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Montoro asegura que equiparar las parejas de hecho con los matrimonios generaría "más paro". Será por ese viejo chiste de los libros de economía: "cuando un hombre se casa con su cocinera, disminuye el PIB nacional".
Ignacio Escolar | Diciembre 30, 2003 11:01 PM
¿Y si realmente fuera así? Su deber sería hacer lo posible para que esto no sucediera, o paliar estos efectos negativos con otras medidas. También generan paro otros cientos de derechos (o privilegios) y no por ello dejan de ser reconocidos por el legislativo.
Los costes nunca pueden ser óbice para la efectiva protección de un derecho. Luego el tema es discutir si debe ser un derecho o no, no discutir si es caro o no.
Este señor parece pensar que algo tan irrelevante como el derecho a vivir cómo y con quien uno quiera no es excusa para estropearle los números de su (nuestro?) pulcro paisito. ¿Que otro derecho le gustaría abolir, Sr Ministro?
Hay políticos que estarían calladitos mucho más guapos. ¡Que tiempos aquéllos en los que la clase política estaba plagada de magníficos oradores!
"¿Que otro derecho le gustaría abolir, Sr Ministro?"
Bueno, bueno, tampoco nos emocionemos, que de momento la equiparación de las parejas de hecho con el matrimonio civil todavía no es un derecho.
Por cierto, ¿alguien sabría decirme qué tiene de "machista" (Carme Chacón dixit) esta afirmación?
Lógica:
si las parejas de hecho se equiparan con el matrimonio generan paro, entonces:
- las parejas de hecho son equiparables (iguales ante la ley?) que los matrimonios.
- las parejas de hecho generan paro.
- los matrimonios generan paro.
¿Me falló la lógica en algún lado?
La solución es crear campos de concentración para homosexuales y usarlos de mano de obra. Así mejoraremos la economía.
PD:Upps.. A ver si alguno de los "currantes" del congreso va a leer esto y le va a gustar la idea.
Bueno, creo que estais hablando de dos cosas distintas y, si hablamos de la anotación, tres:
1) Efectivamente, cuando un hombre se casa con su cocinera, dismuye el PIB nacional. Eso demuestra que esa cifra es una orientación, no la verdad absoluta. Otro ejemplo de sus fallas es que si una fábrica hace tractores inservibles que van directamente a la basura, no se suma al PIB, pero si lo hace el Estado sí se suma. Se hicieron estudios valorando el coste del trabajo de un ama de casa que mostraron que el nivel de vida de las familias bajó en EE.UU. durante los 70, a pesar del incremento del PIB, por las mujeres que entraron en el mundo del trabajo cuya aportación a las finanzas familiares era menor que dicho coste estimado.
2) Ciertamente, la equiparación de las parejas de hecho con los matrimonios generaría "más paro" o, mejor, frenaría la creación de nuevos puestos de trabajo, pero por una vía algo indirecta. Al acceder a las ventajas de los matrimonios en materia de Seguridad Social y ventajas impositivas obligaría a un aumento de las cotizaciones y los impuestos, lo que encarecería el precio del trabajo y reduciría el empleo. Rouco se ponía el otro día más alarmista y dijo que llevaría a la quiebra. Bueno, a la quiebra va de todos modos, esto sólo lo aceleraría.
3) Otra cosa es que, desde luego, no tiene que ver este hecho con el posible "derecho" o no "derecho" a la equiparación. Pienso que eso sólo se podría discutir si hablamos de uniones homosexuales: si se quiere que una pareja heterosexual acceda a las ventajas e inconvenientes del matrimonio, pues que firmen un contrato matrimonial y si no, no. Dado que las parejas homosexuales no tienen posibilidad de casarse, esa discusión es más lógica e interesante. Para responderla, creo que debemos hacernos dos preguntas: ¿Por qué el Estado se inmiscuye en nuestra vida privada en el caso del matrimonio? ¿Se dan las mismas razones, en el supuesto de que las haya, en el caso de las uniones homosexuales? Cuando demos respuesta a esa preguntas, estaremos en un debate algo más centrado.
Porque derecho, lo que se dice derecho, sólo es verdadero derecho el de hacer con nuestra vida sentimental lo que nos salga de la higa. No existe un derecho fundamental al matrimonio. Existe un derecho fundamental a la santidad de la vida privada. El matrimonio es una institución que se ha encontrado conveniente a lo largo de los siglos. ¿Sería conveniente ampliarla a las uniones homosexuales o crear una institución propia de éstas últimas? Cuestiones difíciles y peliagudas de razonar con amplitud, pero que deben ser el camino por el que debemos ir en esta discusión, sin entrar en el rollo del "activismo" de "tenemos derecho a".
Daniel: "sin entrar en el rollo del "activismo" de "tenemos derecho a"
Lo planteas demasiado simple, puesto que en realidad SI EXISTE un derecho a la no discriminación (por razón de sexo, religión, etc). Por tanto, la no concesión de iguales condiciones fiscales ya representa un agravio comparativo, en mi opinión.
Creo que en el fondo cualquier medida fiscal de cualquier estado siempre está señalando un "por aquí no vayas; por aquí sí". Y esta no es excepción. Lo que ocurre es que cuando el gobierno es de derechas la base ideológica retrógrada queda más patente. Pero sabiendo que hubo 12 años de gobierno "socialista", el que esté libre que tire la primera piedra.
Estoy de acuerdo cnotigo, dobroide, pero entonces, ¿no me estarían discriminando a mi por no tener pareja, sea de hecho o no, de mi mismo sexo o no, con respecto a quienes sí lo tienen? El camino debiera ser eliminar las desigualdades respecto al fisco y, ya de paso, bajar los impuestos en general al ahorrarse esas ayudas. No el contrario.
Es que no tiene ni pues ni cabeza. Lo que generaría paro (según la enfermiza óptica de montoro) es el matrimonio en sí, no el sexo de quienes lo forman.
Pero es que al ampliar "el sexo de quienes lo forman", aumentaría el gasto. Evidentemente, según la teoría económica, estas ayudas generan paro per se, por ende aumentarlas a más beneficiarios generará más paro aún.
El matrimonio tiene un tratamiento legal y fiscal privilegiado simplemente por un motivo: tiene la posibilidad de producir individuos humanos infantiles desamparados que han de ser alimentados, vestidos y educados.
No es el amor de los esposos lo que se protege, que ya son mayorcitos para proveer por sí mismos. Si fuera así, ¿por qué no puedo ser pareja de hecho con mi madre y heredar su pensión o ella heredar la mía cuando la tenga y si me sobrevive?
Montse: Siguiendo tu argumento, ¿deberían recibir beneficios fiscales los matrimonios sin hijos, las personas estériles o los que usen anticonceptivos?
No estoy hablando del deber ser, sino de lo que es. El matrimonio es una institución de especiales beneficios legales y fiscales en casi todos los regímenes políticos, desde el código de Hammurabi hasta nuestros días, no porque dos adultos decidan tener sexo, sino por la protección de la prole.
El derecho mercantil, por ejemplo, prevé beneficios para las sociedades mercantiles por el mero hecho de constituirse (la responsabilidad limitada o anónima) sin saber si la sociedad efectivamente va a producir puestos de trabajo y beneficios monetarios. Esos beneficios van unidos indisolublemente a unas obligaciones. Lo que no puede hacer el derecho es otorgar beneficios a dos personas que, por ejemplo, digan que no están dispuestas a constituirse como sociedad mercantil, porque no aceptan sus obligaciones, y que además no van nunca a producir beneficios económicos ni puestos de trabajo. La comparación es un poco extrema pero creo que ilustrativa. El matrimonio es un bien económico para la sociedad, por eso la sociedad lo premia.
Mi punto es que se desenfoca totalmente el asunto al pensar que dos personas, por el hecho de tener sexo, tienen derecho a una desgravación fiscal. Nada tienen que ver el amor sexual y la pensión de la seguridad social. Cuando digo amor sexual me refiero a que el amor entre padres e hijos o entre amigos no se vería bendecido por los beneficios fiscales que se piden para el matrimonio homosexual.