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Marta Bizcarrondo
En su tiempo, la insurrección obrera de octubre de 1934 en Asturias pareció demostrar que era posible repetir en España las dos fases de la revolución rusa de 1917. Por eso, Santiago Carrillo y Amaro Rosal, ambos socialistas de izquierda, titularon en 1935 Octubre: segunda etapa el folleto en que defendían la reiteración en la táctica revolucionaria. El heroísmo de los mineros en lucha y la brutalidad de la represión militar fueron las dos caras de una imagen mítica destinada a durar. Al otro lado de la Guerra Civil, la identificación entre la personalidad histórica de Asturias y su vocación revolucionaria resurgió con las huelgas de 1962, apagándose luego sólo paulatinamente.
Un último eco puede rastrearse en las estrofas del canto de Víctor Manuel a su tierra natal, donde Asturias da prueba de su reciedumbre, al jugarse por dos veces la propia vida en ocasiones sucesivas. Obviamente, en octubre de 1934 y en julio de 1936. No obstante, muy pronto el referente de la insurrección fracasada dejó de ser la clave para los planteamientos políticos de la izquierda. De cara a las elecciones de febrero de 1936, importó sobre todo la imagen de represión, con la fotografía del cuerpo torturado del periodista Javier Bueno, las condenas a muerte y los treinta mil presos. Soplaban ya nuevos vientos con el reconocimiento de que el antifascismo constituía la absoluta prioridad para las organizaciones obreras. En las distintas variantes del Frente Popular quedaron fuera de campo las segundas etapas.
Para la derecha, tanto en Asturias como en Cataluña, el desenlace de octubre representaba la contrarrevolución inacabada. Tuvo lugar lo que José María Gil-Robles denuncia como "el abuso manifiesto de las amnistías y los perdones". Muchos encarcelados, pero pocos fusilados. Suspensión temporal de instituciones como la Generalitat y de leyes reformadoras del primer bienio republicano, sin que el régimen se viera afectado. Aquí sí resultaba imprescindible la segunda etapa: "Contra la revolución y sus cómplices" fue la consigna de la CEDA para las elecciones de 1936.
La reciente historiografía neoconservadora ha insistido, sin embargo, en que es octubre de 1934 el momento de quiebra definitiva de las instituciones republicanas y, consecuentemente, el punto de partida de la Guerra Civil. Julio del 36 no sería sino la respuesta aplazada al levantamiento obrero. Tal opinión de panfletarios conversos es compartida en lo esencial por historiadores más profesionales. La puesta en marcha del movimiento, el 4 de octubre, como respuesta a la entrada en el Gobierno de tres ministros de la CEDA había sido para ellos "un despropósito", ya que la organización del catolicismo político compartía con el republicanismo de Lerroux el espacio del centro-derecha al cual dieron su voto los electores un año antes. Al parecer, ni Gil-Robles era el austriaco Dollfuss, ni tampoco Dollfuss era Hitler (por supuesto que no; tampoco Oliveira Salazar o Franco eran nazis, lo cual no les privó de ser profundamente reaccionarios, lo mismo que el canciller austriaco tras aplastar a la socialdemocracia en febrero de 1934). En la medida en que "el historiador" prescinde lisa y llanamente del más mínimo análisis del contexto, de las ideologías y de las mentalidades, puede conducir a la grey de sus lectores hacia la interpretación de fachada equidistante que le dicta o les dictan su sentido común, no los datos. Y claro, una huelga general que desemboca en insurrección obrera es algo muy mal visto en estos tiempos: así que condena retrospectiva y sanseacabó.
La cuestión no es justificar, y menos "exculpar", al Octubre español, sino someter a prueba el supuesto asumido entonces por el PSOE y por la UGT de la insurrección preventiva. A este efecto, hay que revisar cuál era el contexto europeo y qué riesgo para la democracia podía entrañar el ingreso de la CEDA, dirigida por José María Gil-Robles, en un Gobierno de coalición con el Partido Radical. Ante todo, hace falta recordar que los antecedentes de Alemania 1933 y de Austria 1934 eran todo menos tranquilizadores; de ahí que fueran juzgados desde la izquierda como pruebas, primero de que la democracia por sí misma era incapaz de resistir a "la voluntad de poder" del fascismo, y segundo, de que el apego a los procedimientos legales de la socialdemocracia llevaba al suicidio al conjunto del movimiento obrero. Acudamos para Alemania al balance establecido por el nada radical Ernst Nolte: "En pocos meses, Hitler llegó a lograr lo que ningún político burgués antes que él había podido hacer: eliminar de la escena política al Partido Comunista, al Partido Socialista y a los sindicatos". En cuanto al canciller Dollfuss en Austria, líder del catolicismo político, desde su llegada al poder en mayo de 1932 había ido desmantelando paso a paso el régimen representativo y las organizaciones obreras, prosiguiendo la labor de lo que se llamó el fascismo clerical, iniciada a fines de los años veinte. La creación de campos de concentración en septiembre de 1933, el gobierno mediante decretos de urgencia y los límites puestos a la libertad de prensa fueron otros tantos hitos en la marcha hacia un régimen explícitamente "autoritario". Resulta inexplicable que un historiador o publicista riguroso ignore esos antecedentes del levantamiento socialdemócrata de febrero de 1934. Con la mira puesta en un ordenamiento corporativo a la italiana, apoyado en la supresión de todo pluralismo, Dollfuss escribía el 22 de julio de 1933 a su mentor Mussolini: "Hemos construido el Frente Patriótico sobre la base del Führerprinzip y yo mismo soy el Führer de ese Frente". Democracia cristiana pura, como apreciará el lector. Ello es compatible con el rechazo de un austriaco como Dollfuss a la hegemonía de la Alemania de Hitler. Por eso le mataron los nazis austriacos.
¿Había motivos para temer que el "jefe" de la CEDA fuera el Dollfuss español, tal y como pensaron muchos socialistas? Demos la palabra a José María Gil-Robles, portavoz como Dollfuss de un catolicismo político opuesto a la democracia. El catedrático de Salamanca había sido elegido en noviembre de 1933 dentro de una "candidatura antirrepublicana" (sic) poco después de regresar de la Alemania de Hitler. Miraba con simpatía la experiencia nazi, aun sin suscribir enteramente una política cuyos supuestos "panteístas" le era imposible compartir, en buen católico. A su juicio, "en el fascismo hay mucho de aprovechable": entre otras cosas, "su neta significación antimarxista, su enemistad a la democracia liberal y parlamentaria", y un "aliento juvenil" opuesto al "desolador y enervante escepticismo de nuestros derrotistas e intelectuales". "Para mí, la necesidad del momento presente es una derrota implacable del socialismo", afirma en octubre de 1933. "Nos hallamos como un ejército en pie de guerra", añade. Objetivo tras la victoria electoral: "El hacer una España nueva, el hacer un Estado nuevo, el hacer una Nación nueva, una Patria depurada de masones, de judaizantes, de separatistas...". "En el mundo entero -juzga- están fracasando el parlamentarismo y los excesos de la democracia". "El elemento unitario para una política totalitaria lo encontramos en nuestra gloriosa tradición", concluía. Franco no lo hubiera dicho mejor, si bien hoy sabemos que el "poder fuerte" exigido por Gil-Robles, enfrentado a la Constitución de 1931 antes y después de octubre de 1934, se detenía en las puertas de la dictadura que en cambio propugnaron muchos de sus seguidores. Sin llegar a ser la CEDA "un auténtico partido fascista", estima el politólogo José Ramón Montero, "su fascistización, inseparable de sus propósitos contrarrevolucionarios, fue superior a un mero contagio ideológico fascista". Y en cuanto a sus juventudes, de nuevo según Montero, las JAP, habría sido "la organización política más fascistizada de cuantas existieron en la II República".
La cascada de citas resulta imprescindible para probar que existían poderosas razones para temer que el acceso al poder de la CEDA constituyese la antesala de la supresión del régimen democrático. Tal había sido el camino trazado por Dollfuss en Austria y las palabras de Gil-Robles eran aún más rotundas que las del canciller de bolsillo austriaco. Por ese motivo, los dirigentes socialistas confiaron hasta el último momento, el 3 de octubre de 1934, en que el presidente Alcalá-Zamora mantuviera cerrada la puerta del Gobierno a un partido tan netamente anticonstitucional. "Hasta que no lo vea en la Gaceta, no lo creo...", dijo al parecer Largo Caballero. Otra cosa es que la radicalización socialista desde mediados de 1933 tuviera como base una interpretación primaria de lo que era una política socialista en democracia, con una propensión asimismo suicida a responder mediante la insurrección a un eventual giro político a la derecha. Salvo Indalecio Prieto y Fernando de los Ríos, los socialistas habían tenido enormes dificultades para racionalizar su participación en el Gobierno entre 1931 y 1933; lo propio del socialismo consistía en lograr reformas sociales y consolidar la República, pero sorprendentemente la democracia en cuanto tal no entraba aún en su estrategia. Además, a la altura de 1933, cobra cada vez mayor fuerza el espejismo consistente en presentar a la URSS como una solución definitiva, tanto para conseguir un mundo nuevo para los trabajadores como para derrotar al fascismo y vivir sin crisis económicas. Nunca fue más apropiada la etiqueta puesta por François Furet de "la gran ilusión".
En todo caso, tras la derrota del Octubre asturiano (en realidad, vasco-asturiano-catalán), las aguas volvieron a su cauce con el establecimiento del Frente Popular, cuya victoria en las urnas quisieron cedistas y militares anular desde un primer momento. A excepción de Falange, los partidos de derecha conservaron todos sus derechos hasta julio de 1936, y mientras tanto los militares se dispusieron a preparar en gran escala lo que algunos ya habían intentado con el golpe de Sanjurjo en agosto de 1932. Ciertamente, la insurrección de 1934 agudizó las tensiones que precipitaron la crisis del régimen. A posteriori, puede decirse que no hizo bien alguno a la democracia republicana. Todo lo contrario. Ahora bien, nada indica que los generales hubiesen permanecido en los cuarteles ante una nueva victoria electoral de la izquierda, ni que sin octubre de 1934 las organizaciones obreras consiguieran preservar el espíritu de movilización merced al cual pudieron ofrecer una fuerte resistencia al golpe militar en julio de 1936.
EL PAÍS - Opinión - 08-10-2004. Marta Bizcarrondo es catedrática de Historia Contemporánea.
Màs sobre este artículo en La hora de todos
Ignacio Escolar | Octubre 12, 2004 05:06 PM
Muy pertinente. Y pensar que en Francia el 'revisionismo histórico' es un delito. Lo triste es que este revisionismo de corte 'liberal' (jajaj) cada vez esta calando más y más. El artículo contextualiza muy bien el problema.
Esa ridícula nostalgia que tiene la progresía española de aquellos tiempos -¡no vividos!- de republicanismos, guerras civiles y revoluciones sociales, es absolutamente absurda y patética.
Señores, que estamos en 2004 d.C., en España, Europa, déjense de tonterías, joder. Que tampoco es plan de morir ni vivir por una patria, pero que esas lecciones de Historia deben ser simplemente Historia.
Nacho, a mí, me aburres.
No me extraña que se intente enterrar a Moa acusándole de fascista, eso ahorra el trabajo de demostrar dónde se equivoca o por lo menos de que todos nos enteremos de todas las versiones. La verdad es que no conocía a Moa y este artículo me ha convencido. Subrayo como ejemplo "El problema no es si Gil Robles era o no fascista, sino si en la coyuntura de 1933 la desconfianza de la izquierda era o no justificada". Ella la cree justificada, claro, pero ¿no estaría la derecha más justificada para temer una revolución con la que constantemente amenazaba el PSOE, y adelantarse mediante otro golpe preventivo?
En otras palabras, la CEDA no era fascista pero "daba la impresión" de serlo, y los sucesos de Alemania y Austria bastaban a disparar los temores. Por lo tanto, la rebelión de las izquierdas en 1934 no debe verse como una intentona de guerra civil sino más bien como una respuesta, errónea pero comprensible, a lo que la izquierda percibía como un peligro inminente. Y de esa respuesta habría tenido mucha culpa la CEDA, por no haber obrado con más moderación. Este peculiar argumento ha calado muy ampliamente, también en la historiografía de derechas.
A fin de cuentas todo esto saca a la luz que los dos bandos tienen practicamente la misma responsabilidad en la guerra civil. Lo que es "revisionismo", por no llamarlo mentira, es esta insistencia en presentar a un bando como el compendio de la virtud y al otro de la maldad, cuando es obvio que no hay diferencias morales significativas en los elementos extremistas de ambos bandos.
Tampoco me extraña que en Francia sea delito el revisionismo histórico, cómo sino acallar las voces que denuncian la colaboración generalizada de los franceses con los nazis y el mito de una resistencia mayoritaria.
Pronto la izquierda votará una Ley que dirá lo que es hstórico y lo que no, permitiendo que Moa y sus secuaces vayan a la cárcel. Y luego uno tiene que escuchar que con el PP se restringían las libertades.
Sandra_ Nacho, a mí, me aburres.
El troll enmascarado ataca de nuevo. La arriba firmante como Sandra ha participado en las últimas semanas en la web con los siguientes nicks: gallardo, ripa, usuario, pit, progredemierda, Rufo, santi, rachel, resba, shreck, liberal, sergi, pixa. solomon y algún otro que seguro que se me escapa.
Si te aburro, no sé porque me visitas, troll.
Ay, qué pena, esa "sandra" tenía una manera de decir "progresía"... tan dulcemente troll...
Josemaríacenutrio, cuando hablas de la resistencia francesa te refieres a los terroristas que atacaban a los soldados del Reich, ¿no?.
Ademas, Cenutrio no hemos quedado que es Al-France. Tu tambien te sumas a la teroria de que Francia es la cuna de la tirania? Lo digo porque como soy un dolescente intelectual, a lo mejor uno maduro como tu, me lo puede aclarar.
Cenutrio no se si tu madurez intelectual alcanza a observar que Moa culpa solo a la izquierda y justifica la respuesta de la derecha.
En cualquier caso, en todos lados cuecen habas pero si para evitar un Stalin, imponemos un Hitler me parece que esa justificacion de Moa queda totalmente injustificada.
Ademas, una vez mas queda al descubierto que los neocons como Moa, no son capaces de condenar las dictaduras de su cuerda pero son los primeros que condenan las comunistas. En fin yo creo que hay que ser un poquito consecuentes.
Otra cosa Cenutrio, de momento el PSOE no ha sacado ninguna ley que prohiba presentar un proyecto de ley en el que se integren modificaciones que no se recojan en la constitucion, el PP si lo hizo. Cuando el PSOE haga una de esas hablas y yo te dare la razon en tus criticas.
Por ultimo, Cenutrio con su madurez intelectual va a ser otro revisionista historico y nos va a hablar de que Francia y Alemania eran aliados en la II Guerra Mundial la culpa fue de Charles de Gaul fijo.
Guille lo que es fijo es que tu nombre "Guille" es apropiado para chiquillos y la verdad es que importa poco tu edad biológica. ¿Te has tomado ya la leche y las galletitas? del resto de lo que dices es que simplemente no voy a perder el tiempo con críos.
Todo agujero negro está rodeado por una frontera llamada horizonte (depende de la masa del cuerpo), que es la región de la que no se puede escapar, si algo permanece afuera del horizonte puede evitar ser absorbido. La luz puede entrar a través del horizonte, pero no puede salir, por lo que parece ser completamente negro.
El libro de Pio Moa "1934: Comienza la Guerra Civil; El PSOE y Esquerra emprenden la contienda" (no seré yo el que no le haga publicidad al libro) pretende dejarnos "atrapados" entre los horizontes de dos agujeros negros: Esos horizontes son dos dictaduras.
Lo que se debe estar riendo el terrorista Moa llenando el bolsillo a costa de los que compran sus panfletos. XDD
"Muy pertinente. Y pensar que en Francia el 'revisionismo histórico' es un delito."
Nacho, te merece la pena el aburrimiento de ese multinick y te dejas esto sin comentar. Qué cosas.
A mi me parece aburrido también todo esto de el payaso de ZP hablando de lo bien que se vive en libertad ¡ahora! y los de su cuerda con estas "melancolías" prohibicionistas. Me aburre también que, troll o no troll, diciendo alguna frase más de sustancia te vayas a la que te parece que te da la razón. Lo sensato es responder a los argumentos y no con paridas sobre la identidad de algunos (los que te llevan la contraria, precisamente). Pero ya te digo, de tanto verlo me aburre.
¿Izquierda y libertad? ¡Ja! las que se os escapan como la que cito y de la mayoría no os dais ni cuenta. Qué pena.
El primer paso para responderte es ser capaz de adivinar lo que pretendes decir. Puesto que eres agramatical y yo no soy adivino no se dónde quieres ir a parar.
Redacta de nuevo tu mensaje, procura explicarte bien, no te pongas nervioso y piensa que no somos telépatas.
Sí, doggy, repite explicando lo que intentas decir. Ten en cuenta que no somos psiquiatras y los paranoicos tendéis a creer que lo que sólo está en vuestra mente es de dominio público.
Los problemas de articulación de doggy vienen de lejos. Lo mismo que su relación ambivalente con el fenómeno multinick (incluyendo orgías nocturnas en La Caverna). A él, tan listo, le hubiera gustado trabajar en la Universidad... Pero en fin, fiel can, qué le vamos a hacer: los niños y los adolescentes también tienen derecho a disfrutar con tu imaginativa sintaxis.
Prenda, ¿tú sabes lo que es el "revisionismo histórico"?
Pues Jose María, aqui al único al que hasta el momento están intentando meter en la carcel no es a Moa -que fué un terrorista criminal- sino a Roger Moore...
"Es un terrorista, pero es nuestro terrorista".
Qué decir.
Alucino con Hayek y Dod.
En su cerrazón ven todos los males del mundo en un par de fuentes ("oriente" y la izquierda). Da la impresión de que no son capaces de ver mal más allá de sus fijaciones. Y esto es terrible, porque esconde una única manera de ver una solución futura a los problemas del mundo: la eliminación del adversario.
Y te dirán: ¿y qué hay de terrible en eliminar al adversario? ¿Es que merece ningún respeto o consideración?
Cenutrio, evidentemente cuando te quedas sin argumentos sólo sabes insultar. Supongo que tu madurez mental ha desembocado en una degenración mental que te hace ser así de simple. Lo siento muchacho, si no tienes talla para dar una opinión que no sea un insulto cuando se rebate tu post es tu problema.
A trolles no me ganais (por ahora). Ha sido abrir la boca en los foros de www.hazteoir.org y un descerebrado se ha dedicado a escribirme 150 comentarios en mi blog durante más de uan hora (seguro el rato más apasionante de su penosa existencia) con textos de la guerra de las galias en versión original, insultos, spams de elzapatazo y libertaddigital.
xD
Sí, estos neocon (neologismo que sustituye al más castizo "fachas") critican los malos modos de los progres, pero les falta tiempo para copiar sus tácticas.
Una movilización por SMS tiene éxito: allá que van ellos e instauran el SMS en su congreso.
Hay muchos bloggers progres: a inundar la red con blogs de derechas y meterlos en los rank de buscadores usando lo que sea necesario.
Los "pancarteros" salen a la calle: los diputados PPeros sacan sus pancartas en el congreso.
Un majara llena un blog con discursos de Fidel Castro: el otro majara lo hace a base de FJL.
No son originales ni para lo bueno ni para lo malo.
Se ponga como se ponga quien se ponga, no se puede reescribir la Historia para que deje de decirnos que un gobierno elegido democráticamente fue derribado por una partida de militares ambiciosos que se salieron de su papel e incumplieron sus juramentos, y que eligieron entre ellos al más ambicioso (y probablemente uno de los más ignorantes de la ciencia militar) para llevar adelante una guerra cruel y torpe contra un enemigo en desventaja, y después infligir a los vencidos una posguerra tan siniestra como vengativa.
L.S.
Más aún. Han convocado una manifestación el día 22 ante la sede del PSOE de Ferraz por sms (dicen ellos) contra la ampliación del aborto (esa que por desgracia no llegará hasta 2006).
Si a mi me parece bien que se manifiesten, no tengo ningun problema con eso, es mas me parece saludable democraticamente; pero que luego a los millones de personas que alguna vez nos hemos manifestado no nos llamen pancarteros ni cosas de esas. Ademas, si estan en contra del aborto me parece estupendo por ellos, tienen derecho a decirlo.
Lo que pasa es que como en todo el argumento sera que el que aborta es un asesino y cosas de esas, en vez de tratar de entender las cosas como son y como la gente las piensa.
Desde luego que no se debe reescribir la Historia. La única diferencia entre 1934 y 1936 es que en el 34 fracasaron y en el 36 no. Pero en ambos casos se saltaron la legalidad a la torera, cosa que parece estar mal si lo hace la derecha pero bien si lo hace la izquierda. Pues yo digo que está mal en ambos casos, y ya podéis darles toda la caña que queráis a los golpistas del 36, y yo os secundo, pero esa misma caña se la merecen los revolucionarios del 34.
Jose Maria, si estamos de acuerdo en que en octubre del 34 se saltaron la legalidad a la torera y fracasaron. En el 36 no fallaron, pero esta claro que no se puede decir lo que hubiera pasado si la insurreccion asturiana hubiera causado, se puede atisbar que evidentemente no iba a ser bueno, ademas es un claro golpe a la democracia. Sin embargo, los golpistas del 36 si conocemos lo que hicieron luego, genocidios, privacion de libertad, ayuda militar a Hitler y un largo etcetera que todos conocemos, por eso digo que el argumento de Moa es muy gratuito cuando justifica que para prevenir a Stalin haya que implantar a Hitler.
Ya... ¿y no agrava un poco las cosas que luego mantuvieran una dictadura durante casi 40 años?.
¿Y que el golpe del 36 desembocara en una triste guerra civil de 3 años?.
En caso afirmativo, sería lógico que se merecieran más caña. Aunque sea solo un poquito.
Digo.
Lo que dice Nic es exactamente eso, que por mucho que el golpe del 36 fuera tan malo como el del 34, lo cierto es que los golpistas del 36 en ningun momento quisieron que Espana avanzase hacia un estado mejor, sino que montaron una dictadura militar que mantuvieron durante 40 anios. Por tanto, el resultado del golpe del 36 lo conocemos y por eso es logico que haya muchas mas condenas que al intento del 34. Una insurreccion fallida no puede tener el mismo analisis y repercusion que una dictadura tan larga, a mi entender al menos.
Ecco.
Pero claro, para algunos vale lo mismo decir "es que la izquierda también lo intentó".
Y por supuesto, la izquierda es tan maaaala, que seguro que habría sido peor.
Sí. ¿No lo recordáis? Nuestras madres y hermanas habrían acabado de putas para poder darnos de comer (algún tarado aquí dixit).
Vamos, como si en la dictadura franquista no hubiera habido putas creadas por el hambre (el hambre de verdad y el hambre de poder, que también había muchas putas con collares y familias honorables). Y como si en los maravillosos paraísos democráticos (con USA a la cabeza), no hubiera mujeres que se tienen que prostituir.
Me parece deplorable, en general, la línea de argumentación que algunos parecen llevar aquí porque con ella se llega al punto de equiparar luchas por una sociedad con muchísimas menos injusticias (o luchas por que a nadie le falte lo más básico para vivir, de lo cual carecen en ese momento) y luchas por que tres puedan seguir manteniendo una vida opulenta mientras el resto se muere de hambre.
Los de derechas en España tienen un fallo:
Tienden a callarse las cosas, en un afán de no desvelar su "estrategia". Y tanto se callan las cosas, que muchas veces sus estrategias se quedan huérfanas: Los valiosos detalles se pierden en su memoria, sin haber producido ningún efecto, y con la justificación de que los caines son los de izquierdas.
El terrorismo, el golpismo, el desprecio de la ley, la revolución, la insurrección o como quiera que se quiera llamar son condenables, por muchas "justificaciones" sociales o "de llenar la barriga" que se quieran dar. Los ejemplos de los países comunistas son suficientemente significativos del desastre al que se han visto abocadas esas sociedades, en forma de pérdida de libertad y pobreza. No deja de ser significativo que revoluciones que teóricamente se han hecho para traer el bienestar del pueblo hayan acabado trayendo pobreza y esclavitud. Por el contrario el capitalismo con todo lo malo que se dice que es ha traído en general prosperidad relativa.
Si la izquierda en el 34 hubiera triunfado también hubiera sido terrible, sobre todo para los religiosos como ya se comprobó en el 36. ¿Hasta cuándo hubiera durado una dictadura comunista en España? la respuesta entra dentro de la política ficción, pero no hubiera sido raro que hubiera durado hasta 1989 fecha de la caída del muro, o sea 14 años más que Franco.
¿Cuántos muertos provocó Stalin? decenas de millones.
Yo me considero de derechas y no entiendo la frase de Santiago Tienden a callarse las cosas, en un afán de no desvelar su "estrategia". ¿qué estrategia?
"El terrorismo, el golpismo, el desprecio de la ley, la revolución, la insurrección o como quiera que se quiera llamar son condenables, por muchas "justificaciones" sociales o "de llenar la barriga" que se quieran dar."
Dicho como un auténtico neofascista seudodemócrata con cero conciencia de las necesidades de nadie excepto de las propias (y la de sus líderes). Y es su opinión siempre y cuando no le toquen los cojones, en cuyo caso todo lo citado se vuelve una necesidad sólo que será bautizada con términos más asépticos.
Sigue la función circense.
La única diferencia entre 1934 y 1936 es que en el 34 fracasaron y en el 36 no. Pero en ambos casos se saltaron la legalidad a la torera, cosa que parece estar mal si lo hace la derecha pero bien si lo hace la izquierda. Pues yo digo que está mal en ambos casos, y ya podéis darles toda la caña que queráis a los golpistas del 36, y yo os secundo, pero esa misma caña se la merecen los revolucionarios del 34.
Milagro, José María. Estamos completamente de acuerdo en lo que acabas de decir. Aunque en realidad, donde está el debate, donde Pío Moa mete cuchara, es que lo del 34 justifica lo del 36. Y por ahí no paso.
Y me parece una aberración eso de que "la guerra civil empezó en el 34" porque, ya puestos, empezó con las revueltas carlistas. O con la Pepa.
O a la guerra contra el infiel que tanto le gusta a ansar y a Omi.
"Milagro, José María. Estamos completamente de acuerdo en lo que acabas de decir. Aunque en realidad, donde está el debate, donde Pío Moa mete cuchara, es que lo del 34 justifica lo del 36. Y por ahí no paso".
Exacto. Por la misma razón, se podría decir que el 34 es consecuencia directa de la dictadura de Primo de Rivera. Una aberración no justifica otra aberración más grande.
Por cierto, respecto de que Franco "nos salvó" de una dictadura comunista, cabría preguntarse si:
a) de ganar la República la Guerra Civil (algo que, recordémoslo, no quería el propio Stalin, muy consciente de que el asunto se le podía "ir de las manos" y convertir España, por ejemplo, en un delirio anarquista mucho más contraproducente para él que un régimen democrático burgués, o una dictadura fascista, y por eso siempre se aseguró de darle el material imprescindible para que no la perdiera demasiado rápido, y nada más), en qué tipo de régimen se habría convertido. Parece poco probable que una victoria rápida hubiera llevado a España a un régimen comunista, más bien, dado que la victoria sólo podía darse merced a un férreo control del Gobierno, habría llevado al restablecimiento de un sistema burgués democrático similar al anterior pero mucho más radicalizado hacia la izquierda.
b) Asumiendo que se tratase de una dictadura comunista, la única forma de asegurarle alguna posibilidad de supervivencia habría sido que la guerra civil se prolongase, al menos, hasta el 44, pues de otra forma los alemanes hubieran intervenido sin duda alguna (y la subsiguiente liberación por parte de los Aliados se habría hecho, sin duda alguna, incluyendo a España en el mundo occidental democrático), pero no mucho más allá, porque desde el momento en que comenzase la Guerra Fría pasaría aquí algo parecido a lo ocurrido en Grecia, esto es, la competencia entre comunistas y conservadores con el apoyo de URSS y EE.UU. / Gran Bretaña, y la previsible victoria (y mucho más en el caso de España, por su situación geográfica) de estos últimos.
c) Si, pese a todo lo anterior, asumimos que en España podría consolidarse una dictadura marxista de tipo soviético, cabría preguntarse qué posibilidades tendría la URSS de mantenerlo en pie, dado que España pertenece, por obvias razones culturales, históricas, pero sobre todo geográficas y estratégicas (el estrecho de Gibraltar, por Dios), al mundo occidental. Y en todo caso cabría preguntarse qué apoyo social ha tenido históricamente el comunismo en España, yo os lo digo: nunca más de un 10%. ¿O por qué creéis que Suárez le echó huevos para legalizar al PCE en el 77?
En fin, todo esto es divertido, pero no pasa de ser historia contrafactual, sin interés para elaborar una discusión política (y no digamos, científica). Lo patético es que los "liberales" tengáis que agarraros desesperadamente a la historia contrafactual para eludir el espinoso asunto del Golpe de Estado del 36.
Un cordial saludo
José María, si no eres concejal, o diputado, o senador, o político, ¿para qué quieres una estrategia mi ñiño?
Efectivamente Santiago eres un niño (como Guille y Carlitos), si te referías a la clase política no digas "Los de derechas en España tienen un fallo:"
Nacho, Pío Moa dice, al igual que algún otro historiador, que la guerra civil empezó en el 34. Creo que no dice explícitamente que lo del 34 justifica el 36. Si lo dice o lo cree entonces se equivoca. Quizás él quiere decir que los sucesos del 34 "caldearon especialmente" a los golpistas. Incluso en ese caso no se puede aprobar el golpe. Que conste que Pío Moa no es precisamente santo de mi devoción, su pasado terrorista no le beneficia, aunque supongo que todos tienen derecho a la reinserción, ¿no es ese precisamente un ideal de la izquierda?
En cualquier caso lo que rechazo es el desprecio al que es sometido por la izquierda porque se atreve a discrepar. A fin de cuentas si está equivocado supongo que se puede argumentar lo contrario, y los demás individualmente elegiremos según nuestro leal saber y entender.
Venga va: "La clase política de derechas".
En cualquier caso, discrepo del sometimiento a tú rechazo.
Básicamente de acuerdo con Nacho y Guillermo. Y precisamente por este motivo el artículo de Bizcarrondo me parece perfectamente prescindible. Suena a disculpa pero-es-que-tú, más apta para dar pie a una respuesta delirante de Moa (no se pierdan su defensa de Carlos Dávila), que para añadir nada nuevo al debate, ni mucho menos zanjarlo.
Ahora bien, Nacho, que sepas que a mí no me aburres con estos temas. Todo lo contrario.
Por cierto, perdonad el cambio de tercio, pero es que acabo de encontrar en Libertad Digital esto:
http://www.libertaddigital.com/banners/federicoresponde.gif
Jojojojo... Inenarrable. Sublime. Genial. Ominae, ¿lo tienes ya?
En serio, creo que Federico sería un magnífico humorista. Un Monty Python español. Qué tío.
Me gustaria seguir con el ejercicio de política-ficción de Guillermo López, ejercicioque me parece divertido. Hay libros muy interesantes basados en el "que habría pasado si...?" . Recomiendo "El hombre en el castillo" de Philip K. Dick ( el novelista del que se tomó una novela suya para el guión de Blade Runner), que parte del supuesto histórico de que la II G.M. la hubieran ganado los nazis y los japoneses.....
Pero a o que iba, cualquiera que haya leido las memorias de Churchill sobre la II G.M. sabe que las potencias occidentales nunca hubieran permitido que en España se instalara una dictadura comunista. Esto está en la base de la actitud de Inglaterra y USA ante la república.
En el caso de que la Republica hubiera vencido, y que los almenanes nos hubiesen invadido tras la derrota francesa,la operación Torch (invasión del norte de Africa) no hubiese sido posible, porque habria tenido el flanco norte completamente expuesto a los ataques alemanes.La opción estrategica lógica habria sido un desembarco en la peninsula iberica,posiblemente en las costas portuguesas. En todo caso churchill no habria permitido nunca un regimen comunista en España. Los británicos intervinieron contra la guerrilla comunista griega en 1945-46, y España es un punto estratégicamente mucho mas sensible para sus intereses y los de EEUU, no hay mas que echar un vistazo al mapa. Los aliados tras la liberación de Europa, y en este caso imaginario, de España , habrian impuesto una democracia liberal.
Retomo este tema con algo mas de tiempo.
"http://www.libertaddigital.com/banners/federicoresponde.gif
Jojojojo... Inenarrable. Sublime. Genial. Ominae, ¿lo tienes ya?"
Cada vez me aburre mas este hombre y sus mañanas. De vez en cuando dice algo interesante pero esta siguiendo el mismo proceso que Libertad Digital, estan convirtiendose en la SER del PP, algo que yo no soporto.
"Exacto. Por la misma razón, se podría decir que el 34 es consecuencia directa de la dictadura de Primo de Rivera. Una aberración no justifica otra aberración más grande."
Efectivamente, tanto es asi que uno de los organizadores del 34 fue ministro durante la dictadura de primo de rivera, un tal Largo Caballero, alto cargo del PSOE.
a) es ridiculo sostener que Stalin no queria la victoria de los republicanos en la guerra civil. Otra cosa muy distinta es que su estrategia para hacerse con España pasase por diferentes procesos y etapas, pero la estrategia ultima es evidente.
c) Cuba tb pertenece al mundo occidental y lleva años soportando una dictadura de corte marxista, aunque no dirigida por la URSS.
" Lo patético es que los "liberales" tengáis que agarraros desesperadamente a la historia contrafactual para eludir el espinoso asunto del Golpe de Estado del 36."
¿eludir? ¿quien elude nada? Aqui las unicas personas que eluden son los que llevan decenios llamando democratas a personas que hicieron lo mismo que franco, sencillamente porque ellos creen tener un plus moral. Es igual de defensor de dictaduras y totalitarismos aquel qu edice que franco salvo a españa (una simplificacion inaceptable) como aquel que sostiene que el bando republicano luchaba por la libertad y la democracia. Sin embargo unos hace 30 años que no lo dicen y otros lo repiten todos los dias.
Ominae, chavalote, en una discusión anterior nos quedó pendiente esa genialidad de "España, en julio del 36, no era una democracia". Así que antes de repetírnoslo una vez más te agradeceré que me respondas, como dijiste, a lo que expuse en ese debate.
Un cordial saludo
No no y no. la huelga general de octubre del 34 no es un golpe de Estado por lo bajini.
Se produjo en respuesta a la situacion de los trabajadores de la mineria sobre todo y por la amenaza de la entrada de antirepublicanos, al menos de palabra (por los hechos lo demostraron despues) y a causa del intento de golpe de Estado del general Sanjurjo en 1932, delito por el que la Republica le amnistio.
No es lo mismo que un golpe de Estado que ocasiona una guerra civil ademas para proteger los privilegios de los mas favorecidos. Lo siento pero no es lo mismo. Nuestra constitucion avala el derecho de huelga. POr que se intenta negar retrospectivamente ese derecho en Octubre del 34?
Pero bueno, qué manera de desbarrar. ¿No habéis visto los dos artículos de libertad digital en que Moa hace polvo toda la argumentación de Marta Bizcarrondo? Es que sin eso, no hay nada de que hablar, todo es bla-bla-bla
Pues ahí va algo de lo de Moa. Es que no se puede hablar sin saber, señoras, caballeros.
Marta Bizcarrondo
Más sobre el 34
Pío Moa
Hoy resulta ya imposible negar la evidencia de los documentos del PSOE y de la Esquerra: esos partidos quisieron, organizaron y llevaron adelante la guerra civil en aquel año Desde que empecé a publicar sobre la guerra civil hace ya cinco años, señalé la necesidad de un debate académico que apartase la guerra, de una vez, de la propaganda y de la política actual. A esta oferta de diálogo se han negado los funcionarios de la historiografía, con dos falacias: que los "historiadores profesionales" estaban contra mis tesis; y que con el debate yo sólo buscaba hacerme propaganda. Estos personajes se arrogan fraudulentamente la representación del gremio, pues, desde luego, bastantes historiadores profesionales están de acuerdo conmigo; y, para desgracia de su segunda argucia, he tenido la suerte de que mis libros sean mucho más leídos que los suyos, por lo cual no soy yo quien necesita hacerse propaganda sino ellos, en todo caso.
Estas actitudes, reveladoras del nivel académico y democrático de tales personajes –lo explica muy bien Stanley Payne en el prólogo al libro 1934.Comienza la guerra civil–, han venido acompañadas de la correspondiente lluvia de injurias, exigencias de censura, negación del derecho de réplica y otros métodos de silenciamiento y desprestigio que esta vez, por suerte, han resultado poco eficaces (aunque a menudo lo han sido: ¿quién conoce, por ejemplo, estudios excelentes sobre la revolución del 34 como los de Barco Teruel o Sánchez García-Saúco? Y a Ricardo de la Cierva han logrado marginarlo en algunos ambientes). El ejemplo más siniestro fue la reacción a la entrevista que me hizo en TV2 Carlos Dávila. A raíz de ella se desató contra Dávila una catarata de presiones e insultos de estilo chekista, que logró su fin intimidatorio, pues no he vuelto a ser llamado por ninguna otra cadena de televisión, pública o privada (sí, ocasionalmente, por algunas locales o no abiertas al público general). El mismo Sánchez Dragó ha mostrado reticencia a entrevistarme. Y se comprende: en cuanto los socialistas volvieron al poder la primera cabeza que rodó en televisión fue la de Dávila, con el "talante" típico: destitución fulminante, sin la menor cortesía o respeto a las formas.
Pero, fallidos el insulto, la intimidación y el silencio, tuve la certeza de que antes o después tendrían que probar con argumentos. Y así empieza a ocurrir tímidamente. Doña Marta Bizcarrondo acaba de publicar un largo artículo en El País para refutar a los "panfletarios conversos" (vean cómo las gasta la moza) que interpretamos la insurrección izquierdista de octubre del 1934 como el comienzo de la guerra civil. Hoy resulta ya imposible negar la evidencia de los documentos del PSOE y de la Esquerra: esos partidos quisieron, organizaron y llevaron adelante la guerra civil en aquel año, y Azaña replicó a la victoria electoral de la derecha en 1933 intentando dos golpes de estado (así eran los que defendían la democracia y las libertades según quieren hacer creer los funcionarios de la historiografía). Estos hechos pueden considerarse firmemente asentados, por más que algunos todavía se resistan a admitirlo. Quien tenga alguna duda puede consultar el amplio apartado documental del libro 1934.
Pero, objeta doña Marta, quienes señalamos estas cosas olvidamos la otra parte del problema: ¿qué pasaba con la derecha? ¿Acaso no parecían tener intenciones totalitarias las derechas? ¿Y qué ocurría con la situación internacional, con la subida de Hitler al poder o la política de Dollfuss en Austria? Obsérvese que doña Marta no pretende que la CEDA, principal partido derechista, fuera fascista. Ningún historiador medianamente serio, de derecha o de izquierda, sostiene hoy tal cosa. Lo que ella viene a plantear es que, ante la situación internacional y ciertos comportamientos de la CEDA, las izquierdas tenían motivos para estar alarmadas y llevar a cabo un golpe preventivo, quizá injustificado en el fondo, pero muy explicable en el contexto de los miedos de la época. Ya en Los orígenes de la guerra civil mostré la poca seriedad del argumento, citando esta frase de la misma Bizcarrondo: "El problema no es si Gil Robles era o no fascista, sino si en la coyuntura de 1933 la desconfianza de la izquierda era o no justificada". Ella la cree justificada, claro, pero ¿no estaría la derecha más justificada para temer una revolución con la que constantemente amenazaba el PSOE, y adelantarse mediante otro golpe preventivo?
En otras palabras, la CEDA no era fascista pero "daba la impresión" de serlo, y los sucesos de Alemania y Austria bastaban a disparar los temores. Por lo tanto, la rebelión de las izquierdas en 1934 no debe verse como una intentona de guerra civil sino más bien como una respuesta, errónea pero comprensible, a lo que la izquierda percibía como un peligro inminente. Y de esa respuesta habría tenido mucha culpa la CEDA, por no haber obrado con más moderación. Este peculiar argumento ha calado muy ampliamente, también en la historiografía de derechas.
Desde luego, las izquierdas no dejaron de acusar a la CEDA de fascista, y muchos militantes izquierdistas tuvieron que creérselo; pero, a pesar de eso y del amplio "consenso" logrado en la historiografía reciente, la explicación es radicalmente falsa. Y de probar su falsedad se encargan los mismos líderes socialistas de la época, a quienes, imperdonablemente, muchos historiadores han prestado poca atención. Así, el padre intelectual de la insurrección de octubre, Araquistáin, dejó constancia en la revista useña Foreign Affairs de su verdadero pensamiento por los mismos meses en que él, con su partido, organizaba –insisto– la guerra civil. Al revés que en Alemania o Italia, escribía Araquistáin, en España "no existe un ejército desmovilizado (…) no existen cientos de miles de universitarios sin futuro, no existen millones de parados. No existe un Mussolini, ni siquiera un Hitler [por entonces a Hitler aun se le conocía mal]; no existen las ambiciones imperialistas ni los sentimientos revanchistas (…) ¿A partir de qué ingredientes podría obtenerse el fascismo español? No puedo imaginar la receta". Argumentos semejantes había esgrimido el propio Largo Caballero ante una delegación sindical extranjera. Sin embargo, a sus seguidores les decían exactamente lo contrario. ¿Por qué? Obviamente, porque el fantasma del fascismo les servía para soliviantar a las masas con vistas a su proyecto de toma del poder. Un historiador serio debe saber distinguir la espuma propagandística de los verdaderos impulsos bajo ella.
Doña Marta olvida algo no menos esencial: si los dirigentes socialistas agitaban a la población con aquellas falsedades, dentro del propio PSOE hubo quien rehusó seguirles, Besteiro. Éste negó tal peligro fascista, denunció que la propaganda del partido estaba envenenando a los trabajadores con patrañas y aspiraciones de "dictadura proletaria", y que todo terminaría en un baño de sangre. Hasta anunció que, aun si triunfaba el PSOE, la guerra seguiría con los anarquistas (fue un verdadero profeta, si juzgamos por lo ocurrido en 1937 y 1939). Pero la historiografía izquierdista, incluso la que se proclama moderada y democrática, ha solido dar más valor a la propaganda del sector bolchevique del PSOE que a su desenmascaramiento por Besteiro.
Esta errónea valoración de las fuentes se acompaña de una falta no menor de sentido crítico. Carrillo, por ejemplo, sostiene en sus memorias que la CEDA era un partido fascista, pero él mismo se enreda en sus sofismas. Cuando iban a ordenar la insurrección, los líderes del PSOE se plantearon qué hacer si salían derrotados. Decidieron que en tal caso negarían toda relación con la revuelta, presentándola como un movimiento espontáneo. Esto los retrata moral y políticamente, pero hay más, como explica Carrillo: "En ese momento me hubiera gustado mucho más asumir mi responsabilidad. Me parecía más gallardo y no veía en qué podían cambiar las cosas si decíamos que era espontáneo. Pero me equivocaba. Aparte de la suerte personal que hubiéramos podido correr en el momento, nuestras organizaciones hubieran sido aplastadas y no se hubieran mantenido y fortalecido tan rápidamente". Esto es una confesión en toda regla: no sólo sabían la inexistencia del tan cacareado peligro fascista, sino que creían que, incluso ante una provocación tan tremenda como la insurrección, la derecha mantendría la legalidad republicana, cuyas garantías permitirían a los socialistas defenderse legalmente (Largo Caballero, máximo líder del alzamiento, saldría… ¡absuelto por falta de pruebas!); y más aún: mantener sus organizaciones y fortalecerlas después del sangriento fracaso. Vaya miedo tenían al fascismo…
Y tuvieron completa razón en sus expectativas. La CEDA no sólo no replicó con un contragolpe sino que defendió y mantuvo la Constitución, pese a no gustarle por diversas razones, en particular su carácter no laico sino anticatólico.
Si con ingenuidad totalmente acrítica hubiéramos creído la propaganda de las izquierdas esperaríamos que, después de la contundente prueba de legalismo y moderación dada por las derechas en el poder, cesarían las acusaciones de fascismo contra Gil-Robles y la CEDA. Con lo cual repetiríamos el "ingenuo" error. Tales acusaciones se recrudecieron, si ello era posible.
¿Cuál fue, pues, el auténtico motivo de la insurrección? También lo encontramos fácilmente una vez dejamos de tomar el ruido propagandístico por una fuente digna de toda fe, como hace con dudosa ingenuidad doña Marta. Antes de imponerse por completo (empleando también la intimidación y la agresión), los partidarios de la guerra civil tuvieron que discutir con los de Besteiro. En un importante encuentro de líderes de la UGT, poco después de la derrota electoral de noviembre del 33, el besteirista Saborit alega: "¿Se trata de que hay un peligro inmediato de fascismo? Yo digo que eso seriamente no hay quien lo diga (…) Lo que ha habido en España es una coalición electoral terrible contra nosotros, no contra la República". Y le responde Amaro del Rosal: "Esta situación determina que hay que hacer el movimiento y que es favorable (…) El año 33 es favorable a la revolución. Existe un espíritu revolucionario; existe un Ejército completamente desquiciado, hay una pequeña burguesía con incapacidad de gobernar, que está en descomposición (…) Tenemos un Gobierno que no conoce la historia de España, que es el de menor capacidad, el de menos fuerza moral, el de menos resistencia. Por eso yo opino que ahora todo está propicio".
Quienes opinaban que todo estaba propicio para la revolución se impusieron sobre quienes defendían la democracia y la legalidad. No temían ningún golpe fascista, repito por enésima vez: simplemente estaban seguros de ganar. Ahí radica todo el secreto de aquella decisión histórica que abrió la guerra civil.
Pero, insistirá todavía alguno, ¿y la situación internacional? ¿Y ciertas actitudes amenazantes de la CEDA? Como queda claro a partir de lo ya visto, no fueron causas reales, sino pretextos utilizados por el PSOE para movilizar a las masas y justificar una decisión previamente tomada. Aun así, trataré también esas "amenazas" en otro artículo.
Na, que hay que leerlo por cojones. Cualquiera sabe ir a un link sin que nos tengan que llenar el blog con la mierda de Moa.
Empieza bien: los cuatro primeros párrafos son mierda autocompasiva: qué bueno soy yo y qué malos los demás.
El resto es razonamiento contrafactual mezclada con argumentos ad hominem. Más brevemente: nada.
Bravo, bravo. Así yo también soy capaz de demostrar todo lo que querais y unas cuantas cosas más.
¡Qué culta eres cabrita y qué bien te explicas!
¿Algo que objetar mamoncete fascioliberal?
No, sólo que me fascina tu intelecto. ¡Qué capacidad para no decir nada interesante! pero sigue así, lee, reflexiona y quizás en unas mil vidas hagas posts de más de una línea. ¡Ánimo vas bien cabrita!
No es necesario extenderse más. El escrito de Moa es exactamente lo que he descrito, tal y como cualquiera puede comprobar. Si no puedes entenderlo es tu problema; vive tonto y muere tonto, no es mi trabajo enseñarte lectura comprensiva.
Sí señor, la cabrita dice 2+2 = 8.098.757 * Pi/e *cosk y todos los demás nos quedamos fascinados por su intelecto. Y quien no se lo crea es un facha y es tonto. ¡olé la cabrita!
Sí, para k= 1.570795... entre varias soluciones más. Y no exijo un acto de fe, es verificable como todo lo que afirmo, zote.
El problema de la visión "la izquierda temía al fascismo" es que no concuerda ni con los hechos ni con los documentos. Si fuera cierta, en los documentos internos así se diría, cuando en éstos se reconoce que es una táctica propagandística. Por otro lado, si así fuera, tras el mantenimiento de la legalidad pese al golpe de estado del 34 los temores deberían haber desaparecido. Pero no, la derecha seguía siendo fascista y antirepublicana en la propaganda de las izquierdas.
Ni los hechos ni los documentos internos del PSOE apoyan la tesis "estándar" y sí la de Moa. ¿Es eso el razonamiento "contrafactual"?
Muy bien, 'Pío' Moa tiene 'documentos' que demuestran que 'la izquierda' 'no temía al fascismo' (ergo temía a 'la derecha', porque de lo que no hay duda es que eran todos unos cobardes).
¿Podrías preguntarle al señor 'Pío' Moa si existe algún docuemento que demuestre que 'la derecha' 'no temía al comunismo' (ergo temería a 'la izquierda', porque no hay duda de que ellos también formaban parte del todo)?
Un poco absurdo, no te parece?
¡Daniel por favor! que discuta yo con la cabrita, Nacho y sus palmeros está bien porque ni tengo prestigio ni hacienda que defender. Pero tú no por favor, no te rebajes con ellos, déjame a mí que es suficiente.
1.- eL texto de la canción Asturias no es de Victor Manuel. Es de un poeta andaluz (no recuerdo el nombre)...por eso dice "yo soi un hombre del sur...!
2.-¡Como os gusta la "épica y la pollada". "el heroísmo minero y la represión militar.... ".. Sabes lo que pasó en Asturias... lista de los cojones...?...
3.-Seguís igual.... buenos y malos, listos y tontos... victimas y verdugos....