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Réquiem por las fantasías eróticas bibliográficas
Hoy es posible que dos almas gemelas (pongamos que Agapito y Lucinda) viajen en el metro, frente por frente, y que sean las primeras personas que, en una década, a las 11.13 de la mañana de este viernes 26 de agosto de 2011, estén leyendo ‘La Comunidad Inconfesable’, de Maurice Blanchot. Podría ocurrir en la línea 3 del Metro de Madrid. Digamos que entre las estaciones de San Fermín-Orcasur y Palos de la Frontera.
Porque Agapito hubiera aguantado hasta Palos de la Frontera (aunque él habitualmente se baja en Almendrales)…
Habría bastado con que Lucinda no estuviera leyendo ese libro sobre el amor verdadero (esa comunidad inconfesable ante la muerte) en formato EPUB. Y viceversa. Lucinda hubiera bajado precipitadamente en Almendrales en pos de Agapito si éste no se hubiera descargado el libro en un PDF hecho a base de fotocopias guarrindongas.
Dentro de 30 años quizá el uno podría haber acompañado a la otra en ese momento intransferible del morir.
Claro, esto va de muerte: de la muerte de las miradas furtivas a las portadas de los libros de los viajeros de Metro. Y de las fantasías subsiguientes… ¡Cuántas etapas preliminares ahorra en la alcoba de nuestra mente un libro determinado!: es mucho más efectivo que pasarse el día en Meetic.
Reconozcámoslo: Es un magno acontecimiento descubrir en el metro una chica que no lea a Federico Moccia o (¡todavía!) a Dan Brown, como lo es descubrir a un chico que no devore cualquier volumen de fantasía heroica, de técnicas de márketing o… el código de la circulación. Ahora ya da igual: tras la fría espalda del Kindle, el Reader o el cacharro que se desee, no se adivina nada. Y es peligroso: cualquier incauto puede fantasear durante siete paradas, sin saberlo, con una lectora de César Vidal.
Y no miro a nadie.
(ILUSTRACIÓN: ‘Reading in the Subway’ por John Sloan)
agosto 26th, 2011 a las 13:27
Un PDF con números de página, perfectamente citable para el trabajo académico, de “La comunidad inconfesable” de Blanchot anda por ahí por la red, en scribd.com o en algún garito peligroso de los rapidshare, esos que están llenos de anuncios de novias rusas o amigas con ganas de follar contigo en [inserta la ciudad de tu IP]. Por si a alguien le gustan esas cosas.
El papel se ha muerto, para siempre, pero la agonía es larga.
agosto 26th, 2011 a las 13:40
Ahora la aventura resulta más excitante, al menos para quienes nos dejamos llevar por la curiosidad y no podemos evitar mirar por encima del hombro. El e-reader es un anzuelo.
agosto 26th, 2011 a las 13:43
Y antes hubo un tiempo que tampoco se podía adivinar lo que Lucinda leía. Una porque el libro era propiedad privada pero mancomunable hasta su deterioro total y porque Lucinda iba leyendo el capital.
agosto 26th, 2011 a las 13:44
#4
Por las dos razones iba forrado.
agosto 26th, 2011 a las 14:03
http://altersolidaria.wordpress.com/ Blog de reflexión política y económica
agosto 26th, 2011 a las 14:12
Que digo lló que siese es el provlema podían de ovligar en el metro a que pongas por la parte datras del ebook una impresión de la portada del livro que testas lellendo. Y no os quejéis de no poder desforestar el amazonas a gusto que ya os vale. Y lo comodo que es llevar una biblioteca a cuestas, ¿ein? Que puedes pasar en 0 coma de leerte una novela a un ensayo o a poesía o a otra novela sin tener que ir cargado como un mulo.
agosto 26th, 2011 a las 15:59
Pufff, es ultima referencia a Cesar Vidal es un bajon total. Si hay algo peor que leer a Cesa Vidal es piratearlo. Vade retro, todologo!!
agosto 26th, 2011 a las 16:25
Referendum Reforma Constitucional
http://www.youtube.com/watch?v=OJJESLyikKs
agosto 26th, 2011 a las 17:17
#7 Seguro que en el caso de Cesar Vidal hay unos PDFs primorosos de todos sus libros, preparados por fans descerebrados nacional-liberales. Anteayer descubrí que por cosas de curro me convendría leer El fin de la historia de Fukuyama y en un segundo encontre en un rapidshare un PDF absolutamente impecable, seguro que pagado en su día por el Cato Institute o algún otro think-tank neocon.
Tampoco neguemos que es posible bajarse los cuadernos de la cárcel de Gramsci en seis volúmenes de una página que ensalza a Chaves y la revolución bolivariana.
En enero en el congreso nacional de profesores de literatura de EE.UU. había iPads por todos sitios. El kindle de seis pulgadas queda chico para el tipo de archivos que manejamos, pero el iPad es perfecto. Todos los colegas que tienen uno lo adoran, y se supone que deberíamos ser los usuarios más tradicionalistas, tecnófobos y aferrados al papel.
agosto 26th, 2011 a las 17:42
(¡Sachete! ¡Sice “ensallo”!)
agosto 26th, 2011 a las 17:46
De momento ese problema no existe entre los admiradores de la literatura publicista en formato folleto del Carrefour…
agosto 26th, 2011 a las 21:14
Fíjense si habrá libros disponibles en la Red que me acabo de bajar las consolaciones de Boecio, en edición bilingüe latín-inglés de la Loeb Library. Probablemente no me las leeré nunca, pero de repente me siento como Ignatius Reilly.
agosto 26th, 2011 a las 21:51
Habrá que decorar la funda del reader con pegatinas de nuestras obras favoritas, ¿no?
agosto 27th, 2011 a las 14:11
Curioso, ayer precisamente había una entrada en un blog para mujeres sobre el hecho de que, al menos en USA, éstas prefieren los eReaders pequeños tipo kindle a las tabletas tipo iPad. La discusión en los comentarios, sin embargo, iba en la línea papel vs. dispositivo, y un montón de las que comentaban decían que les encantaba su kindle porque podían leer un montón de literatura tipo “placer culpable” (novelas de vampiros, rosa y pseudoerótica, fantasía, etc.) sin que nadie en su tren/vagón de metro/autobús se enterara. Vamos, que les encanta la privacidad que les da el aparatito.
agosto 27th, 2011 a las 14:26
¿se juzga a una lectora por la cubierta del libro que está leyendo?
Y cuando digo lectora quiero decir lector y lectora
Eso me da la idea de una idea para hacer algo de negocio; los fakelibros. Falsas cubiertas, que digan “buenas cosas” de nosotros, que cubran la literatura que queremos leer.
agosto 27th, 2011 a las 14:31
Los usos pueden ser sorprendentes; como la chica leyendo un libro con cubierta de la serie “corazones suspirantes” e interior de física cuántica.
agosto 27th, 2011 a las 14:34
Cuando digo chica, quiero decir chico y chica. Hay muchas zonas en las que la física cuántica es vista como algo nefasto y nefando.
septiembre 9th, 2011 a las 11:46
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