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Qué alivio. Uno de mis principales entretenimientos ya no es cosa de idiotas. La afición a los videojuegos no es tan estúpida, titula Reuters una noticia que da bendición médica a mi terrible enfermedad. Ya es casi como el ajedrez.
Al parecer, un grupo de investigadores estadounidenses ha comprobado que engancharse al Quake y derivados mejora la capacidad de atención visual. No me sorprende. Hubo una temporada en la que, de tanto jugar al Duke Nukem 3D, cada vez que veía una rendija de aire acondicionado en el mundo real me entraban ganas de pegarle una patada para ver si detrás se escondía un lanzagranadas.
Volvamos al titular estúpido. Es curioso como las generaciones pre-informáticas relacionan el gusto por los videojuegos con la infancia o la debilidad mental. Cada vez que mi padre me recrimina que, a mis años (27), siga matando marcianos le respondo igual. ¿Crees que cuando llegue a los 60 me dará por la brisca? Yo me veo jugando al Warcraft XII en el asilo, la verdad.
A todo esto, Sony ha anunciado una nueva versión mejorada de la Playstation 2. Voy a mandar un correo a los expertos de la FAD para que me aclaren si corro riesgo de sobredosis.
Le he preguntado a Google qué es el outsourcing. Me quedo con dos definiciones:
(1) "Es una mega tendencia que se está imponiendo en la comunidad empresarial de todo el mundo y consiste básicamente en la contratación externa de recursos anexos, mientras la organización se dedica exclusivamente a la razón de su empresa o negocio" .
(2) "Resulta más económico ya que se evita tener todo un departamento encargado de la nómina, pagar los salarios de la gente del departamento, correr con gastos como seguridad social, fondos de pensiones, etc."
El ejército español se ha ahorrado 62 sueldos gracias a esta mega tendencia. Lógico: su negocio principal es la muerte y no el transporte.
Con la previsible retirada del mercado de la acción de Terra, Telefónica pone punto y final simbólico a la burbuja financiera de Internet en España. En noviembre de 1999, Terra salió a bolsa como un disparo. El 14 de febrero de 2000, día de los enamorados, hubo quien pago 157,65 euros por una acción que había debutado cuatro meses antes a menos de 12 euros. Aquellos inversores acabaron con el corazón y el bolsillo rotos. El que gastó un millón de pesetas en acciones de Terra durante su momento de gloria, hoy tiene 35 mil pesetas: un negocio redondo.
Si tuviste estómago suficiente como para justificar la invasión de Irak, tendrás también aguante para esto. Es lo que tienen las guerras, la gente tiene la mala costumbre de morirse.
Manuel Saco reflexiona en 20 minutos sobre los vergonzosos resultados electorales en la zona afectada por el vertido del Prestige.
"(...) Mientras miles de españoles solidarios les regalaban parte de sus días de vacaciones con el lomo hincado, pala en mano, intentando achicar el mar de fuel que llegaba en oleadas a sus costas, los marineros de Muxía mataban su ocio en el bar echando una partidita de garrafina al dominó, gracias a que la Xunta de Galicia subvencionaba con largueza sus horas de paro forzado. No hay como una desgracia bien pagada: hay gente en Muxía que ganaba más al mes jugando al dominó que saliendo a jugarse la vida en las procelosas aguas de la mar océana. Y Muxía en pleno supo agradecerlo. (...)"
Tengo entendido que los recuerdos de los peces sólo duran unos pocos segundos. Así son capaces de pasarse el día entero entretenidos en una pecera, descubriendo una y otra vez el mismo castillo. Pero su mala memoria les mantiene toda la vida en permanente asfixia. Tardan apenas unos instantes más en ahogarse que en olvidarse de respirar.
El PP consigue aún más votos que antes en la Costa da Morte.
El chico de la guerra de las galaxias ya es una estrella de la tele española. Con ustedes, mi reportaje del pasado lunes. Igual que como lo vieron en Informativos Telecinco, El Pecado Original, La Batidora y otros programas de zapping y variedades, pero con peor definición. Starwarskid.avi (ojo, vídeo de 5 megas y pico).
En Spanishpop no he dicho nada porque me parece feo. Pero como éste es mi blog personal, aquí presumo con menos complejos. La Insignia, mi diario de izquierdas favorito de la Red, ha publicado una entrevista que me hizo hace unas semanas Patricia González Macho, una encantadora estudiante de Periodismo que, además, es fan de Meteosat. Patricia guardaba un autógrafo que firmamos hace tres años, me hizo ilusión. Lo mejor es que en ese tiempo no había conseguido descifrar mi letra. Mi caligrafía sí que es criptografía, y no el PGP.
Más sobre la entrevista y otras finas hierbas en La Petite.
por Ignacio Escolar
SpanishPop / La Insignia.
¿Qué diferencia hay entre el "No cambié" de Tamara o el "Macarena" de Los del Río y el resto de las canciones? ¿Cómo es posible que sigamos silbando melodías de The Beatles treinta años después de ser compuestas? Sólo hay siete notas y las canciones pop no suelen ser mucho más complejas que meras combinaciones de acordes: variaciones de siete elementos tomados de tres en tres. A simple vista no parece un problema matemático muy complicado pero, ¿por qué algunas canciones son pegadizas y otras no?
Harry Olsen y Hebert Belar, dos ingenieros electrónicos estadounidenses, intentaron resolver este misterio en los años 50. Diseñaron un sintetizador -el primer instrumento electrónico de la historia en usar este término- controlado por tarjetas perforadas para desentrañar el enigma de la melodía ideal, un aparato que parecía sacado de las películas de ciencia ficción de serie B de la época: el RCA Music Synthetiser. En 1949 se había publicado el ensayo "A Mathematical Theory Of Music". Según defendía este libro, si se combinaban de forma aleatoria distintas melodías de éxito el resultado sería un nueva canción superventas. Olsen y Belar diseñaron el sintetizador RCA en los laboratorios de la compañía en la Universidad de Princeton para demostrar esta teoría. No lo lograron, pero mereció la pena.
El primer prototipo, el MK I, contaba con 12 válvulas de vacío para generar el sonido a partir de ondas simples. En él aparecen por primera vez los filtros y envolventes que luego adoptarían el resto de los sintetizadores. Tenía una pareja de altavoces y un sistema de discos de cera que le permitía grabar distintas pistas con diferentes sonidos, como si tocase una orquesta de varios instrumentos. La siguiente versión, el MK II duplicó el número de válvulas hasta 24 y, en 1959, se sustituyeron los arcaicos discos de cera por cintas magnéticas. La programación de cada sonido, así como las notas de la partitura, se introducían mediante un sistema de tarjetas perforadas. El sintetizador RCA ocupaba toda una habitación y medía cinco metros de ancho por dos de alto.
Este instrumento fue utilizado por la vanguardia de la música electrónica de aquella época. Compositores como Otto Luening, Vladimir Ussachevsky o Milton Babbit pudieron experimentar con él composiciones extremadamente complejas para ser interpretadas manualmente. Sin embargo, el sintetizador RCA fracasó en su objetivo principal: no pudo crear ni una sola melodía de éxito. La potencia informática de la época no era bastante para el reto que, además, estaba planteado de forma errónea en su enunciado matemático.
La influencia de este sintetizador fue más allá de la música. El genial escritor de ciencia ficción Arthur C. Clarke se inspiró en él para uno de sus relatos cortos más logrados, "La melodía ideal", publicado en 1957 dentro de sus "Cuentos de la taberna del ciervo blanco". En este relato, C. Clarke plantea que la respuesta al enigma de las melodías pegadizas está en que estas canciones se asemejan a las frecuencias de las ondas cerebrales. En "La melodía ideal", un científico conecta un sintetizador a unos electrodos colocados sobre su cabeza. La máquina logra el objetivo pero el final no es feliz. La melodía ideal se asemeja tanto a los ritmos cerebrales que el protagonista del cuento se vuelve loco, ya que no puede sacarse de la cabeza esa pegajosa canción. Casi lo mismo que nos pasa a muchos con Tamara.
Por si eres un poquito torpe a la hora de captar mensajes subliminales, Gallardón te da otra pista, con el dinero de todos los madrileños, para que no te olvides a quién votar. ¿De qué te suena la letra a tiza del vota?
La tipografía de pizarra que tanto gusta al diseñador de las campañas públicas y populares les gasta algunas veces bromas inesperadas a los candidatos del PP. En Baleares, el eslogan es "Sí", seguido del candidato. Y han elegido una tiza roja que recuerda, qué inoportuno, al "no" ensangrentado del "No a la guerra" que popularizaron los actores en la entrega de los Goya.
Pero lo malo en Baleares no es sólo eso. Lo peor es que su candidato es Jaume Matas: del "No a la guerra" al "Sí Matas". Marvellous.