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1. Seguramente hay argumentos fabulosos para defender las televisiones públicas, pero, bien porque soy un ceporro, bien porque a la hora en que se explican me pillan leyendo cómics, no acierto a procesarlos. La enseñanza y la sanidad públicas garantizan igualdad de oportunidades y derechos, esta sí me la sé, pero no acabo de ver qué garantiza la televisión pública. Si se trata del derecho a la información libre y plural, ¿por qué no periódicos públicos que presenten las noticias verdaderamente importantes sin dejarse influir por poderosos intereses de grupos oligárquicos que tal y cual Pascual? Por supuesto, se trataría de periódicos despreocupados de la audiencia. Las ventas no tendrían ninguna importancia. ¿Periódicos rentables? ¡Qué asco! Serían gratuitos, con pérdidas descomunales sufragadas con dinero público. Al director lo nombraría el Gobierno.
2. Otro aspecto a considerar sería la creación de una literatura pública, libre de servidumbres comerciales. ¡Abajo El Código da Vinci! Sólo se editarían obras de auténtica calidad. Hasta alcanzar la deuda de nuestras televisiones públicas, ¡anda que no podría editarse literatura buena y requetebuena a punta pala! Sin fijarse en el dinero. Estamos hablando de cultura. ¿Tiene precio la cultura? No seamos mercantilistas.
3. Esta semana se han presentado unos folletos para niños, con el fin de que vean menos televisión y cosas así, educativas. En los folletos se invita a comentar la tele en familia, con el fin de extraer instructivas enseñanzas.
-Mamá, ¿por qué Epi y Blas no van a Crónicas marcianas para contar si prefieren sexo oral o...?
-¡Niño, mira la tele y calla!
Este telefórum sí que simboliza el ocaso de los progres. La generación que renegaba de la familia y de la televisión a los 20 años, a los 50 propone comentar la televisión en familia. Nada menos. Como en la canción de Joaquín Sabina, los repatriados de Ibiza dejaron de ser hippies, pero no de ser palizas.
4. Pero da igual. De todo lo escrito, nada. Doy por sentado que son bobadas. Además, estoy a sueldo de una televisión privada. ¿Qué voy a decir? Me rindo. Es evidente que se necesita la televisión pública. Ahora bien: ¡¿necesitamos dos cadenas?! ¿Por qué las televisiones públicas van en pareja, como la Guardia Civil? Dos cadenas para toda España, dos en Cataluña, dos en Euskadi, dos en Andalucía... La próxima vez que se haga una encuesta sobre el particular, sugiero que, en lugar de la pregunta: ¿desearía usted una televisión pública de calidad y volcada en el interés general? (95% de la población a favor), se haga la siguiente: ¿a qué servicios públicos está usted dispuesto a renunciar para sostener las televisiones públicas que tenemos? Escuelas infantiles, residencias, pensiones, hospitales... Todo cosas de izquierdas, además, lo advierto. Fíjense que con las deudas de las televisiones públicas podrían construirse soluciones habitacionales de aquí a Singapur. (Ya sé que todo es una sarta de argumentos derechistas, pero esta tarde voy al Fórum de las Culturas y compenso).
Ignacio Escolar | Junio 15, 2004 06:39 PM
Todo depende del modelo de televisión pública que se maneje. En mi caso conozco de primera mano el de TVG y el de TV3 / Canal 33. TVG es infame y está al servicio del PP, sus series devuelven una imagen anticuada de Galicia y programas como Luar son infumables. TV3 cuenta con más autonomía y sobre todo Canal 33 es un modelo de lo que debería ser una televisión pública de calidad: progamas culturales, debates, películas aceptables, programación infantil, programas musicales míticos como Sputnik.
Otra cosa que no cuenta Antonio Martínez es la utilidida como normalizadores lingüísticos que tienen algunos canales autonómicos. TV3, TVG o Euskaltelebista no son sólo medios públicos, han sido y son poderosos instrumentos para la normalización del catalán, el gallego y el vasco.
Atentamente
Lo que dice Pantagruel ees verdad, los medios autonómicos han sido utilizados ccomo normalizadores del lenguage de la utonomía. Yo conozco en especial el caso de ETB (Euskal Telebista).
Para estar emitiendo Ana y los siete y amarillismos como Gente y el programa del policía de por la mañana, yo prefiero que privaticen la cadena. Me niego a pagar esos programas
Pues no es por fastidiar pero la mejor traduccion de la Odisea al castellano se hizo para la fenecida Editora Nacional allá por el principio de los ochenta. Y tanto el ministerio de defensa como el de trabajo tienen unas publicaciones cojonudas.
Yo me apunto a lo de la literatura publica.
Yo que tú no daría ideas, no vaya a ser que... ;-)
Las distintas administraciones públicas son las principales editoras del país. Muchísimas traducciones de obras maestras se hacen mediante subvenciones del ministerio. Igualmente respecto a la recuperación del patrimonio literario. Las publicaciones de las Universidades son en última instancia públicas. Muchos estudios se publican gracias a diputaciones. Etc.
Respuesta a Sopistant: Estoy de acuerdo en que Ana y los 7 y Gente y... son TELEBASURA, pero no eres tú el que los paga: son más bien esos programas los que dan dinero y ayudan a pagar el resto (los buenos programas pero menos rentables)