medio, Antonio Muñoz Molina
EL PAIS, 9 de octubre de 1996, página 38
Es cuando menos misterioso el modo en que se adquiere en España el estatuto
de crítico literario. No es que para ser novelista (o porque lo llaman a uno
novelista en los periódicos y en los programas de variedades de la
televisión) haga falta mucho esfuerzo o talento, pero siquiera es preciso
inventar unos cuantos nombres y un cierto número de peripecias, así como
tomarse el trabajo de escribir unos noventa o cien folios.
Para ser crítico basta folio y medio. Uno publica folio y medio hoy, otro
folio y medio la semana que viene, aprende a graduar y a repetir la coba y
el desprecio, y en menos de un mes las editoriales ya le mandan todas sus
novedades y lo invitan a fastuosos almuerzos y cenas de presentación de
libros en las que la cuenta. de licores es libre y ni siquiera es necesario
prestar la menor atención al medroso autor gracias a cuyo trabajo están
comiendo y bebiendo todos gratis.No es imprescindible saber nada de la
historia de la literatura, ni española ni universal, y desde luego no
conviene mostrar entusiasmos que no rindan un beneficio inmediato, ni
pararse en ridículos términos medios. Aquí una novela o es la mejor de los
últimos diez años o es una tontería.
Al crítico lo que más le entusiasma es pensar que su folio y medio puede
canonizar o cargarse un libro. Este verbo, cargarse, con sus sugerencias de
hampa y defunción, es un verbo que se usa mucho en las incesantes y
gratuitas comidas literarias. Una tarde, hace años, recién publicado un
libro mío, me encontré en un aeropuerto con un crítico al que se le notaba
enseguida, por el rojo encendido de la cara y por el aliento, que acababa de
pasar unas horas de intensa actividad intelectual. Señalándome con un dedo
entre episcopal y jupiterino me informó de lo siguiente:
-Mañana me cargo tu libro en mi periódico.
Vaya si se lo cargaba, con una saña, una vehemencia y una extensión del todo
desproporcionadas a . la modestia del libro y a la nula relevancia que él
mismo le concedía. El sábado pasado, en el suplemento literario de este
periódico, un presunto crítico llamado Ignacio Echevarría dedicaba su folio
y medio a cargarse, entre despectiva y paternalmente, la novela que acaba de
publicar Rafael Chirbes, que se titula La larga marcha, y constituye, aparte
de un libro extraordinario, escrito con dosis idénticas- de entusiasmo y
solvencia técnica, de elegía y de rabia, la culminación del progreso de un
novelista, ese libro en el que se resumen y estallan en plenitud todos los
libros anteriores, todas las historias y los personajes que uno ha ido
inventando a lo largo de su vida, todas las voces que ha escuchado, dentro y
fuera de sí mismo.
Ahora, cuando tanta moneda falsa pasa por literatura y a tanto rufián con
ganas de trepar se le expide a toda velocidad el certificado del genio, las
novelas de Rafael Chirbes son un ejemplo de dignidad solitaria, e
aprendizaje y talento, de absoluto empeño de escritor al margen de cualquier
reclamo de alta o baja moda, que de las dos hay. Lo que su lector asiduo
encuentra en La larga marcha es la suma de lo que ya estaba en Mimoun, en la
nunca considerada ni entendida En la lucha final, y sobre todo en esas dos
novelas breves, entremecedoras y perfectas que son La buena letra y Los
disparos del cazador: el arte para contar las vidas y los sentimientos de
los trabajadores, la proyección de los destinos de los personajes en el
tiempo de la historia contemporánea de España, los efectos. del paso de los
años, la desilusión y la pérdida de lo mejor que hubo en cada uno, el modo
en que el mundo de los hijos sucede y borra al de los padres. También una
percepción singular de las formas más escondidas de la ternura, entre
mujeres y hombres y entre hombres y hombres, una ternura más difícil de
precisar y contar porque quienes la sienten carecen del lujo, de las
palabras más selectas y no siempre saben explicarse a sí mismos.
Cada vez que yo abro una novela de Rafael Chirbes no puedo dejarla hasta el
final. Cuando son breves, la última página se me convierte en el anticipo
del regreso a 1,a primera, . y con suerte consigo apagar la luz a las dos de
la madrugada. Cuando tienen tantas páginas como- La larga marcha, ya sé que
estoy condenado al insomnio, porque la novela se, apodera de mí, me
envuelve, me sumerjo en ella, en su caudal del tiempo, y quiero saber un
poco más, y me concedo otro capítulo, y cuando quiero acordarme son las
cuatro de la mañana y estoy leyendo el final de la novela, que en La larga
marcha es tan poderoso como el principio: el arranque de otro tiempo, de
otra novela no escrita, porque aquí se ve aquello que decía Galdós, que
dondequiera que vaya el hombre lleva consigo su novela, y que contarla no es
sólo un empeño técnico, sino una decisión moral, la de ponerse en el lugar
de los otros, de cualquiera de ellos, un peón de albañil o un médico
represaliado, un cerillero fascista con las piernas cortadas o la hija rubia
y roja de una familia bien de la calle Serrano.
Nada de esto ha rozado al crítico Echevarría, que pertenece a esa escuela
del desdén para la cual la literatura española es Juan Benet y el campo
magnético de Juan Benet, y la universal Thomas Bernhardt y tal vez Céline.
Con calculada mala fe, con extraordinaria bajeza intelectual, Echevarría
compara la novela de Chirbes con las de José María Gironella, le aconseja
afectuosamente, paternalmente, que no tenga tantas ambiciones, que se
dedique a tareas más humildes, a sus labores, casi, incluso le reprocha
aquello que para los adeptos al señoritismo intelectual resulta
imperdonable: Rafael Chirbes es un vetusto, ha escrito no una novela sobre
la posguerra, sino (obsérvese la sutileza) una novela de posguerra, padece,
(sic) "un primitivo envaramiento".
Que en sólo folio y medio lo comparen a uno con Gironella, con Cela y con un
muralista mexicano es sin duda una experiencia de la que Rafael Chirbes
podrá, aprovecharse, gracias a la bondad pedagógica del crítico Echevarría.
Cuando todas y cada una de las gacetillas de folio y medio de este celebrado
experto sean menos que cagadas de moscas en papel viejo de periódico, las
novelas de Rafael Chirbes, las que ya ha escrito y las que aún faltan por
escribir, seguirán alimentando la imaginación y la inteligencia de esos
lectores que no dejan de buscar el fulgor de la vida y la pasión moral en la
literatura.
Desde que estalló el asunto "Echevarría" he dejado de comprar El País. Este tema me recuerda a los tiempos del "hermanísimo" y a las reuniones hasta altas horas de los "altos redactores" para ver cómo demonios "titulaban/abordaban" la "corrupción rampante socialista" de mediados de los noventa. Y además, lo de Babelia cantaba más que Bisbal en el Real.
En fin, ni uno más. Aunque lo que más me fastidia es cómo termino la colección de música clásica?
Publicado por: pobrecito hablador a las Diciembre 19, 2004 04:08 PMBueno, era de esperar este comunicado.
En cualquier caso, sean o no intereses del grupo empresarial, ¿alguien llegó a pensar que en el comunicado que tarde o temprano tendrían que publicar iban a admitir haberselo cargado por intereses económicos del grupo empresarial?
Quiero decir que esta es "la respuesta", tanto si es verdad como si no. No pueden dar otra.
Pero lo que me hace gracia es que la gente se rasgue las vestiduras. Por supuesto que les mueven los intereses empresariales, como a todas las empresas. Pero no es que Prisa sea distinta a Vocento, o a cualquier otro grupo empresarial.
Me resulta realmente increible que alguien se crea que existe algún medio de comunicación, y menos aún entre los de masas, que defienda algo que no sea su propio interés, la mayoría de las veces meramente económico.
En primer lugar, de la crítica de Echevarría destaco esta frase:
"Hasta cierto punto, ello podría servir de atenuante de la tibieza y de la confusión que rodean la percepción que Atxaga tiene de la realidad vasca."
¿Es eso crítica literaria o pura soberbia?, ¿Quién es Echevarría para decidir si Atxaga percibe con confusión o sin ella la realidad vasca?
En segundo lugar, queda por ver si EL PAIS habría retenido la siguiente crítica de su colaborador si el autor atacado, y la editorial afectada, fuera otro.
EL PAIS ha reaccionado mal ante una mala actuación de uno de sus colaboradores.
Echevarría se fue. Otros, tan malos como él, se quedan.
Publicado por: Dakar a las Diciembre 19, 2004 06:20 PMVaya mala leche que se gastaba Muñoz Molina... con esa carita de tranquilito.
Publicado por: Juanlo de la cruz a las Diciembre 19, 2004 07:11 PMPero MM tiene más razón que un santo.
Publicado por: Carloshhh a las Diciembre 19, 2004 07:23 PMLa metedura de pata de El Pís es antológica. El asunto se les ha escapado de las manos, y es que con la internete las cosas ya no son lo que eran. No hay por donde cogerlo, ni por donde arreglarlo. Sí, señora defensora del lector, añadir explícitamente que Alfaguara forma parte del tinglado PRISA como el Pís, sería honrar a la transparencia de la que habla el libro de estilo.
Lo que resulta desolador es que un éxito editorial (que no literario) dependa en buena medida de lo que media docena de elegidos sean capaces de escribir en lo que perfectamente Muñoz Molina define como folio y medio. De lo que se desprende que el autor está de más y que todo es vendible con una campaña de promoción adecuada, donde los críticos no son más que una parte de ella.
Sigo pensado que hay excesivo consumo de obra reciente en tapa dura, y defecto de lectura de clásicos (lease "éxitos literarios") en rústica.
http://www.lajiribilla.cu/2004/n188_12/188_24.html
nacho, seguro que lo conoces, pero este enlace es una entrevista con ignacio echeverría comentando el caso.
Se me ocurren algunas preguntas: si el estilo duro de Echevarría era sobradamente conocido, si ya había escrito críticas demoledoras contra otros autores de Alfaguara, algunos de tanto prestigio como Javier Marías, y no había pasado nada ¿Por qué ahora? ¿Qué tiene Bernardo Atxaga que le convierte en "intocable"? ¿Es realmente el hecho de pertenecer su libro a la editorial Alfaguara lo que ha provocado la reacción de Bassets? ¿Se nos oculta algo en todo este asunto?
Publicado por: Carlos a las Diciembre 20, 2004 12:16 AM¿Es tan dificil entender que Echevarría ha metido el remo?.
La cagó. Se equivocó. Se cargó a Atxaga y su libro sin leerlo. Solo porque pertenece a la militancia irracional de savaterismo. ¿Es que no lee su propio diario?. ¿No sabe que el rollo peperiano antinacionalista se acabó?. ¿Por qué intenta pasar esa mierda de "crítica" como critica literaria y un caso de "censura"?.
Ahora sus amiguitos de la izquierda de sillón, sobre todo barcelonesa, a los cuales les pasó la cartita de marras como si fuera un platillo salen en su defensa.
Pero ¿de qué?. ¿De la "libertad de expresión?. ¿Para que no le despidan?. ¿Harán lo mismo cuando pongan de patitas en la calle a un linotipista?.
El País es un derechoso diario. Y una empresa. Y ese tipo, el Echevarría, es un inútil que se pasó de listo y se pone a enviar cartas por Internet para "hacer ruido" y "calentar" su salida del diario.
!Ojalá los miles de despedidos en este país tuvieran esa posibilidad mediática de queja!.
Y ojalá tuvieran tantos amiguetes en los "medios".
Parece que esos mismos firmantes les costó un huevo firmar el comunicado que encabezaba la Gopegui sobre la matanza de Faluya.
Debían estar ocupadísimos.
A la mierda con ellos.
A la mierda todos los que no opinen como tu. Si señor, eso es talante.
Publicado por: Kynes a las Diciembre 20, 2004 02:27 AM