sep 23

Tag: SMS de Ignacio Escolar @ 18:28

El consejero de CCOO en RTVE que ha dimitido, Héctor Maravall, se explica en su blog. Maravall critica “el cinismo” de los medios cuyos dueños intervienen en la línea editorial. Hay trampa: los dueños de RTVE somos todos, no su consejo de administración. Al menos es el único de todos los que respaldaron esta medida que se ha dignado a dimitir.

3 comentarios en “”

  1. # The Observer dice:

    El único que se ha dignado a dimitir no, al único que le han obligado a hacerlo, CCOO de TVE, sí. A los otros como sus partidos no se lo han exigido pues siguen ahí.

  2. #0 HugoMM dice:

    También hay trampa: aunque RTVE sea de todos, sólo unos pocos profesionales de su gremio intervienen en la línea editorial. No digo yo que sea correcto que los políticos (que aunque no suelan demostrarlo siguen siendo nuestros representantes) anden metiendo el hocico a la hora de construir un informativo, pero para algunos ciudadanos sería muy de agradecer conocer de primera mano como se elaboran, por ejemplo, los telediarios de Baleares o de la propia comunidad de Madrid.

  3. #0 queseyo dice:

    Otra salvedad que cabe hacer: en los medios privados, sus dueños son los dueños de la empresa, pero no del “hueco” que ocupan en el espacio público.
    Resulta que tienen una concesión para usar tales frecuencias, y un permiso para emitir que otros no tienen.
    Es decir: usan un bien público, y disfrutan de una concesión en régimen de oligopolio.
    El resto de los españoles no puede hacer lo mismo.

    Por lo tanto, no está tan claro que puedan hacer lo que les da la gana (es decir, sí pueden, pero no está claro que tengan derecho legítimo a hacerlo).
    Si este no fuera el país que es, y con el poder político que tiene (y no me refiero a un solo partido) las obligaciones de servicio público se exigirían con algún rigor (por ejemplo, quien cuente mentiras demostrables se queda sin concesión, quien no cumpla con las reglas publictarias se queda sin concesion, y así sucesivamente) porque esa es la contrapartida a su disfrute de una concesión casi exclusiva.

    (O alternativamente, que todos los que quieran competir en ese mercado puedan hacerlo. Ahora con la digitalización de los canales y transmisiones, no hay excusa. Sin embargo, no pasa nada de eso. Las mismas empresas y los mismos amigos de los gobiernos autonómicos se han apoderado de todo)

    Así que la diferencia de exigencia a públicos y privados solo se justifica hasta cierto punto, tal como está montado el chiringuito.