dic 20
A veces llegan cartas
Íñigo Sáenz de Ugarte
Va a ser verdad que Internet ha puesto fin al dominio absoluto que los medios de comunicación han tenido siempre sobre la libertad de expresión. No me refiero aquí al derecho constitucional ni a la posibilidad de solucionar el mundo desde la barra de un bar. Estoy hablando de la capacidad de comunicar información a un alto número de personas y, por tanto, de influir en el debate político y social.
El caso Echevarría (ese nombre le ha puesto la defensora del lector de El País) ha demostrado que los periódicos ya no pueden enterrar debajo de sus alfombras algunos de los problemas que hasta ahora solían ocultar a sus lectores.
Más en Guerra Eterna en Oriente Medio
Explicaciones insatisfactorias de El País
Juan Varela
“Un periódico tiene la credibilidad que le dan sus lectores. Que la crítica está mediatizada por los intereses editoriales del grupo empresarial es una opinión que no comparto”.
Ésta es la respuesta de Lluís Bassets, director adjunto de El País, a las acusaciones de censura del crítico Ignacio Echeverría.
Su negativa opinión sobre El hijo del acordeonista, la última novela del escritor vasco Bernardo Atxaga, llevó a la “congelación” de sus críticas en el diario de Prisa, propietario de Alfaguara, editorial de la novela.
“El País está en manos de incompetentes”
“La dirección de El País hace ya demasiado tiempo, demasiado, que está en manos de algunas personas que no merecen ese puesto y que salvo excepciones, son las responsables más directas de la trivialización y la manipulación del periódico. Ese periódico empieza a ser viejo, y cuenta con una jerarquía demasiado apegada a sus cargos, que se resiste a ceder el puesto a gente más joven.”
diciembre 20th, 2004 a las 02:29
Tras la presión de los 68 firmantes, publicar el artículo o no, deja de ser importante, puesto que lo acontecido te hace dudar de la credibilidad de este diario y plantearte seriamente si otros artículos, sean de opinión o simple noticias, tambien pasan por un filtro que evite “conflicto de intereses”.
diciembre 20th, 2004 a las 10:23
Puestos a poner nombres a las cosas, ¿sería mucho pedir que nos refiramos a este asunto como ‘el caso Bassets’? ¿Y qué tal ‘el caso Atxaga, ‘el caso Alfaguara’ o el enésimo ‘affaire Prisa’?
Me parece esclarecedor que la violencia del lenguaje lleve siempre la misma dirección, la del débil, incluso cuando los débiles la usamos.
Por otro lado, El País parece empeñado en certificar su defunción una y otra vez. Si alguien se preocupa en repasar los curricula de su equipo directivo y contrastarlos con su carrera profesional (en definitiva, qué coño han hecho en el mundo de la información) se llevaría una desagradable sorpresa: pésimos periodistas, gloriosos supervivientes. Así que con ‘esto’, que nadie espere un periódico serio; todo lo más, una “empresa periodística”, que diría la inefable Aznárez.
diciembre 20th, 2004 a las 11:05
Lamentablmente en todo este “affaire” no se tiene en cuenta algo tan “sagrado” como la libertad del editor de publicar aquello que le venga en gana.
Ya se que censurar o no un articulo es un golpe a la libertad de información, aunque también lo seria el negar a los editores y directores seleccionar aquello que desean publicar en sus medios.
Lo siento por este critico, pero a más de uno nos han tumbado un buen reportaje, articulo o crónica e incluso nos lo han pagado y este acabóen el cajón de dossiers para publicar cuando se crea oportuno.
Siempre ha sido así y todos los que estamos en esta profesión somos conscientes de las posibilidades que en cualquier momento acontezca.
diciembre 20th, 2004 a las 13:15
Si han echado al crítico que no ponía bien los libros de Alfaguara los que quedan ya saben lo que tienen que hacer.
Y ya no escribe Lobo Antunes en la última página del Babelia.
diciembre 20th, 2004 a las 14:09
A mi me parece que El Pais puede hacer lo que quiera. Aunque yo creo que el critico se despidió él solo. No tuvo paciencia (un ataque de diva) y tuvo que abandonar la casa de GH.
Todos esos intereses están claros. Uno puede dar caña pero todo tiene su tope. Miren como despidieron a Ussia del ABC…
Lo que está clarísimo, clarísimo, es esa acotación del crítico. El periódico “empieza a ser viejo”. Huele a misal, a carne pesada y macerada, a BOE, a Orfeón carpetovetiano, a Asador de Burgos. Hoy, una foto grande en su sección de cultura equivale a un canto a lo ya consagrado. Viene a ser un Registro de lo clausurado pero sin la gracia de lo nostálgico.
Y escribe cualquiera…hasta yo.
diciembre 20th, 2004 a las 20:48
Hombre, desde su mismo nacimiento Babelia ha sido un pamfleto de autopromoción de la gente de Don Jesús Del Gran Poder. Pero por suerte hay otros sitios donde uno puede informarse sobre que leer. Eso no es un problema. También es verdad, que va bien leerlo porque como El País parece lo único leíble en papel que hay por aquí y eso que si eres catalán tienes que tragar su mala baba para contigo (la expresión es muy castiza no?), pero que quereis, es de lo mejorcito que hay. Luego ya, si hablas de internet, que es lo que uno acaba usando, pues hasta puedes leer las críticas de la prensa más casposa, al fin y al cabo que más da, es literatura.
Bye!
diciembre 21st, 2004 a las 14:53
“El País está en manos de incompetentes”
Qué va, son muy competentes en su labor. Lo malo es que éste señor tiene que justificar el haber estado trabajando para éllos tanto tiempo.
—
saludos
diciembre 22nd, 2004 a las 09:55
Ignacio Echevarría (Barcelona)
EL PAÍS – Opinión – 20-12-2004
Quiero expresar, en primer lugar, mi sorpresa por el hecho de que se pueda tratar por extenso el caso Echevarría, como lo llama la Defensora del Lector, sin darme voz alguna ni haber reproducido de ningún modo la carta abierta mandada por mí a Lluís Bassets con fecha del pasado día 9.
En sus declaraciones, el señor Bassets da a entender que soy yo quien ha roto unilateralmente las relaciones con el diario “sin tantear ninguna otra posibilidad”. ¿Le parece poco haberle escrito pidiéndole explicaciones, primero, y dejando pasar a continuación más de un mes a la espera de una respuesta que él prometió darme en el plazo de unos días?
Usted mismo admite haber decidido unilateralmente “congelar” su relación con un colaborador de modo indefinido, sin informarle en absoluto de ello. ¿No autoriza esto a hablar de “represalias” contra ese colaborador, a quien se priva de un medio de sustento, aparte de callar su voz?
El señor Bassets (que, increíblemente, no duda en hacer suyas las palabras dichas por mí y que a él le parecen tan ofensivas) alude a una frase que yo acepté suprimir de mi reseña. Y dado que él mismo enjuicia esa frase, creo que los lectores tienen derecho a conocerla. Decía así: “Ocasiones hay en que la indigencia narrativa admite ser tomada por indicio de incompetencia moral. Ésta parece ser una de ellas”.
Me pregunto si no hay también ocasiones en que la indigencia periodística admite ser tomada, asimismo, por indicio de incompetencia moral.
diciembre 22nd, 2004 a las 12:36
Al parecer Atxaga ha opinado sobre el tema:
Original Message
From: “PREOCUPACION PAIS”
To:
Sent: Tuesday, December 21, 2004 5:14 PM
Subject: respuesta de atxaga
Estimados amigos:
Han sido muchos los firmantes de la carta que informalmente fue titulada
PREOCUPACIÓN PAÍS que habéis solicitado, primero, que escribiéramos a
Bernardo Atxaga para que sumara su firma a las nuestras, y, segundo, conocer su respuesta.
Por ello, os enviamos este correo.
No os trasladamos ningún juicio sobre la respuesta de Atxaga. Que cada cual
saque sus conclusiones.
En primer lugar, incluimos la carta que desde aquí le remitimos; a continuación, sus palabras, que nos llegaron el sábado pasado.
Un saludo y gracias a todos.
—-
Estimado amigo Bernardo Atxaga:
Le remitimos copia de una carta que esta mañana, y a lo largo del día, con
nuevas adhesiones, hemos remitido al director del diario El País. En esa
carta encontrará usted todas las claves que nos mueven a escribirle. No dudamos que usted también se sentirá, al conocerlas, preocupado. Y nos gustaría contar con su apoyo, esto es, con un apoyo a la defensa de la libertad de crítica, de expresión, estemos o no de acuerdo con ella.
Por eso le ruego que nos remita su conformidad para incluirle entre las
adhesiones y su número de DNI.
Gracias anticipadas.
—
Sobre la carta.
A quien corresponda.
Ustedes no son mis amigos, y no debieran dirigirse a mi como tales. Poco les
preocupó en su día ese texto vejatorio y parafascista que ustedes
llaman”crítica”. Tampoco les he visto en ninguna movilización de protesta
por elcierre del periódico “Egunkaria” o en los diversos actos contra la tortura en España. No cuenten conmigo para nada.
Bernardo Atxaga
diciembre 22nd, 2004 a las 12:50
Arkab, eso que acabas de publicar huele fatal. Para empezar, tiene faltas de ortografía y está redactado con los pies (tanto la pregunta como la respuesta). ¿De dónde lo has sacado?
diciembre 22nd, 2004 a las 12:52
Para mí que es un bulo.
diciembre 22nd, 2004 a las 12:57
Es de Bremaneur en el blog del ínclito Arcadi.
diciembre 22nd, 2004 a las 13:02
Hola Arkab. Un beso.
Pues sí que parece una cosa rwara la carta esa.
Menuda racha, periodistas, escritores, críticos…y yo que me quejaba de como andaba la cosa por mi gremio.
Cuecen habas.
M.
diciembre 22nd, 2004 a las 13:35
El texto es falso, claro. Esto de internet es un cachondeo de tomo y lomo.
Ahora, también es falso el comunicado informático de los programadores php-nuke-java-script de Ansar-El-Islam-Moro-Que-Te-Cagas sobre el atentado???? (ataques con morteros y misil tierra-tierra) y todos los medios los reproducen con exacta voluntad diseminadora. No es que hayan demasiadas “dudas” de toda esa basura informativa. ¡Ojalá todos los mensajes “falsos” de desvelasen con tanta claridad como esta cándida broma sobre “el caso Eche”!.
Lo cojonudo de la broma es que seguramente es lo que pensará Atxaga (no de todos los firmantes, ya que es un “platillo” que se pasa a los amigos para que se cuadren, !cualquiera dice que no!). A mí la Gopegui me parece extraordinaria aunque firme la petición de indulto de Lucía Etxebarría.
Lo “más duro y heavy”;o sea, lo “parafascista” de la crítica de Echevarría es dificil de asumir, claro. Quizás sea exagerado llamar así una militancia en el rancio españolismo disfrazado de “real politik”.
Pero no anda muy lejos. El integrismo que desprendía tenía un tufo muy desagradable y totalitario. Y se hizo ruido con la “libertad coartada”, la “independencia crítica” y no sé que guarradas y trucos más que no tenían nada que ver con el posicionamiento político que escribió el destructor Echevarría en el momento “inoportuno”. Una cagada laboral. Y encima firmando Conte y otros perlas que han sobado hasta la extenuación la morralla de los escritos de Cebrián.
La pataleta de Echevarría y la gilipollez de la “carta de preocupación” pasará a la historia de este país como una de las muestras más inquietantes de la estupidez intelectual que nos rodea.
Eso sí, será una muestra de los eternos valores que encierra la amistad. O el compañerismo. O el que te pasen un hoja para firmar. O qué se yo.
La rancia derecha no necesita a valedores si tienen a Espadas como Arcadis, que un día apologiza y “desdramatiza” los tocamientos a menores (en pleno El País, sin censura y con taquígrafos), otro ensalza al enemigo de los niños Estivill (un destructor infantil) u otro reclama una “resistencia iraquí” digna para todos nosotros, televidentes muy correctitos y sabiondos. Es la derechona más liberaloide y librepensadora que se pueda uno imaginar.
Echevarría hizo una crítica que Libertad Digital hubiese considerado “extrema”.
Espero que le hagan sitio en algún diario de tirada “nacional” ya que parecía tan preocupado por el “sustento”. Nadie quiere que se muera de hambre, ¡por favor, Dios mío!. ¿Una colecta entre los firmantes del manifiesto del 69 (así es más bonito)?.
Por cierto, ¿las críticas no se pueden comer?.
¿Las ETT admiten a críticos casi insobornables?.
diciembre 22nd, 2004 a las 13:59
¿Este es falso también?
—-
Lucía Etxebarria y el ’caso Echevarría’
Lucía Etxebarría (correo electrónico)
Me sorprende mucho que el ambiente o mundillo literario español se haya estremecido tanto ante la carta abierta que Ignacio Echevarría, ex crítico estrella de Babelia, dirigió a Lluis Basset, director adjunto del diario El País. ¿No fue este mismo crítico, Ignacio Echevarría, el que firmaba aquel bonito artículo Los mejores escritores españoles del siglo, publicado en Babelia en el año 2000, en el que no había citada ni una sola mujer, ni una sola, y sí casi un desproporcionado número de escritores que firmaban sus novelas en empresas pertenecientes al Grupo Prisa?
Con todos mis respetos hacia Ramón Buenaventura, Luis Mateo Díez o Jose María Merino, ¿los consideraría usted mejores escritores que Rosa Chacel, Ana María Matute o Carmen Laforet? Es decir, ahora se queja el crítico de que Babelia «parece privilegiar, con descaro creciente, los intereses de una editorial en particular y, más en general, de las empresas asociadas a su mismo grupo».Pero él mismo es el que ha estado ejerciendo esa labor publicitaria «con descaro creciente» utilizando sus propias palabras. El ha sido el firmante de críticas de una virulencia demedida que, casi siempre, iban dirigidas a libros publicados en alguna editorial competidora del Grupo Prisa. Sí, es cierto que alguna vez también ha atacado al Grupo Alfaguara, pero ¿alguien cree que menos de 10 críticas de entre casi 170 firmadas por el señor Echevarría constituyen una cifra representativa? Si alguien quisiera comprobar este aserto por sí mismo, que se vaya a una hemeroteca y haga un recuento.
Más allá de esto, me pregunto si alguien es tan ingenuo como para pensar de verdad que un grupo empresarial de la magnitud de Prisa va a permitir que su suplemento cultural estrella se mantenga independiente. Todos sabemos que Babelia reseña en un 80% libros de las editoriales del Grupo Prisa o de colaboradores de su periódico. Como sabemos que las críticas favorables van destinadas, en abrumadora mayoría, a los libros firmados por autores que, de una manera u otra, tienen relación con el grupo.
Según Ignacio Echevarría, El País favorece a su grupo. Cierto.Tan cierto como que cada grupo de poder, en cualquier entorno, tiende siempre a favorecer a los miembros que lo integran en detrimento de los afuerinos. En antropología se denomina a este fenómeno etnocentrismo situacional o posicional.
Si este señor hubiese expresado su descontento con la política etnocentrista del suplemento cultural para el que trabajaba antes de que se le hubiera despedido, su protesta habría tenido alguna credibilidad, pero el hecho de que lo haga sólo después de que el suplemento prescinda de sus servicios suena a rabieta.
El País es partidista, vale. Pero existen otros grupos de presión tan descaradamente partidistas como dicho periódico. ¿Alguien se ha preguntado, por ejemplo, por qué a las ferias internacionales de libros siempre van los mismos, que no suelen ser, precisamente, ni los más vendidos ni los que se traducen fuera de España? ¿O por qué algunos de los organismos públicos de los ministerios de Cultura españoles han repetido hasta la saciedad los mismos autores como si fueran los únicos del panorama contemporáneo? ¿O por qué determinadas sedes del Instituto Cervantes, que se supone es un órgano para la difusión del idioma español, se han convertido en una agencia de viajes que trabaja en exclusiva para un grupo de amigos?
El criterio de calidad literaria es siempre subjetivo. Ya decía Steiner que la literatura no es una ciencia exacta y que en las humanidades la teoría no designa sino intuiciones. ¿Alguien recuerda, por ejemplo, a Echegaray o Benavente, premios Nobel en su día y hoy completamente olvidados? Al fin y al cabo Madame Bovary sobrevivió al dictamen según el cual «el señor Flaubert no es un escritor», dictamen emitido por el crítico más famoso de su tiempo, de cuyo nombre no es que no quiera acordarme, es que no me acuerdo, como tampoco se acuerda nadie
¿Será verdad que los críticos, como decía Alvin Kernan, han sido siempre hombres orgullosos y ambiciosos, resueltos a ascender socialmente y desesperados por parecer como necesarios e importantes? ¿Será verdad que al elevar su oficio al nivel de profesión y al pasar después a la docencia universitaria y a la investigación no hacían sino compensar un complejo de inferioridad? Me gustaría creer que no, pero es que a veces pareciera que se trasvasan estrategias de la política al ámbito de las letras, manteniendo elementos de control para favorecer a los partidarios de determinadas corrientes y penalizar a los detractores.
Me resulta absurdo que ahora alguien se rasgue las vestiduras invocando unos conceptos que nada tienen que ver con el ejercicio de la crítica. Tan absurdo como el hecho de que sólo se las rasgue en el preciso momento en el que se prescinde de sus servicios y no antes. Y si alguien creía otra cosa, le voy advirtiendo -que las fechas lo requieren- de que los Reyes Magos son los padres.
diciembre 22nd, 2004 a las 16:21
Pues que como que estoy hasta los windows de tanto putiferio digital. Voy a terminar por no fiarme de nadie.
Salvo de ti, por supuesto. Beso.
diciembre 22nd, 2004 a las 16:26
Quizás me reconcilie con ella. Desde que es mamá me mola mucho más.
Incluso puede que lea otro libro suyo. ¿Quién sabe?. Todo es posible en América.
¿Y esto es América, no?.