feb 11 2008
Pascual Serrano
Hace unos días el Gran Wyoming comentaba en las páginas de este periódico su presencia en un debate de periodistas en el que se planteaba dónde estaba la verdad y lo difícil que es entender la realidad porque cada medio dice una cosa diferente. Algunos decían que la verdad es un concepto dogmático, que todo es muy subjetivo, mientras Wyoming zanjó muy oportunamente la discusión diciendo: “Bastaría con no mentir”. El debate en torno al 11-M y la acusación de 400 asesinatos a los médicos del hospital de Leganés han sido dos ejemplos de mentiras espectaculares en las que además de la participación de sectores políticos, los medios han tenido un papel y una complicidad fundamental. Recuerdo cómo durante la huelga de hambre del etarra De Juana Chaos, un periódico informaba de su débil estado de salud y otro afirmaba que estaba comiendo jamón y acostándose con su novia en la cama del hospital. Muchos ciudadanos nos quedamos sin saber quién de los dos mentía y, por tanto, sin poder valorar si las medidas adoptadas por el Gobierno argumentadas para preservar su vida eran oportunas o no, algo intolerable en una sociedad democrática que debe garantizar el derecho ciudadano a la información.
Cuando se celebraron hace unas semanas las elecciones en Cuba, la gran mayoría de los medios replicaban una información de la agencia Efe (20-1-2008) que aseguraba que sólo se podía presentar el Partido Comunista, al que pertenecían la mayoría de los candidatos, lo cual era falso, porque ese partido ni se presentaba a las elecciones ni postulaba ninguna lista; además, más de la mitad de los candidatos no eran miembros de ese partido. También hace unos meses, el semanario Interviú difundía en portada un reportaje en el que afirmaba que Marcos Chávez, hermano del presidente de Venezuela, era el comisario general de la lucha contra la droga y la criminalidad en ese país y que una conversación grabada por la policía española mostraba la felicidad de los narcos desde que este hermano del presidente dirige esa policía (19-11-2007). Ni el tal Marcos Chávez es el jefe antinarcóticos de Venezuela –es el responsable de la policía científica–, ni es hermano ni tiene ninguna relación de consanguineidad con Hugo Chávez. Del mismo modo, el diario El País presenta como manifestación contra Evo Morales una concentración de sus partidarios (28-11-2007). Las mentiras en nuestros medios de comunicación son constantes y, lo que es peor, impunes.
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