may 08

Desmontando a Pío Moa

Felipe Villegas

Salvo en círculos y medios especializados (en internet se libra una batalla dialéctico-digital en toda regla), el común de los mortales suele ser ajeno a la miga que encierran algunos historiadores o seudohistoriadores cuando se deciden a sentar cátedra en sus libros o charlas. Premisas como distancia histórica frente al evento, afán de objetividad (una utopía), contraste de las fuentes, consulta hasta agotar las fuentes, ecuanimidad, uso de un lenguaje aséptico… no parecen abundar en el catálogo de novedades históricas que asoma a los escaparates, y ello pese a su tirón.

Oyendo al historiador Francisco Espinosa Maestre (Villafranca de los Barros, 1954, pero afincado hace años en Sevilla) uno puede hacerse una idea del complejo entramado de intereses que rodea al hecho histórico puro cuando éste se presta a ser usado como arma propagandística y/o política. Es el caso de la Guerra Civil y sus cruentos capítulos, que siguen estando en la picota y produciendo agrios debates y manipulaciones, operaciones a gran escala de confusión y relativización que, lejos de servir para contar las cosas tal cual pasaron, son el pretexto de algunos para legitimar causas pretéritas aún latentes.

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135 comentarios en “Desmontando a Pío Moa”

  1. # hayek dice:

    tipico de la miseria intelectual progre. Moa desmonta toltalmente las mentiras sobre Badajoz y no se les ocurre otra cosa que atacarle usando este hecho totalmente refutado. Patetico.

    Para quitar el sabor a putrefacto de la lectura del articulo ungido del dia, propongo uno de Moa siempre acertado en sus intervenciones:

    El espíritu de la checa
    Pío Moa
    Recomiéndenos Volver
    Uno nunca pierde del todo la ingenuidad. Creía que la canallada de Guerra sobre la que hablé hace poco en el artículo “Un gran hombre”, quedaba liquidada con el comentario, pero veo que no es así. Un amigo me ha alertado sobre otro libro, exculpatorio del GAL, publicado hace poco por el periodista afín al PSOE Diego Carcedo, sobre el general Sáez de Santamaría, en el que repite la misma patraña, puesta ahora en boca del general: yo habría sido el infiltrado que había permitido la liberación de Oriol y Villaescusa en 1977. Por lo tanto, no estamos ante una canallada particular, sino ante una campaña.

    Pero quizá me exprese mejor en forma de autoentrevista:

    P. ¿Por qué crees que salen con estos cuentos ahora?
    R. Porque mis libros, en especial Los mitos de la guerra civil y Los crímenes de la guerra civil, por lo mucho que se han vendido y se siguen vendiendo, han hecho mucho daño al PSOE y a los comunistas, e intentan destruirme de alguna manera por estos métodos. Ya Stanley Payne, en su comentario sobre mis libros, señalaba que los ataques a mis trabajos se realizan “por medio de una suerte de censura de silencio y de diatribas denunciatorias más propias de la Italia fascista o de la Unión Soviética que de la España democrática”. Como vemos, se ha quedado corto: hay más que diatribas.

    P. ¿Por qué les hacen daño tus libros?
    R. No debieran hacérselo, porque son de historia, y una historia que empieza a ser vieja. Pero para el PSOE y los comunistas, la guerra civil es una fuente inagotable de legitimación política y de deslegitimación de la derecha. La han convertido en uno de los principales pilares de su propaganda, y ahora mismo están volviendo a sembrar los viejos odios, los viejos rencores con sus campañas sobre la represión de la guerra y la posguerra. No tratan esos temas como historia, ya que hablan sólo de las víctimas de un bando, olvidando las del otro y las que se causaron las izquierdas entre sí, y olvidan además quién empezó. Utilizan la historia, utilizan los muertos de una forma inicua y peligrosa. De ahí que no vean mis libros como libros de historia, sino como un ataque a uno de los pilares de su política. Lo que hacen es mucho peor que la corrupción económica.

    P. ¿Hay algo de verdad en esas acusaciones de Guerra y Carcedo, y probablemente de muchos otros?
    R. Podemos plantearlo así: si fuera cierto, yo habría echado por tierra uno de los atentados terroristas más graves de la transición. Por lo tanto, deberían estarme agradecidos, por un lado, y por otro no deberían decirlo, porque ello equivale a poner mi vida en peligro. Pero, en primer lugar, no lo dicen como un elogio, sino todo lo contrario, lo sitúan en un contexto sórdido. Y en segundo lugar, lo que dicen supone una auténtica colaboración con los terroristas, ofreciéndome a su venganza.

    P. Pero, ¿hay algo de cierto en lo que dicen?
    R. Es obvio que no hay nada. Carcedo escribe como el clásico intoxicador chequista, poniendo en boca del general Sáenz de Santamaría unas palabras que tendrá que demostrar que las dijo el general. Si el general, que parece exculpar al GAL, dijo eso, es que era un completo inepto, pues sus palabras están llenas de inexactitudes y habla en base a suposiciones que él, como jefe de la lucha contra el terrorismo, no puede hacer: o sabe o no sabe. Son palabras provocadoras, insinuantes, típicamente chequistas, apoyándose en el comisario Conesa, que, claro, nunca podrá desmentirle porque ha muerto, como el propio general. Esas palabras me parecen más propias de un individuo de muy pocos escrúpulos como Carcedo que de quien, por su cargo, forzosamente tenía que saber a qué atenerse. En todo caso tenemos el testimonio de Barrionuevo, y supongo que también de Martín Villa, y de bastantes más. El intento de exculpar al GAL es también significativo. El PSOE practicó hacia el terrorismo una doble política, reflejo de su mentalidad profundamente corrupta: por un lado claudicaba ante los asesinos, negociaba con ellos, incluso pensaba cambiar las leyes a su favor, y por otra imitaba sus métodos. Estudiando al PSOE uno se percata del enorme papel que han jugado en su historia las campañas de calumnias y falsedades contra sus adversarios, es algo estremecedor. Han sido verdaderos maestros de la calumnia y la provocación. Podíamos confiar en que habían cambiado, pero desgraciadamente el cambio ha sido muy insuficiente.

    P. Si no hay nada de verdad, el peligro para ti es menor.
    R. No, el peligro es igual o mayor. En primer lugar, los terroristas no necesitan una verdad, sino un pretexto para actuar, el pretexto que les sirven en bandeja estos provocadores de estilo tan típicamente chequista. En segundo lugar, no tienen por qué actuar ellos. Un posible atentado contra mí, después de todas estas cosas, les sería enseguida atribuido, aunque podría muy bien proceder de otro lado, máxime teniendo en cuenta experiencias como el GAL.

    P. ¿Piensas recurrir a la justicia?
    R. Sí

    P. ¿Tienes confianza en la justicia?
    R. La normal.

  2. #0 hayek dice:

    Y ahora el articulo de
    Moa donde da cuento de la mentira de Badajoz, mentira con la que sembrabais el odio y justificabais vuestros asesinos masivos ; ya que la izquiierda siempre ha estado del lado del verdugo:

    La matanza de Badajoz
    Por Pío Moa

    Como hemos visto en los anteriores artículos, matanzas como la de Badajoz entran en un contexto muy distinto del que Espinosa pretende en su enredoso y rencoroso libro, y se explican muy de otro modo que el por él ofrecido.
    Tanto esa matanza como las de Madrid, Barcelona, Bilbao, etc., nacieron del odio, un odio difundido sistemáticamente por las izquierdas, y no, o apenas, por las derechas. Y el terror derechista fue de respuesta a las agresiones y al terror izquierdista previos y practicados, con mayor o menor intensidad, durante toda la república, no a la inversa. Espinosa, y tantos de su tendencia, desvirtúan estos hechos, me cuesta creer que por ignorancia, a fin de explicar lo ocurrido en Badajoz como algo monstruosamente inusual, causado por la vesania de una caterva de oligarcas, espadones y clérigos que odiaban al “pueblo” y atacaron a un gobierno “legal y democrático”.

    Ahora bien, aunque el contexto explicativo sea falso, podría ser fiable la investigación concreta. Esto no parece fácil, pues Espinosa y compañía no trabajan tanto por esclarecer los hechos como por demostrar la maldad incomparable de los “fascistas”. Y, en efecto, es fácil percibir varios puntos débiles en su estudio La columna de la muerte.

    La matanza de Badajoz por excelencia, la que dio la vuelta al mundo, fue la supuestamente ocurrida en la plaza de toros el día 15 de agosto, descrita en el diario madrileño La voz: “Cuando Yagüe se apoderó de Badajoz (…) hizo concentrar en la Plaza de Toros a todos los prisioneros y a quienes, sin haber empuñado las armas, pasaban por gente de izquierda. Y organizó una fiesta. Y convidó a esa fiesta a los cavernícolas de la ciudad, cuyas vidas habían sido respetadas por el pueblo y la autoridad legítima. Ocuparon los tendidos caballeros respetables, piadosas damas, lindas señoritas, jovencitos de San Luis y San Estanislao de Kostka, afiliados a Falange y Renovación, venerables eclesiásticos, virtuosos frailes y monjas de albas tocas y miradas humildes. Y ante tan brillante concurrencia fueron montadas algunas ametralladoras…”, con las que habrían masacrado a entre 1.500 y 4.000 prisioneros, según versiones, entre aplausos y griterío de los espectadores. En algunas variantes, muchos presos habrían sido toreados, etc.

    Espinosa admira lo “muy bien escrito” que está el artículo de La voz, una pieza brillante en la siembra de odios con que a cada paso topamos. Pero él mismo debe reconocer que se trata de una falsedad. No existió tal fiesta. Sin embargo tal falsedad no deja de tener un valor para el columnista del enredo: “la [matanza] de Badajoz había trascendido y se había convertido en paradigma de lo que el fascismo representaba”. Y el consuelo es fácil: “la fiesta, como toda reducción (¡!) colmó el imaginario colectivo por contener todos los ingredientes necesarios. Al fin y al cabo ¿qué si no una gran orgía de sangre fue lo que los grupos sociales y económicos amenazados por las reformas republicanas (…) hicieron con esa izquierda extremeña eliminada en masa?” En fin, asegura, la inventada fiesta fue, de todos modos, poca cosa al lado de lo realmente ocurrido, y los militares, aunque no presidieran el supuesto jolgorio, eran “capaces de presidir cosas mucho peores que aquella corrida, y sin duda hubieran ocupado un lugar preferente en un posible Nuremberg español. De ahí quizá el arraigo de una historia como la fiesta” (p. 211-2)

    El arraigo no viene de ahí, desde luego, sino de una masiva e inescrupulosa propaganda que intenta continuar Espinosa, cuya calidad moral e historiográfica brilla en estos párrafos. Y sigue brillando cuando pretende justificar como respuesta a las matanzas de Badajoz las perpetradas por las izquierdas en la Cárcel Modelo y las de Paracuellos, en Madrid, “momentos cruciales de violencia revolucionaria”, asegura. Y comenta: “Por más que lo negaran, esa cadena de violencia favorecía los intereses de los golpistas, que así podían justificar su plan de exterminio y al mismo tiempo mostrar al mundo las pruebas del terror rojo”. Espinosa vuelve a mentir. El terror izquierdista tenía ya una terrible trayectoria antes de julio del 36, como hemos visto, y a partir de esa fecha, sin esperar a ninguna violencia derechista, se ejerció de forma masiva y entusiasta, con la seguridad de que, ganada la contienda, la historia lo justificaría, como predicaba Largo. Decir que aquellos asesinatos revolucionarios “favorecían los intereses de los golpistas” es bellaquería muy propia, la hemos oído al PNV en relación con el terrorismo etarra y el PP.

    Pero, aunque no fiesta, Espinosa sostiene que hubo matanza en la plaza de toros, y por ello se indigna ante su demolición, pues debiera haberse conservado como eterno recordatorio del crimen. Se apoya para sostenerlo en Southworth, un propagandista similar al mismo Espinosa, aunque, lamenta éste, no dedicara a Badajoz “la extensión y profundidad que dedicó a Guernica”. La comparación tiene interés, manifiesto en esta observación de Jesús Salas Larrazábal: “Quien tenga probada paciencia puede estudiar los orígenes del mito de Guernica en las 109 páginas del capítulo primero de La destrucción de Guernica, en las que [Southworth] va exponiendo, una tras otra, las noticias que publicó la prensa mundial en base a los cables enviados desde Bilbao por los cinco corresponsales extranjeros allí destacados. Los que afronten esta lectura podrán conocer insignificantes pormenores pero, por mucho que relean las densas páginas, no serán capaces de hallar rastros de lo más esencial: los relatos de la prensa de Bilbao, numerosa entonces y, hay que suponerlo, mejor informada. Nadie considere esto como un incomprensible olvido de cronista tan minucioso, pues existe una explicación mucho más lógica: los periodistas de Bilbao no comulgaron con las extravagantes tesis de los contados corresponsales extranjeros que fabricaron la leyenda y no quisieron ver publicados datos que podían ser refutados fácilmente por los evacuados de Guernica”. El examen de esa prensa, y la intensa investigación documental y sobre el terreno han permitido a Salas rebajar a 120 la cifra de víctimas real del bombardeo. Son muchos muertos, pero los creadores del mito necesitaron multiplicarlos por 13, hasta 1.600, e incluso hasta 3.000.

    Es un método de Southworth, muy del gusto de Espinosa: si una patraña o una exageración se repite cientos de veces, un seudohistoriador puede seguir el rastro de esas repeticiones y variaciones, y dar al lector desapercibido la impresión de estar leyendo un trabajo concienzudo. Pues bien, Espinosa se basa también en los despachos de los corresponsales Mario Neves, Marcel Dany, Jacques Berthet o Jay Allen. Se trata de testimonios bastante diferentes entre sí, cosa en principio comprensible… excepto en un punto, que expongo así en Los mitos de la guerra civil: “Sin embargo en la plaza de toros no hubo tales matanzas, al menos el día 15 de agosto, como asevera el mito, ni el siguiente. Podemos tener razonable seguridad de ello por el testimonio del izquierdista portugués Mario Neves. El 15 [tras haber oído rumores de matanzas en aquel lugar] escribe: Nos dirigimos enseguida a la plaza de toros, donde se concentran los camiones de las milicias populares. Muchos de ellos están destruidos. Al lado se ve un carro blindado con la inscripción “Frente Popular”. Este lugar ha sido bombardeado varias veces. Sobre la arena aún se ven algunos cadáveres. Todavía hay, aquí y allá, algunas bombas que no han explotado, lo que hace difícil y peligroso una visita más pormenorizada”. Al día siguiente, movido por los insistentes rumores, vuelve al lugar y encuentra el mismo panorama. Nada de fiesta, desde luego, pero también parece difícil fusilar en masa en un lugar con bombas sin estallar.

    Esto, naturalmente no lo cita Espinosa, que en cambio quiere dar crédito a Neves cuando, muchos años después, pretenderá respaldar a los otros corresponsales “agraviados por la visión atroz de los cuerpos extendidos en la plaza de toros” o por “la presencia de los desgraciados que aguardaban en los chiqueros” (lugares estrechos donde cabe ciertamente poca gente). ¿Cómo es que él no vio en 1936 los cientos o miles de cuerpos en el coso? No lo explica, sino que intenta desviar la cuestión afirmando que le impresionaron más los cadáveres “dispersos por la ciudad”. Cosa increíble, desde luego. Mal que le pese a Espinosa, el testimonio fiable es el de Neves de 1936, y no el de los años ochenta, cuando el mito había crecido hasta convertirse en dogma de fe, que él intentaba respaldar “para descargo —decía— de su conciencia”.

    Lo anterior hace difícil creer, por decirlo suavemente, la matanza en la plaza de toros. Pero ¿significa eso que no hubo matanza? En modo alguno. La hubo, o, mejor dicho, hubo varias aunque de forma más dispersa y, por así decir, vulgar. ¿Cuántas fueron las víctimas? Según los datos de A. D. Martín Rubio y F. Sánchez Marroyo, a partir de los registros civiles y del cementerio, pueden estimarse, hasta fin de año, entre 500 y 1.500, una represión sin duda larga y despiadada. Pero Espinosa eleva la cifra a unas 7.000, integrando, desde luego, los caídos en combate y a otras víctimas en diferentes años. No está en mis posibilidades contrastar esos datos ni los métodos empleados, pero advertiré que, vistas las desvirtuaciones tan frecuentes en el autor, y su evidente deseo de revolver bilis, sus datos ofrecen el mayor margen a la desconfianza. Otros podrán hacer sobre el terreno las comprobaciones pertinentes.

    Cosa no fácil, porque los trabajos de historiadores como Francisco Moreno Gómez sobre la represión en Córdoba, por ejemplo, verdaderos panfletos en la vía de Tuñón de Lara, han dado lugar a una floración de otros parecidos en buena parte del país, subvencionados a menudo por ayuntamientos, y órganos administrativos izquierdistas. Su metodología es tan peculiar como la de Espinosa, pero denunciarla causa a muchos verdadero temor, por verse señalados localmente como “fachas” o cosa parecida. Sin embargo, algunas personas en las localidades tendrán que irse animando a revisar toda esa siembra de odios.

    Juliá dice en su artículo de elogio a Espinosa en Babelia: “Los cerca de 7.000 asesinados por la “columna de la muerte” quedan reducidos [en Los mitos de la guerra civil] a unos cuantos centenares, nada de lo que admirarse, como aconseja el autor, horrorizado, esta vez sí, por la matanza en la cárcel modelo de Madrid”. Juliá falsea las cosas una vez más, siguiendo su mal método. Los cientos de muertos en Badajoz, como en tantos otros lugares, me parecen una atrocidad, pero no pierdo el tiempo en poner poses de indignación ni en aconsejar admirarse ni horrorizarse para despertar con tales trucos la “mala leche”. Mi posición ha sido en todos lo casos buscar los hechos y las raíces de ellos. Y la raíz fundamental, insisto nuevamente, está en el odio sembrado a conciencia por las izquierdas durante toda la república. Sería bueno que todos aprendiésemos del pasado, pero son demasiados los que persisten, aún hoy, en la misma actitud.

  3. #0 Polimórficamente Perverso dice:

    Me Aburrooooooo!!!!!!!!!!!

  4. #0 Uno dice:

    Di que si, Hayek; tu bastante tienes con los miles de muertos que provoca todos los dias tu mierda de liberalismo….

  5. #0 balto dice:

    Desde luego, Moa le sacude a gusto al tal Espinosa, y no tiene nada de extraño que Espinosa se ponga como un tigre, aunque sin garras, porque no tiene argumentos. Hay un trabajo muy interesante y minucioso de Angel David Martín Rubio desmenuzando las falsificaciones del orate Espinosa. Pero, para que vean cómo está el patio, a Martín Rubio, después de pedirle en la televisión extremeña que hablara de la represión, para dar una falsa impresión de objetividad (falsa porque los del tipo de Espinosa eran muchos más y les daban más tiemp) ni siquiera le dejaron esos pocos minutos. Lo borraron sencillamente. Y es que la izquierda no puede aguantar la verdad. Busca siempre la censura, con unas ansias infinitas y desvergonzadas de mentira.

  6. #0 Anónimo dice:

    Tamos rodeaos.

  7. #0 ominae dice:

    Creo que no has leido la ultima parte del articulo, porque no creo que se pueda estar de acuerdo con ella:

    “Por todo lo expuesto, Espinosa se pregunta por qué en España no hay controles para evitar que prolifere la propaganda travestida de historia como sí los hay en Inglaterra o Francia.”

  8. #0 Amicus dice:

    Una duda que tengo yo, el hecho de que el regimen de Franco no restaurara la democracia en los años 60, por ejemplo, ¿es tambien consecuencia del odio sembrado a conciencia por las izquierdas durante toda la república?.

  9. #0 ominae dice:

    No Amicus. Es que se le olvida que Franco odiaba la democracia, era completamente antidemocrata. Al igual que la mayoria de españa en lso años 30. Por eso se mataban entre ellos.

  10. #0 Valtoalleq dice:

    A mi Pio Moa me recuerda a los creacionistas (y mira que casualidad; otro abanderado de la derecha lo es, Cesar Vidal) Los creacionistas se quejan de que la “ciencia oficial” les margina; y Pio Moa hace lo mismo con lo que el llama “la historiografia”. Los creacionistas a la hora de hablar de un fosil o de cualquier cosa exponen lo que les interesa y ocultan lo que no les interesa, como el Pio. Y ambos tienen seguidores como Balto “que leen mucho” (la prueba de lo que leen estos individuos es que uno de ellos ni supo dar una definicion de “ungido” y nos manda a una pagina web) y que repiten como loros que si Fulano ha refutado a mengano o que si Pepito no puede contestar a Juanito, o que la censura (como la que este pais sufrio durante 40 años…)les oprime….

    Y es que por mucho que Balto y Hayek se pajeen con Pio Moa, la razon de que los historiadores no le hagan ni puto caso al Pio Moa es la misma de por que la mayoria de biologos no hacen caso a los fanaticos del creacionismo: por que piensan que a los charlatanes no hay que hacerles el menor caso.

  11. #0 Hitokiri dice:

    Me parece algo realmente asqueroso que se intente negar algo tan atroz como la matanza de Badajoz…
    A mi abuelo no lo mataron, aunque si que la vio de cerca, y eso que el no era republicano, reconoce que nunca vio nada tan atroz y sangriento.
    Encima que salga un extremeño dandole la razon… nos pone en mal lugar a todos

  12. #0 Anónimo dice:

    Yo lo que me preguntaba con mi post anterior era en realidad lo que piensa Pio Moa al respecto, porque digo yo que la ideología del regimen franquista en los años 60 podría ser útil para intentar entender la actitud del bando franquista antes, durante e inmediatamente después de la guerra civil.

  13. #0 Nicky the Jazz Cat dice:

    Hayek, me parece que no has comprendido el artículo. Aunque claro, el tema no es que te interese mucho ¿No?

  14. #0 Emilio Moya dice:

    Hace unos días asistí a unas jornadas internacionales organizadas en Mérida, en las varios de los ponentes expusieron cómo habían recopilado los datos de los muertos por la represión republicana (250) y los muertos por la represión de los golpistas (7.000): En los registros civiles, en los archivos municipales, en los libros de los cementerios, en los tribunales de justicia militares.
    De este trabajo de campo, puede conocerse qué muertos están localizados y enterrados en los cementerios, y cuáles están desaparecidos o enterrados en fosas comunes.
    La Diputación de Badajoz (administración izquierdista para algunos) ha financiado una recopilación de datos en un DVD, por el que historiadores, arqueólogos y forenses, han localizado la ubicación de las fosas comunes con desparecidos durante la guerra civil.
    ¿Pío Moa tiene el valor de entrevistarse con sus hijos y nietos y decirles a su cara, que si no están enterrados en un lugar conocido, es porque se fueron a comprar tabaco?
    Lo mínimo que hay que pedirle a quien se dice un historiador es que utilice métodos científicos, y esto os lo dice un doctorando en el departamento de Ciencia Política y de la Administración de la UNED en Madrid, y sin ser pedante, la aplicación de una metodología es fundamental para cualquier investigación, (cuestión que la UEX de Extremadura aporta al colaborar con investigaciones sobre la guerra civil en la región)por lo que entenderéis que los comentarios de Pío Moa mientras no sean contrastados con datos ciertos, no tienen credibilidad ninguna.
    Os lo dice alguien que nació en Mérida, donde todavía hay fosas comunes en las que tienen que estar enterrados los 940 emeritenses localizados como desaparecidos en el archivo municipal de Mérida, y esto sí que es irrefutable.
    http://www.politicadesdeextremadura.bitacoras.com

  15. #0 Malagueño dice:

    Por la costa del sol también se han realizado distintas excavaciones, por ejemplo en Casares, Estepona o Málaga, y todavía quedan muchas fosas comunes perdidas o abandonadas.

    No si al final resultará que el golpe de estado contra un estado democrático por Franco (o llamese Pinochet si gusta mas, gran admirador de paquito) fue algo merecido. Y nuestros abuelos eran todos unos quema iglesias o/y mata señoritos, venga que esto no se lo cree nadie..

    Un saludo

  16. #0 José Carlos Rodríguez dice:

    Este Espinosa no se entera.

    Al final servirá para lo de siempre. Quienes prefieren hablar sin leer dirán que hay un libro que desmonta a Moa, a quien, “por supuesto” no han leído.

    Si con el libro de Espinosa pudiera haber algo de debate, bienvenido sea.

  17. #0 José Carlos Rodríguez dice:

    Por cierto, Nacho, te debo una respuesta, pero ahora no tengo tiempo.

    A ver si mañana te la pago.

    Un saludo.

  18. #0 palencianoexiste dice:

    ¿Será que tú no te enteras, josecarlitos?

    Y parafraseándote, quienes prefieren hablar leyendo sólo a Moa -o siguiendo ciegamente a quienes lo citan, dirán que hay unos tipos que mienten, a quienes “por supuesto” no han leído.

    Por cierto, estos tipos que son acusados de mentir son HISTORIADORES. ¿nos puedes decir qué es Moa?

  19. #0 El niño de la pantalla dice:

    A mi Moa me recuerda a un señor que vendia libros amarillos en la epoca de “esta noche cruzamos el missisipi”. Debe ser que en ocasiones veo muertos…

  20. #0 palencianoexiste dice:

    Moa no tiene altura para haber estado en “Esta noche…”. A lo máximo que llega es a LD.

  21. #0 blshears dice:

    Si Pio Moa fuera aleman, y en sus articulos negara Auschwitz en vez de Badajoz, aun diciendo que no, que los muertos no fueron tantos, y culpando a las victimas de exagerar encima las cifras, cuantos anyos le caerian? Merece la pena buscarlo.

    Pero claro, en Espanya hay prohibido y hay censura.

    Cuando acabara de verdad La Transicion? A que precio tenemos esta democracia, que no merecemos que maltraten tipos como este?

  22. #0 hirasawa dice:

    os dais cuenta de que los progres SIEMPRE acaban pidiendo censura? Por favor, es patético.

  23. #0 juan dice:

    balto, hayek..
    no habeis pensado en abroirpos un blog propi, compartido entre los dos?

    me temo que de cero visitas no pasariais.
    y los comentarios a favor, ni olerlos.

  24. #0 Amador dice:

    Juan, me has quitado las palabras de la boca. Siempre he creído que no hay que dar de comer a los trolls (no confundir con “abogado del diablo”). Yo creo que hayek, con su mala educación, sus ansias de monopolizar, sus faltas de ortografía y los defectos de razonamiento que exhibe su discurso(?) es la obra de un guasón que quiere parodiar a los liberalillos (que no liberales), pero es que la verdad ya cansa un poco el tema. Que sí hayek, que ya nos hemos enterado: los liberalillos son groseros, antidemócratas, mentirosos, deshonestos, etc., pero no marees más el chiste, que la gente te va a pillar tirria.

    Por otro lado, ya está bien de que algunos se aprovechen del seguimiento que tiene un periodista en el medio digital para montarse en sus hombros y pasársela echando despropósitos. No son liberales, son libeladillas, es decir, parásitos que pronuncian libelos.

  25. #0 chus dice:

    hirasawa, ¿me puedes decir qué entiendes por “progre”?

    Me da que es otra coletilla al estilo “ungido”, la repetís constantemente pero no sabéis qué significa. Eso sí es patético.

  26. #0 Anónimo dice:

    Yo me pregunto, con los “antecedentes” de este tal Moa, que de historiador tiene bien poco, ¿cómo habría acabado si hubiera cometido sus locuras de juventud durante un gobierno Franquista? Parémonos a pensar un poco…

  27. #0 No uses la palabra libertad en vano… dice:

    “Espinosa se pregunta por qué en España no hay controles para evitar que prolifere la propaganda travestida de historia como sí los hay en Inglaterra o Francia.”

    Por supuesto que sí… Yo sin ser Neurólogo (y me refiero a tener el título universitario, las prácticas, años de carrera…) no me puedo permitir el lujo de escribir artículos sobre medicina y neurociencia, porque posiblemente, haría el ridículo absoluto (además posiblemente de incurrir en algún tipo de delito).

    Un personaje que que no es historiador no debería permitírsele el lujo de comentar y modificar la historia a su antojo sin contrastar ni una sola fuente, haciendo daño a todos aquellos que confían la lectura a alguno de sus “panfletos”. Y es que sobre Historia, como sucede en la Educación todos creemos tener opinión…

    Y es curioso que algo parecido sucede en medicina, cuando tenemos cualquier dolencia y nos automedicamos podemos causarnos un daño peor del que partimos. Aquellos que leen a este Moa sin contrastar fuentes de historiadores verificados como tales, pueden obtener graves perjuicios para su cultura futura (y la de sus hijos, que es peor)

    Pero una cosa es la “opinión” y otra es la certeza avalada por las fuentes y un rico estudio de unos hechos acaecidos en el tiempo. Por este motivo, aquellos libros de “no-ficción” que supuestamente se valoren como basados en hechos históricos recientes o remotos deberían valorarse previamente y autorizarse como tales siempre que sea posible. ¿O es que deberemos ponerles una etiqueta como la del tabaco?: “Leer este libro perjudica seriamente su salud cultural”.

    Si la opinión de este tipo y su caterva de expedicionarios en la Historia continúa consideraré seriamente escribir sobre neurociencia… Total, para lo que va a servir.

  28. #0 lcd dice:

    para que os hagais una idea de los métodos que utiliza moa en sus “tesis”:

    P: ¿Qué fue para usted lo que realmente pasó en la Plaza de Toros de Badajoz, pues todos coinciden en afirmar que hubo una matanza y una columna de la muerte comandada por Yagüe?

    R: Hoy día nadie coincde en que hubo una matanza allí como la dicha por la propaganda. Sabemos que no la hubo por el testimonio presencial de Neves, perioista portugués, que constató que en aquellos días la plaza sólo conservaba restos de un bombardeo sobre los camiones y matrial que los izquierdistas guardaban allí. Recientemente, al derribar la vieja plaza, se hizo la preceptiva excavción arqueológica, que lo ha confrmado fehacientemente: se han encontrado restos de bombas de aviación y de cañón, y UN SOLO CASQUILLO DE BALA DE FUSIL . De ser cierta la matanza habría grn número de casquillos de ese tipo, o de ametralladora

    sigo sin entender cómo se le puede dar credibilidad a un mamaracho así y negársela a Espinosa o a Reverte

  29. #0 Manolo dice:

    Este fin de semana me apetecía leer algo de humor, así que me “regalé” (seré hijoputa..!) uno de Luis Pío Moa: CONTRA LA BALCANIZACIÓN DE ESPAÑA. Tomé notas sobre el contenido del texto (que no es sino un refrito de otros textos y documentos del Moa Rodríguez, malcosidos) que pensaba pegar por aquí. Pero sólo diré esto: que en las primeras páginas, Moa se refiere a la ex Yugoslavia como una “península”. Si éste es el rigor geográfico del Historiador Cooficial de la Derecha (junto con Ricardo de la Cierva y el orate gangoso Fedeguico), cómo será el histórico. Mortis, rigor mortis.

  30. #0 jmaznar dice:

    Lo malo de esta ultraderecha facistoide que presenta el golpe fascista descabezado por Franco como una groove de Monjas Esclavas de Dios, es que escribe un huevo. Tochos infumables. Citas al capullo de Moa, el facistoide infumable. Vuelven a sacar a De la Cierva.

    ¿Por qué no nos recomiendan la lectura diaria de “Mi Lucha” y acabamos antes?.

    Vuestro ex-Presidente toma buena nota.

    Me voy a besar la calva del busto de Franco que tengo en el water.

  31. #0 jmaznar dice:

    Lo malo de esta ultraderecha facistoide que presenta el golpe fascista descabezado por Franco como una groove de Monjas Esclavas de Dios, es que escribe un huevo. Tochos infumables. Citas al capullo de Moa, el facistoide infumable. Y vuelven a sacar a De la Cierva a pasear. Joder.

    ¿Por qué no nos recomiendan la lectura diaria de “Mi Lucha” y acabamos antes?.

    Vuestro ex-Presidente toma buena nota.

    Me voy a besar la calva del busto de Franco que tengo en el water.

  32. #0 lcd dice:

    Otra prueba más del respeto que tiene Moa por los métodos historiográficos y por el lector:

    Pero Espinosa eleva la cifra a unas 7.000, integrando, desde luego, los caídos en combate y a otras víctimas en diferentes años. No está en mis posibilidades contrastar esos datos ni los métodos empleados, pero advertiré que, vistas las desvirtuaciones tan frecuentes en el autor, y su evidente deseo de revolver bilis, sus datos ofrecen el mayor margen a la desconfianza. Otros podrán hacer sobre el terreno las comprobaciones pertinentes.

    O sea, que pese a que aparecen nombres y apellidos de todos los muertos, como Espinosa le cae mal (porque Moa tampoco ofrece ninguna prueba de esas “desvirtuaciones tan frecuentes” que le achaca), deben ser falsos. Nada de refutar los datos con pruebas, no, eso es de “progres”. Después se queja de que no lo tomen en serio y digan que es un propagandista

  33. #0 Draco dice:

    Os voy a ser sincero, me encanta Pio Moa. Cuando uno está harto de tragarse tochos frios y metódicos sobre temas bastante “duros” de historia como pueda ser el propio Espinosa, Wingeate, Richards, Ysás, Raguer o Cazorla y su celo comienza a tambalearse de tanto dato, fuente y nota no hay más que aplicarse un correctivo Moa para volver a tomar fuerzas y continuar con el trabajo.

    Y es que es una delicia ver como ni siquiera es capaz de abandonar el lenguaje coloquial cuando escribe (Primo de Rivera abandonó el poder a los “seis años y pico” Los mitos… p.29)como obvia los trabajos historiográficos más modernos lesivos para su tesis (respecto a las intenciones de Stalin en la Guerra Civil no aparece ningún libro actual en la bibliografía que haya trabajado en los recién abiertos archivos soviéticos excepto dos (Hobson y Elorza y Bizcarrondo)para despreciarlos), como desecha ciertas fuentes con un mero diciendo sencillamente que no merecen consideración.

    Pero lo mejor, lo más curioso y lo que más caracteriza a sus defensores y ¿lectores? en la supuesta novedad de su argumentario. Todos y cada uno de sus “descubrimientos” los podemos encontrar en la historiografía, la prensa o los discursos franquistas de la década de los cuarenta. Que la guerra comenzó en el 34 era algo que ya se propugnaba en el 39 como excusa para imponer la Ley de Responsabilidades Políticas retroactiva y calificada por el propio cuñadísimo de “justicia al revés” ¿Os ha explicado don Pío que es esta ley, que sancionaba y por que necesitaba de que la guerra comenzase en el 34?¿os preocupa si quiera aunque no posea filo para atacar a los “progres”? Sea o no sea así, descuidad. No os lo va a explicar, no encaja con su idea de la posguerra. Si quereis saber algo sobre ello vais a tener que acudir a los mentirosos y malísimos historiadores que pretende hacer callar a media España (a la que tuvo el megáfono y el palo durante 40 años, y estuvco sembrando las mismas ideas con la misma base que don Pío, por cierto.)

  34. #0 JJ dice:

    Propongo y animo a completar una recopilación (que seguramente no sería muy larga) de palabras “troll” (en orden alfabético):

    -Algunos
    -Comunistas, los
    -Chequista
    -España
    -Falsear
    -GAL
    -Odio
    -Siempre
    -Rencor
    -Represión
    -Ungido

  35. #0 Manolo dice:

    Todas las palabras troll se resumen en una: “progretarra”. Puro pensamiento único. Qué digo único… Pensamiento cero, cero patatero. Pensamienten.

  36. #0 piezas dice:

    JJ, te has dejado las mejores! 😀

    progretarra
    islamoprogrefascista
    por pio moa […] ~Balto (bueno, esta son cuatro XD)
    colectivistas

    Y casi toda la base de datos de nuestro excelso bot liberaloide, que está corrupta ;-D

  37. #0 Marinero dice:

    Y ¿lo de los campos de concentración como lo vé el tipo este? Seguro que también piensa que se ha exagerado y que no fué para tanto. O sea revanchismo (he aquí otra palabra troll)

  38. #0 Manolo dice:

    Don Luis Pío Moa tenía razón cuando reventaba cabezas de policiás con un martillo y tiene razón ahora. Siempre tiene razón. Ocurre lo propio con Jiménez Losantos: la tenía (razón) cuando profesaba el leninismo y la tiene ahora, cuando se quiere cargar a España con su discurso incendiario. Esta gente SIEMPRE tiene TODA la razón, estén donde estén y “piensen” lo que “piensen”. Ellos son La Verdad, qué se le va hacer… La vida es dura para nosotros, repugnantes relativistas liberales…

  39. #0 Zeppo dice:

    De todos los soplaboyas analfabetos nazional catolicistas que pululan por la red, no he oído todavía a ninguno que sea capaz de explicar con palabras propias por qué el asesino ex grapo tiene razón, por qué el creacionista franquista objetor de conciencia tiene razón o por qué el cojo mantecas, en sus llamamientos al exterminio sistemático del enemigo rojo, tiene razón. Todos los rebuznos empiezan con el prototipo de analfabeto tipo hayek (los ungidos, los progretarrras…) para dejar en evidencia que le es imposible mantener un argumento propio, seguramente por incapacidad mental. Lo de los documentos que prueban… es el argumento franquista usado desde días antes del levantamiento para poder fusilar a todos los que no empuñaban las armas contra la república. Desde los datos que da Moa sobre alfabetización en Los Mitos, hasta la negación del bombardeo sobre Guernica (bueno, bombardeo si, ametrallamiento no) basados en estudios de un ingeniero franquista, algo maquillado para no concluir como él que Guernica no fué bombardeada, no son sino la eterna justificación de la extrema derecha del tiro entre los ojos falangista que hayek y demás nazi onalistas tienen que tener a mano para intentar justificar el genocidio franquista que tanto añoran. Son muchos años de haber matado gente y eso, a la larga, tiene que pesar en el ánimo de cualquiera. Solo pueden argumentar “los rojos mataron más” y se santiguan cuando lo dicen, porque saben que si existe el infierno, no solo irán por asesinos, además irán por mentirosos.

  40. #0 balto dice:

    Aquí vemos cómo discuten los progres. El tema es la guerra civil, pero ellos, incapaces de desmentir a Moa, lo mezclan con cuarenta temas más, por qué la dictadura duró tanto, etc. Y, finalmente, piden la censura como dice Espinosa que se hace en Francia e Inglaterra. No se hace en Inglaterra, sí en Francia, en pequeña parte y no sobre la guerra civil española, sino sobre los intentos de negar el holocausto, como ocurre también en Alemania, y por razones obvias.
    Los intentos de Espinosa de “desmontar” a Moa son patéticos. Por eso ha de terminar en plan inquisitorial, pidiendo la censura, es decir, imponiendo una nueva dictadura. Y como eso hoy por hoy resulta imposible, recurren a la algarabía, a mezclar cosas, a insultar…
    Tampoco es cierto que los historiadores no le hagan caso a Moa. Stanley Payne le hace mucho caso, y Hugh Thomas ha admitido que Moa dice la verdad, aunque le ataque a él alguna vez. Han aparecido comentarios elogiosos a Moa en revistas francesas de historia. Y en España le han elogiado Seco Serrano, Cuenca Toribio, Orella, y otros más. Lo que pasa es que los historieteros progres ´se arrogan por las buenas la representación de todo el gremio, y como ellos son los que más acceso tienen a los medios, pues algunos se creen todas las gansadas que dicen.
    ¿Por qué no leéis a quien criticáis, en lugar de chillar y pedir la censura? Se supone que ya no somos críos.

  41. #0 evo dice:

    Pio Moa (http://revista.libertaddigital.com/articulo.php/1276229266)

    “Por supuesto, los argumentos demagógicos (…)esgrimidos a favor del matrimonio homosexual pueden valer para cualquier cosa: ¿no pueden pedir los practicantes del bestialismo su derecho al matrimonio con su oveja o su perro preferido? ¿O los pedófilos? Y los musulmanes, ¿por qué no van a exigir la igualdad de derechos legalizando la poligamia?”

    Desde luego pedirle rigor histórico a este tipejo es imposible.

    un saludo

  42. #0 balto dice:

    Me permito aportar este pequeño testimonio de Cristina Losada. Ésta conoce el percal porque fue de las pocas personas que realmente se opusieron al franquismo, si bien,¡ay! como casi todas, desde una ideología mucho peor que el franquismo. Estaba en un grupo trotskista.

    POR QUE MIS AMIGOS NO QUIEREN REVISAR SU IDEA DE LA GUERRA CIVIL

    Cuando leí los primeros libros de Pío Moa sobre la II República y la guerra civil, a las ideas que yo tenía acerca de ambas les pasó lo que a esas momias que llevan milenios en una tumba herméticamente cerrada: se hicieron polvo en cuanto recibieron aire fresco. Impresionada por ello, empecé a correr la voz entre amigos y conocidos que sabía que guardaban momias parecidas en sus armarios. Lo que me encontré casi me impresionó más: una resistencia total a contrastar sus ideas con otras que las impugnaban. Y eso a pesar de que éstas provenían de alguien que por haber sido de la familia y haberse destacado en la glorificada lucha antifranquista, debía de tener a sus ojos, como los había tenido a los míos, un plus de credibilidad. Pues ni por esas. No es que no quisieran desprenderse de sus benditas reliquias, cosa comprensible y que no debe hacerse a la ligera; es que no querían ni echarles un nuevo vistazo.

    Sus ideas sobre la guerra las guardaban, como frágiles restos arqueológicos, bajo un blindaje intelectual y emocional que mis someros resúmenes de las tesis de Moa y los artículos de éste que les enviaba a modo de cebo, no lograban traspasar. La mayoría respondió con el silencio. ¿No conseguía despertar su interés o no tenían ningún interés? Claro que el silencio casi era preferible a algunas reacciones. Las típicamente sectarias, como: “Este señor (por Moa) debe ser de extrema derecha”; es decir, la identificación del disidente con el enemigo, de pura cepa estaliniana. La falsa neutralidad: “No quiero entrar en polémicas”, para recomendarme acto seguido “Soldados de Salamina” como modelo de aproximación ecuánime a la guerra. Y la frívola descalificación: “Está loco”, lanzada por quien no había leído nada del así diagnosticado, pero había oído campanas. Cuando las campanas fueron campanazo, cuando el diario El País, velando siempre por el bienestar de su feligresía, puso las obras de Moa en su Índice de lecturas no recomendadas, la frase fue: “Está muy desacreditado”.

    Por entonces aún pensaba yo que en la izquierda, salvo en las fortalezas partidarias y en los reductos estalinistas, el sentido crítico no se cultivaba sólo de boquilla y se intentaba mirar el derecho y el revés de las cosas. Pero ahí estaban unas personas que creían poseer aquel sentido en grado sumo, resistiéndose a la crítica y renunciando a hacerse una opinión personal sobre un asunto importante para ellas. Como lamelibranquios en apuros, echaban el cierre y allá vinieran olas y mareas que les daba igual; ya se encargarían otros de filtrar todo aquello y de demostrar que era basura, como barruntaban.

    Y así fue, pues en cuanto a Moa lo entrevistaron en televisión y el PSOE e Izquierda Unida tuvieron la ocurrencia de quejarse, los guardamentes de la familia, tal vez aguijoneados por la espectacular acogida del público a Los mitos de la guerra civil [1], rompieron el silencio con el que habían fulminado hasta entonces las obras del historiador. Habló el oráculo por la pluma de Javier Tusell, y ya mis conocidos y amigos supieron lo que debían pensar: los “historiadores serios” habían llegado en su día a un consenso sobre la República y la guerra civil, y aquel iconoclasta de Moa había osado perturbarlo cuando además no formaba parte de la curia académica, cuando no era, ¡horror!, sino un amateur[2].

    Es decir, que mis amigos aceptaban un juicio, exabrupto clasista incluido, según el cual, los hechos históricos admiten interpretaciones hasta que se llega a un consenso, y luego se cierra la ventanilla. Era la negación misma del espíritu crítico y del proceso del conocimiento. En la historiografía y en todo lo demás. Con la mentalidad de un Tusell, y de los que luego abundaron en su criterio, el hombre posiblemente no hubiera llegado al Paleolítico. Pero mis conocidos se embaularon aquel reaccionario dictamen, que les permitía seguir refugiados en su caparazón.
    Caí entonces en la cuenta de que hasta en los más heterodoxos pastos de la izquierda la proclamada voluntad crítica y autocrítica no pasaba de huera retórica, y que esa retórica cumplía una curiosa función: la de reforzar la inmunidad frente al virus de la crítica. Y aquellas defensas se activaban para proteger una idea de la guerra civil, la cual, sesenta y muchos años después de su estallido y al cabo de veintitantos de democracia, debía considerarse como un episodio histórico más, sujeto a investigaciones e interpretaciones cuya calidad tendría que juzgarse por su concordancia con los hechos y su capacidad para explicarlos, y no porque reconfortaran y satisficieran emocionalmente o corroboraran las inclinaciones políticas de cada cual.

    Aquella reacción visceral no podía atribuirse a que sus familias hubieran sufrido la represión del bando franquista, pues muy pocos había en ese caso. Su reacción nacía de otros manantiales, aunque conducía al mismo estanque en el que nadaban, más comprensiblemente, los que habían sufrido heridas: el de un pasado mítico, un pasado que no se permite que quede atrás, que se quiere siempre presente. Un pasado que al no aceptar que sea historia, de vocación objetiva, y perpetuarlo como memoria, de raíz subjetiva, no era lícito revisar.

  43. #0 Manolo dice:

    Pero vamos a ver…: si el Moa ha dejado escrito negro sobre blanco que Yugoslavia es una península…! Qué crédito va a tener como historiador! Si le falla la cultura general, leches…!

    Los troskistas ya se sabe dónde han ido a parar.

  44. #0 Manolo dice:

    “incapaces de desmentir a Moa,”

    para desmetir las chifladuras de Don Luis Pío, habría que hacerlo con chifladuras.

  45. #0 balto dice:

    Lo que hace Espinosa es mezclar muertos en represión y caídos en combate, y a veces incluye a muertos de izquierda asesinados por otros izquierdistas. Por eso le salen 7.000: todos eran “víctimas de la represión”. Lo mismo que en la represión de posguerra todos eran “víctimas”, lo mismo los inocentes que los culpables de asesinatos horribles.
    Pero es muy interesante otro tema, que es el que siempre se olvida: el de las torturas y asesinatos entre las propias izquierdas, aquellos demócratas de primera. A ver si encuentro por ahí algunas cosillas con las que ilustrar a los insultones cantamañanas que dominan el blog.
    Ah, y la dictadura duró tanto porque tuvo muy poca oposición. Puede apostarse a que la mayoría de los que ahora chillan tanto contra la dictadura (aunque apoyan otras dictaduras mucho peores) estarían calladitos, o procurando trepar en la burocracia de aquel régimen. El ejemplo es Juan Luis Cebrián, idólogo antifranquista por excelencia. Y es que chillar es muy fácil. Razonar, mucho menos. Y actuar cuando las condiciones son difíciles, no digamos.

  46. #0 Draco dice:

    “Hugh Thomas ha admitido que Moa dice la verdad”

    ¿Donde?,Balto,¿Donde?

    ¿Quienes son los “historieteros pogres” y cuales son los historiadores de verdad?¿Que lugar ocupan en el ámbito académico?¿Como es el gremio en realidad más alla de lo que digan los historieteros?¿Cuanto acceso a los medios tiene la historiografía académica comparada con los libros de Pío Moa subvencionados estanteria por estanteria?¿Sabes cuantos trabajos historiográficos se presentan al año que no tienen tirada alguna?

    Balto: ¿Sabes de lo que hablas o te dedicas a recoger “lo que se dice en otras webs”?

  47. #0 Mambo dice:

    No os esforceis, todos estos malditos seres vivos (que no personas) actuan de la misma manera. Igual que los nazis negando el holocausto o los pinochetistas negando la caravana de la muerte. Negar el pasado es la única manera que tienen de poder seguir ejerciendo el derecho a putear al prójimo. Por cierto, lo peor no son estos seres vivos, sino los que teniendo cierta legitimación se hacen eco de los mismos argumentos o de otros parecidos. Esos si que son peligrosos!

  48. #0 Manolo dice:

    La moda “Moa” pasará, y la Esfera de los Libros se dedicará sólo a publicar a Ratzinger.

  49. #0 Manolo dice:

    Insisto: Moa no atiende a razones. Sólo da por buenas las suyas. No habría otro modo de rebatir sus tesis más que añadiendo disparates (o disparartes) al “debate” que él plantea. Él, un aficionado, un pésimo escritor que debería volver al Bachillerato, un analfabeto que llama, insisto, “península” a la ex Yugoslavia. Fin.

  50. #0 balto dice:

    Ahí tenéis una ilustración sobre la represión “olvidada”. Aunque dudo mucho de que el problema aquí sea la ilustración. Algunos, por mucho que se les razone,explique, se les den datos, etc., no dejarán de rebuznar nunca. Pero seguro que otros irán poco a poco enterándose:

    GUERRA CIVIL
    Los auténticos olvidados

    En estos tiempos en que tantos se empeñan en limitar la memoria del lado más atroz y siniestro de la guerra y sólo de uno de los dos bandos, conviene mencionar a los auténticos olvidados: los izquierdistas víctimas del terror entre las propias izquierdas. No sobra hacer un llamamiento a los estudiosos y abretumbas para que incluyan en sus esfuerzos a estas personas, cuya dignidad y honor parecen traerles al fresco.

    El caso más publicitado es el del comunista no ortodoxo Andrés Nin, salvajemente torturado y luego asesinado por la policía política soviética en una de sus prisiones secretas en España, prisiones que escapaban al control del propio Frente Popular español. Sin embargo su caso es tan sólo un ejemplo entre muchos.

    Sólo por mencionar algunos casos que podrían incitar a investigar a los de la “memoria”, encontramos en el libro comunista Guerra y revolución en España, editado en Moscú, denuncias como éstas contra los anarquistas que habían conquistado la mitad de Aragón: “La violencia y el terror continuaron campando por sus respetos”. “Se perseguía, y aun se ejecutaba a los campesinos que se resistían a entrar en las llamadas colectividades agrícolas o por simples venganzas personales. En la zona del Cinca, en una noche fueron asesinados 128 campesinos (…) En Esplús, en un solo día aparecieron muertos 23 afiliados a la UGT” (tomo III, pgs. 262 y 264). O bien: “Cuando [los anarquistas] fueron al campo llevando consigo la antorcha de la revolución, lo primero que hicieron fue arrebatar al campesino todo medio de defensa… y una vez conseguido, le robaron hasta la camisa” (II, p. 30). Aparte de los asesinatos directos, estos desmanes dejaban a muchos labriegos al borde de la muerte por inanición, y bastantes de ellos llegaron probablemente a tal extremo.

    Por su parte, los anarquistas acusan a los comunistas en testimonios como los de José Peirats en su libro Los anarquistas en la crisis política española: “Nunca llegó el crimen a extremos de tanto refinamiento como a partir del 15 de mayo de 1937. Es decir, a partir de cuando el gobierno [del Frente Popular] se jactó de ser dueño de los resortes del poder. A partir de entonces se cometieron los crímenes más horrendos de nuestra historia política. Las mazmorras de la GPU se multiplicaron como infiernos de Dante (…) El 2 de julio se celebró en Tarragona el consejo de guerra contra los supervivientes de las masacres cometidas por los comunistas en aquella misma ciudad en ocasión de los hechos de mayo [se refiere a la pequeña guerra civil en Barcelona entre anarquistas y un sector marxista, por un lado, y los comunistas y los nacionalistas de Companys por otro, que causó cientos de muertos]. En mayo, 36 militantes de la CNT habían sido asesinados en Tarragona por los comunistas del PSUC” (p. 243).

    El periódico cenetista Solidaridad Obrera mencionaba, sobre esos sucesos, “Los cadáveres espantosamente mutilados de 12 jóvenes de la CNT de San Andrés (barrio extremo de Barcelona)” o “los 5 del rondín de Eroles, asesinados también”, o de otros quince asesinados también en Tarragona, y otros en diversos puntos de Cataluña. Menciona también el caso del libertario italiano Camilo Berneri (p. 234).

    La dirigente anarquista Federica Montseny denunció la práctica comunista de secuestrar a rivales políticos, “Meterles en una casa particular (…) sacarles por la noche y asesinarles” (p. 247)

    Orwell también menciona “Las cosas más terribles. (…) Heridos arrastrados fuera del hospital y arrojados a la cárcel, gentes apretujadas en repugnantes mazmorras, presos golpeados y muertos de hambre”, etc.

    El citado Peirats retrata así al célebre SIM (Servicio de Información Militar), creado por Prieto a iniciativa de Orlof, jefe de la policía política de Stalin en España: “Era una red policíaca que se extendía por las pequeñas y grandes unidades del ejército y por el interior de los partidos y organizaciones, vigilando estrechamente las actividades de sus militantes (…) La táctica terrorista más inhumana era todo el secreto de sus éxitos. Pero este mismo sistema de tortura era aplicado a los elementos antifascistas no comunistas”. Tenía también sus propios campos de concentración (p. 247-9).

    Sobre los métodos del SIM cuenta de pasada Azaña: “Denuncias sin firma del SIM. Unos mozalbetes condenados a muerte por cantar un himno. El delator no sabía cuál era. Malos tratos: uno sordo, otro ciego” (Memorias de guerra, p. 387)

    El anarquista Abad de Santillán escribe en Por qué perdimos la guerra: “Las torturas, los asesinatos, las cárceles clandestinas, la ferocidad con las víctimas culpables o inocentes, estaban a la orden del día (…) Lo ocurrido en las checas comunistas cuesta trabajo creerlo. En el Hotel Colón de Barcelona, en el casal Carlos Marx [menciona otros lugares] (…) se perpetraban crímenes que no tienen precedentes (…) El Ayuntamiento de Casteldefells tuvo que protestar por la serie de cadáveres que dejaba en la carretera todas las noches la cheka del castillo. Hubo días en que se encontraron 16 hombres asesinados, todos ellos antifascistas” (p. 266)

    Y relata este suceso, que ya he reproducido en otras ocasiones: el XXIII Cuerpo de Ejército, de mando comunista, aprestó unos pelotones de “gente probada como antifascista” de distintos partidos de izquierda: “Se les dice que hay que eliminar a fascistas por el bien de la causa. Llegan a Turón (el de Granada, no el de Asturias) los designados y matan a 80 personas, entre las cuales la mayoría no tenía absolutamente por qué sufrir esa pena, pues no era desafecta y mucho menos peligrosa, dándose el caso de que elementos de la CNT, del partido socialista y de otros sectores mataron a compañeros de su propia organización ignorando que eran tales y creyendo que obraban en justicia, como les habían indicado sus superiores. También hay casos de violación de hijas [que se ofrecían] para evitar que sus padres fueran asesinados. Y lo más repugnante fue la forma de llevar a cabo dichos actos, en pleno día y ante todo el mundo, pasando una ola de terror trágico por toda aquella comarca” (p. 288). Nótese que la protesta viene por haber infligido, engañados, tales atrocidades a sus propios coreligionarios y no a los “fascistas”. Asesinar a éstos o violar a sus hijas les parecía “obrar en justicia”.

    Abundan también los testimonios sobre izquierdistas asesinados en el frente por sus compañeros-rivales políticos. Así, el comisario socialista Piñuela denunciaba la imposición comunista de “un sistema de terror que no se detiene ni ante la eliminación de los elementos disconformes, que después figuran en los partes como culpables de haber intentado pasarse a las filas enemigas” (fondo de la Fundación Pablo Iglesias, archivo de Largo Caballero, XXV, p. 1116 y siguientes). Es muy difícil saber cuántas víctimas causaron estos crímenes, pero debió de ser un número crecido.

    El mismo Piñuela escribe: “La responsabilidad por las derrotas se exige cada día más estrechamente al soldado, sobre el que se hace caer duramente el código de Justicia Militar, interpretado con excesiva rigidez por los Tribunales Permanentes. La responsabilidad, que debe ser mayor cuanto más alta es la jerarquía militar, va difuminándose hasta desaparecer por completo conforme ascendemos en la escala jerárquica”. Los reglamentos de Prieto y de Negrín daban a los mandos facilidades extraordinarias para fusilar a los soldados que se considerase desafectos. ¿Cuántos de ellos cayeron en los intentos de imponer una disciplina férrea cuando la guerra estaba ya perdida para las izquierdas y crecía la desmoralización? El cálculo no es fácil pero, desde luego, no se trató de casos aislados.

    Basten estos botones de muestra como motivo para iniciar una investigación a fondo, a fin de arrojar luz sobre aspectos hoy ocultados o disimulados de aquella guerra. Una argucia empleada por los recuperadores del odio –y no de la memoria— es que durante cuarenta años se estuvo homenajeando a los caídos o asesinados de uno de los bandos, y que ahora corresponde hacer lo mismo con los contrarios. En realidad desde la transición apenas se ha homenajeado y exaltado más que a estos últimos. El ejemplo más característico puede ser el de García Lorca, invocado sin cesar durante estos treinta años con olvido o desprecio hacia escritores como Ramiro de Maeztu o Muñoz Seca, asesinados por las izquierdas en circunstancias no menos trágicas. La derecha se ha sumado a los homenajes a García Lorca, pero todavía no hemos visto a las izquierdas hacer lo propio con autores como los dichos. Nadie puede percibir en tales actitudes, empezando por la del Nietísimo, un ánimo de reconciliación, sino, claramente, de recuperación de los viejos rencores.

    Esta campaña permanente falsifica la historia al presentar como defensores de la libertad y la democracia a quienes luchaban, con más o menos convicción, bajo la tutela de Stalin y la dirección inmediata de partidos tan democráticos como el comunista, el socialista de entonces o los anarquistas. Y pretende meter en el mismo saco a los ejecutados por el bando nacional acusados de perpetrar crímenes horrendos (como García Atadell), y a los inocentes (como Peiró), víctimas estos últimos de unos odios cultivados de manera muy preferente por las izquierdas, según prueban documentos como los reproducidos en 1934. Empieza la guerra civil.

    No apreciamos en la izquierda, por tanto, voluntad de recuperar la memoria de la guerra, la cual de ningún modo se limita al capítulo de las atrocidades, y menos aún a las cometidas sólo por las derechas. Puestos a eso, deben recordarse también las cometidas por las izquierdas contra las derechas y, sobre todo, entre las izquierdas mismas, cuyas víctimas, insisto, son los auténticos olvidados en esta campaña. La cual, según está planteada, no refresca la memoria ni enseña a evitar la repetición de aquel pasado. Al contrario, incita a repetirlo.
    Pío Moa

  51. #0 Manolo dice:

    La cuestión NO es que la izquierda de los 30 en ESpaña fuera muy buena muy buena y la derecha de los 30 en España fuera muy mala muy mala: la cuestión es que la derecha militarista (Mola y Franco a la cabeza) inició una guerra civil, y éste último, Franco, acaudilló manu militari España durante 40 años. Ese es el problema. Brutos hubo en todos los bandos. Y parte de la izquierda de entonces era totalitaria, sí. Y qué. Parte de la izquierda del mundo en aquellos años lo fue.

  52. #0 Anónimo dice:

    Lo mejor del libro de Espinosa, que recomiendo leer, es que literalmente se cachondea de Moa y lo deja a la altura del betún.
    Lo curioso es ver como este libro ha sido literalmente ignorado y censurado desde los medios a la derecha del PP. ¿Porque Moa y los moistas tienen miedo al debate?

  53. #0 Anónimo dice:

    “Lo que hace Espinosa es mezclar muertos en represión y caídos en combate”

    Absolutamente falso. Ni Luis Pio se permite el lujo de decir semejante trola. Hay algo peor que Moa, que al menos ha leido un poco, los moistas iletrados. ¡Qué atrevida es la ignorancia¡

  54. #0 balto dice:

    La guerra civil la inició la izquierda en pleno en 1934. Y la inició como guerra civil, ya en la intención. Después, sin arrepentirse de nada, llegó al poder en unas elecciones nada normales y comenzó un proceso revolucionario. La derecha apoyó a Azaña para que cumpliese la ley, pero Azaña se negó, las peticiones de la derecha en las Cortes fueron acogidas con amenazas de muerte, que las cumplieron. El proceso revolucionario implicó 300 muertes en cinco meses… La derecha tuvo que elegir entre rebelarse, y ser derrotada probablemente, o aceptar la revolución. En fin…
    Espinosa no puede cachondearse de Moa, como algunos de aquí no pueden superar el nivel de la puerilidad. Si pudiera cachondearse no pediría la censura contra él. Ese Espinosa es un pobre chekista, pobre mentalmente, pero si gentuza como él pudiera decidir la ley, esto sería una dictadura de tipo castrista.
    Y, por cierto, gente como él ocasionarían igualmente muchas víctimas entre las propias izquierdas. No lo olviden esos que chillan tanto.
    La historia debe enseñarnos alguna lección, creo yo.

  55. #0 Anónimo dice:

    “pobre chekista, pobre mentalmente, pero si gentuza como él pudiera decidir la ley, esto sería una dictadura de tipo castrista.
    Y, por cierto, gente como él ocasionarían igualmente muchas víctimas entre las propias izquierdas.”

    A mi lo que me deja a cuadros es el nivel de debate historiográfico que demuestran los admiradores del Señor de los Martillos.
    Esto debe ser aquello que llaman debate.

  56. #0 Draco dice:

    La Guerra Civil la inició la derecha con la sanjurjada del 32. Lo del 34 no fue más que un levantamiento justificado por los intentos de la derecha de derribar al gobierno dos años antes.

  57. #0 Manolo dice:

    Llaman la atención estos franquistas de ahora…: dicen que no lo son, pero lo disimulan muy mal, carallo…!

    NB: ¡viva Don Manuel y vivan sus atenciones a la Revolución Cubana! ¡Derecha multiusos, sí Señor…!

  58. #0 Paulus dice:

    Blato, entonces ¿debemos considerar 1935 dentro de la cronología de la Guerra Civil? ¿pasó España entonces casi dos años más en guerra? ¿me puedes citar alguna batalla ocurrida en ese período?

    ¿cuando empezó la Segunda Guerra Mundial en Europa, según tú?

  59. #0 Paulus dice:

    Perdón, quería decir Balto

  60. #0 JJ dice:

    No se puede entrar a debatir estos asuntos que ya están zanjados, queramos o no. Esa es la estrategia de este, ejem, “sector” de la derecha en este país.

    Porque ¿quién “agita los fantasmas de las dos españas”? No vale lo de la estatua de Franco: esos “agitadores” llevan desde que el PP perdió las elecciones (mucho antes, si nos atenemos a la fecha de publicación los “libros” de Moa) meneando el asunto. El bando vencedor ya buscó y enterró a sus muertos; es justo que ahora el otro bando haga lo mismo.

    Por mucho que se quiera cambiar, la historia es así: Franco DIO UN GOLPE DE ESTADO y se instaló en el poder, ejerciéndolo personal y dictatorialmente hasta su muerte.

  61. #0 Anónimo dice:

    te vamos a a limpiar el forro Balto hijo de la gran puta.Mira siempre a tu espalda,cerdo cabron.YA tenemos tu Ip y nos estamos aproximando

  62. #0 Gregorio dice:

    Yo no soy historiador pero ¿antes del 34 no hubo la Sanjurjada? ¿No tendría que haber sido fusilado, segun la legislación vigente?

    Cuando leo a los negacionistas parece que quien ganó la guerra fue la republica, sí la republica (el gobierno legal), porque si franco solo hubiera respondido al golpe de estado que iban a realizar el contubernio judeo-masonico, ¿por qué no reistauraron otra vez la democracia?

  63. #0 Nacho dice:

    Anónimo, vete a la mierda. Aquí no se amenaza a nadie.

  64. #0 Emilio Moya dice:

    Manolo tiene razón, la guerra del 36 comenzó porque hubo un golpe de estado, y esto sí es irrefutable, y guste o no hay que reconocerlo.
    Tan sólo una aportación, Espinosa tiene una relación de 7.000 muertos a cargo de los golpistas, y 250 muertos a cargo de las fuerzas republicanas en Extremadura.
    De estas dos relaciones ofrece las fuentes y los nombre y apellidos, por lo que en este caso hay que reconocerle el Mérito, como investigador, cosa que a otros les cuesta cuando tienen que ubicar geográficamente a Yugoslavia.

  65. #0 Nuño dice:

    Ayer pasé por una librería y salía un ensayo de pío moa (o cesar vidal, lo mismo da) sobre las matanzas de la izquierda. Al lado otro del mismo autor sobre los masones. Había alguno por ahí que escribieron estos pollos sobre el islam y sobre isabel la católica…. Dejando aparte el hecho de que su fecundidad y amplitud de conocimientos deja a da vinci a la altura del betún, llama la atención lo poco que evoluciona la derecha española. Sus obsesiones son, excepto una, las clásicas: judíos, rojos, masones y moros. Sus argumentos, los mismos que hace 40 años. Sólo cambia una cosa: los judíos ahora molan.

    Y Moa, el riguroso de los seis años y pico, se autoentrevista… ahora entiendo; cuando balto se daba la razón a si mismo con dos nicks distintos no era doble personalidad; es una técnica de investigación histórica

  66. #0 Nicky the Jazz Cat dice:

    “La guerra civil la inició la izquierda en pleno en 1934. Y la inició como guerra civil, ya en la intención.”

    Que bueno :)

  67. #0 balto dice:

    “te vamos a a limpiar el forro Balto hijo de la gran puta.Mira siempre a tu espalda,cerdo cabron.YA tenemos tu Ip y nos estamos aproximando”
    Creo que este honrado chekista está exponiendo lo que realmente es y piensa el progrerío. Lo que siempre ha sido bajo sus pretensiones “democráticas”. Por supuesto, algunos progres mostrarán algún tibio desacuerdo con este criminal, pero sin ninguna fuerza, sin la centésima parte de la fuerza que derrochan en acusar e insultar e intentar aplicar la censura a quien está en desacuerdo con ellos y demuestra sus mentiras. El crimen recubierto de hipocresía. Lamento mucho decirlo, pero casi siempre ha sido así.

  68. #0 Golam dice:

    No seas injusto Balto, no nos metas a todos en el mismo saco, me he quedado con ganas de responder a este gilipoyas descerebrado pero prefiero ignorarles, al principio si les contestaba indignado pero no merece la pena, sueltan su mierda y se van.

  69. #0 balto dice:

    Muy bien, Golam, pero esos gilipollas descerebrados suelen ser auténticos criminales si llegan a tener ocasión y creen que saldrán impunes, ¡ojo!
    Y para ilustración de algunos que se preguntan cosas aquí. En “Asturias liberal”

    DOS INSURRECCIONES CONTRA LA REPÚBLICA
    por Pío Moa el 22 Septiembre, 2004 – 14:27 Historia
    Recientemente Santos Juliá contraponía en Babelia las tesis, a su juicio oscurantistas, de Los mitos de la guerra civil, con libros como La columna de la muerte, de Francisco Espinosa, ilustrativos, cree él, sobre las causas de dicha guerra y la represión en los dos bandos. Como, guste o no a Juliá, toca a su fin el silenciamiento de versiones distintas de las que él y otros quieren hacer oficiales, creo que por fin va a comenzar un debate clarificador sobre aquel episodio bélico de nuestro pasado, cuyo influjo sigue tan presente.

    El eje del libro de Espinosa es la supuesta matanza de la plaza de toros de Badajoz, en agosto de 1936, que, según el autor, define un tipo de represión “fascista” exterminador y deliberado desde el principio, en contraste con el terror izquierdista, lamentable sin duda, pero, en definitiva, de respuesta a aquél. Esta vieja tesis no resiste el análisis, y el mismo Juliá lo reconoce a medias, al señalar cómo “la violencia” en Sevilla y en Madrid, en Badajoz como en Barcelona, buscaba positivamente la liquidación del otro”. Algo avanzamos sobre el panfleto Víctimas de la guerra, que, en general sostenía lo contrario y que analicé largamente en un apéndice de El derrumbe de la II República: el terror izquierdista no fue una “reacción” al contrario, y las violencias de retaguardia tuvieron un carácter de limpia drástica de enemigos, muy parecido en los dos bandos. Cierto, mucha gente en la izquierda y la derecha llegó al grado de exasperación y odio necesarios para adoptar una postura tal, aunque el viento de exterminio sólo llegó a afectar a una parte minoritaria, si bien terriblemente dolorosa, de los enemigos designados.

    Sin embargo, ello no niega necesariamente la existencia de un terror ofensivo y otro reactivo. Esto tiene la mayor importancia para enjuiciar los hechos, pues no es lo mismo la violencia, aun si furiosa y ciega, de quien se defiende de un ataque por ver en juego la propia vida, que la de quien agrede deliberadamente. ¿Existió en la guerra civil esa diferencia?

    Opino que sí, y que puede constatarse desde el mismo comienzo de la II República. Como es sabido, ésta se estrenó, en mayo de 1931, con una oleada de incendios de iglesias, bibliotecas (algunas de las más importantes del país), centros de enseñanza y formación profesional, y obras de arte invalorables. Fue una agresión feroz de las izquierdas contra las derechas y contra los sentimientos religiosos mayoritarios de la población. Para percatarnos de su gravedad, que los historiadores izquierdistas suelen atenuar, basta pensar en la trascendencia de una agresión tal por parte de la derecha contra logias, casas del pueblo y centros culturales izquierdistas: aún hoy estaría la propaganda aturdiéndonos con aquella demostración inapelable del carácter violento, oscurantista y anticultural de la “”reacción”. Sin embargo la perpetraron las izquierdas, replicando las víctimas con indignación, pero sin violencia. La derecha siguió acatando mayoritariamente la república, aunque desde entonces la miró con recelo y sospecha.

    Durante el primer bienio, azañista-socialista, las violencias se exacerbaron, y fueron causa crucial de la inestabilidad y fracaso económico. Hubo casi 280 muertos, según los cálculos conservadores de S. Payne. De ellos poco más de 10 vinieron de la derecha: los de la sublevación de Sanjurjo, apoyada sólo por grupos conservadores marginales. En las elecciones de noviembre de 1933 hubo 8 muertos, todos derechistas, a manos de sus contrarios. Y la CNT respondió a la victoria electoral del centro derecha con una insurrección que costó 89 muertos.

    Pero tiene mayor interés comparar la gran insurrección de octubre de 1934 con la de julio de 1936. En la primera participaron los socialistas, nacionalistas catalanes, comunistas y parte de los anarquistas, con el apoyo moral de los republicanos de izquierda, empezando por los de Azaña. Fue una rebelión general de la izquierda, con pocas excepciones, contra un gobierno legal y democrático, y causó 1.400 muertos. Los socialistas trataban de imponer una “dictadura del proletariado”, y el pretexto usado para alzarse fue un peligro fascista inexistente y que los dirigentes rebeldes sabían inexistente, como he probado en Los orígenes de la guerra civil. La derecha, entonces en el poder, tuvo la mejor ocasión para aprovechar el golpe izquierdista y, desde el poder y con el control del ejército, aplastar decisivamente a sus enemigos, y de paso a la república, que según versiones tipo Espinosa, era lo que planeaba desde el mismo comienzo del régimen.

    Pero en lugar de hacer tal cosa, la derecha defendió la legalidad republicana, lo hizo en nombre de las libertades, y no proscribió después a ninguno de los partidos sublevados. Hasta ese punto era inexistente el “peligro fascista”. En los meses previos a la insurrección ocurrió también el duelo de atentados entre el pequeño partido falangista y los socialistas, pero incluso en este caso fueron los socialistas los iniciadores de los asesinatos, a lo cuales replicó la Falange sólo después de haber soportado un buen número de muertos en sus filas.

    Pues bien, aquellas fuerzas alzadas contra la legalidad en 1934, causantes de innumerables víctimas, fueron las mismas que, agrupadas en el Frente Popular, obtuvieron el poder en las desordenadas elecciones de febrero de 1936, sin haber renunciado en absoluto a las ideas que les habían llevado a tales violencias. En el Frente Popular (apoyado electoralmente por los anarquistas) había una tendencia abiertamente revolucionaria — la socialista de Largo Caballero y la comunista, aparte de la independiente ácrata–, la cual, como primer paso para la revolución, exigía la desarticulación de las derechas y el encarcelamiento de sus líderes, de Gil-Robles y Calvo Sotelo para abajo. El sector “moderado” en el gobierno se contentaba, en cambio, con eliminar el carácter neutral de los organismos del estado para imposibilitar una vuelta de la derecha al poder, dejándola como una corriente testimonial y justificadora de una falsa democracia. En esas estaba Azaña, que tan pronto volvió al gobierno declaró, “democráticamente”, que el poder no saldría ya de manos izquierdistas.

    A continuación estalló una brutal oleada de violencias, con cerca de 300 muertos en cinco meses, infinidad de asaltos a domicilios particulares, sedes políticas y periódicos derechistas, incendio de templos, palizas y agresiones diversas al clero, formación y desfiles de milicias, huelgas generales, invasión de fincas, etc. La derecha, presa de pánico, por evitar la revolución se puso detrás de Azaña, el cual se jacta burlona y frívolamente en sus escritos de haberse convertido en un “ídolo” para sus adversarios.
    Acusan muchos a las derechas de provocar y organizar aquel inmenso caos, a fin de justificar con él el golpe militar que proyectaban. Pero las conspiraciones militares monárquicas habían sido tan insignificantes como las republicanas, y sólo desde fines de abril del 36, cuando los desmanes estaban en su ápice, empezó a cobrar peligro la trama golpista, al encargarse Mola de ella. Y también entonces fueron los falangistas quienes reaccionaron a los asesinatos que sufrían, y no los iniciadores de ellos.

    Pero, sobre todo, la acusación queda desmentida por el hecho de que las derechas pidieron reiteradamente al gobierno de Azaña y luego al de Casares la aplicación de la ley y el freno a unos desmanes calificados de insoportables por el mismo Prieto. En realidad, las derechas comprendían que una sublevación suya podía terminar tan mal como la de las izquierdas en octubre del 34, pues ya no tenían el poder, y el ejército sufría una profunda división, como el resto de la sociedad. Por ello recurrieron a las Cortes, pero sus peticiones de ley y respeto a la vida fueron desoídas por el gobierno, el cual de este modo se deslegitimada. Y las izquierdas respondieron abucheando, insultando y amenazando de muerte a los peticionarios en pleno Parlamento, amenazas cumplidas en Calvo Sotelo y, casi, en Gil-Robles. Tal era el clima del país.

    Y así las derechas, que en octubre de 1934 habían defendido la legalidad republicana contra el asalto izquierdista, terminaron sublevándose a su vez contra una legalidad en ruinas, y contra una amenaza revolucionaria muy real e inminente, al revés de la fascista invocada por las izquierdas en el 34. Y se alzaron a la desesperada, tanto que a los tres días del golpe, cuando pudo hacerse un balance de fuerzas, la rebelión derechista estaba al borde de la catástrofe, de la que sólo pudo salir por la iniciativa de Franco.

    El simple relato de los hechos, y en especial la comparación entre las sublevaciones de octubre del 34 y la de julio del 36, permite entender con claridad, a mi juicio, que la furia homicida desatada entonces por la derecha era una réplica exasperada al acoso violento y homicida in crescendo, sufrido por ella durante los cinco años anteriores, a partir de la magna quema de conventos, bibliotecas y centros de enseñanza apenas inaugurada la república. A su vez, la agresividad revolucionaria se desató sin traba alguna a partir del 19 de julio del 36, con las consecuencias conocidas.

    En un próximo artículo trataré la manía de algunos historiadores — un tanto carroñera y, como estamos viendo, de planteamiento muy erróneo–, de centrar en las crueldades derechistas la clave explicativa de la guerra civil.

  70. #0 oudeis dice:

    No seas llorón balto, y no pretendas convertir en regla la excepción.

    (curiosamente oportuno ese anónimo)

  71. #0 Carrillo dice:

    Uf, ¡qué alivio! Por fin me ha solucionado José Luis lo de Paracuellos…

  72. #0 klapton dice:

    Balto, tío, ya cansas con tus copy/paste de Pío Moa. O tú eres el propio Moa, o eres incapaz de exponer argumentos por tí mismo.

    O quizá es que eres del partido comunista, y tu intención es desprestigiar a Moa colgando sus desvaríos mentales. Bien pensado, esta es la opción más probable.

  73. #0 JJ dice:

    Está bien que para defender a Moa Balto copiepegue artículos de… MOA!!!

  74. #0 balto dice:

    “Curiosamente oportuno ese anónimo”… La vieja táctica chekista, insinuar que la víctima es la culpable. Me recuerda, en otro contexto, aquello del “comando Dixan”, que si la caravana de la muerte se la había inventado el PP como truco electoral. O lo del País Vasco…Como puede verse, casi nadie reacciona contra el criminal. La amenaza del chekista llega entre una serie de insultos, descalificaciones e intentos de ofender. Todo muy pueril, pero el fanatismo tiene siempre algo de pueril, que no le quita peligrosidad. Ya lo dije: el crimen envuelto en la hipocresía y la mentira. ¿Por qué no se preocupan de ver la IP de ese señor esos que dijeron que otra persona escribía desde mi misma IP, cosa totalmente falsa? A menudo escriben varios desde un mismo ordenador, lo que no es nada bueno ni malo, pero en mi caso estoy seguro de que no ocurrió. Aunque no quiero entrar en esas chiquilladas. Lo importante es el mensaje.

  75. #0 balto dice:

    Ah, y discutir a un nivel tan bobo como el que plantean aquí muchos sería absurdo. Por eso copio a menudo artículos de Moa o de otros que informan y expresan las cosas mucho mejor. Así el lector puede juzgar sin supeditarse a una pelea de gallinero

  76. #0 orwell dice:

    Balto eres un experto en doblepensar.

  77. #0 Nacho dice:

    Balto, si repasas los comentarios verás que el primero que ha criticado al anónimo amenazante he sido yo. Y sí, está claro que no escribe desde la misma IP que tú. Participa desde hace unos meses en escolar.net siempre como anónimo. Por eso le he mandado a la mierda.

    Dicho esto, me parece que estás convirtiendo la anécdota en pura demagogia.

    “¿Por qué no se preocupan de ver la IP de ese señor esos que dijeron que otra persona escribía desde mi misma IP, cosa totalmente falsa?”

    Bueno, no volvamos al tema y no me pongas plural mayestático. El que dijo tal cosa fui yo. Y no era falso: otra persona escribía desde tu misma IP para darte la razón en una discusión, meses atrás.

  78. #0 José Carlos Rodríguez dice:

    palencianoexiste,

    Supones que solo leo a Pio Moa. Pero te equivocas, he llegado a el mucho antes de que fuera conocido, cuando salió su primer libro, el mejor de los que ha escrito, que se titula “Los Origenes de la Guerra Civil”. Y le leí porque por entonces estaba interesado en la GC, y había leído a otros historiadores, como Hugh Thomas, Ricardo de la Cierva, Gabriel Jackson, Bolloten o Tusell. También había leído La Guerra de Franco de C. Vidal, que desde luego recomiendo.

    Por otro lado he escrito mucho sobre Moa, pero creo recordar que jamás he dicho nada positivo o negativo de lo que escribe. Tengo mi opinión, desde luego, pero nunca la he compartido.

    Lo único que he dicho, y lo repito ahora, palencianoexiste, es que conviene leer a Moa antes de decir tonterías sobre él. Y que su obra merece un debate que lleva años pidiendo y que le han negado minuciosamente.

  79. #0 José Carlos Rodríguez dice:

    Por cierto, que he buceado algo sobre el libro de Moa, el de “Los Orígenes…” y me he encontrado con esta recensión:

    http://galeon.hispavista.com/razonespanola/re98-gue.htm

    Está muy bien porque expone sucintamente los hechos que documenta Moa en ese libro.

  80. #0 Amicus dice:

    Respecto del ultimo artículo de Moa pegado por Balto, me gustaría saber si Moa cree que la ejecución de civiles una vez que las fuerzas militares han controlado una región es crimen de guerra o no. ¿Hay alguna circunstancia en la que eso este justificado? En concreto ¿en que sentido se estaban defendiendo de un ataque por ver en juego su propia vida? Lo digo porque lo mismo lo de Mauthausen tambien fue justificado por la revolución alemana de 1919.

  81. #0 rodaido dice:

    “…he buceado algo…”, era máscara antigás lo que necesitabas, no gafas de buceo, Moa no pasa de superficial.

  82. #0 Tomine dice:

    “La vieja táctica chekista, insinuar que la víctima es la culpable”

    La táctica de culpar a la víctima no es sólo chequista. Es la que hace no mucho se empleó para exculpar a los agresores de Bono o de Carrillo.

  83. #0 palencianoexiste dice:

    José Carlos,
    yo no supongo nada. Sólo dije que exactamente lo mismo que tú habías dicho -y te cito: “Quienes prefieren hablar sin leer dirán que hay un libro que desmonta a Moa, a quien, “por supuesto” no han leído.”- se podía decir al revés. ¿O es que crees que absolutamente toda la gente que vomita a Moa o que todos esos que tienen a Moa todo el día en la boca han leído algo más -algo diferente?

    Dices que no has dicho nada positivo o negativo de Moa y tu ecuanimidad es loable. Pero es absolutamente sorprendente, entonces, que después no tengas problemas en decir ” Este Espinosa no se entera” sin aportar ni una simple evidencia que sostenga tu argumento. Al final das la de cal (¿o es la de arena?) concluyendo con un “Si con el libro de Espinosa pudiera haber algo de debate, bienvenido sea”. Y hoy terminas quejándote de que a Moa no le dan cancha los historiadores. Pues bien, yo te digo que el libro de Espinosa, que es historiador, seguro que generará debate serio entre los historiadores. Cuando Moa lo sea, estaremos ante una situación totalmente distinta.
    La seudociencia no suele generar debate entre los científicos de verdad -a menos que salgan en un programa chorra de algún canal autonómico. No veo por qué esto deba ser diferente.

  84. #0 klapton dice:

    “Por eso copio a menudo artículos de Moa o de otros que informan y expresan las cosas mucho mejor.”

    ¿De lo que lo harías tú? Pues sí que es triste. Aquí la opinión de Moa no interesa; todos sabemos dónde encontrar sus artículos. Nos interesa tu opinión, si es que la tienes, claro.

  85. #0 José Carlos Rodríguez dice:

    palencianoexiste,

    Siento de veras haberte malinterpretado.

    No he explicado lo de “Espinosa no se entera”. Me refería a que si cree que le hace mal a Moa criticándole, se equivoca. Es precisamente eso lo que está buscando Pío Moa.

    Por otro lado, crees que el ser historiador lo da el título. Pero eso es un error. Hisroriador es el que escribe de historia.

    Y por último, no he dicho mi opinión sobre las opiniones de Moa no por ecuanimidad, sino porque me ha parecido más interesante denunciar el ataque a la persona y la obra de Moa y llamar a que se lea su obra para que luego se juzgue.

  86. #0 Anónimo dice:

    La famosa recensión, que está muy bien, dice al final:
    “La II República murió a manos socialistas en octubre de 1934; lo que hicieron los alzados en 1936 fue evitar la dictadura del proletariado y la bolchevización de España. Los que afirmen lo contrario tratan de engañar a sus lectores, maniobra cada vez más difícil porque los hechos se imponen y las ignorancias supinas se repliegan a los suburbios de la conciencia social. ”

    En fin, Serafín, que se nos ve el plumero.

  87. #0 palencianoexiste dice:

    Vuelves a malinterpretarme, José Carlos. El título te convierte en un profesional del campo (y esto lo firma hasta el Rey). Eso no quiere decir que seas un BUEN profesional pero de alguna forma hace suponer que has tenido el entrenamiento necesario y que conoces los métodos del mismo. Después está tu trabajo, claro.

    Ahora bien, yo puedo escribir de historia después de leer treinta pergaminos y no por eso soy ya historiador -aunque lo haga muchas veces. Tengo entendido que tienes experiencia universitaria. No sé a qué nivel, pero imagino que no hay necesidad de explicar esto mucho más.

  88. #0 jasev dice:

    No basta con un título de licenciado en historia para convertirte en historiador. Pero desde luego, es muy difícil ser historiador sin tener el título.

    Es un asunto que me hace bastante gracia: para escribir un libro sobre física (y que alguien se moleste en publiarlo) hace falta tener, como mínimo, una licenciatura en física. En cambio, cualquier indocumentado (incluso un es-infiltrado de Conesa en un grupo terrorista) puede escribir un libro de historia y la gente lo pone como ejemplo a seguir y se dedica a copiar y pegar sus artículos.

  89. #0 chiz dice:

    Para mi Pio Moa carece de toda credibilidad, sus únicos instrumentos de investigación son la duda irracional y la ignorancia general de sus lectores, lectores que ya tienen la idea preconcebida de que los historiadores extranjeros, Carr, Preston, Gibson, etc. están confabulando con la izquierda de este país para como ellos dicen “revisar la historia”.

    Que no me venga ahora ningún neo liberal, conservado, derechista, o lo que sea a sugerir que soy de izquierdas y tengo una visión partidista, pues no es así, que no digan que no he leído a Moa, por que desgraciadamente lo he leído, créanme muy a mi pesar, menos mal que fue prestado por que para colmo sus libros son excesivamente caros.

    Yo al principio pensé que Moa era un historiador, un periodista especializado en historia o al menos un erudito, ya que tanto se hablaba de su “obra”, pero resulta que este señor es un terrorista del PCE-r y que además no tiene ninguna acreditación académica que le permita tener autoridad, no ya académica si no moral, para atacar e intentar desacreditar a historiadores de prestigio, ¿quien en su sano juicio puede darle crédito a este farsante?

    Ahora entiendo por que “ellos” siempre canta la misma milonga, es como un guión que han aprendido para poder “debatir” los argumentos de los “otros”, triste, verdaderamente triste.

    “el que no conoce su historia esta condenado a revivirla”

    Un saludo.

  90. #0 rojobilbao dice:

    jasev, deja de arrastrarte por el fango de las tonterías. Para escribir el libro que sea no hay que ser nada. Para ganarte el respeto debes sostener verdades, demostrarlas y que quien quiera rebatirtelas las pase canutas. Todo esto lo hace Moa. ¿que no quieres que te convenza? No pasa nada. ¿Qué sólo te convence una parte? no psas nada. ¿Qué te convence del todo? No pasa nada, pero al menos demuestras tener la mente abierta a otras explicaciones de lo que ocurrió en España en los años treinta.

  91. #0 Anónimo dice:

    La ciencia no es la prensa rosa y las querellas. Las verdades… puff, valiente concepto cuando se habla de estudios académicos.

  92. #0 Manolo dice:

    Rojobilbao dijo: ” Para ganarte el respeto debes sostener verdades, demostrarlas y que quien quiera rebatirtelas las pase canutas. Todo esto lo hace Moa.”

    Disculpe, bilbaino: en CONTRA LA BALCANIZACIÓN, Moa escribe a propósito de la ex Yugoslavia. Se refiere a la zona como una “península”. Supongo que a eso llama Vd. sostener verdades y demostrarlas, ¿no? Bueno, Vd. dirá que eso seguramente sería un despiste de Don Luis Pío. Claro que hay despistes y despistes.

  93. #0 rojobilbao dice:

    Yo considero que fuera de la historia de España de los años 30, este señor no merece la pena. Sus escritos fuera de este tema me parecen mucho peores.

    Creo que sus libros de historia de España son muy útiles, pero no soy tan tonto como para admirar a una persona con su pasado ni que opina ciertas cosas que no competen a esta discusión.

    Vamos que menos forofo de Moa soy cualquier cosa.

  94. #0 Nunila dice:

    Me ha dicho una fuente generalmente bien informada, que después de gastarse 18 pleuros en el libro de Pio Moa “La Balkanizaciòn España” (o similar), lo más relevante que ha sacado en conclusión es que los balkanes son una peninsula.
    Si el Sr. Moa está tan bien informado con respecto a todo lo que escribe como en el aspecto geográfico, va por buen camino.
    Y los que lo leen y se lo crean, incluso mejor.

  95. #0 chus dice:

    ** Para ganarte el respeto debes sostener verdades, demostrarlas **

    Me lo dejas fácil, como Moa no ha demostrado nada (y sí, desgraciadamente lo he leído), no se ha ganado ningún respeto.

  96. #0 Manolo dice:

    La pregunta es: ¿por qué tiene TANTO crédito un historiador aficionado que comete errores geográficos de bulto y faltas de ortografía, y carecen de él (de crédito) los profesionales que vienen dedicando poco menos que su vida a desentrañar el disparate histórico que ha sido España hasta hace bien poco?

    La respuesta es: porque las tesis de Luis Pío Moa Rodríguez vienen muy bien para desacreditar y enmerdar a la actual izquierda gobernante. Sólo por eso.

    Ayer, por un despiste, fui a parar a la emisora Radio Intereconomía. Entre otros, oficiaba Ricardo de la Cierva. Jamás hubiera pensado que entre mis compatriotas campara gente como la que ayer ladraba desde los micrófonos de esa emisora. Varios oyentes salieron al aire, y pensé que habíamos vuelto al 36. Es penoso: han encendido el ventilador del odio y nos quieren salpicar a todos. Alguien deberá pagar por todo eso.

  97. #0 jasev dice:

    “Para ganarte el respeto debes sostener verdades, demostrarlas y que quien quiera rebatirtelas las pase canutas. Todo esto lo hace Moa.”

    Es que no ha sostenido ni demostrado ninguna verdad. Los únicos que las pasan canutas son los auténticos historiadores que hay por ahí sufriendo para publicar libros de historia real con tiradas mínimas (porque el de las humanidades, tanto en la universidad como en el CSIC, baja año tras año), mientras que un completo indocumentado que no escribe historia sino propaganda gana un montón de dinero escribiendo para los que, simplemente, quieren creer lo que él cuenta.

  98. #0 jasev dice:

    ” Para escribir el libro que sea no hay que ser nada.”

    Desgraciadamente, en historia eso es cierto, y eso es lo que critico. Sólo hay que tener un editor dispuesto a publicar tus barbaridades sabiendo que no importa las tonterías que escriban, se va a vender (o vas a obtener beneficios por otra parte).

    En cambio, yo, si escribo un libro de física (y créeme, sé bastante de física) y se lo llevo a un editor, éste me preguntará: “bueno, tú eres físico, ¿no?”. Cuando yo le responda: “no, pero he leído bastante y tengo una teoría revolucionaria” se descojonará de la risa y me echará de su despacho.

  99. #0 flopy dice:

    Bueno, pues yo creo que el asunto está zanjado: Aznar ya es historia, Moa ha quedado totalmente desenmascarado por un brillantísimo Espinosa y lossantos y sus amigotes cada vez chapotean más en su propio vómito.
    Esta vez no os ha salido.
    A vosotros (los revisionistas malintencionados) sólo os queda intentar una nueva estrategia y a nosotros seguir trabajando para recuperar la verdad histórica y seguir estando muy atentos para no dejarnos engañar por tanto farsante profesional.

  100. #0 Anónimo dice:

    Joder con la peña y el wishful thinking. Pues no va el tío este del Diario de Sevill a y dice que la pobrecita izquierda está acorralada por el revisionismo de la derecha. La izquierda, bien apoltronada en la historia académica, que no tolera la menor desviación del dogma, a saber: la República modélica fue pisoteada por las botas del fascismo. Recordemos de todas maneras, y aunque parece que no tiene importancia, que en los dos bandos había soñadores y asesinos.

    Lo que me parece indicativo del estado de las cosas es que un publicista, confinado en un diario digital como es Pío Moa, genere tal destilación de veneno y descalificaciones de profesionales de la historia que cuando menos deberían intentar machacarlo desde el terreno científico y no desde las tribunas de los periódicos.

    Yo, en cuanto a la guerra civil, me inclino por la fórmula pseudomatemática:

    Guerra civil= (Lo que dicen las derechas que pasó + lo que dicen las izquierdas que pasó)/2

    Me hago anónimo por supuesto. Es la única manera cuando se habla de la guerra civil.

  101. #0 hayek dice:

    Moa ha demostrado que la trola de Badajoz no fue mas que una de las mentiras izquierdistas para sembrar odio; odio que cosechariabn en la forma de asesinatos en masa y justificacion para tratar de implantar una de sus enloquecidas pesadilla coletivistas.
    Y la guerre empezo en 1934, medio pais no iba a dejarse matar y ceder ante el destruccionismo de la ziquierda. Este ultimio punto, es una de las claves del pensamiento izquierda, el destruccionismo preparo el camino a la guerra civil y el ejecutivo actual recuirre a el continuamente (ataques a la iglesia, estatua de franco, matrimonio gay,insultos a los catolicos, etc..). Aqui uno de los mejroes textos que he encontrado sobre este asuntio:

    La Hora de Todos
    Bitácora de José Carlos Rodríguez
    ¿Ruptura? No, destruccionismo.
    Federico Jiménez Losantos (a quien tanto debo) ha vuelto a publicar un gran artículo, en el que desenmascara la estrategia de ruptura de la izquierda, que ahora desenpolva después de su estruendoso y humillante fracaso en 1975. El motivo de la tendencia a la deslealtad institucional de la izquierda, a la ruptura, a la traición, porqué no decirlo, está en una de las características esenciales de la misma: el destruccionismo.

    La izquierda, o el socialismo, se ve constreñido por la existencia de instituciones que cohesionen y den fuerza a la sociedad, como pueda ser, en nuestro caso, la unidad de España. En una sociedad cohesionada, alejada de conflictos, los planes de “cambio” o de “transformación” chocan con ésta con más fuerza y tienen menos probabilidad de éxito. El destruccionismo de la izquierda en los 30, que cita Federico, se topó con “media España que no se resigna a morir”, unida en gran parte por el profundo valor moral que insufla la religión católica y su institución, la Iglesia. En 1975 se topó con una sociedad de clases medias, con unas enormes ganas de cambio, pero con pavor a la vuelta a la tragedia de una Guerra Civil. Ese miedo, que agitó Suarez electoralmente con enorme eficacia, se tornó sentido común al aceptar la Ley de Reforma Política, “de la Ley a la Ley”, y rechazar, por segunda vez, la ruptura.

    Hoy estamos, como señala Federico, en un tercer intento. Quiero llamar la atención sobre un artículo de Pío Moa publicado también en Libertad Digital (¿qué sería de nosotros sin ella?) el pasado ¡17 de noviembrre de 2002!. En él, titulado significativamente “Una Operación Siniestra”, recoge la vuelta de parte de la ¿historiografía? al guerracivilismo descarada y claramente partidista, que resucita los crímenes de un bando (por otro lado innegables y condenables), pero no los del otro (idem de idem). Pero, y aquí está lo interesante, Pío Moa continúa diciendo “No creo que esa enorme campaña sea ajena a otra también en marcha, que persigue desacreditar los 25 años de democracia y volver a partir de cero. (…) Y el punto clave de la refundación presuntamente democrática sería cambiar la Constitución de tal modo que permita la secesión práctica de las Vascongadas y Cataluña. En esta operación marchan juntos el PNV, CiU, amplios sectores del PSOE, y probablemente alguno del PP (no me cuesta trabajo creer que se apuntaran a ella Gallardón, o incluso un senil Fraga), con el respaldo de muy poderosos y conocidos medios de masas. Hoy por hoy tienen en contra a la vasta mayoría de la opinión pública, pero sólo un tonto tomaría a broma la amenaza. La opinión pública puede ser confundida y manipulada con bastante facilidad si a los manipuladores no se les opone una política clara y firme”.

    Atentos…

  102. #0 JCR dice:

    Tu fórmula se acerca más si la corregimos un poco:

    GC= (Lo peor de lo que dicen las derechas que pasó + lo peor de lo que dicen las izquierdas que pasó)/2.

    Yo me haré acrónimo, porque a estas alturas…

  103. #0 palencianoexiste dice:

    Jose Carlos, tambien lees a Cesar Vidal? Caramba, es como decir “Hitler no es mi unico idolo, Mussolini tambien lo es”. La diferencia entre Moa y Espinosa es que Espinosa aporta fuentes documentales, datos, testimonios. Moa hace argumentos del tipo “no he encontrado pruebas de que este sennor no sea comunista [y por lo tanto, es comunista]” (McCarthy), es decir, “no he leido nada que pruebe la matanza de Badajoz, por lo tanto, la matanza de Badajoz no tuvo lugar” o, “como no me gusta lo que este sennor dice, es insidioso, y como es insidioso no vale la pena refutarle”. Ah, por cierto, los creacionistas y los del disenno inteligente tambien llevan annos clamando por un debate con los cientificos. Este debate no se lleva a cabo por la sencilla razon de que acomodar toda una serie de hechos a una fe fundamental no es ciencia, lo mires como lo mires. Lo mismo, acomodar toda una serie de hechos a un dogma politico no es historiografia, es propaganda, o sea que el lugar que le corresponde a Moa el mismo lugar que a C.Vidal, el estafa…, perdon, el empresario Alberto Recarte, o los tontos como tu que copian/pegan lo que le dicen de allende del oceano y tienen los huevos de presentarse como “jovenes intelectuales”.

  104. #0 José Carlos Rodríguez dice:

    palencianoexiste,

    Hace falta ser ridículo. De haber leído el libro que te digo te darías cuenta de que ahí se muestran sus simpatías por lor republicanos.

  105. #0 Anónimo dice:

    “Me ha dicho una fuente generalmente bien informada, que después de gastarse 18 pleuros en el libro de Pio Moa “La Balkanizaciòn España” (o similar), lo más relevante que ha sacado en conclusión es que los balkanes son una peninsula.
    Si el Sr. Moa está tan bien informado con respecto a todo lo que escribe como en el aspecto geográfico, va por buen camino.
    Y los que lo leen y se lo crean, incluso mejor.”

    Pues qué quieres que te diga, los Balcanes son una península; otra cosa es que Yugoslavia, por muy balcánica que sea, sea LA península

    http://es.wikipedia.org/wiki/Balcanes

  106. #0 palencianoexiste dice:

    ¿Por qué republicanos?

  107. #0 balto dice:

    Bueno muchachos, como no pierden ustedes la costumbre de criticar furiosamente a Moa sin leerle, me complazco en facilitarles algunas lecturas de él. Son lecturas más ligeras, claro, porque transcribir trozos de sus libros me resulta pesado, mientras que los artículos se encuentran fácilmente.
    Ah, y lo del delincuente chekista de m´sas arriba es más que una anécdota. Ojalá fuera sólo eso. Otra cosa: hay un tonto ahí empeñadísimo en que nadie deje de notar que lo es, que no para de dar la murga con lo de los Balcanes. Yugoslavia era la parte más extensa de los Balcanes, y pensar que Moa ignora que hay allí otros países es creer que Moa es tan ignorante o tan bobo como usted. ¿No podrían esforzarse por elevar un poco su nivel? Es penosísimo, créanme. Y ahí va un articulete de Moa, que agradará a unos y fastidiará a otros, como es natural:

    Revisionismo
    Pío Moa

    El término revisionismo ha vuelto a ponerse de moda en ciertos medios, aunque aplicado a cosa distinta de antaño. Los de mis tiempos recordarán esa palabra-policía usada para descalificar a quienes “revisaban” el contenido revolucionario y científico del marxismo. Revisionista equivalía, más o menos a “vendido al imperialismo”, o a “agente de la burguesía en las filas obreras”. Lenin se lo había aplicado a Bernstein y a Kautski, y los maoístas a los soviéticos posteriores a Stalin. En España, el revisionista por excelencia era Carrillo. Éste seguía siendo marxista-leninista, pero se engañaba a sí mismo pensando en implantar la dictadura socialista mediante una peculiar mezcla de lucha legal e ilegal. Siendo débil, la transición le obligó a prescindir, por lo menos en lo esencial, de la segunda, y el fruto de su renuncia fue el hundimiento progresivo de su partido, aunque no habría ocurrido de otro modo de haber seguido fiel a la doctrina.

    El término era perfectamente contradictorio cuando se empleaba para preservar la supuesta ciencia marxista, pues la ciencia, precisamente, exige una continua revisión o “falsación”, por emplear la fea traducción del término de Popper. Oponerse a la revisión es oponerse a la ciencia.

    Pero ahora oigo la misma palabreja aplicada a quienes en España ponemos en cuestión muchas supuestas verdades contadas en estos años sobre el pasado español. Un nutrido grupo de historiadores y políticos han elaborado una visión de la república y la guerra civil que, por lo visto, consideraban impecable e intocable. Habían llegado a un “consenso”, como asegura el historiador (más o menos) Tusell en expresión igualmente acientífica, aunque muy propia de la política, y fulminaban, silenciaban o “erradicaban” a quien les llevase la contraria. Ahora corren malos tiempos para ese consenso anticientífico, y los consensuados se llaman entre sí, a grandes voces, a cerrar filas contra el “revisionismo”.

    Esa gente va con la peor intención. Tengo entendido que en Alemania está prohibido negar el Holocausto, a lo que suele llamarse “revisionismo”. Ello es discutible desde el punto de vista científico, pero desde el punto de vista político se justifica tanto en la imposibilidad de negar los numerosísimos testimonios de la matanza, como, sobre todo, en la doble injuria infligida a los supervivientes y familiares de los asesinados en masa sin haber realizado agresión previa alguna contra los alemanes en general o contra los nazis en particular. Ladinamente, los enemigos del “revisionismo” español intentan transmitir la impresión de que aquí habría ocurrido lo mismo que en Alemania y que debería imponerse igual censura. Pero no es así en absoluto. En España hubo atrocidades y terror, por los dos bandos, no sólo por uno, como intentan dar a entender los de “Envenenamiento de la memoria histórica”, y otros parecidos. Además, tal situación fue el desenlace de una intensísima presión revolucionaria que terminó por destruir la república. Todo esto es silenciado cuidadosamente por quienes acusan de “revisionismo”, es decir, acusan a otros de practicar la más elemental exigencia del método científico, y aspiran a adoctrinar a la población en general, y a los jóvenes en particular, en una versión cuya abundante falsedad sale a la luz a borbotones, a la primera indagación crítica.

    Pero la verdad nos hace libres, y la mentira nos esclaviza y nos hunde en el rencor. Por eso es imprescindible revisar sin falsos respetos todas las falsificaciones que nos han venido sirviendo en estos años.

  108. #0 Paulus dice:

    Amplía tus lecturas, Balto, por favor, que caaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaansaaaaaaaaaaaaaaas.

    Moa se repite más que el ajo, con que pongas uno VALE.

    Pesao.

  109. #0 Bobby Shaftoeº dice:

    oye, Balto, ya vale con el puto Moa. Si quieres seguir torturándonos con majaderos revisionistas, pon algo de César Vidal, o de Ricardo de la Cierva, o de alguno de esos negadores del Holocausto que seguro que lees con delectación.

  110. #0 Marcos dice:

    Je,je, demontado el mostrenco por el historiador extremeño, los moscardones verdes salen rezumbando de la caverna dispuestos a seguir picando, pero sus alas cada vez son más pesadas.

  111. #0 palencia no existe dice:

    JCR, hace falta ser ridículo para escribir tus loas, querido.

  112. #0 lis dice:

    A la atención del “señor” Hayek.
    He podido comprobar desde que leo esta página que debe ser usted muy amigo de ese individuo llamado Pio Moa, porque sino, no se entiende toda esta publicidad hacía sus novelas. Yo no soy licenciada en historia, pero mi abuelo murió en la ¿inexistente? masacre de Badajoz, como supongo que su amigo pasaría por alto el testimonio de mis familiares -después de todo no fueron mas que una banda de rojos peligrosos y vengativos-, supongo que no haría lo mismo con una filmación de lo ocurrido por la CINEMATOGRÁFICA PATHÉ y el testimonio del cámara, que por cierto fue juzgado y condenado a muerte, el gobierno francés presiono, se le conmutó la pena y fue expulsado del país.
    Estoy segura que ese individuo llamado Pio Moa conseguiría una copia de los archivos franceses SI LE INTERESARA PEDIRLA.

  113. #0 José Carlos Rodríguez dice:

    Perdona, palencianoexiste, retiro lo dicho porque no quería ofenderte.

    Pero resulta que César Vidal era entonces más favorable a los republicanos. No sé ahora, que ha investigado sobre las checas de Madrid.

    Pero no me gusta hablar en esos términos (es de un bando o de otro) porque, aunque sean reales, ello no impide que sean o dejen de ser buenos libros. El de Vidal es un buen libro por más que uno sea favorable al bando nacional. Cuenta de forma clara y adecuada cómo fue la guerra desde el punto de vista militar.

    Un saludo.

  114. #0 apfner dice:

    No sé cuáles serán las cifras correctas, si habrá mil más de este lado o mil más del otro, si serán menos de los que dicen los historiadores de izquierdas o mil más de los que dicen los de derechas. Pero cuando alguien termina pidiendo censura previa, no tengo que escuchar más. Ya sé que algo que no es cierto se oculta tras su verdad.
    Todavía no he oído a Moa pedir censura. Él se limita a decir que no fue así e intenta, con éxito o sin él, demostrarlo. Otros, como Villegas, claman directamente por la censura.
    No necesito leer más.

  115. #0 Graku dice:

    Yo he encontrado ésto: http://www.sbhac.net/Republica/TextosIm/Badajoz/Badajoz.htm

    Y para colmo, qué pásó en Paracuellos?

    Si ambas partes son al final lo mismo. :_(

  116. #0 Cazador de gamusinos dice:

    En ‘este país’ hace falta tener el titulito para poder ser considerado como persona. Me parece bien que alguien que oficialmente no es un historiador escriba acerca de la historia al igual que ocurre en otras materias. En cuanto a sus supuesta falta de documentación, por lo que oí en un debate de TV en el que participó el propio Pío Moa parece ser que se documenta de fuentes variadas y filedignas.
    De todas formas pienso que aún teniendo un papelito que lo acredite como historiador, Pío Moa seguiría siendo igualmente desacreditado. Y es que hay veces que la verdad duele, y para ocultarla se recurre al insúlto fácil, la falacia y la mentira.
    PD: no hay nada que odie más un progre que a otro progre reconverso. No hay derecho a que la gente se caiga del caballo.

  117. #0 Iurex dice:

    Saludos a todos:

    Despues del verano, aparte de salir en lo quioscos los tipicos coleccionables que nos arrollan cada año parece que han tenido exito los relativos a la guerra civil española.
    !Que quereis que os diga! Para mi supone un alivio entre tanto mediocridad cultural que se vive en España.
    Hartos como estamos de descalificaciones de uno y otro bando es bueno que se abra un debate, que cada uno exponga sus trabajos, que estos sean criticados, debatidos y rebatidos y que se hable y no se insulte tanto. Esto es bueno, por ejemplo, para una generación que ha nacido en la democracia, que no ha tenido un contacto directo con el pasado reciente.
    Mi familia por parte de padre fue perseguida en Asturias por parte de los nacionales, la mayoria fueron asesinados y algunos lograron escapar. Mi abuelo por via paterna tuvo que exiliarse a la Union Sovietica.
    Todos los españoles tenemos un pasado similar teñido por la Guerra y la rivalidad entre dos bandos antagónicos. Me encanta sentarme con mi tia-abuela y que me cuente su vida y lo que ella vio.
    Pero ni nuestra vida personal, ni los prejuicios que nos han infundido en esta sociedad nos deben cegar para abrir un debate historico.
    Una idea que tengo en mente es abrir una web para que todas las aportaciones historicas, no meramente criticas prejuiciosas tanto de uno como de otro bando, sean contempladas y debatidas. Ir a las fuentes historicas.
    Pero parece que eso no es lo que cunde. Prolifera la facil identificacion emocional falta de todo sustento critico. Y repito que esto lo refiero a los dos bandos.
    Si en verdad es el revisionismo una sarta de mentiras y justificaciones sin pies ni cabeza del bando vencedor que ahora resurgen, debatamoslas con argumentos historico-criticos. Si no lo es, habra que planteranos cuanto de realidad tiene y cuanto de politica.
    Todos los que vivimos en España y realmente nos preocupamos por algo mas alla de nuestro ombligo deberiamos aportar, crear foros y sitios de discusion que aporten y no descalifiquen, es decir, comportarnos como personas adultas y ciudadanos librepensadores que supuestamente somos.

    Aqui queda mi aportacion. Todo el que quiera ponerse en contacto conmigo:iurex_20@hotmail.com.
    Como por ejemplo comenzar una pagina web, o un foro historico correcto ya sabe donde me puede encontrar.

    Un saludo a todos.

  118. #0 Edi dice:

    Hay ciertos puntos en la historia de la guerra civil, que ciertamente hasta ahora desde el comienzo de la democracia han sido falseados y explicados de manera favorable a los que la perdieron.
    Tal es el caso de la revolución de Ochobre del 34 en Asturias.

    ¿Por que se llama revolución? ¿Acaso no fué un levantamiento en toda regla contra una república democrática??? ¿Porqué de unos se dice que fue un golpe y a este levantamiento se lo suaviza con términos romántico-revolucionarios?

    Mi abuelo luchó en esa revolución y estuvo en Oviedo y sin necesidad de leer a ningún historiador como Pio Moa, reconoce que no hubo razón alguna para tal levantamiento, mas que la política y el adoctrinamiento que como él tenían gran parte de los mineros de las cuencas mineras.

    ¿¿Me quiere algún progre de hoy convencer de que si ahora mismo estuvieramos en una situación donde hubiera amenazas de muerte en el congreso de los diputados entre ellos, donde hubiera asesinatos entre militantes de los diferentes partidos, no solo eso, sino que se asesinara a un diputado primero amenazado de muerte en el congreso!!!!que todo eso lo vería normal???

    ¿¿Vería alguien normal que la guardia civil o la policía nacional realizara asesinatos de caracter político sistematicamente???

    ¿os imaginais que mañana saliera en la tele que hay asaltos a ayuntamientos, a cuarteles y que la policia hubiera fusilado a 20 personas en la calle??

    ¿¿¿Os imaginais que en la prensa de una u otra afiliación, empezaran a aparecer articulos intimidatorios, de caracter violento con amenazas ante una posible victoria electoral de uno de los partidos???

    ¿Y si todo esto fuera realizado principalmente por el PSOE, IU, ERC, CIU, HB o PNV, donde la gran mayoría de las víctimas y asesinados fueran de tendencias conservadoras como el pp de hoy en día me creería que todo es culpa del pp, que son unos fascistas???

    ¿Que número de votos tienen hoy Democracia Nacional o Fuerza Nueva??? Uhmm…igual hay algunos que ni siquiera oyeron hablar de ellos….pues es la misma representación que tenia en España La Falange en los años precedentes a la guerra civil…Y esa era la amenaza fascista????? En toda Asturias en el 35 quizas tuviera 4 afiliados a Falange….pero señores por dios….

    No es que hay que mentir o falsear la historia….es que eso está ahí y pensar que en España había unos intereses de caracter fascista que intentaron por todos los medios lograr una dictadura y tirar una democracia que era el paraiso en la tierra, que se vivia de lujo y era estable y normal….vamos….es RIDICULO!!

  119. #0 Elezioni dice:

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