“El capitalismo de Estado que impera en China hace lo que puede para satisfacer nuestras necesidades tecnológicas” dice el artículo.
A estaas alturas y todavía sin entender que el capitalismo no suple necesidades, si no que las crea. Que tu papel es importantísimo pero que no hay, YA NO HAY, mercado, sino que este se construye. Que tu papel es importante para que a partir de la carencia que han generado corras detrás de ellos. Que no, ya no es el fabricante el que corre detrás del consumidor, sino que es el consumidor el que corre detrás del producto (que le ofrecerá la salvación en la tierra, ya sea en forma de marca comercial para diferenciarse/asemejarse al resto, ya sea en forma de estilos de vida).
Nuestras necesidades tecnológicas pasan por tener un lector de libros electrónicos, así, por las buenas, y sin que el gobierno de turno no se dedique a prohibir antes los libros de papel, porque es más “in”… las necesidades… y yo voy y me lo creo.
Consumidores gilipollas intubados y tragando (sin, por supuesto, ganas de tener una visión global completa, no fragmentada, del todo), eso es lo que somos.
#4 Hay demasiado soñador para tan pocos sueños. Los sueños, como cualquier recurso, son limitados. Y la mierda del notebook sin visagra que no vale pa na bien vale la vida de un esclavo. Biban el libegalismo!!
Apple dentro de todas las empresas que contratan sus productos en China es probablemente la que mejor trato a los trabajadores exige de sus proveedores, pero claro, el iPad vende portadas. Porqué no investigan a otros clientes como HP, Sony o Dell? ¿ y ya puestos porqué no investiga The Independent de qué selvas viene el papel donde imprime sus revistas con los que obtiene pingues beneficios? ¿o cuánto ganan los agricultores que plantan el café que toman sus editores para aguantar el tirón?
De entrada, no pensaba comprarme el iPad (no me interesa el producto), perooo soy consumidora de Apple (en forma de iMac precisamente).- Y leyendo esto no tienen justificación. Más cuando en su pagina web “apple.com” te venden que ellos no contaminan el medio ambiente, pero ni mú sobre estas cosas.
Por mi parte, cartita a Apple con enlace al artículo este concreto y queja al canto. Además de dejar de consumir sus productos hasta que reciba una contestación “al respecto”. Lo sé, quizás parecerá naif, pero imagino que después de años dándodme de alta en los servicios de Apple (sobretodo tras comprar sus productos) estaré en una base de datos fiable, que demuestre que no es un farol…
**no, ya no puedo devolver lo que tengo, pero sí puedo exigir una explicación y como consumidora dejar de comprar en Apple (y/o cualquier empresa igual).-
***recuerdo un documental de Nokia, donde iban a las fabricas en China y veían con sus propios ojuelos, como trataban a sus trabajadores; y se “supone” que algo decidieron cambiar…
Ya sabemos lo que tenemos que hacer para acabar con el paro, nos lo dicen todos los días desde el FMI y la OECD: flexibilizar y desregular el mercado laboral. Más productividad, más competitividad, menos privilegios. China es el modelo a seguir. De aquí a 10 años, pleno empleo en España, a base jornadas laborales de 15 horas fabricando productos para… ¿las élites Chinas? ¿o quizá las élites españolazas?
Me apetece ponerme apocalíptico. La otra cara de la globalización (la mala) ha terminado por alcanzar Europa (hasta ahora solo nos había llegado la buena, la de consumir compulsivamente productos made in Taiwán por cuatro duros). La tendencia que nos marcan es clara: conformar una clase obrera global, despojada de los derechos conseguidos desde el XIX, trabajando para una reducida élite global. Nos engañaron durante unos años, haciendonos creer que éramos parte de la élite privilegiada por haber nacido en el país correcto. Pero se va acabando la división entre países ricos y países pobres: volveremos a una división por clases, como toda la vida.
Quien sabe, a lo mejor llegados a ese punto podamos llegar a ver una reacción de la izquierda a nivel internacional, antes de que nos muramos (o nos suicidemos, como el amigo Xiangqian).
#3: Consumidores gilipollas intubados y tragando (sin, por supuesto, ganas de tener una visión global completa, no fragmentada, del todo), eso es lo que somos.
si a la afirmación anterior le quitas: “Consumidores intubados y trangando (sin, por supuesto, ganas de tener una visión global completa, no fragmentada, del todo)” Estoy mucho más de acuerdo con ella.
¿Dolido, Nacho (hijo de Arsenio) Escolar? Je. Qué mal llevas que Apple se desmarque de uno de los panfletos para los que trabajas. Por cierto: comprueba la etiqueta de tus corbatas de seda, no sea que estén fabricadas por el capitalismo del Estado chino… Saludos. YO NO LE VOTÉ: ^^
Con perdón por el tostón, copio y pego tres “versículos” casi finales del capítulo III de La Sociedad del Espectáculo:
68 Es cierto que a la pseudo-necesidad impuesta en el consumo moderno no se le puede oponer ninguna necesidad o deseo auténtico que no esté también moldeado por la sociedad y su historia. Pero la mercancía abundante está ahí suponiendo la ruptura absoluta de un desarrollo orgánico de las necesidades sociales. Su acumulación mecánica libera un artificial ilimitado, ante el que el deseo vivo se queda desarmado. La potencia acumulativa de un artificial independiente conlleva en todas partes la falsificación de la vida social.
69 En la imagen de la unificación feliz de la sociedad mediante el consumo, la división real está solamente suspendida hasta el próximo no-realización en lo consumible. Cada producto particular que debe representar la esperanza de un atajo fulgurante para acceder, por fin, a la tierra prometida del consumo total, está presentado ceremoniosamente a su vez como la singularidad decisiva. Pero como sucede en el caso de la difusión instantánea de modas de nombres aparentemente aristocráticos, que llevan casi todos los individuos de la misma edad, el objeto del que se espera un poder singular sólo ha podido ser propuesto para la devoción de las masas en la medida en que la tirada de sus ejemplares era suficiente para poder ser consumido masivamente. El carácter prestigioso de este producto anodino proviene sólo de haber sido colocado un momento en el centro de la vida social, tal el misterio revelado de la finalidad de la producción. El objeto que era prestigioso en el espectáculo se convierte en vulgar en el instante en que entra en casa de un consumidor, al mismo tiempo que en la de todos los demás. Desvela, cuando ya es tarde, su pobreza esencial, que viene naturalmente de la miseria de su producción. Mientras, otro objeto ya está cargando con la justificación del sistema y la exigencia de ser reconocido.
70 La impostura de la satisfacción tiene que denunciarse a sí misma sustituyéndose, siguiendo el cambio de los productos y el de las condiciones generales de la producción. Lo que ha afirmado con el más perfecto impudor su propia excelencia definitiva va sin embargo cambiando, tanto en el espectáculo diluido como en el espectáculo concentrado, y sólo el sistema tiene que continuar: tanto Stalin como la mercancía pasada de moda son denunciados por los mismos que los impusieron. Cada nueva mentira de la publicidad es también la confesión de su mentira previa. Cada derrumbe de una figura del poder autoritario desvela la comunidad ilusoria que lo aprobaba por unanimidad, y que no era más que un conglomerado de soledades sin ilusiones.
En retrospectiva, Microsoft me da hasta pena. Por lo menos al principio (antes de que los masterandos bajaran al friki del asiento) tenían unos valores: Acercar la informática al mundo aunque eso, a su vez, les acercara peligrosamente al monopolio.
Jobs y sus fashionistas ni soñarían con algo así. Su discurso es el mismo que el que se empleaba para venderles polvos de arroz a los dandys del Siglo XVIII.
#9 Insignificante
Siempre he dicho que, en términos de productividad pura y simple, la que se queda en horas por empleado y máquina y va poco mas allá, en la pugna entre un Estado Social y Democrático de Derecho de esos de sindicatos y protección del medio ambiente, y un Despotismo de los de trabaja o te clavo una bala en el bulbo raquídeo y al Valle de las Tres Gargantas que le den por culo, el segundo lleva las de ganar por goleada.
Conozco a mas de un masterando occidental y trajeado que practica el comunismo en la intimidad.
llaman a China Capitalismo de estado como si alguna vez hubiera existido un comunismo que no fuera capitalismo de estado; el capital no sé si crea necesidades, pero sé que el comunismo no te da para cubrir las que tienes en ese momento.
mayo 27th, 2010 a las 18:29
Una portada grandiosa.. podían haber mencionado el Coltán y ya sería genial!
mayo 27th, 2010 a las 18:54
Apple le ha pillado la delantera a Microsoft en cuanto a encarnar los males de este mundo.
mayo 27th, 2010 a las 18:54
“El capitalismo de Estado que impera en China hace lo que puede para satisfacer nuestras necesidades tecnológicas” dice el artículo.
A estaas alturas y todavía sin entender que el capitalismo no suple necesidades, si no que las crea. Que tu papel es importantísimo pero que no hay, YA NO HAY, mercado, sino que este se construye. Que tu papel es importante para que a partir de la carencia que han generado corras detrás de ellos. Que no, ya no es el fabricante el que corre detrás del consumidor, sino que es el consumidor el que corre detrás del producto (que le ofrecerá la salvación en la tierra, ya sea en forma de marca comercial para diferenciarse/asemejarse al resto, ya sea en forma de estilos de vida).
Nuestras necesidades tecnológicas pasan por tener un lector de libros electrónicos, así, por las buenas, y sin que el gobierno de turno no se dedique a prohibir antes los libros de papel, porque es más “in”… las necesidades… y yo voy y me lo creo.
Consumidores gilipollas intubados y tragando (sin, por supuesto, ganas de tener una visión global completa, no fragmentada, del todo), eso es lo que somos.
mayo 27th, 2010 a las 18:57
Apetencias. El capitalismo avanzado, acumulación, sólo es vorágine.
Si al menos fuéramos dueños de lo que deseamos…
mayo 27th, 2010 a las 19:13
#4
Hay demasiado soñador para tan pocos sueños. Los sueños, como cualquier recurso, son limitados.
Y la mierda del notebook sin visagra que no vale pa na bien vale la vida de un esclavo.
Biban el libegalismo!!
mayo 27th, 2010 a las 19:21
Apple dentro de todas las empresas que contratan sus productos en China es probablemente la que mejor trato a los trabajadores exige de sus proveedores, pero claro, el iPad vende portadas. Porqué no investigan a otros clientes como HP, Sony o Dell? ¿ y ya puestos porqué no investiga The Independent de qué selvas viene el papel donde imprime sus revistas con los que obtiene pingues beneficios? ¿o cuánto ganan los agricultores que plantan el café que toman sus editores para aguantar el tirón?
mayo 27th, 2010 a las 19:35
Big, doncarlos. Más mil.
mayo 27th, 2010 a las 19:36
De entrada, no pensaba comprarme el iPad (no me interesa el producto), perooo soy consumidora de Apple (en forma de iMac precisamente).- Y leyendo esto no tienen justificación. Más cuando en su pagina web “apple.com” te venden que ellos no contaminan el medio ambiente, pero ni mú sobre estas cosas.
Por mi parte, cartita a Apple con enlace al artículo este concreto y queja al canto. Además de dejar de consumir sus productos hasta que reciba una contestación “al respecto”. Lo sé, quizás parecerá naif, pero imagino que después de años dándodme de alta en los servicios de Apple (sobretodo tras comprar sus productos) estaré en una base de datos fiable, que demuestre que no es un farol…
**no, ya no puedo devolver lo que tengo, pero sí puedo exigir una explicación y como consumidora dejar de comprar en Apple (y/o cualquier empresa igual).-
***recuerdo un documental de Nokia, donde iban a las fabricas en China y veían con sus propios ojuelos, como trataban a sus trabajadores; y se “supone” que algo decidieron cambiar…
mayo 27th, 2010 a las 19:44
Ya sabemos lo que tenemos que hacer para acabar con el paro, nos lo dicen todos los días desde el FMI y la OECD: flexibilizar y desregular el mercado laboral. Más productividad, más competitividad, menos privilegios. China es el modelo a seguir. De aquí a 10 años, pleno empleo en España, a base jornadas laborales de 15 horas fabricando productos para… ¿las élites Chinas? ¿o quizá las élites españolazas?
Me apetece ponerme apocalíptico. La otra cara de la globalización (la mala) ha terminado por alcanzar Europa (hasta ahora solo nos había llegado la buena, la de consumir compulsivamente productos made in Taiwán por cuatro duros). La tendencia que nos marcan es clara: conformar una clase obrera global, despojada de los derechos conseguidos desde el XIX, trabajando para una reducida élite global. Nos engañaron durante unos años, haciendonos creer que éramos parte de la élite privilegiada por haber nacido en el país correcto. Pero se va acabando la división entre países ricos y países pobres: volveremos a una división por clases, como toda la vida.
Quien sabe, a lo mejor llegados a ese punto podamos llegar a ver una reacción de la izquierda a nivel internacional, antes de que nos muramos (o nos suicidemos, como el amigo Xiangqian).
mayo 27th, 2010 a las 21:33
No oigo nada. Tengo el iPod muy alto y no se oye nada.
Tralarí, tralará…
mayo 27th, 2010 a las 22:06
#3:
Consumidores gilipollas intubados y tragando (sin, por supuesto, ganas de tener una visión global completa, no fragmentada, del todo), eso es lo que somos.
si a la afirmación anterior le quitas: “Consumidores intubados y trangando (sin, por supuesto, ganas de tener una visión global completa, no fragmentada, del todo)” Estoy mucho más de acuerdo con ella.
mayo 27th, 2010 a las 22:59
¿Dolido, Nacho (hijo de Arsenio) Escolar? Je. Qué mal llevas que Apple se desmarque de uno de los panfletos para los que trabajas.
Por cierto: comprueba la etiqueta de tus corbatas de seda, no sea que estén fabricadas por el capitalismo del Estado chino…
Saludos.
YO NO LE VOTÉ: ^^
mayo 27th, 2010 a las 23:36
Con perdón por el tostón, copio y pego tres “versículos” casi finales del capítulo III de La Sociedad del Espectáculo:
68
Es cierto que a la pseudo-necesidad impuesta en el consumo moderno no se le puede oponer ninguna necesidad o deseo auténtico que no esté también moldeado por la sociedad y su historia. Pero la mercancía abundante está ahí suponiendo la ruptura absoluta de un desarrollo orgánico de las necesidades sociales. Su acumulación mecánica libera un artificial ilimitado, ante el que el deseo vivo se queda desarmado. La potencia acumulativa de un artificial independiente conlleva en todas partes la falsificación de la vida social.
69
En la imagen de la unificación feliz de la sociedad mediante el consumo, la división real está solamente suspendida hasta el próximo no-realización en lo consumible. Cada producto particular que debe representar la esperanza de un atajo fulgurante para acceder, por fin, a la tierra prometida del consumo total, está presentado ceremoniosamente a su vez como la singularidad decisiva. Pero como sucede en el caso de la difusión instantánea de modas de nombres aparentemente aristocráticos, que llevan casi todos los individuos de la misma edad, el objeto del que se espera un poder singular sólo ha podido ser propuesto para la devoción de las masas en la medida en que la tirada de sus ejemplares era suficiente para poder ser consumido masivamente. El carácter prestigioso de este producto anodino proviene sólo de haber sido colocado un momento en el centro de la vida social, tal el misterio revelado de la finalidad de la producción. El objeto que era prestigioso en el espectáculo se convierte en vulgar en el instante en que entra en casa de un consumidor, al mismo tiempo que en la de todos los demás. Desvela, cuando ya es tarde, su pobreza esencial, que viene naturalmente de la miseria de su producción. Mientras, otro objeto ya está cargando con la justificación del sistema y la exigencia de ser reconocido.
70
La impostura de la satisfacción tiene que denunciarse a sí misma sustituyéndose, siguiendo el cambio de los productos y el de las condiciones generales de la producción. Lo que ha afirmado con el más perfecto impudor su propia excelencia definitiva va sin embargo cambiando, tanto en el espectáculo diluido como en el espectáculo concentrado, y sólo el sistema tiene que continuar: tanto Stalin como la mercancía pasada de moda son denunciados por los mismos que los impusieron. Cada nueva mentira de la publicidad es también la confesión de su mentira previa. Cada derrumbe de una figura del poder autoritario desvela la comunidad ilusoria que lo aprobaba por unanimidad, y que no era más que un conglomerado de soledades sin ilusiones.
[…]
mayo 28th, 2010 a las 03:39
#2 Inconexo
En retrospectiva, Microsoft me da hasta pena. Por lo menos al principio (antes de que los masterandos bajaran al friki del asiento) tenían unos valores: Acercar la informática al mundo aunque eso, a su vez, les acercara peligrosamente al monopolio.
Jobs y sus fashionistas ni soñarían con algo así. Su discurso es el mismo que el que se empleaba para venderles polvos de arroz a los dandys del Siglo XVIII.
#9 Insignificante
Siempre he dicho que, en términos de productividad pura y simple, la que se queda en horas por empleado y máquina y va poco mas allá, en la pugna entre un Estado Social y Democrático de Derecho de esos de sindicatos y protección del medio ambiente, y un Despotismo de los de trabaja o te clavo una bala en el bulbo raquídeo y al Valle de las Tres Gargantas que le den por culo, el segundo lleva las de ganar por goleada.
Conozco a mas de un masterando occidental y trajeado que practica el comunismo en la intimidad.
mayo 28th, 2010 a las 08:48
llaman a China Capitalismo de estado como si alguna vez hubiera existido un comunismo que no fuera capitalismo de estado; el capital no sé si crea necesidades, pero sé que el comunismo no te da para cubrir las que tienes en ese momento.
saludos