Qué fuerte. Antes de ayer pasé por esa calle, pero si lo ví no me llamó la atención. Qué mal gusto.

Me imagino que Mac (por cierto, lo prefiero a PC, por lo del post anterior) se quejará del uso que hacen de su imagen.

Genial.
Que se quejen.

Se confirma: ha nacido un icono.

Yo inscribo mañana mismo una oenegé para gestionar los derechos de imagen del iraquí. Que se vayan calzando en Cupertino.

Eso, pero que no se entere Mac... pobrecillos, vaya uso hacen de "su" imagen.

Hoy, Domingo 23 de Mayo, en la edición impresa de El País se cita al Washington Post (que a su vez cita documentos secretos de la investigación) diciendo que algunos de los abusos (como la famosa piramide o el encapuchado de los cables) fueron fruto de diversión y/o castigo por motines u otros incumplimientos. Siento no pegar ningún link porque no he encontrado (son las 7:15 de la mañana), y todos los periódicos españoles dan la boda y los internacionales se centran en otras noticias relacionadas con Irak. Espero con ansiedad los comentarios de ciertas personas del blog.

Lo mejor ha sido enterarnos de a quién le concedieron la "planificación" de las cárceles en Irak: a un psicópata experto en torturar a "sus" presos en sus anteriores experiencias en penitenciarías "privadas" en los EE.UU. Le tuvieron que echar porque se le "morían" los internos.
Pero vamos, las torturas no eran nada organizado, la culpa fue de la chiquita esa de las fotos, Rumsfeld es un superviviente.

"Qué mal gusto".

Qué típico.

The detainee said the soldiers handcuffed him to a bed.

"Do you believe in anything?" he said the soldier asked. "I said to him, 'I believe in Allah.' So he said, "But I believe in torture and I will torture you.' "

http://www.washingtonpost.com/wp-dyn/articles/A43783-2004May20.html

Nico, no estoy seguro si éste es el artículo que tenías en mente, pero de todas formas sirvió de fuente al de El Pais sobre el mismo tema. Ahora que Ominae, Flipao, Daniel, y la madre que los malparió a todos ellos abran la boca. Un saludo.

La madre que los malparió a todos ellos, y a todos nosotros, es la misma.

Una mona que no tenía nada mejor que hacer que saltar a la sabana. Seguida del mono empitonado, por supuesto.