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Iñigo Sáenz de Ugarte
Como el capitán Renault en "Casablanca", nosotros también estamos perplejos por la escandalosa ceremonia de entrega de los Premios Planeta. No sólo se juega en este local, sino que las novelas premiadas son de poca calidad. Adónde vamos a ir a parar. Juan Marsé, que a estas alturas de la película ya no le debe nada a nadie, se enfada porque al jurado le llegan novelas mal trabajadas y con recursos literarios de escritor aficionado. ¿Será porque se escriben deprisa y corriendo para llegar a tiempo a las fechas para las que fueron encargadas?
En realidad, Marsé ha dicho en voz alta lo que se sabe desde hace años y que nadie prefiere comentar porque está feo contar a los niños que los Reyes son los padres.
Ignacio Escolar | Octubre 17, 2005 02:09 PM
No me gusta como escribe Marse, pero tengo que estar en total acuerdo con lo. Hace años que el Planeta adolece en calidad, respecto a otros cuyo estilo es sin duda mucho mejor, el Nadal, por ejemplo. Ademas de la sombra del fraude que le acompaña desde hace tiempo, es por ello por lo que subio el premio.
Yo creo que el problema de Marsé es que le escuece ser jurado del Planeta y tiene que hacer esos comentarios un poco para salvaguardar su credibilidad, que es una cosa que como todo el mundo sabe suele mancharse al acercarnos al este Premio.
A mí me parece que Marsé protagoniza estas salidas de tono para intentar preservar su credibilidad, que es una cosa que como todo el mundo sabe se suele manchar cuando uno se acerca al Planeta, sea para ganarlo o para ejercer de jurado.
Vaya, me repetí... pensaba que se había borrado el comentario, sorry.
Pues si al Marsé no le gusta lo que le llega, que lo deje. A mí su reacción me parece patética e infantil. Si no le gusta donde está que se vaya.
Con esto no digo que la calidad no sea baja, lo será, pero es bien facil dejarlo patente de otra manera. Regás y Posadas lo han hecho más discretamente.
¿Esta de moda eso de ser parte del jurado y poner a caldo al ganador? También Caballero Bonald, presidente del jurado del certamen Ciudad de Torrevieja, hizo lo propio con César Vidal, ganador del premio, tachando su novela de "ideológicamente detestable". César Vidal respondió diciendo que piensa poner esa crítica en la "faja" del libro, a modo de reclamo publicitario. Como esta el mundillo (pseudo)literario:
hola. Me declaro "antiplaneta", y me encanta que haya libertad de expresión. Mi reflexión, a la vista de los comentarios es que,aunque a todos nos parece que el Planeta es sinónimo de baja calidad, el Planeta sigue vendiéndose como rosquillas. Otra cosa es que los receptores del regalo navideño lo lean. Pero, la pela es la pela
Si el listón de calidad del premio Planeta lo estableció Marsé cuando gano hace años con su novela La muchacha de las bragas de Oro, hemos de reconocer que cualquier otra obra premiada habrá de ser considerada como extraordinaria
Tal vez, por otro lado, lo único que haga Marsé, como gran mandarín literario establecido, sea reproducir las mismas críticas (es decir , quejarse de que los autores hoy no saben escribir) que le propinaron pasados mandarines literarios establecidos cuando era joven
Siempre está bien que haya voces discordantes, ¿no? Y en tamaña institución. Yo aplaudo.
Nos empeñamos es ver como "debate literario" lo que no es más que la queja de unasalariado de Planeta( Marsé) contra otra asalariada de Planeta (Janer): el conflicto lo debe resolver el jefe de personal de la empresa. La literatura no tiene nada que ver en este negocio.
Robespierre, "La literatura no tiene nada que ver en este negocio" es exactamente lo que ha dicho Marse antes de irse con la musica a otra parte. A mi el suyo me ha parecido un bello gesto. Y no ha dicho que actualmente no se escriban buenas obras literarias, ha dicho que las que la industria premia y promociona suelen ser las peores.
yepalei, eso no es , seguro, lo que opinaba Marsé cuando el viejo Lara le otorgó el premio Planeta con una (autodenominada) novela, de la que piadosamente podemos decir que sería mejor que nunca hubiese escrito. Desde entonces él sabe que esto es sólo un negocio. No sé por qué se rasga ahora las vestiduras. El tuvo la oportunidad de subirse al carro de Planeta. Ahora otros toman el relevo. El resto es melancolía.