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Íñigo Sáenz de Ugarte
Cuando la gente tiene una infancia desgraciada hace cosas raras en su etapa adulta. Como alistarse en el Ejército y tener problemas para definir lo que es un animal de compañía. Como convertirse en presidente y pasar a ser un experto en comida basura y sexo oral.
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Ignacio Escolar | Mayo 4, 2005 06:19 PM
"Los abogados defensores de Lynndie England, A.K.A. Miss Abú Ghraib, han solicitado clemencia al jurado que le impondrá la pena con el argumento de que no recibió oxígeno suficiente al nacer."
!!!
Podría ser un chiste, pero no... Son los Estados Unidos.
Va, la cosa se comprende poniéndose en la piel de esos abogados. La verdad es que esta vez tienen una tarea difícil... Pero algo tienen que decir para defender a su indefendible cliente; para eso les pagan.
"Es que la chica está un poco tarada, entiéndanlo". ¿Y que diría el abogado de Eichmann? "Sean clementes con las atrocidades de mi cliente, tuvo una infancia dura y ha salido así, un poco cabrón"...
Una muestra más de la idiocia que alimenta la sociedad en la que se sustenta el mundo 'libre': Nadie es responsable de sus actos, y lo que es más grave, la defensa jurídica está sojuzgada a la economía de mercado.
Estoy completamente de acuerdo con el comentario acerca de la responsabilidad. De hecho, precisamente sobre esto escribo hoy.