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Mayo 17, 2006

"¡Que sí, que sí, aquí como en París!"

Amador Fernández Savater, Ana Méndez de Andés y
Silvia López Gil

14 de mayo. Hacía tiempo que no se celebraba una manifestación de estas características en Madrid. Acudir con la curiosidad de no saber lo que va a ocurrir. La Cibeles ya se aburría de ver sólo pasar a su lado a las gentes del PP. A las cuatro y media, la Puerta del Sol estaba desierta. Un chico se nos acerca: “¿cómo créeis que saldrá la cosa? Espero que nadie lo politice, es lo único que espero”. En todo caso, nadie había convocado, no se habían escritos manifiestos, nada de asambleas preparatorias. Sin partidos políticos, sin sindicatos ni colectivos, ¿quién se sentiría llamado por el mail que circulaba? Media hora después, unas dos mil personas (o tres mil, o mil) llenaban la Puerta del Sol. Algunas con pancartas, otras con casas en la cabeza, unas pocas con panfletos, un grupo vestido de presos de las hipotecas, con cámaras de fotos, sin demasiadas consignas, ni discursos incendiarios, ocupábamos tranquilamente acera y calzada.

Nosotras nos juntamos para hacer una pequeña encuesta. Salimos con cámara y micrófono en mano, con tres preguntas: cómo y dónde vives, por qué vienes y como te has enterado de esta convocatoria, y cuál sería tu casa ideal, cómo te imaginas viviendo 'de mayor'. Las respuestas, impresionantes: la gente ha dejado de imaginar, ya no pensamos que tengamos derecho a nada, la aplastante realidad configura nuestro pensamiento, de tal forma que pensar más allá de allá de los 30 metros cuadrados, o de una emancipación conformándose con cualquier cosa, es imposible o sólo posible para la gente que está acostumbrada a pensar que las cosas se pueden exigir, que hay derecho para pedir más.

Hoy, la prensa dice: “miles de jóvenes salieron ayer a la calle en las principales ciudades españolas en la primera gran manifestación dedicada a la vivienda” (El País, última página). Donde termina la noticia, empieza la experiencia: al grito de “eso, eso, nos vamos al congreso” una multitud tranquila se encaminó al Congreso de los Diputados, cortó la Castellana a la altura de Neptuno, acompañada por la percusión desplazó la sentada a la Plaza de Cibeles, subió por la Gran Vía, bajó hasta la Plaza de España, pacíficamente se dio media vuelta frente al cordón policial que cerraba la calle Princesa, abandonando el plan de llegar a Moncloa y se encaminó a Bailén, entre autobuses y coches llegó al Palacio Real, donde la policía exhibía escudos, cascos y porras ante estupefactas parejas paseando con niños y perros y la manifestación interminable, imperturbable, subía por la calle Arenal, trataba de volver a la Puerta del Sol, veía a la policía a lo lejos, giraba ante los clientes estupefactos de la Chocolatería San Ginés y terminaba con otra sentada en la Plaza Mayor.

Un trayecto insólito que fue ganando en intensidad, salpicado de muchísimos cánticos improvisados, de complicidad con los conductores perjudicados por esta nave de locos, de una sorprendente inteligencia colectiva ante la policía y de enormes ganas de seguir, seguir y seguir juntos en la calle así redescubierta. La ocupación del espacio público es absolutamente legítima, y lo sabemos. Hay consenso social absoluto con el tema de la vivienda, igual que lo hubo con el de la guerra.

Después de un ‘hasta luego’ y la repetición de la convocatoria que no se dejaba de repetir 'en sol a las cinco el póximo domingo', convencidas de que esta energía debe continuar e incapaz de autodesconvocarse, el cortejo siguió hacia las Vistillas ‘a por unas cervecillas’ y fue finalmente dispersado. Un solo periódico nacional se hace eco: “Un grupo de jóvenes cortó, pasadas las 22:00, la calle Bailén y volcó cubos y vallas, informa Ep. La policía intentó controlar la situación y se personaron miembros de la Unidad de Intervención Policial, que realizaron cargas para dispersarlos” (La Razón pag.34, Asuntos Sociales)”.

Nada de esto, ni los números, ni la longitud del recorrido, ni la duración de la manifestación, ni la carga final, refleja lo que vivimos el domingo en Madrid. No cuenta que más de dos mil personas (o más de mil, o menos de tres mil) deambuló durante cinco horas y pico por las calles de Madrid, durante las cuales la indignación resignada de una juventud (y no tanto) precaria ante el (aparentemente) irresoluble problema de la vivienda se transformó en extraña euforia por la recuperación, aunque sea temporal, del espacio público de nuestra ciudad. Saber que sí se puede, que estamos ahí porque, de una manera u otra estamos colectivamente hipotecados, que es problema y responsabilidad común. Y hacerlo de un modo que, paradójicamente, en una ciudad tan desmemoriada como la nuestra, nos recuerda a otros momentos en los que se cortaron calles, se tomaron las calles durante horas protestando contra una guerra que aún no ha acabado o contra las mentiras que convirtieron la muerte de 192 vecinos de Madrid en propaganda electoral. Sin enfrentamientos con la policía, cambiando de rumbo cuando era necesario, sin grandes acciones, sin discursos finales. Sin rumbo fijo pero con determinación, como una memoria subterránea que aflora.

Es cierto que la flamante nueva delegada del Gobierno no se quería estrenar en el cargo con una carga policial contra la juventud precarizada (“mileurista”, dicen ahora los periódicos), pero después de las noticias, los gritos, las pancartas y los análisis, el domingo en Madrid tuvimos la sensación de que teníamos el derecho de ocupar las calles para protestar por uno de los problemas más graves que padecemos y que es prácticamente empeorado por todas las acciones institucionales, y que pudimos hacerlo, que de hecho lo hicimos, durante horas, hasta que se puso el sol.

¿A las siete el próximo domingo?

Ignacio Escolar | Mayo 17, 2006 09:29 AM


Comentarios

#1. Publicado por gong duruo - Mayo 17, 2006 11:16 AM.

lástima que siempre haya quien que se empeña en buscar protagonismo, ganando antipatías para iniciativas que en principio parecían neutras y alejadas de personalismos

de casta le viene


#2. Publicado por kuasar - Mayo 17, 2006 11:59 AM.

qué bonito :)
Lástima que no pudiera estar en Madrid.

#3. Publicado por macromundo - Mayo 17, 2006 12:20 PM.

gong si te refieres al de las banderas, al final le detuvieron agentes de paisano y tiene ahora una buena papeleta.

Por cierto gracias por el enlace nacho.

#4. Publicado por macromundo - Mayo 17, 2006 12:23 PM.

Enlace que acabas de borrar, pero bueno gracias por el tiempo que estuvo puesto xD

#5. Publicado por Vento mareiro - Mayo 17, 2006 02:02 PM.

El problema con todo esto es que no sólo los bancos, políticos, especuladores y demás están interesados en que baje el precio de la vivienda. También lo están (y mucho) todas esas personas que han comprado una casa en los últimos años, y que se verían en aprietos muy serios si el piso por el que van a estar pagando medio millón durante cuarenta años, de repente pasa a valer la mitad.

#6. Publicado por asdf - Mayo 17, 2006 06:24 PM.

Los jovenes franceses preparan ya las elecciones.
www.2007passansnous.net

#7. Publicado por asdf - Mayo 17, 2006 06:25 PM.

Que viene a ser: "No sin nosotros"

#8. Publicado por asdf - Mayo 17, 2006 06:34 PM.

EL MANIFIESTO DE LOS JOVENES FRANCESES
(Traduccion automatica)

El 21 de abril de 2002, la democracia jugó con fuego. La campaña electoral se había extralimitado: había practicado surf, como jamás, sobre los miedos, los clichés(lugares comunes) y las exclusiones.

Éramos numerosos para no sentirse concernidos. El resultado, a la segunda vuelta, la parodia de democracia en la cual se participó de mala gana. Nuestra movilización para salvar lo que podía ser él(ella) no valía contrato.

Cuatro años después y dos crisis de la juventud más tarde, nada cambió.

Los gobiernos nos sueñan desde hace muchísimo tiempo dóciles. Para preparar nuestro futuro, piensan que es más fácil arreglarse sin nosotros que con nosotros. Juegan a nuestras debilidades mientras que puedan utilizar nuestras fuerzas. Y cuando protestamos, nos reenvían nuestros miedos y nuestro inmovilismo.

Siempre no comprendieron(­comprendieron):
No somos el futuro: somos el obsequio.
Nuestro objetivo no es ser comprendido, ni hasta escuchados: queremos ser asociados.
No tenemos miedo: queremos organizarnos.
No somos inmóviles: queremos justo avanzar juntos.

Hoy señalamos fecha: en 2007, no los(las) dejaremos reeditar sus hazañas. En las calles, los cafés, las aulas, en Internet y por todas partes dónde esto será útil, provocaremos un debate sin tregua. Hasta que las cuestiones que nos conciernen encuentren respuestas que nos convienen.

#9. Publicado por Miguel Pérez - Mayo 19, 2006 04:34 PM.

El problema del precio de la vivienda es un problema político, y negarlo mil veces no cambiará la realidad.

El de las banderas se enfrenta a una petición fiscal de 18 años, no representaba a ningún partido político, y al exigir República, solo reclamaba algo tan simple como que TODOS LOS CARGOS PÚBLICOS SEAN ELECTOS.

#10. Publicado por Jaume d'Urgell - Mayo 19, 2006 04:36 PM.

¿Cómo que la política es una droga? ¿Cómo, sin política, pretendes corregir la estafa masiva que supone el coste de la vivienda? Los trabajadores no podemos pagar nuestro hogar porque los capitalistas utilizan el suelo y las viviendas como si de otro producto financiero más se tratara. Y mientras persista la estrecha e inconfesable relación de intereses mutuos entre el mundillo de la especulación inmobiliaria y la financiación irregular -corrupta- de los partidos políticos, esto seguirá siendo un asunto político, le pese a quien le pese.

Otra cosa: si estás confundiendo las palabras y en lugar de "política" querías decir "partidismo", me gustaría que supieras que quienes reclamamos Libertad, Igualdad y Fraternidad no pedimos el voto por unos u otros, sino que lo que estamos haciendo es reclamar para el Pueblo, lo que es del Pueblo, así de simple y claro.

Pedir auténtica democracia, sin límites, sin mentiras, sin tabúes, sin miedos... es un acto de honradez, de coherencia y de respeto hacia todos. Y el que tenga algo en contra de las urnas, él sabrá el por qué de ese miedo. Yo no temo al pueblo, yerre o no, comunista o conservador, anarquista o tardo-franquista, borbónico o libre... no me importa, que sea lo que la mayoría decida, mientras respete a las minorías, a los Derechos Humanos y a la democracia. Y si todos nos equivocamos, corregiremos cada cuatro años, o antes, de acuerdo con los términos constitucionales que libremente acordemos.

¿A quien molesta el símbolo de la libertad?

¿quién cree que no hay relación entre el falso precio de su casa y el hecho de que nuestras instituciones públicas estén redactadas por una élite de viejos franquistas reaccionarios, ultraconservadores, homófobos, corruptos vitalicios y hereditarios, endogámicos, misógenos, explotadores, racistas y brujos?

¡Casas asequibles, joder!... y un trabajo con el que pagarlas, y respeto, y garantías cívicas, y libertad.

¡Joder, qué tiempos estos en los que hay que luchar para exigir lo obvio!

¡Salud!

#11. Publicado por A Jaume - Mayo 21, 2006 09:04 AM.

Jaume, yo soy republicano. Pero no es el momento, aquí no se está hablando de República o no República. La inmensa mayoría estamos de acuerdo en esto de: "Sin siglas ni banderas, los hay que no se enteran", además de que la gran mayoría no es republicana. Por otra parte, en muchas repúblicas hay problemas de vivienda así que esto vuelve a demostrar que una cosa no está directamente relacionada con la otra. Si de verdad quieres una vivienda digna, mañana dejarás la bandera, los lemas por la república y las siglas, en el corazón. Luego ya nos veremos en la berbena republicana, pero aquí, insisto, lo que se trata es de crear un verdadero diálogo social sobre el tema de la vivienda. Sin intereses partidistas. Una sentada es una manifestación política, pero no tiene porqué estar adscrita a un partido, sindicato u asociación.

Por otra parte, el precio de nuestras casas está desorbitado, pero lo sentimos muy pero que muy real. Y no, lo que pasa no es que las instituciones estén gobernadas por franquistas,lo que pasa es que hay muchos corruptos manejando el tema de la vivienda, en todos los partidos (incluído IU).

"Sin siglas ni banderes, los hay que no se enteran!!

Salud!

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