may 15

Una historia que hoy conviene …

Tag: SMS de Ignacio Escolar @ 12:16

Una historia que hoy conviene recordar: la dimisión de Demetrio Madrid http://lost.in/ps

9 comentarios en “Una historia que hoy conviene …”

  1. # Starman dice:

    Lemas para el PP “Haz lo que digo, no lo que hago” “Viva le ley del Embudo”…

  2. #0 pepestalin dice:

    Esa calumnia fue el primer paso de ascenso del Azanrismos.

    Luego nunca se diculpó, ni pidió perdón.

    Esa es la verdadera moral del PP y de la derecha

    Presuntos inocentes los nuestros, corruptos antes y despues de ser absueltos los otros

  3. #0 Llamadme Israel dice:

    Recordemos tambíen como el PP apoyó la investidura de Agustín Rodríguez Sahagún como alcalde de Madrid siendo la cabeza del tercer partido en representación del Ayuntamiento, para cuando nos venga con lo de la lista mas votada y que gobierne el que ha ganado las elecciones y esas cosas.

  4. #0 Alex dice:

    #3 No hace falta irse tan lejos. Es mucho más reciente lo de Canarias, y lo del País Vasco hace cuatro días.

  5. #0 anonadada dice:

    Yo quería recordar lo que ha dicho hoy Rouco: “no podemos dejar que sigan impidiendo que las familias tengan hijos, si seguimos así acabarán siendo familias vacías, sin hijos”
    y lo que dijo ayer el obispo de Granada: “El preservativo ha fomentado la extensión del VIH en el mundo. Se ha fomentado el sexo.”

  6. #0 Darth dice:

    #5 anonadada

    Si es que lo tienen muy claro: lo malo no es que la gente se muera de sida. Lo malo es que follen. Morirse de sida no es “pecado a los ojos de Dios”, follar sí.

    Por qué ese gilipollas de Pilatos no crucificaría a Barrabás…

  7. #0 morenohijazo dice:

    Un caso también muy al pelo, hoy: el de José Marco Berges, Secretario General del PSOE aragonés y Presidente de Aragón de 1993 a 1995, año en el que se vio obligado a dimitir por haberse llevado a su casa un sillón en 1990.
    http://www.elmundo.es/papel/hemeroteca/1995/07/01/nacional/50287.html
    ¿Precio del sillón? 77000 pelas de entonces. Posiblemente lo que costarían, por aquel entonces, las permneras del pantalón del traje de Camps.

    También es ejemplar la vida política de este tipo en otra cosa. En 1991 el PSOE ganó las elecciones autonómicas, con 30 diputados sobre 68, pero la coalición PP-PAR., con todo lo que dicen de “lista más votada”, balablabla, lo echó del poder.

    Claro que el pajarito se las traís. Políticos como Pepe Marco, los menos, hoygan: en 1993 una moción de censura apoyada por un tránsfuga echó del poder a Emilio Eiroa para colocarle a él.

    Y otro ejemplo de modernismo político de Pepe Marco. También fue condenado por escuchas telefónicas.

    Como decía antes, políticos como Pepe Marco, los menos: fue obligado a dimitir, mal que le pese, y sus asuntos judiciales se resolvieron en confdenas, si bien leves.

    Por ello, es momento de exigir que Camps, que reúne sin duda todos los malos hábitos de Marco, y coregidos y aumentados, se largue con la fresca también.

    Que ya decía ayer Don Piyey con Federico, que trajes, trajes, eso no es nada, que si “sólo” ha quedado [b]cohecho[/b] de todo lo que Garzón instruyó (como si el cohecho fuera admisible en política, y como si el no haber llegado a juicio a Camps por otras figuras delictivas, fuera prueba de que lo de Garzón sea un montaje).

  8. #0 kiko dice:

    “Que ya decía ayer Don Piyey con Federico, que trajes, trajes, eso no es nada,…”

    Si que se acuerde la que le montó a Pilar Miró cuando era directora de RTVE con los trajes.

  9. #0 Carlos Arrikitown dice:

    Esta España es muy rara. Y no me refiero a que lo sea ahora y antes fuese perfecta. No, no; quiero decir que hacemos cosas al revés de la lógica o, al menos, al contrario de lo que marca el Derecho. ¿No resulta sorprendente que ante la justicia cualquiera tenga que demostrar su inocencia y no su culpabilidad? ¿O no es increíble, como le ocurrió años atrás al socialista Demetrio Madrid, que el honor sea irrecuperable? ¿Por qué los políticos, sea cual fuere su signo, han de dejar su puesto ante una imputación y nosotros, los periodistas, no lo hacemos, como tampoco lo hacen los médicos, los policías o cualquiera? ¿Por qué afianzamos las sentencias de la supuesta opinión pública y nos creemos sólo las resoluciones firmes si coinciden con nuestro juicio particular? ¿No estaremos dando la vuelta a la tortilla y en vez de presunción de inocencia estaremos primando a la presunción de culpabilidad? ¡Ojito!, que si es así, y me temo que lo es, tenemos un problema muy pero que muy gordo.
    Ángel Expósito. Director de ABC