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Por si hubiese pocas noticias económicas para hoy, el Banco Central Europeo ha anunciado hace unos minutos una nueva rebaja de los tipos de interés. Es una buena nueva para la bolsa, no vaya a ser que a los mercados les dé por bajar a pesar de la cumbre del G20.

“Es un avance, al menos hemos conseguido que los paraísos fiscales se discutan en una cumbre del G20”, asegura Jaime Atienza, de Intermon Oxfam. Según los datos que maneja esta ONG -una información a tener en cuenta, pues el jefe de prensa de Gordon Brown trabajó antes como jefe de prensa Oxfam, por lo que las relaciones son muy buenas-, no se ha logrado un acuerdo en la cumbre sobre una de las propuestas más importantes que estaban sobre la mesa: crear una lista negra de los paraísos fiscales. La oposición más dura ha sido la de China que tiene dos buenas razones para oponerse (la primera es Hong Kong, la segunda es Shangay), junto con la de Brasil, una posición que ha sorprendido bastante.

Brasil no está entre los países que se lucran, sino entre los que sufren estas cuevas piratas al margen de la ley, así que es posible que su veto se deba a algún tipo de posición conjunta con China. A Brasil le interesa especialmente que los créditos del FMI no estén condicionados a las políticas económicas que impone el fondo, pues aunque ahora no tiene créditos pendientes es posible que se vea obligado a pedirlos. China, mientras tanto, es de los países que aportan al FMI, no de los que cobran a él, y su postura al respecto también está condicionada por otra de sus aspiraciones: aumentar su cuota de representación en las decisiones tanto del fondo como del Banco Mundial como de la OCDE.

El argumento de Brasil y China para oponerse ha ido por ahí: como ellos no son miembros de la OCDE, no pueden dar por buena la lista negra de esta organización sobre lo que es o lo que no es una “jurisdicción no cooperativa”. Así que la cumbre, salvo que se desbloquee la situación, se cerrará sin que los paraísos fiscales se vayan al infierno.

Los manifestantes de ayer repartieron un falso ejemplar del Financial Times. La parodia es casi perfecta.

La anécdota es del periodista José Antonio Martínez Soler, que entonces trabajaba en TVE. Fue durante una visita del presidente de Estados Unidos a España, una importante y reunión bilateral entre Bill Clinton y Felipe González en la Moncloa. Después de un buen rato de espera, a Martínez Soler le entraron ganas de mear, así que se puso a buscar el baño. Por error, acabó abriendo la puerta de la sala donde estaban sentados Clinton y Felipe. Y como Martínez Soler nunca ha sido tímido, aprovechó la ocasión para entrar dentro, andando en la sala como si fuese alguien del protocolo. “Me los encontré con unos platos de aceite en la mesa. Felipe le estaba enseñando a Clinton cómo mojar pan en aceite”, recuerda Martínez Soler, que dio una vuelta a la sala rodeando la mesa con cara circunspecta, saludó a un Felipe que le miraba anonadado y salió después por la misma puerta, abandonando la crucial cumbre internacional.

Debajo está Bob Geldof.

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Nikolas Sarkozy y Ángela Mérkel no tenían otra opción que enseñar algo las uñas para así poder llegar hoy a la cumbre en una posición más fuerte. ¿Qué otra opción había ante el héroe Obama si no querían evitar que sólo su voz se mantuviese? Gracias al órdago del eje francoalemán, la cumbre sigue viva. Según ha asegurado Solbes hace unos minutos, el debate está ahora mismo en tres puntos: recursos, regulación y paraísos fiscales.

Es otra vez la triple R de la que os hablé ayer. Los recursos: cuánta pasta se destina a los créditos del FMI y cuánto al plan de estímulo de la economía. Las reformas: dónde está ya pactado el nuevo papel del Fondo de Estabilidad Financiera pero aún no están acordados los requisitos para los créditos del FMI a países en desarrollo, pero existe la voluntad de que sean más flexibles que hasta ahora. Y la regulación, el debate más polémico del día, los paraísos fiscales: qué sucederá con esas “jurisdicciones no cooperativas”, como dice Solbes. En este aspecto, la posición de la Europa continental -el Gobierno español también respalda en este punto a Francia y Alemania- tiene en su contra no sólo a Reino Unido y a Estados Unidos. El gobierno menos dispuesto a permitir que se acabe con los paraísos fiscales, el que más duramente se opone, es el de China. Con el tiempo que les ha costado recuperar Hong Kong, como para perder ahora la gallina de los huevos de oro.

¿Habrá acuerdo al final del día? Pese a todo, lo más probable es que sí, aunque sea de mínimos. La expectación de la economía mundial sobre la cumbre es tan grande que no firmar siquiera un comunicado único sería un mensaje dramático para los mercados. Otra de las opciones que se barajan es que ese comunicado de mínimos se complemente después con varios anexos, que no tendrían que ser por unanimidad, donde quedarían fijadas las reformas y los acuerdos más importantes. Pronto se verá.