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Robert Fisk
De modo que el antaño aliado de Estados Unidos ha sido condenado a muerte por crímenes de guerra cometidos cuando era el mejor amigo de Washington en el mundo árabe. Estados Unidos siempre estuvo al corriente de sus atrocidades e incluso suministró el gas - junto con los británicos-, y, sin embargo, nos encontramos declarando que ayer fue, en palabras de la Casa Blanca, otro "gran día para Iraq". Eso mismo anunció Tony Blair cuando sacaron a Sadam Husein al Tikriti de su agujero en el suelo el 13 de diciembre del 2003. Y ahora vamos a colgarlo del cuello, y es otro gran día.
Por supuesto, no podría ser mejor. Ni peor. No podría ser una sentencia más justa... ni más hipócrita. Resulta difícil pensar en un monstruo más adecuado para el patíbulo, despachado a ser posible por su esbirro Abu Widad, el monstruoso verdugo de Abu Graib, que golpeaba a sus víctimas con un hacha en la cabeza si se atrevían a condenar al jefe del Partido Socialista Baas de Iraq antes de ser colgados. Sin embargo, el propio Abu Widad fue colgado en Abu Graib en 1985 después de aceptar un soborno para matar a un prisionero con orden de liberación en lugar de a otro.
El caso es que no podemos mencionar Abu Graib en estos momentos, porque hemos seguido el vergonzoso rastro de Sadam hasta esa misma institución. Y por ello ahorcando a ese personaje espantoso esperamos parecer mejor que él; recordar a los iraquíes que la vida es mejor ahora que bajo Sadam.
Lo que pasa es que el infernal desastre que hemos infligido a Iraq es tan horrendo que ni siquiera podemos decir eso. La vida es hoy peor. O, mejor dicho, la muerte sacude hoy a un número de iraquíes mayor incluso que el alcanzado por el propio Sadam entre los chiíes, los kurdos y - sí, y en Faluya, precisamente- también los suníes. Así que no podemos presumir de ninguna superioridad moral. Porque si la inmoralidad y la maldad de Sadam son el criterio con el que medir todas nuestras iniquidades, ¿qué se acabará diciendo de nosotros? Nosotros sólo hemos abusado sexualmente de unos prisioneros, matado a unos cuantos, asesinado a algunos sospechosos, llevado a cabo un puñado de violaciones e invadido ilegalmente un país, lo que ha costado a Iraq la nadería de 600.000 vidas ( "más o menos", como dijo George Bush hijo cuando declaró que la cifra era sólo de 30.000). Sadam era mucho peor. A nosotros no se nos puede procesar. A nosotros no se nos puede colgar.
"Allahu akbar", gritó el atroz individuo, "Dios es el más grande". No es ninguna sorpresa. Fue él quien insistió en que se colocaran esas palabras en la bandera iraquí, la misma bandera que ondea hoy en el palacio del gobierno que lo ha condenado tras un juicio en el que se prohibió formalmente al antiguo asesino de masas iraquí describir su relación con Donald Rumsfeld, el actual secretario de Defensa de George Bush. ¿Se acuerdan del apretón de manos? Tampoco se le permitió, claro está, hablar del apoyo recibido de George Bush padre.
Así que no sorprende que los funcionarios iraquíes declararan la semana pasada que los estadounidenses los apremiaban para que se condenara a Sadam antes de las elecciones de medio mandato.
Quien diga que la sentencia ha sido pensada para ayudar a los republicanos, soltó ayer el portavoz de la Casa Blanca, Tony Snow, seguro que ha "fumado hierba". Bueno, Tony, quizá dependa de la clase de hierba. Porque, al fin y al cabo, fue Snow quien dijo ayer que la condena de Sadam - no el propio juicio, obsérvese- era "escrupulosa y justa". Los jueces publicarán "todo lo que han utilizado para llegar a su veredicto". Sin duda. Porque ahí hay unas cuantas cosas sobre las que no se permitió hacer comentarios a Sadam: unas ventas de sustancias químicas tan descaradas - tan atroces- a su régimen de estilo nazi que ha sido sentenciado a la horca por una reducida matanza de chiíes en lugar de por el gaseado a gran escala de kurdos que tanto preocupó a George W. Bush y a lord Blair de Kut al Amara cuando decidieron deponer a Sadam en el 2003, ¿o fue en el 2002 o el 2001?
Algunos de los pesticidas de Sadam procedían de Alemania (por supuesto). Sin embargo, el 25 de mayo de 1994 el comité de Banca, Vivienda y Asuntos Urbanos del Senado de Estados Unidos hizo público un informe titulado Exportaciones estadounidenses de doble uso relacionadas con la guerra química y biológica a Iraq y su posible repercusión en las consecuencias sanitarias de la guerra del golfo Pérsico.Se trataba de la guerra de 1991, que dio lugar a nuestra liberación de Kuwait, y el documento informaba al Congreso de envíos de agentes biológicos aprobados por el gobierno por parte de compañías estadounidenses a Iraq desde 1985 e incluso antes. Entre esos agentes había: Bacillus anthracis (que produce carbunco), Clostridium botulinum,Histoplasma capsulatum,Brucella melitensis,Clostridium perfringens y Escherichia coli (E. coli).El mismo informe declaraba que EE. UU. proporcionó a Iraq materiales de "doble uso que contribuyeron al desarrollo de los programas iraquíes químicos y biológicos, así como de sus sistemas de misiles... y, entre ellos, planos técnicos de fábricas para la producción de agentes destinados a la guerra química (proporcionados como planos de fábricas de pesticidas), así como equipos para la guerra química".
Sí, ya veo por qué a Sadam no se le permitió hablar de todo eso. John Reid, secretario británico de Interior, ha dicho que el ahorcamiento de Sadam "es una decisión soberana de un país soberano". Gracias a Dios, no se refirió a las 200.000 libras esterlinas de tiodiglicol, uno de los dos componentes del gas mostaza, que exportamos a Bagdad en 1988 y a las otras 50.000 libras esterlinas de esas mismas repugnantes sustancias enviadas al año siguiente. También enviamos cloruro de tionil en 1988 y 1989 por la pequeña cantidad de 26.000 libras esterlinas. Sí, sé que esas sustancias podían utilizarse para la fabricación de tinta de bolígrafo y tintes para la ropa. Sin embargo, ese mismo país - el Reino Unido- prohibió ocho años más tarde la venta de la vacuna de la difteria para los niños iraquíes argumentando que era susceptible de utilizarse para - ¿lo adivinan?- la fabricación de "armas de destrucción masiva".
Sí, sé que, en teoría, los kurdos tienen la posibilidad de procesar a Sadam, de colgarlo bien alto por los miles de kurdos gaseados en Halabja. No cabe duda de que eso lo mantendrá en vida más allá del periodo de 30 días habilitados para recurrir la condena. Ahora bien, ¿se atreverán los estadounidenses y los británicos a tocar un juicio en el que no sólo tendríamos que describir cómo Sadam consiguió ese inmundo gas, sino por qué la CIA dijo a los diplomáticos estadounidenses destinados en Oriente Medio que declararan que el gas utilizado contra los kurdos había sido arrojado por los iraníes y no los iraquíes (Sadam era en aquella época nuestro aliado preferido y no nuestro criminal de guerra preferido)? Del mismo modo que nosotros, en Occidente, permanecimos en silencio cuando Sadam asesinó a 180.000 kurdos durante la gran limpieza étnica de 1987 y 1988.
Y luego tendríamos que atrevernos a condenar a Sadam por asesinar a los miles y miles de musulmanes chiíes y kurdos que se alzaron contra el régimen baasista a petición nuestra, y a los que traicionamos por millares cuando los dejamos que se enfrentaran solos a las brutales hordas de Sadam. "Disturbios", así describió falazmente el "dudoso dossier" de lord Blair las atrocidades del 2002, y es que llamarlas "levantamiento" (y eran eso) habría supuesto una invitación a preguntarnos quién ideó provocar ese baño de sangre. Respuesta: nosotros.
Mis colegas y yo contemplamos esa horrible tragedia. Viajé en trenes hospitales llenos de iraníes devueltos del frente en la guerra de 1980-1988; las heridas provocadas por el gas se convertían en enormes ampollas en la cara y los brazos, con ampollas más pequeñas que se levantaban sobre las heridas. Los británicos y los estadounidenses no quisieron saber nada. Hablé con las víctimas de Halabja. Los estadounidenses no quisieron saber nada. Mi colega de la agencia Associated Press Mohamed Salaam vio miles iraníes muertos en los campos de batalla al este de Basora. A los estadounidenses y los británicos les trajo sin cuidado.
Sin embargo, ahora vamos a proporcionar al pueblo iraquí pan y juegos circenses, el ahorcamiento final de Sadam, meciéndose lenta, lentamente en el viento. Hemos ganado. Hemos hecho caer el peso de la justicia sobre el hombre cuyo país hemos invadido, destripado y logrado desintegrar. No, no hay compasión por ese hombre. "El presidente Sadam Husein no tiene miedo a la muerte", declaró hace unos días en Beirut Buchra Jalil, un abogado libanés de su equipo. "No saldrá de la cárcel para contar sus días y años en el exilio de Qatar o cualquier otro sitio. Saldrá de la cárcel para ir a la presidencia o a la tumba". Parece que será a la tumba. Wilhelm Keitel acabó allí. Nicolae Ceaucescu acabó ahí. Slobodan Milosevic eludió la sentencia. Lo extraño es que, en todos estos años desde nuestra liberación del país, Iraq se ha llenado de asesinos de masas, culpables de violaciones, matanzas, degüellos y torturas. Muchos de ellos trabajan para el gobierno iraquí que nosotros ahora apoyamos; un gobierno democráticamente elegido, por supuesto. Y esos criminales de guerra, en algunos casos, están pagados por nosotros a través de los ministerios que hemos creado bajo ese gobierno democrático. Y ellos no serán juzgados. Ni colgados. Tal es la magnitud de nuestro cinismo. Y de nuestra vergüenza. ¿Han estado alguna vez la justicia y la hipocresía unidas de forma tan obscena?
Artículo original en The Independent - Publicado en español por La Vanguardia - Traducción de Juan Gabriel López
Ignacio Escolar | Noviembre 7, 2006 12:06 PM
Es curioso... Nada de esto me resulta novedoso, pero no por conocido me parece menos horripilante cuando lo leo.
Como comentaron unos hilos más abajo: "Sí, era por el petroleo, ¿y qué?"
Lo que no entiendo es cómo a un-tipo-con-bigote-de-cuyo-nombre-no-quiero-acordarme le sigue pareciendo que lo de la operación humanitaria fue muy buena idea... Mierda puta de mundo.
Seguro que este Frisk es un vendido a Polanco y Batasuna.
Lo importante de verdad es si un presidente miente por un pequeño escándalo con la becaria, no si miente por la lucha justa contra el terrorismo.
Leyendo el artículo me acuerdo de la viñeta de Forges en la que salía Sadam Husein sentado en un interrogatorio.
-Militar americano: ¿Dónde conoció a Bin Laden?
-Husein: En la tuna de la CIA
OT:
Don Ignacio, en este blog tan rojeras no debería Vd. dejar pasar esta noticia. Aunque ya lo habíamos constatado, ahora se certifica oficialmente que la mierda del PP también huele.
Publicado por: David a las Noviembre 7, 2006 12:30 PM
David, Frisk es uno de esos múltiples personajes de los EEUU al que, por criticar la invasión-Vd.-perdone-liberación de Irak, los chicos de ciertos medios de comunicación han motejado de "antiamericano". ¡¡¡¡¡¡¡¡Jingo ataca de nuevo!!!!!!!!
Para unas risas, aunque algunos de Vds.seguramente ya conocían la página. Retórica e imágenes de la WWII, afirmaciones del tipo o conmigo o contra América a granel... en una palabra, todo lo que necesita un americano temeroso de Dios. In God we trust.
Ops, se me fue la cabeza en el comentario anterior. Creo recordar que Fisk (no Frisk, ese es otro fulano) es inglés...
"¿Han estado alguna vez la justicia y la hipocresía unidas de forma tan obscena?"
A diario.
No se puede añadir gran cosa a este post. Réquiem por el pueblo de Iraq.
Con la vara que midas serás medido...¿Alcanzará para Bush?
Robert Fisk es sin ningún tipo de duda el mejor periodista occidental en lo que respecta a Oriente Próximo-Oriente Medio.
Es de obligada lectura, si queréis saber algunas de las maravillas que ha exportado Occidente, "La Gran Guerra Por la Civilizacion: La Conquista de Oriente Próximo". Genocidio armenio, la verdadera historia de Mossadeq, Saddam y sus amiguetes occidentales..
Y si, Bobby es inglés (por eso lo de lord Blair). El texto es, dicho de paso, buenisimo.
Toda la razón, Marlango, y sus crónicas desde Beirut durante los bombardeos israelíes del verano pasado, como todo lo suyo son, como dice ud., de obligada lectura.
Creo que fue uno de los que se quedó más tiempo en Irak tras la invasión, y en lugar de parapetarse en la zona verde, seguía saliendo hasta que la situación de seguridad se volvió insostenible.
Sus artículos (en inglés, ojo):
http://www.robert-fisk.com/home_page.htm
Saludos