jul 25

Hombre muerto, mundo muerto

Jesús Gómez: “Intento imaginar el imposible de que la izquierda de las décadas de 1920 y 1930 justificara el fascismo y el nacionalsocialismo por los crímenes del imperialismo inglés, francés y estadounidense en Europa y en el resto del planeta. ¡Comprendamos a Hitler, comprendamos a Mussolini! ¡Representan una revuelta de los pobres contra el capital! Si el movimiento comunista, los socialistas y los progresistas de la época hubieran hecho lo mismo que hace hoy parte de la izquierda en relación con el fundamentalismo islámico y otros neofascismos similares, no hay duda: el III Reich habría cumplido mil años”. Más en La Insignia.

190 comentarios en “Hombre muerto, mundo muerto”

  1. # el hijo del cura dice:

    El problema de simplificar es ese, que se atribuye a uno la parte que quiere oir de lo que ha dicho. Personalmente creo que el terrorismo islámico lo es por ser islámico y que el islam por mucho que se diga es bastante reacio (por ser suave)a nuestro modo de vida y a la democracia (el fundamentalismo cristiano también, ojo), pero sin las barbaridades de los USA y cía, la cantera de mártires estaría bastante más reducidita.

  2. #0 Addie Bundren dice:

    Y usted, ¿desde dónde habla?, ¿desde dónde pregunta?
    La respuesta a su pregunta no puede ser más meridiana: “si a la derecha se hubiese estado quietecita, nada de eso hubiese pasado”.
    A ver si la culpa de Hitler, de Mussolini y Franco fue de Rosa Luxemburgo. Manía de dar la culpa de los palos al apaleado.
    Y mientras, se hacen llamar liberales, con un par, sí señor.

  3. #0 Diderot dice:

    Lo que no quita, hijo del cura, para que lo que hace del islam una religion agresiva e intolerante (y con la mano larga en lo que respecta a guerras santas) venga de antes de las acciones coloniales europeas en el mundo árabe. Para que te hagas una idea de cierto pensamiento que me da la sensación que está bastante extendido por el mundo islámico (y no únicamente entre medios radicales, y es sólo una sensación, no una afirmación) en el famoso libro “Les croisades vues par les araba/ Las cruzadas vistas por los árabes” (1983), de Amin Maalouf, intelectual libanés afincado en París, la conclusión final viene a ser que todos los problemas del mundo musulmán comienzan con la ingerencia europea en tierra santa, claro está sin medira provocación previa por parte de los musulmanes. Está claro que la conquista del reino visigodo y la progresiva conquista del imperio bizantino eran acciones de otra naturaleza…en fin, lo que quiero decir, victimismo fácil que viene muy bien a unos gobernantes apoltronados en un sistema político medieval y opresor (pero la culpa siempre será de occidente y no de ellos). Eso no quita para que las otras religiones del libro, bebiendo las mismas fuentes, no tengan también lo suyo. Afortunadament ene cierta parte del mundo la religión fue separada de la vida pública, quizá eso marque la diferencia (aunque en algunos rinconcitos de esa parte aún quede trabajo por hacer a ese respecto)

  4. #0 el hijo del cura dice:

    Hombre, yo creo que Malouf quería mostrar cierto paralelismo entre las cruzadas y el problema actual de Palestina, pero el victimismo no lo capté. Está claro que el Islam ha sido expansionista cuando ha podido, como el catolicismo (cristianismo en general) por otra parte. Pero me parece que los musulmanes llevan siglos relativamente tranquilos ¿Qué les hace atacarnos ahora? ¿La desigualdad? ¿Los santones tipo Bin Laden (y su dinero)?¿Todo ello? y, lo más importante ¿tienen alguna opción de ganar?

  5. #0 Manolo dice:

    “la conclusión final viene a ser que todos los problemas del mundo musulmán comienzan con la ingerencia europea en tierra santa,”

    Bueno, durante siglos, Oriente ha venido siendo el patio trasero RICO de Occidente, eso es cierto. Europa y los USA han hecho y deshecho la zona con tiralíneas durante más de dos milenios. Uno de los momentos álgidos de la intervención occidental/cristiana en oriente medio principia en 1095, con la Primera Cruzada. Por no mencionar el siglo colonial por excelencia, el XIX, en el que se desarrollan los transportes y cierta industria y la capacidad de arrasar de occidente se multiplica por 100 o 1000.

    La colonización se alarga hasta bien entrado el siglo XX. Para más inri (Iesus Nazarenus Rex etc.), en 1948 se crea el Estado de Israel (y el Palestino, por cierto, que Palestina no acepta).

    En fin, para entonces, Oriente medio y, en general, el mundo árabe-musulmán, se había convertido ya en el proveedor de gas y petróleo de Europa y USA. Todo lo demás de esa cultura (el genocidio argelino, la tinaría saudí, las hambrunas, la guerra lenta israelo-palestina, la guerra Irak-Irán, la revolución Islámica de Irán…) nos había importado un pimiento. Hasta ahora. Hasta que nos hemos dado cuenta de que hay una nueva casta de “guerreros” islámicos dispuestos a dejarse el pellejo por acabar con un puñado de infieles a bombazo limpio en Madrid, en Londres, en NYC, en (¿la próxima?). Ahora nos empezamos a preguntar qué es el islamismo y por qué nos odian. Estupendamente. Somos imbéciles.

  6. #0 Urigeler dice:

    De acuerdo con usted, sr. Diderot. Y pregunto: ¿que hacemos con los que nos odian simplemente por ser lo que somos?

    a Ser tolerantes y comprensivos.
    b Ser intolerantes e intransigentes.
    c Convertirnos todos al Islam (y por lo tanto acabar con nuestras democracias).
    d Ninguna de las anteriores (ponga aqui su solución).

    Parece ser que a no está funcionando (véanse los ejemplos de Londres con radicales nacidos y amamantados en plena tolerancia occidental) y c no parece razonable luego, mientras alguien no plantee una d viable, servidor se inclina, como los Reyes Católicos, por la b: al moro ni agua y guerra abierta mejor que ellos dan y yo recibo.

  7. #0 Diderot dice:

    Pues yo creo que atacan ahora porque han encontrado el medio para ahcerlo. En el siglo XIX era impensable que pudiesen hacer algo parecido (ni siquiera había comunidades islámicas en Europa en las que camuflarse)además de que ciertos ricachones árabes, con medios económicos y bien entrenados en su día por la CIA, se han puesto la jihad por montera.
    Respecto a lo de Maalouf le cito “Dans un monde musulman perpétuellement agressé” (p. 304 de la edición de “J’ai lu”). Me oparece la afirmación más clara a ese respecto (por eso se la guarda para el final), pero opodemos encontrar cosas de este tipo de una u otra forma, alo largo de toda la obra, o eso me parece a mi, que, por supuesto, mi palabra no es ley

    La desigualdad, a mi juicio, es causa y consecuencia, es decir, es consecuencia de un sistema obsoleto e injusto (sólo tenemos que ver al primo de nuestro rey) y causa pues existe la tendencia de sacar ese problema al exterior, es decir, que tenemos demasiados pobres y paro, pues les mandamos a todos a Europa que así nios mandan divisas y nos molestan menos aquí (y de paso si se fantizan minan un poquito a los occidentales, por si acaso nos podemos quedar con sus riquezas). Cierto es también que las potencias coloniales nada hicieron por cambiar ese sistema (o poco) y en muchos casos más bien lo fomentaron, pero ¿po qué deberían hacer lo contrario?.

    Y si tienen opción de ganar….bueno, aquí daré respuesta de Raul gonzález: “El partido son 90 minutos y el fútbol es así”

  8. #0 Mon, Ra-mon dice:

    Ya, Urigeler. El problema es que hubo unos señores que escogieron la solución d (invadir Irak aunque el régimen de Saddam no tenga nada que ver con el problema). Y gracias a eso, el mundo es “mucho más seguro que antes”.

  9. #0 Manolo dice:

    Qué intentar hacer.

    * ¿No bombardear nunca más ningún país árabe sin justificación?

    * ¿Tratar de comprender mejor esas sociedades, que pueden contener la semilla de la destrucción de las nuestras?

    * ¿Financiar escuelas laicas y pro-occidentales allí donde se pueda?

    * ¿Procurar el bienestar y el desarrollo de las personas de origen árabe-musulman en tierra occidental?

    * ¿crear foros internacionales de debate y cooperación con las élites políticas e intelectuales de los países musulmanes?

    * ¿abrir los mercados islámicos al comercio mundial en igualdad de condiciones?

    No soy muy optimista, pero bombardear no me parece la mejor solución si no media una agresión previa.

  10. #0 el hijo del cura dice:

    Urocele, eres tonto, si tienes tantas ganas de guerra vete a un banderín de enganche de la Legión y pide que te destinen a un sitio calentito. Está muy bien eso de promover la guerra para que luchen y mueran los demás.

  11. #0 el hijo del cura dice:

    “* ¿Procurar el bienestar y el desarrollo de las personas de origen árabe-musulman en tierra occidental?”

    Yo añadiría controlar lo que se enseña en las mezquitas, no aceptar financiación ni clérigos de Arabia ni Marruecos, echar a los salafistas al primer problema y/o incumplimiento. Y eso es un problema porque la libertad de religión es uno de nuestros derechos. Nos lo recuerda la COPE a diario, aunque no se refiera a los musulmanes.

  12. #0 Diderot dice:

    Respondo a los dos anteriores, no me habían salido aún cuando he escrito.

    Para Manolo: Cierto que el mundo musulmán fue el patio trasero para occidente, pero lo único que hizo occidente (yo prefiero hablar de cultura europea antes que occidental, que los demás son colonos y además soy eurocentrista, como el PPE) fue aprovecharse de una debilidad endémica del mundo musulmán, es decir, se encontro una presa facil y no dejo pasar la ocasión, eso, nos guste o no, es una constante en la historia de la humanidad, y a nosotros nos harán lo mismo si se da el caso, no lo duden.

    Para Urigeler: Me resultaría dificil darle una respuesta, si la tuviese espero que al menos me diesen alguna poltrona de consejero de alguien. Quizá haya que intentar salvar lo salvable, es decir, está claro que algunos círculos en el mundo musulmán son partidarios de dejar atrás toda esa teocracia y ese sistema encorsetado heredado de sus antepasados ¿serán muchos, pocos…? eso no lo sé, pero quizá no estaría de más tenerles en cuenta. Por otra parte, drejarse también de remilgos. Es decir, los terroristas surgen de medios radicales en la propia Europa, aunque esto escandilazará a algunos, vigilar los guetos musulmanes con más atención podría dar resultados. (en ciudades como París y Bruselas (ciudades que conozco)hay barrios en los que no hay apenas mujer sin velo y hombre sin chilaba, y eso aún no lo hemos visto en España.

  13. #0 Manolo dice:

    La represión, Hijo del Cura, no debe descartarse. Pero no debe ser la única herramienta de combate.

    NB: la libertad de religión es un derecho, pero siempre que esa religión (sus preceptos, ritos y prácticas) no atenten, en occidente, contra los derechos humanos y las constituciones liberales que los amparan.

  14. #0 Diderot dice:

    Antes de que se me malinterprete, me refería a lo mismo que el hijo del cura, que lo ha expresado mucho mejor que yo.

  15. #0 Manolo dice:

    Diderot: “vigilar los guetos musulmanes”

    Justamente, debe hacerse un esfuerzo por evitar los guetos.

  16. #0 Diderot dice:

    Sí, pero eso no es una cosa unilateral, manolo. Hahy que hacer por integrarlos, pero también ellos tienen que querer integrarse.

    Yo tampoco soy partidario de solucionar el problame con cazabombarderos, pero también es verdad que no podemos estar siempre viéndolas venir sin mover un dedo. cuál es la respuesta acertada…no tengo claridad mental para encontrarla (mi cabeza y mis entrañas se disputan la palabra en este caso)

  17. #0 Manolo dice:

    Ahora bien: ¿qué le han hecho los progres a los cazurros como el Jesús Gómez ése? ¿Por qué quieren convertir los “liberales” españoles a los izquierdistas en unos apestados, en causantes de todos los males de España? Esto me suena a lo del chivo expiatorio y los del bigote alemán aquél…, los judíos, causantes de todos los males del glorioso y eterno Pueblo Alemán (pueblo alemán que, por otro lado, dudosamente había existido alguna vez como tal, en fin…) Que les den por culo a los liberales españoles, hombre…

  18. #0 el hijo del cura dice:

    Yo entiendo que la gente que va viniendo no es tonta, y cuando vean que nuestro sistema les da libertad tratarán de adaptarse a él, e incluso puede que lleguen a exportar esas ideas a sus paises de origen. Eso pasó con los españoles que venían de Alemania, Suiza, etc; trajeron algo más que dinero. El proceso será largo, y habra que vigilar que se adapten, pero yo creo que al final la libertad triunfa aunque haya cuatro fanáticos dispuestos a matar como Uratomonosódico (al menos de boquilla).

  19. #0 Paco dice:

    El problema no es islam o cristianismo, sino como se engrana la religión en la sociedad civil. El islam no pretende ser una religión, sino una forma de gobierno, cosa que la religión católica (pese a los deseos de la jerarquía de la iglesia) no es ya hace bastante tiempo. La lucha no es una religión contra otra, sino libertad, separación de poderes y democracia contra teocracia y barbarie.

    Y el artículo tiene razón en una cosa, si esta lucha se planteara aquí nadie tendría duda en quienes son “los malos”, no entiendo que con lo que hacen estos cafres tengamos que andar buscando la justificación de los americanos y los israelíes, e inventándonos pactos de ¿civilizaciones?

    Y además, mientras que occidente se seculariza cada vez más el islam camina en sentido contrario, cada vez más reaccionario e integrista. Comparad la legalización del matrimonio homosexual en España con esta noticia:

    http://www.uomos.com/newnews/news.php?action=fullnews&id=1285

    Ninguna agresión externa justifica esa barbarie.

    Me diréis que la agresión externa es la causa de la radicalización, pero no es verdad, aunque es cierto que bien utilizado, el “enemigo americano” debe dar mucho juego a los curas hijos de puta de por allí.

    Contadme por qué en Turquía ganó hace poco un partido islamista (que por cierto se ha moderado para entrar en la UE, y es que la pasta es la pasta), contadme por qué los más bárbaros son los saudíes protegidos por USA.

    Y ya se que en occidente se hacen también barbaridades, pero al menos aquí puedes denunciarlas y luchar contra ellas. Yo si que creo en nuestra superioridad moral. Sin duda.

  20. #0 Urigeler dice:

    O sea Manolo, usted propone premiarlos, discriminación positiva, ponerles escuelas y darles democracia. Enseñarles nuestras bonitas costumbres.

    ¿Y si ellos no quieren nuestras escuelas ni nuestras democracias y se cagan en nuestras costumbres? Premiar a “los malos” no funciona ni ha funcionado nunca a lo largo de la Historia. Por Dios, ¿es que en este foro son todos de la LOGSE?

    P.D.: ¿Porque a los progres todas las soluciones que se les ocurren pasan por las discriminaciones positivas? En serio, es algo que no puedo comprender. ¿De dónde les viene ese sentimiento de culpa?

  21. #0 Baumer dice:

    Esto es una tontería de discusión en la línea de conversaciones progre vs liberal para mendrugos, línea que se está yendo de madre y va a terminar por acaparar la escena mediática mundial.

    Vamos a ver, puntualicemos un par de obviedades.

    1. El terrorismo islámico es maligno y deplorable.
    2. El apoyo o condescendencia que recibe el terrorismo islámico tiene buena parte de explicación en el

    Son dos afirmaciones perfectamente compatibles y no sé en nombre de qué está dando últimamente por publicar artículos absurdos (el pelma de Savater ha debido dar el disparo de salida) explicando obviedades que francamente, sobran.

    Sobran porque cualquiera con dos dedos de frente entiende la diferencia entre JUSTIFICAR los actos del terrorismo islámico o Hitler y EXPLICAR que la inmensa mayoría de los que les apoyan, lo hacen por causas que son REALES.

    ¿Es TAN difícil diferenciar “el pueblo alemán, cabreado, hambriento y en la ruina, ve en Hitler a un salvador” de “Hitler tenía motivos para genocidar media europa”, es TAN difícil distinguir entre “el pueblo musulmán vive sometido a los desmanes de occidente” y “está bien poner bombas en los metros europeos”? A mi no me lo parece. Desde luego no para sufrir una avalancha de artículos de pseudolumbreras y tertulianos explicándonoslo.

  22. #0 Urigeler dice:

    Hijo de Presbítero y Concubina:

    ¿Le dolió lo que le dije el otro día sobre su papá? No se preocupe: lo retiro.

    Venga, no me siga llorando…

  23. #0 FELICIDAD dice:

    ENTRAD EN: — http://www.concordato.org —-
    FIRMAD si estais de acuerdo.

    DIVULGARLO–

  24. #0 Anónimo dice:

    Perdón, me comí un trozo del punto dos, que sería

    2. El apoyo o condescendencia que recibe el terrorismo islámico tiene buena parte de explicación en el estado social y económico de la población islámica

  25. #0 Manolo dice:

    O sea Manolo, usted propone premiarlos, discriminación positiva, ponerles escuelas y darles democracia. Enseñarles nuestras bonitas costumbres.

    ¿Y si ellos no quieren nuestras escuelas ni nuestras democracias y se cagan en nuestras costumbres? Premiar a “los malos” no funciona ni ha funcionado nunca a lo largo de la Historia. Por Dios, ¿es que en este foro son todos de la LOGSE?

    P.D.: ¿Porque a los progres todas las soluciones que se les ocurren pasan por las discriminaciones positivas? En serio, es algo que no puedo comprender. ¿De dónde les viene ese sentimiento de culpa?

    Publicado por: Urigeler a las Julio 25, 2005 08:01 PM

    Caramba, sí que me explico bien, si ha entendido eso…!

    No, mi idea es:

    * No hacer guerras INJUSTAS e indiscrimidas contra la población.
    * NO crear guetos, siempre que se pueda, en las ciudades occidentales.
    * extender también a ellos, a los musulmanes de Occidente, las ideas de democracia y pensamiento político liberal, no sólo a los nativos occidentales blancos (¿por qué no quiere Vd. lo mejor también para los musulmanes? ¿Es Vd. racista?)
    * ¿Estamos seguros de que LA MAYORÍA DE LA POBLACIÓN MUSULMANA del mundo no quiere vivir en sociedades prósperas y liberales? YO no lo estoy. Vd., si es cazurro, a lo peor tiene (pre)juicios definitivos al respecto.
    * a los “malos” (como Vd. los llama, en una categoría moral de dibujos animados), no hay que premiarlos: hay que perseguirlos y castigarlos. Pero sólo a los malos, no a sus primos, cuñados, sobrinos, hijos, abuelos y nueras si éstos no son malos.

    Y así sucesivamente.

  26. #0 el hijo del cura dice:

    ¿Le dolió lo que le dije el otro día sobre su papá? No se preocupe: lo retiro.

    No ofende quien quiere, amigo mío (por decir algo)

  27. #0 Urigeler dice:

    2. El apoyo o condescendencia que recibe el terrorismo islámico tiene buena parte de explicación en el estado social y económico de la población islámica

    Usted lo ha dicho, anónimo amigo. Entonces, ¿espera la población islámica que mejoren sus condiciones gracias al terrorismo? Si es asi, que eso ocurriera significaría sencillamente un triunfo de la violencia, lo cual daría alas a más violencia. Ya sabe, nunca es suficiente para el género humano.

  28. #0 el hijo del cura dice:

    No te enteras, contreras, el que la miseria explique parte del terrorismo significa que viven tan mal que les da igual palmarla y, además, como son analfabetos les comen mejor el tarro, no que piensen que van a salir de la miseria con el terrorismo.

  29. #0 Urigeler dice:

    Manolo, a veces me troncho con usted. Veeenga va, mi calificación de “malos” es de dibujos animados pero sus profundas soluciones son dignas de una poltrona. Excúseme.

    * No hacer guerras INJUSTAS e indiscrimidas contra la población.

    ¿Como por ejemplo? ¡¡Ah, la de Irak!! ¿Pero no quería usted antes que occidente llevara la democracia a los paises musulmanes? En que quedamos…

    * NO crear guetos, siempre que se pueda, en las ciudades occidentales.

    El problema, indocumentado amigo, es que lo guetos los crean ELLOS. Infórmese.

    * extender también a ellos, a los musulmanes de Occidente, las ideas de democracia y pensamiento político liberal, no sólo a los nativos occidentales blancos (¿por qué no quiere Vd. lo mejor también para los musulmanes? ¿Es Vd. racista?)

    No, no soy racista. No crea en los tópicos y no piense que todas las personas de derechas somos malos y racistas. Recuerde cuando le ofendía que se pensara que todos los progres comunistas tenían cuernos y rabo. No haga usted lo mismo si no quiere autodescalificarse.

    Respecto a este punto, ¿a un musulman que viene a occidente se le impide el acceso a las ideas de occidente? A ver, explique un poco más este punto que le ha quedado asi como no demasiado claro.

    * ¿Estamos seguros de que LA MAYORÍA DE LA POBLACIÓN MUSULMANA del mundo no quiere vivir en sociedades prósperas y liberales? YO no lo estoy. Vd., si es cazurro, a lo peor tiene (pre)juicios definitivos al respecto.

    Seré un cazurro, es posible. Pero ¿donde están las revoluciones sociales de los pueblos musulmanes? Occidente luchó liberarse detiranías mediante dos revoluciones importantes (demuestre que no es usted de la LOGSE y díganos cuales). ¿Ellos?

    * a los “malos” (como Vd. los llama, en una categoría moral de dibujos animados), no hay que premiarlos: hay que perseguirlos y castigarlos. Pero sólo a los malos, no a sus primos, cuñados, sobrinos, hijos, abuelos y nueras si éstos no son malos.

    ¿Y si sus hermanos, primos, cuñados, abuelos,… justifican y amparan a los terroristas? ¿No es eso un delito de apoyo y apología del terrorismo?

    Ya ve, muchas (demagógicas) ideas pero poca chicha…

  30. #0 Aleph dice:

    Pues nada, vamos a pedirle responsabilidades a los italianos por habernos invadido y no habernos dejado desarrollarnos como grupos étnicos independientes. También a los franceses por su invasión en el siglo XIX. Y así debemos pedir cuentas a todos los pueblos que nos han invadido o dominado y resarcir a todos los pueblos que hemos invadido o dominado pq, señores, somos nosotros, los españoles de hoy, los que tenemos esa obligación. La alianza de civilizaciones nos obliga a ello. Hemos de ser la imagen a seguir para que el resto de paises reconozca sus atrocidades (paises, religiones, cofradias y cualquier agrupación con ánimo de lucro).

    Por favor, seamos un poco coherentes. Yo no tengo ninguna responsabilidad en lo acontecido hace 700 años, ni los árabes actuales tienen responsabilidad por la invasión de la Península Iberica en el siglo VIII. Si queremos justificar lo que hacen unos pocos mediante la historia es lo más sencillo pero no lo más inteligente.

    Hemos de apoyar a los más desfavorecidos del globo, pq nos toca hacerlo hoy, no mañana ni ayer (las situaciones políticas son cambiantes al igual a las socioeconómicas, culturales y geográficas). Además, es absurdo hacer valoraciones sobre situaciones del siglo XVII con los parámetros del siglo XXI, o no?.

  31. #0 periodistasuicida dice:

    Creo que se está dejando de lado el “origen” de lo que se conoce como “islamismo radical”. ¿Nació este de el problema palestino? No, aunque seguramente sirvió de acicate. Aun a riesgo de parecer simplista, el islamismo radical nació como movimiento de “reacción” frente a la creciente occidentalización experimentada en muchas sociedades árabes, y a sus abusos, y a los continuos impedimentos para que prosperen en la región “alternativas” válidas a estos movimientos (desde Nasser en Egipcio a la constitución de un Sáhara Occidental como estado independiente). Vuelvo a decir que estos argumentos son muy simplistas, pero creo que son un mejor punto de reflexión que la política (aún más simple) de que el terrorismo islamista hunde sus raíces en una maldad irracional e incomprensible que amenaza nuestro “modelo de vida” y que la mejor manera de acabar con él es exterminar a los terroristas.

    Por otra parte, aquello que se habla de la represión como arma válida de contención tiene también sus límites. El mejor ejemplo lo tenemos en países del Maghreb (ejemplo: Marruecos y Algeria), donde oficialmente se lleva a cabo una represión de los partidos islamistas (sean estos moderados o radicales) y que constituyen una buena cantera para futuros terroristas (sobre todo para los que después atentan en Europa).

  32. #0 Goldstein dice:

    Insisto en mi idea:
    Acepto la perspectiva maniquéa y Tolkeniana de Elfos y Orcos. Nos odian por nuestras libertades, nuestro modo de vida y nuestras chicas siliconadas. Y se me ocurren varias preguntas. ¿Nos odian TODOS Y CADA UNO de los orcos? ¿Como vamos a hacer para exterminarlos? ¿Es apropiado de seres elevados, cultos, inteligentes y de orejas puntiagudas exterminar a las tres cuartas partes de la humanidad? ¿Se quedarán con las manos en los bolsillos los Nazgûles que tienen ya la bomba? ¿Y los orcos que recogen nuestras hortalizas? ¿Habrá que marcarlos a todos a fuego en la frente?
    Saquenme de mis dudas, Srs. neo-retros, Vds. que tienen todas las respuestas.

  33. #0 Anónimo dice:

    ¿Que izquierda justifica lso ataques indiscriminados? ¿Que izquierda justifica el fundamentalismo islámico?
    Esa izquierda no existe, la mayoria de la, supuesta, izquierda vive en su poltrona y dice lo que el poder quiere que diga: DEMOCRACIA Y PAZ, mientras no son capaces más que abanderar un seudoradicalismo que aspira a meras reformas sin cambiar el status quo del sistema.
    No hay que darle una cara bonita a la explotación, a la miseria moral y económica, a la discriminación por lugar de procedencia, sexo o religión… hay que acabar con ella.
    Y aunque pocos se acuerden hubo una izquierda en Europa que en la primera guerra mundial en vez de apostar por el internacionalismo obrero apoyo el nacionalismo burgués. También hubo una izquierda que antes, durante y después de la Segunda Guerra Mundial hizo todo lo posible por acabar con cualquier conato de subversión y se plegó a los intereses del capital.
    Y ahora hay una izquierda que apoya los bombardeos de civiles, la tortura, la explotación, la guerra sucia…
    Pero también existe quien no traga con el control social ( para seguir siendo esclavos ) que quieren imponer a los proletarios del norte ni con la imposición de las armas contra los proletarios del sur. TOD@S, absolutamente todos los que tienen poco o nada, se deben unir para hacer la guerra no de unos proletarios contra otros proletarios, sino una guerra de NOSOTR@S ( los proletarios, los que tenemos poco o nada ) contra ELL@S ( burócratas, políticos, militares, empresarios… ).
    Porque el verdadero enemigo es el sistema capitalita, ya sea en su forma “blanda” como la democracia o “dura” como el fascismo en occidente o fundamentalismo en oriente no son más que las distintas caras de la misma moneda.

    “¿Financiar escuelas laicas y pro-occidentales allí donde se pueda?”
    ¿Que aberración es esa?
    ¿La cultura occidental como la única y verdadera?
    Hay quien tiene un problema de etnocentrismo y se cree que diciendo lo buenos que son algunos (occideente) se lo creeran…
    Lo único bueno que se debe hacer occidente, los ricos, es quitar sus manos manchadas de sangre de las tierras de los demás… y eso no lo harán hasta que desaparezcan.

  34. #0 Manolo dice:

    En realidad, los suicidas islámicos en Occidente suelen ser gente preparada, incluso con estudios superiores. La desgracia material de muchos musulmanes no debiera parecer, en principio, origen y causa del terrorismo islámico (por favor, ZP, no vuelvas a decir más eso de “terrorismo internacional”: sería “internacional” si los suicidadas y bombers fueran uno sueco, otro chino, otros dos rusos, uno más argentino, otro de Panamá, y alguno más de Ghana. Pero no.) Pero tengamos en cuenta que hay en el mundo musulman una como consciencia de “nación islámica” que, me temo, no es comparable a nada parecido en Europa o en el Occidente todo. A nada parecido en Europa ahora, porque hace 1000 años sí que se hablaba de “la Cristiandad” como de una cultura y sociedad más o menos homogénea y solidaria. Un ejemplo: un grupo de guerreros y señores cruzados (germanos, francos o franceses, italianos, etc. -en fin, las denominaciones territoriales, para entendernos-) parten del Mar del Norte rumbo a Paletina, a principios del siglo XII, a vérselas con los musulmanes en “Tierra Santa”. Bajan bordeando la costa francesa y, cuando pasan por Lisboa, hacen escala para ayudar al entonces rey luso en su lucha por liberar la hoy capital portuguesa. Acabada la empresa, siguen ruta por Gibraltar, pero algunos se quedan en la península y participan en el sitio de Tortosa. Quiero decir, que hubo alguna vez en Europa una solidaridad religiosa entre cristianos que hoy no hay, afortunadammente. Pero el Islam parece estar hoy en su Edad Media. Necesita una perestroika urgentemente y Occidente debería echar una mano allí donde se pueda y sin que hagamos el gilipollas, claro.

  35. #0 Diderot dice:

    Hijo del cura, tu hablas de los que van vibniendo, los que van viniendo a España, un país donde la inmigración es un fenómeno relativamente reciente. Yo le puedo hablar de lo que he visto de sitios donde hace 30 ó 40 años que están llegando, y le aseguro que aunque hay muchos que han querido integrarse y de hecho lo han hecho, hay muchos que no tienen ese deseo, que ven con hostilidad su mundo de acogida y eso acrecenta las consecuencias del desarraigo (síndrome de Ulises, creo que lo llaman). Y la sensación que da es que en este segundo grupo hay muchos más, y no sólo la entre la primera generación de inmigrados. Esto lo digo, por supuesto, sin tener todos los datos posibles en mi poder (salvo algunas conversaciones con personas directamente “implicadas” y sin conocer todas las circunstancias…)

  36. #0 Urigeler dice:

    Y no se olvide, Sr. Aleph, de que deberíamos pedir responsabilidades a los pueblos musulmanes por habernos invadido por las armas, habernos masacrado e impedido nuestras expresiones cristianas durante quinientos años.

  37. #0 PeonCaminero dice:

    Parece que, salvo el doblacucharas y asimilados, no somos todos tan radicales. Quiero creer que en el mundo musulmán la mayoría tampoco lo son y no están por la guerra santa, aunque eso no signifique que anden como locos luchando por el laicismo y la democracia. Pero vale más que no les pongamos chinitas por el camino. Y cuando haya que plantar cara en casos concretos, pues habrá que hacerlo, que lo cortés no quita lo valiente.
    Por cierto, también puedo estar equivocado pero, en general, Maalouf no me parece que peque de victimismo. Se queja, claro, pero a veces con razón, como cuando dice que, siendo árabe, tiene que pasarse media vida explicando que su familia era cristiana antes que muchos de nosotros –algo así como un español aclarando en el extranjero que no se viste de torero los días de fiesta– o explicando las ilusiones y desilusiones de su abuelo, el que se sentía libanés, sirio, otomano y afrancesado, todo a la vez.

  38. #0 Manolo dice:

    “Manolo, a veces me troncho con usted. Veeenga va, mi calificación de “malos” es de dibujos animados pero sus profundas soluciones son dignas de una poltrona. Excúseme.

    * No hacer guerras INJUSTAS e indiscrimidas contra la población.

    ¿Como por ejemplo? ¡¡Ah, la de Irak!! ¿Pero no quería usted antes que occidente llevara la democracia a los paises musulmanes? En que quedamos…

    >>>> JUAS, JUAS, JUAS…!!! YA LO VEO: LA DEMOCRACIA SE EXPORTA A HOSTIAS!!! JUAS, JUAS….!!!

    * NO crear guetos, siempre que se pueda, en las ciudades occidentales.

    El problema, indocumentado amigo, es que lo guetos los crean ELLOS. Infórmese.

    >>>> LAS AUTORIDADES OCCIDENTALES DEBEN HACER TODO LO POSIBLE POR EVITARLOS. LOS GUETOS. ¿LE CUESTA ENTENDER ESTA DIFICILÍSIMA IDEA?

    * extender también a ellos, a los musulmanes de Occidente, las ideas de democracia y pensamiento político liberal, no sólo a los nativos occidentales blancos (¿por qué no quiere Vd. lo mejor también para los musulmanes? ¿Es Vd. racista?)

    No, no soy racista. No crea en los tópicos y no piense que todas las personas de derechas somos malos y racistas. Recuerde cuando le ofendía que se pensara que todos los progres comunistas tenían cuernos y rabo. No haga usted lo mismo si no quiere autodescalificarse.

    >>>> NO AFIRMABA QUE LO FUERA (RACISTA). SE LO PREGUNTABA. LEA BIEN.

    Respecto a este punto, ¿a un musulman que viene a occidente se le impide el acceso a las ideas de occidente? A ver, explique un poco más este punto que le ha quedado asi como no demasiado claro.

    >>>> MUY FÁCIL. LAS ADMINISTRACIONES OCCIDENTALES DEBEN EVITAR EN LO POSIBLE LA FORMACIÓN DE GUETOS. LOS GUETOS SON FÍSICOS, PRIMERAMENTE, PERO TAMBIÉN MENTALES, CULTURALES, IDEOLÓGICOS, RELIGIOSOS. OCCIDENTE DEBE PONERSE FIRME ANTE LA PENETRACIÓN DE CENTROS RELIGIOSOS QUE PROPAGUEN IDEAS CONTRARIAS A LA DEMOCRACIA Y LOS DERECHOS HUMANOS.

    * ¿Estamos seguros de que LA MAYORÍA DE LA POBLACIÓN MUSULMANA del mundo no quiere vivir en sociedades prósperas y liberales? YO no lo estoy. Vd., si es cazurro, a lo peor tiene (pre)juicios definitivos al respecto.

    Seré un cazurro, es posible.

    >>>> PUES SI VD. LO DICE…

    Pero ¿donde están las revoluciones sociales de los pueblos musulmanes? Occidente luchó liberarse detiranías mediante dos revoluciones importantes (demuestre que no es usted de la LOGSE y díganos cuales).

    >>>> ¿LA LOGSE? ¿´QUÉ ES ESO? OIGA, QUE YO SOY UN ANCIANO… Y QUÉ REVOLUCIONES NI QUÉ GAITAS… LA REVOLUCIÓN, LAS IDEAS REVOLUCIONARIAS, SON PROPIAS DE SOCIEDADES QUE HAN TENIDO CLASES MEDIAS Y CLASES ILUSTRADAS, JUSTO LO QUE VIENE FALTANDO EN EL MUNDO MUSULMAN… UN POQUITO DE PORFAVOR, OIGA…

    ¿Ellos?

    * a los “malos” (como Vd. los llama, en una categoría moral de dibujos animados), no hay que premiarlos: hay que perseguirlos y castigarlos. Pero sólo a los malos, no a sus primos, cuñados, sobrinos, hijos, abuelos y nueras si éstos no son malos.

    ¿Y si sus hermanos, primos, cuñados, abuelos,… justifican y amparan a los terroristas? ¿No es eso un delito de apoyo y apología del terrorismo?

    Ya ve, muchas (demagógicas) ideas pero poca chicha…

    >>>> BUENO, FIN, FINITO, SE ACABO.

    Publicado por: Urigeler

  39. #0 Goldstein dice:

    Sr. Manolo, disiento. De mano, si tomamos los atentados del 11-s, el 11-m y el 7-j como un todo, hayamos que hay terroristas saudíes, iraníes, marroquíes, británicos… Presuponer que el islam los une a todos borrando las fronteras nacionales no tiene mucho sentido a la luz de la razón: vea Vd. las complejas relaciones entre Marruecos, Sahara, Palestina, Jordánia, Argelia, Egipto, Iran, Irak, Arabia Saudí, Turquía.Algunos ni siquiera tienen un mínimo de cohesión nacional, siendo (gracias al tiralíneas europeo ) amalgamas de tribus mal avenidas. Además son cortos de vista, pues ellos no distinguen bien entre ingleses, alemanes, italianos, estadounidenses, etc. Será cosa de que nos conocen por los mercenarios. O que, como bién sabían en el bloque del este, lo que nos une es…la Coca-Cola.

  40. #0 Amicus dice:

    Creo que falta un poco de perspectiva en todas estas discusiones. Yo insisto en que la religión es lo de menos.
    Me he molestado en traducir unos cuantos parrafos de la declaración de Guerra de Bin Laden de 1996, que podeis encoontrar completa en inglés en muchas páginas, por ejemplo aquí.

    http://faculty.smu.edu/jclam/western_religions/ubl-fatwa.html

    Para situarnos, después de volver de la Guerra Santa en Afganistán Bin Laden se dedicó a agitar en favor de una revolución islamista en Arabia Saudí. El Gobierno lo echó del país y se instaló en Sudán desde donde se dedicó a apoyar a movimientos islamistas “terroristas-insurgentes” de varios países. Por presiones de Estados Unidos y de los gobiernos árabes, Sudán lo echó del país en 1996 y acabó en las montañas de Afganistan. Como vereís antes de que le entrara la vena de profeta del Apocalipsis, y cuando aún creía que podía lograr algo en Arabia Saudita, sus preocupaciones eran bastante mundanas. Es un poco largo, pero creo que merece la pena.

    Desde aquí, hoy comenzamos el trabajo, las conversaciones y las discusiones sobre la forma de corregir lo que le ha ocurrido al mundo Islámico en general y a la Tierra de los Dos Lugares Sagrados (Arabia Saudita) en particular. Deseamos estudiar las vías que podemos seguir para hacer que la situación vuelva a la normalidad. Y devolverle a la gente sus derechos, en particular ahora, después de los enorme daños causados, y los ataques contra las vidas y la religión de la gente. Una injusticia que ha afectado a todos los sectores y grupos de la sociedad, desde los civiles al ejercito y a las fuerzas de seguridad, los cargos de la Administración y los comerciantes, los jóvenes y los viejos así como los estudiantes de institutos y universidades. Y cientos de miles de graduados sin empleo, que se han convertido en el sector más amplio de la sociedad, también han sido afectados.
    La injusticia ha afectado a la gente de la industria y la agricultura. Ha afectado a la gente de las zonas rurales y urbanas. Todo el mundo se lamenta de algo. La situación en la Tierra de los Dos Lugares sagrados es como un volcán a punto de explotar, que amenaza con destruir el Kufr (ateismo) y la corrupción, así como sus causas. Las explosiones en Riyadh y Al Khobar son un aviso de esta erupción volcánica que surge como resultado de la opresión, el sufrimiento, la inmoralidad, la humillación y la pobreza.
    La gente está preocupada por como van las cosas, todo el mundo habla del deterioro de la economía, la inflación, el aumento de las deudas y las cárceles llenas de presos. Empleados del gobierno, con recursos limitados, hablan de deudas de decenas de miles o incluso cientos de miles de riales saudíes. Se quejan de que el valor del rial continúa depreciándose frente a las principales divisas. Importantes hombres de negocios e industriales hablan de los cientos y miles de millones de riales que les debe el Gobierno. Más de trescientos cuarenta millones de riales adeudados por el Gobierno a la gente, además de los intereses, y eso sin contar la deuda externa. La gente se pregunta si de verdad somos el principal exportador de petróleo. Creen incluso que podría ser una maldición de Alá por no protestar contra el régimen opresivo y el comportamiento ilegitimo de nuestros gobernantes.
    Ignorando la Shari’ah, negando a la gente sus derechos legítimos, permitiendo a los Americanos ocupar la Tierra de los Dos Lugares sagrados, mandando a prisión de forma injusta a los honestos maestros del Islam. Los Ulemas y maestros, así como los comerciantes, economistas y otras personalidades se dieron cuenta de la situación desastrosa del país.
    Rápidos esfuerzos fueron realizados por todos los grupos para contener y corregir la situación. Todos estaban de acuerdo en que el país se dirige hacia una gran catástrofe, cuya severidad es desconocida, excepto para Alá. Un gran hombre de comerció comentó: “El rey esta llevando al estado a un desastre multiplicado sesenta y seis veces”. Lamentamos esto y sólo podemos decir “No hay más poder que Alá y todo el poder viene de Alá”. Muchos príncipes comparten los sentimientos de la gente, expresan en privado su preocupación y se quejan de la corrupción, la represión y la intimidación que están ocurriendo en el país. Sin embargo las luchas entre los príncipes más importantes en busca de ganancias personales y de su propio interés están destruyendo el país. Debido a sus acciones el régimen ha perdido su legitimidad por las siguientes razones:

    (1) La suspension de la Shari’ah y la sustitución de la misma por leyes civiles hechas por hombres. El régimen se ha enfrentado de forma sangrienta con los verdaderos Ulemas y los jóvenes honestos (no santificamos a nadie, Alá santifica a los que escoge)

    (2) La incapacidad del régimen para proteger el país, y el hecho de que permitieran que el enemigo de los creyentes, las fuerzas cruzadas americanas ocuparan el país durante el más largo de los años. Las fuerzas cruzadas se convirtieron en la causa principal de nuestros problemas, particularmente en los aspectos económicos, debido a los gastos injustificables para mantener estas fuerzas. También cómo resultado de la política impuesta en el país, especialmente en el campo de la explotación petrolífera en el que se limita la producción o se aumenta y se fijan los precios según los intereses de la economía americana y no los de la economía nacional. Caros contratos de venta de armamento son impuestos al país. La gente se pregunta cual es la justificación de la existencia del régimen.

    Rápidos esfuerzos fueron realizados por individuos y grupos variados para contener la situación y evitar el peligro. Advirtieron al Gobierno en público y en privado, mandaron cartas y poemas, informe tras informe, recordatorio tras recordatorio, lo intentaron por todos los medios e incorporaron a todos los hombres influyentes en el movimiento de reforma y corrección. Escribieron con estilo apasionado, diplomático e inteligente reclamando reformas correctoras y arrepentimiento por los grandes errores y la corrupción que afectaban incluso a los principios básicos de la religión y los derechos legítimos de la gente.

    Para nuestra gran tristeza el régimen rechazó escuchar a la gente acusándolos de ser ridículos e imbéciles. Las cosas empeoraron con nuevas maldades que superaron a las anteriores. ¡Y todo esto en la Tierra de los Dos lugares Sagrados! No es posible permanecer quietos. No es aceptable ignorar lo que sucede.

  41. #0 Baumer dice:

    2. El apoyo o condescendencia que recibe el terrorismo islámico tiene buena parte de explicación en el estado social y económico de la población islámica

    Usted lo ha dicho, anónimo amigo. Entonces, ¿espera la población islámica que mejoren sus condiciones gracias al terrorismo? Si es asi, que eso ocurriera significaría sencillamente un triunfo de la violencia, lo cual daría alas a más violencia. Ya sabe, nunca es suficiente para el género humano.

    No creo que esperen que mejoren sus condiciones, pero sí oyen un discurso que, por simplificar, les gusta. La gente que apoya a Bin Laden lo hace por lo mismo que apoyó a Hitler antes de la guerra. Estamos muertos de hambre, llega un tío, hace un poco de demagogia, dice que ya basta de estar pisoteados por el armisticio, occidente (inserte aquí su opresor) y que es hora de ponerse en pie.

    En determinadas circunstancias, determinada gente es agarra a lo primero que pilla, que es por lo general alguien con dobles fondo: llámalo Hitler, llámalo Bin Laden, llámalo Sendero Luminoso, llámalo X. Si a esa gente no se le da alternativa alguna, es dejar el camino abierto a que se agarren a lo que no deben. Concretando, si al mundo islámico y tercer mundo en general, la única alternativa que se le da es cállate, danos el petróleo y muérete de hambre sin molestar, lo más probable es que acaben siguiendo al primer asesino que les embauque con un bonito discurso.

  42. #0 diderot dice:

    Pues entre las muchas cosas que parece revelar este texto, una que se nos había pasado por alto…el petroleo y la lucha por su control, que quieren tanto unos como otros…

  43. #0 Addie Bundren dice:

    Y el Madrid ha perdido 4-0 contra vaya-usted-a-saber-quien…
    Parece que la temporada promete.

  44. #0 eranj dice:

    Mirando en mi bola de cristal marca ACME veo que dentro de 20 años (o sea, coincidiendo con el crack del sistema de pensiones) la segunda generacion de emigrantes encuentra que el integrismo religioso es ‘cool’, con nefastas consecuencias.

    Simultaneamente, si no antes, se desencadena una respuesta social xenofoba brutal con tremendo auge del voto parafascista. O sin el ‘para’, fascista directamente.

    Los cuales gobiernos ultras, aprovechando las legislaciones restrictivas de las libertades que les prepararon (bastante inconscientemente) gobiernos socialdemocratas anteriores, hacen de las suyas: espian los emilios, prohiben llevar mochilas y bolsas de la compra, disparan a la cabeza de la gente por si acaso…

    Hoy estoy optimista :-), si alguien quiere la idea para un relato que la coja, es Copyleft.

  45. #0 PeonCaminero dice:

    “el régimen ha perdido su legitimidad”

    Esa es la madre del cordero. Se trata de declarar apóstata al régimen saudí –y a todo régimen islámico que no comulgue con sus tesis– con todo lo que eso significa para un “buén musulmán”. Todo los demás es pura justificación de cara a sus fieles. En otras palabras, islamismo puro y duro.
    ¿La religión es lo de menos?

  46. #0 Anónimo dice:

    la izquierda occidental es co-culpable del terrorismo islamico por haber aopyado en su momento a los regimenes desarrollistas laicos que se instalaron en las principoales potencias africanas y asiaticas tras la descoloniacion. que poca memoria tenemos al olvidar la simpatia con los paises no-alineados, con las dictaduras laicistas y prosovieticas del fln de ben bella (presente hoy dia en todos los saraos antiglobalizacion con ramonet) en argelia, nasser en egipto, nehru en la india, el apoyo a la invasion sovietica de afganistan para llevar el “desarrollo material” y el progreso a los alienados por la religion, el regimen laico de sadam,(y en otra onda, el pri en mejico), ataturk en turquia, etc. las elites de los partidos-regimen que goberbaron los paises hoy azotados por el terrorismo islamico se educaron en occidente con las ideas marxistas. la izquierda mundial es culpable de apoyar dictaduras elitistas y paternalistas que trataron de imponer un desarrollo revolucionario ateo y materialista, “transformando la sociedad” arabe por la fuerza. aquellos regimnes “progresistas” del segundo mundo son los que crearon esa respuesta refractaria de hoy dia. la izquierda es culpable, aunque pretendacomo siempre rescribir la historia y ocultar sus posicionamientos de antaño, cuando esos regimenes laicistas hacian causa comun con la urss y contra el capitalismo occidental. laguien puede negar el apoyo entusiasta a provocadores del terrorismo del gia coomo el fln entre gente como sartre y todo lo que vino despues??? incluso el bloque nacionalista gallego tenia historicamente como moelo a seguir el caso de argelia. el fundamnetalismo laicista de la izquierda fue y es la mayor fabrica de resentimiento y odio islamico contra el “progresismo” ocidentalde aqui y occidentalizante de alla

  47. #0 PeonCaminero dice:

    Y de la muerte de Manolete, claro.

  48. #0 diderot dice:

    Ataturk en la desconolización, eh….pues va a ser que de la muerte de Manolete también, como dice peoncaminero

  49. #0 Amicus dice:

    A ver si me explico. Creo que todos estamos de acuerdo en que las religiones, especialmente si no están tan centralizadas como el catolicismo, admiten múltiples interpretaciones. Que la gente haga una u otra interpretación (y sobre todo que el público haga caso) depende de las circunstancias. Bin Laden dice que el régimen Saudí ha abandonado la verdadera religión y algunos saudíes se lo creen. Tenemos dos opciones:

    (a) Se lo creen porque Alá les ha dicho al oído que es verdad.
    (b) Se lo creen porque les parece que explica la situación económica y política del país.

  50. #0 Anónimo dice:

    las principales fuentes del terrorismo islamico de los 90 fueron argelia y egipto, las antiguas potencias del llamado “socialismo arabe”. armadas por la urss, y con una ideologia oficial revolucionaria. curioso. el terrorismo religioso es la respuesta de las victimas que se resisten a ser transformadas por la fuerza, por un estado laicista revolucionario. que cada palo aguante su vela. la izquierda ha aopyado, y sigue haciendolo, dictaduras corruptas y elitistas generadoras de resentimiento. como el fanatismo nacionalista en el antiguo bloque sovietico, fruto del genocidio cultural antietnico y antincionalista perpetrado por el internacionalismo comunista (el caso de yugoslavia, autentica carcel de naciones” en los tiempos del por la izquierda adorado Tito y su socialismo autogestionario, es un ejemplo paradigmatico del apoyo criminal de la izquierda a regimenes que han provocado desastres sociales al violentar en nombre del progreso a las sociedades

  51. #0 Goldstein dice:

    “el fundamentalismo laicista de la izquierda fue y es la mayor fabrica de resentimiento y odio islamico contra el “progresismo” ocidental”
    LA GUERRA ES LA PAZ
    LA LIBERTAD ES LA ESCLAVITUD
    LA IGNORANCIA ES LA FUERZA

  52. #0 el hijo del cura dice:

    Y hasta Ricky Martin está preocupao:

    http://es.celebrities.yahoo.com/050725/5/46ksj.html

    Hay que ver.

  53. #0 Goldstein dice:

    Como bien dice nuestro amigo anónimo desde el frente Malabar, Bin Laden es un fundamentalista armado y entrenado por la URSS, al igual que Saddam, el cual se la chupaba a Tito y Breznev al tiempo.
    Bienvenidos a la habitación 101.

  54. #0 el hijo del cura dice:

    Anónimo, ponte un nick anda, Burriciego, Amorphus, Pedorro Magno, no sé, algo con lo que dirigirnos mejor a ti para insultarte.

  55. #0 diderot dice:

    La solución la va a tener al final el riky martin este…un pasito palante todos con maría, que la maría, ya se sabe, quita las ganas de matarse a hostias.

  56. #0 Anónimo dice:

    la izquieda apoyo a ataturk y su regimen , eso es u hecho. que esio fuese antes del periodo descolonizador es absolutamente irrelevante para mi argumento y mi tesis, que es que la izquierda, movida por su odio contra el capitalismo occidental, apoyo y sgiue apoyando a cualuqier cosa wue , en un momento dado, sirva como ariete contra aquel. hasta finales d elos 80, la izquierda apyo a todos y cada uno d elos regimnes laicistas del segundo y tercer mundo, en africa, latinoamerica y asia. y a todos los regimenes pertenecientes al movimiento del socialismo arabe. en nombre de la “revolucion cultural”, la izquierda apoyo verdaderos genocidios etnoculturales y religiosos en nombre del socialismo y la trabnsformacion social. es un factor mas, un culpable mas, por supuesto. pero se trata de recordar que occidente tiene parte de culpa en el revival del fundamentalismo religioso y nacionalista en areas geograficas post-sovieticas o sovietizantes, no solo por las topicas razones del “captalismo” y los yankis, sino tambien por otra via: la influencia ideologica e intelectual en la elites nativas educadas en europa y en la universidad paticio lumunba , por ejemplo. sartre y los PC’s de todo el mundo apoyaron el regimen corrupto y paternalista de ben bella. ergo, ellos colaboraron en el nacimiento del terrorismo del gia.
    aun hace dos años se pudo leer un articulo del izquieduta vicen navarro en el pais haciendo una semblanza ideologica de su generacion. ellos llamaban – y vicen navarro sigue haciendolo!!!! -regimen progresista al gobierno titere prosovieticode afganistan en los 80. segun la delirante teoria que aun ho dia se puede encontrar en le monde diplomatique, el unico culpable dle talibanismo es el apoyo de usa a la resistencia antisovietica, culpable d e reaccionarimso y de no ser lo suficietemente dociles para aceptar ser transformados por la fuerza del ejercito rojo. e sun boton d emuestra de las mentiras y manipulaciones descaradas del stablishment intelectual progre, en lo referente al analisis del auge del terrorismo islamista

  57. #0 Anónimo dice:

    evidentemente, los que estuvo armado por la urss fueron los regimenes nacionalsocialistas arabes (argelia, egipt, india, yemen, etiopia, etc), y los regimene stitere prosovieticos (afganistan). el fundamnetalismo surge en los 80 EN PARTE como una respueta refractaria contra el autoritarismo, el laicismo autoritario, la corrupcion y la miseria engendrada por esos regimenes sobre sus poblaciones, que ven a los fudamentalistas como salvaciones populistas contra la agresion a sus idenidades pisotedas. exactament igual que la explosion etnonacionalista en el imperio sovietico.
    por cierto que las armas que porta bin laden son de fabricaion y diseño sovietico, porque en los paises dond eopera al qaeda, estan inundados de armamentovendido y regalado por la antigua urss, despues de ser fabricado en las fabricas del estado…esa potencia pacifista no capitalista, ya se sabe.
    el nucleo de mi tesis, la relacion entre terrorismo, regimeness y movimientos araborevolcionarios que gobernaron desde los 50 hasta su dewcomposicion en los 90, y la izquierda internacional, sigue incolume a vuestras ridiculas seudocriticas

  58. #0 el hijo del cura dice:

    Una pregunta que no me deja dormir ¿Por qué todos estos no son capaces de escribir dos palabras seguidas sin comerse letras o cambiarlas de sitio? y ya puestos ¿Por qué no son capaces de escribir nada inferior a diez líneas para decir lo que piensan?

  59. #0 Ansar dice:

    y a todo esto, Felipe sin dimitir….manda huevos….vayase señor gonzales.

  60. #0 el hijo del cura dice:

    Y otra ¿Por qué todos usan términos como “ridículas seudocríticas”? ¿Se creen que así son más listos o algo?

  61. #0 Goldstein dice:

    Lo, siento, anónimo corresponsal desde el frente Malabar, pero hasta aquí puedo leer:
    “que esio fuese antes del periodo descolonizador es absolutamente irrelevante para mi argumento y mi tesis, que es que la izquierda, movida por su odio contra el capitalismo occidental”.

    Asumo entonces que absolutamente todo es irrelevante excepto su tesis. ¿Como le han dejado a Vd. salir de la habitación 101?

  62. #0 Anónimo dice:

    ignorante goldstein, es curioso que recites sloganes que uso orwel para cariaturizar el newspeak manipulador inventando por el marxismo leninismo y los regimnees comunistas. esa neolengua, por cierto, tambien fue usada profusamente por las dictarudas del comunismo afriocano y asiatico, culpables de genocid cultural contra las tradiciones religiosas en sus respectivos paises. o es que noes hemos olvidado de la revolucion cultural a la mao, tan adorada por la izquierda del 68??? los que dicen y dijeron que la religion es el opio de pueblo y debe ser erradicada por metodos revolucionarios desde arriba, con ayuda d eun estado planificador, no generan y generaron un sentimiento de opresion y humillacion identitaria en los pueblos de tradicion creyente? la respueta es si

  63. #0 Ansar dice:

    Porque esto es una seccion de comentarios Hijode…que tanto tienes que comentar lo decides tu.
    O es que no te da la cabeza pa’mas de diez lineas?????

  64. #0 el hijo del cura dice:

    Anónimo, conozco yo a un logopeda que igual te puede ayudar con tu problema.

  65. #0 Diderot dice:

    Pues entonces revisa tu tesis, porque te recuerdo que empezabas con la siguente frase: “la izquierda occidental es co-culpable del terrorismo islamico por haber aopyado en su momento a los regimenes desarrollistas laicos que se instalaron en las principoales potencias africanas y asiaticas tras la descoloniacion”.

    Creo que en esta introducción dice bien clarito lo de “tras la descolonización”

    Por otra parte, y me jode porque me vas a hacer parecer de izquierdas (sea lo que sea eso) estás cometiendo una falla lógica, es como si yo te digo que la culpa del stalinismo la tuvo occidente que industrializó a un país que aún tenía un régimen de servidumbre contra los propios deseos de la población, lo que provocó como reacción una revolución bolchevique que llevó a lo que llevó ¡coño, si eso es lo que dicen los progres! No dejaré de decirlo, estos que se llaman neocons son bolcheviques de derechas (sea lo que sea ser de derechas). Si quieros lo vemos de otra forma, si la oposición de las democracias occidentales no hubiese facilitado el fracaso de estos regímenes, el integrismo habría sido neutralizado (como lo estaba en tiempos de Sadam). Creo anónimo, que tu tesis es volver a lo mismo, la culpa es de occidente, ahora no del occidente capitalista sino del occidente comunista, pero sigue siendo lo mismo, la culpa es de occidente y el islam es la hostia. En todo caso en la declaración de guerra Bin.Laden que nos han traducido, se hacía más bien referencia a un régimen para nada sovietizante ni sovietizado, porque la principal fuente de terroristas viene siendo el dienro de Arabia Saudí (que de laica no tiene nada)
    Y para terminar, lo cierto es que en la gran partida de ajedrez de la guerra fría cada bloque impuso sus títeres donde pudo, en lo que respecta al mundo islámico se hizo lo mismo, y el terrorismo radical se extiende por todo ese mundo islñamico (tanto el del bloque capitalista como el del bloque comunista, si quiere que lo digamos así), así que no sé si usted quiere llegar, insisto, al tan manido tópico de que la culpa de todos los males del mundo islámico vienen de occidente.
    Y en todo caso, no creo que la idea del estado laico sea un monopolio de la izquierda. (felizmente para nosotros)

  66. #0 el hijo del cura dice:

    A mí no, Ansar, es que funciono con un 286 de los de antes y…

  67. #0 Goldstein dice:

    Ilustrado sr. anónimo, como Vd. sin duda no ignora, la polvora fué inventada por los chinos, lo cual no implica que hoy en día sea de uso común. Pregunte Vd. en el ‘tub’ londinense si mis palabras no son suficiente para Vd. Siguiendo con su lógica espúrea, podríamos remontarnos a la madre del cordero, y afirmar que la aparición de regímenes socialistas vino provocada por la voracidad de la burguesía capitalista, la nobleza acaparadora y la iglesia castrante. Quod ibid demostrandum, la culpa es del capitalismo.

  68. #0 Diderot dice:

    Ah, y lo olvidaba, anónimo..entonces respecto al problema vasco, ¿es el estado español pisoteador de la identidad del pueblo vasco,et,etc,bla,bla y más milongas comunitaristas y responsable del terrorismo etarra? ¿Habrá que pedir responsabilidades a Espartero?

  69. #0 Anónimo dice:

    ‘la respueta’, ‘las dictarudas’, ¡me encanta!
    A muete, a muete con tropdo!! Brlurps uniods jasam seran vencilos!

  70. #0 el hijo del cura dice:

    Definitivamente este anónimo es un robot o Javivi el de Ana y los 7.

  71. #0 Goldstein dice:

    Pues va a ser, Sr. Anónimo, porque las potencias occidentales financiaban y formaban a los radicales islamistas para enfrentarse a esos ateos comunistas de mierda, ¿no cree Vd.?
    Un consejo, cuidado con los frailes escoceses, a veces llevan navaja.

  72. #0 Anónimo dice:

    la resonsabilidad del occidnete autodenominado progresista es un factor mas,. no el unco. la principal causa, es por supuesto, las elite s izquierdista como ben bella y naser, ellos son los principales culpables. instalaron regimnees de partido unico que duraron decadas, aopyaron y fueron apotados por la ursa y la izquierda internacional y aplia¡caron una politica revolucionaria, autoritaria y transformador por la furza del estado, que genero pobreza, corrupcion , odio a la clase politica y desorientacion identitari. sobre ese caldo de cultivo , responsabilidad principal del socialismo arabe, determinadas tradiciones islamicas ya prexistentes- el wahabismo- pudieron hace rprosleitimso con exito. el caso pionero del gia en argelia es paradigmatico, asi como que argelia fue un modelo alabado por la izquierda

  73. #0 el hijo del cura dice:

    Hala, tronko, que sí, que ben bella y Margaret Astor, adios, que te folle un pez que la tendrá fresquita.

  74. #0 Ansar dice:

    Pues si los frailes escoceses llevan navaja, mis curas catolicos han llevado siempre la bragueta lista. Dejad que los niños vengan a mi.

  75. #0 Diderot dice:

    Y según tú, tampoco tendría nada que ver el proceso colonizador previo a esa descolonización, en el que la izquierda tuvo poco que ver. Eso, al parecer no violentó las identidades locales. Habla usted como un abertxale. En mi humilde opinión, ni lo uno ni lo otro son causas únicas, aunque tengan que ver, creo que nadie lo ha negado, esto no quita para que estas reacciones (como la reacción carlista en nuestra querida patria) vengan orquestadas desde medios reaccionarios y generalmente teocráticos, tradicionalistas opuestos al progreso y cuya cosmogonía choca con las progresivos procesos de industrialización al que se oponen (y con él a los beneficios materiales que este suele traer, y no me venga con metafísica, porque a mi lo que me interesa es el beneficio material y si usted quiere rezar hágalo en su casa, pero no con mi dinero, y sí, antes de que me lo diga, soy un etnocéntrico y considero que todo el mundo tiene derecho a disfrutar de los beneficios del progreso y no tiene por qué vivir siempre en la Edad Media)Usted me está jsutificando en definitiva el ultramontismo, usted está en contra d ela aparición de burguesías y de la economía de mercado y a favor de la prevalencia de la tradición y los corsés viejos, y sobre todo de la promacía de lo abstracto e intangible sobre lo concreto y material….

    Respecto al caso de Turquía, no creo que deba incluírlo en el saco en el que lo incluye. De una parte ha sido siempre un país entre dos mundos (no sólo geográficamente) con una tensión evidente entre la europeización y la ligazón al mundo islámico (con el handicap de que además los turcos ni son árabes ni quieren serlo), así que la revolución de los jóvenes turcos tiene, también, mucho que decir a las revoluciones sucedidas en Europa durante todo el siglo XIX. Por otra parte, no sólo de la izquierda europea (que hasta 1917 no pintaba tanto) le venían los apoyos (salvo que Alemania fuese un estado comunista y yo no lo sepa)

  76. #0 Juanlu dice:

    Sinceramente creo que no conviene igualar la izquierda con lo que no es derecha. Para mí, una cosa es ser antisistema y otra cosa es ser de izquierdas. Claro que se puede ser de izquierdas siendo antisistema y viceversa, pero digamos que, recordando aquellos diagramas de Venn, son conjuntos con elementos comunes pero no superpuestos.

    Existe una corriente antisistema que usa, defiende y ostenta mecanismos y postulados que siempre han sido considerados fascistas. Y existe ese movimiento pendular o de reacción de: el mundo occidental es católico en esencia. Seamos pro-islamistas!! Eso no es ser de izquierdas. Eso es llevar la contraria. Y ser de izquieras se fundamenta en un discurso propio y no sólo de reacción.

  77. #0 Jerez306 dice:

    De Orwell, yo no me quedo con un eslogan, prefiero su biografía entera.

  78. #0 Anónimo dice:

    Manolo, creí haber leído todo tipo de calificativos hacia Jesús Gómez, pero llamarle “liberal” los supera todos. Gracias por las carcajadas.

    En serio, ¿pero tú te has parado a leer lo que ha escrito?, ¿lo entiendes?, ¿hablas español?

  79. #0 drLSD dice:

    soy el bastardo republicano de LSD open polla dot com.

    Build 98 pa la peña mundial incluso Xinos la bajan quizas que le pegue un impuesto revolucionario XDDD

    http://emule-lsd.tk/
    de official solo tiene que el colega es mi amigo, y si se nutre de banners no problem, al final el src es gratis….

    mal parits amunt la republica….

  80. #0 drLSD dice:

    jajaja si tengo bastardos comunistas xinos en la cola jajaja que nos den bien dado que gracia me da una orden de busca y captura del FBI en china o cuba los pocos paises que siguen libres al menos si crees en el lenninisom-stalinismo sino vete a florida i experiminta lo que es el inem y deja el resto del mundo que se organize como quiera… el “che” vive

  81. #0 Anónimo dice:

    goldstein, y el factor original que esta e el comienzo de la secuencia, no seria, la invasion atea y comunista con el ejercito rojo a la cabeza, y dictaduras militares subsecuentes. y
    por cierto, en absoluto es cierto que toda la resistencia antisovietica fuese fundamentalista. que hay de los muyaidines moderados, antitalibanes ,como el general masud… tipica manipulacion

  82. #0 Elías dice:

    Casi nadie parece darse cuenta de que el 90% del puteo al que se ve sometida la población islámica mundial tiene su origen en sus dictadores. Y a mí no me tiene que convencer nadie de nada con estadísticas ni articulitos, soy de Melilla y he estado más de 100 veces en Marruecos (la última anteayer) y sé muy bien cómo malvive la gente allí. La mayoría pasan hambre de verdad y están como locos por meterse en una maldita patera y vivir en nuestro infierno occidental.

    Alguien ha dicho por ahí que si el etnocentrismo occidental o algo así… esto es como lo que dijo Churchill sobre el sistema democrático. No, occidente no es un paraíso de derechos ni de nada. Pero viendo el panorama mundial…

    Ciao.

  83. #0 drLSD dice:

    quizas tire demasiado del carro y no sea el post adecuado con los (picoletos-digitales) escaneando al personal…

    pero con lennon-jealouse guy y un chino descargando la src me siento liberado XDDD que cojones no quereis proyeccion ibererica pa el resto del mundo XDDD en este caso seria catalana de estat català.
    I si no te gusta siempre tiene morphXT

  84. #0 Anónimo dice:

    el terrorismo islamico en sus origenes se dirigio contra sus propios regimenes nativos y las elites y grupos connacionales no-religiosos. eso prubea que el factor principal fueros los regimenes laicistas proios, y no occidente. el odio contra occidnetensurge despues al constatr el apoyo de occidnete a detrrminados regimenes de la zona, no lo sificientemente fundamneklaistas. como se explica las matanzas del gia en argelia, dirigidas hacia poblacion civil no fundamnetalista, y contra el pucherazo del rpore fln, sino como rspuetsa a un asunto interno? es mas responsable del integrismo, el factor descolonizacion que el colonizador. la raiz del integrismo no hya qu buscarla en occidente, sino en la historia interna contemporanea de esos paises. la izquierda es corresponsable en la medida que, desde fuera, apoyo a esos regimenes internos revolucionarios.
    solo digo que no s epuede transformar por la fuwerza alas sociedasdes para cambiar sus tradiciones religiosas n nombre dle progresismo socialista, y que la izquierda minete cuando se presenta como defensora de los arabes contra el imperialismo coccidental. la ziquierda apoyo a torturadores y opresores internos de esa misma poblacion musulmana a la que hoy dia dice compender y defender del imperialismo occidental. hya un absoluto silencio a la importancia decisiva, decisiva, del periclitado socialismo arabe. y que el factor desencadenante no esta en occdente, sino en las decadas de gobierno independiente de las elites de esos paises, y el modelo que trataron de imponer en imitacion blanda de la urss

  85. #0 el hijo del cura dice:

    Cuando un tonto coje una linde…

  86. #0 Alex_Rechace Imitaciones dice:

    por los cojones del minotauro…habeis pasado el finde aquí posteando y arreglando el mundo? con lo buena que estaba el agua de la playa y el buen color que están cogiendo las niñas…

  87. #0 Anónimo dice:

    y que hay d ela responabilidad historica de la izquierda internacional en el fundamentalismo nacionalista de yugoslavia y paises ex sovieticos con tradiciones religiosas y culturales propias? la izquierda defendio la violencia revolucionaria de estado para arrasar y destruir con represion las culturas nacionales, la libertad d religion y la espontaneidad social..y lo sigue haciendo, como pasa con cuba. en parte los movimientos identitarios radicales se aprovechan del caldo de cultivo creado por dictaduras que practican la violencia y la corrupcion del “despotismo ilustrado” progre. es autoevidente que el revolucionarismo laicista agresivo de la izquierda e sincompatible con un mundo donde la mayoria d ela poblacion es creyente y no quiere ver su libertad de conciencia pisoteada. poruqe no setrato de que esos regimene slaicistas tratasen d emodlo liberal, occidental-capitalista las creencias, (como se hace en usa), sino ue directamnete las humillo y las pisoteó. el desarollismo fue confesionalmente ateo. y eso es un a provocacion a los arabes y una fuente d terrorismo y odio integrista

  88. #0 DonDepre dice:

    Visto el artículo uno llega a una conclusión:

    La gente no sabe diferenciar entre ANALIZAR una situación para encontrar las causas y una posible salida y JUSTIFICAR el terrorismo.

    Porque yo aún no he visto ningún partido ni ningún representante de ningún partido que justifique ninguno de esos atentados. Ni siquiera Batasuna, oiga.

    La comparación con el III Reich está completamente fuera de lugar. Pero si no somos capaces de señalar a nuestro enemigo en un mapamundi!!!!

  89. #0 Diderot dice:

    Sí, anónimo, pero es segado decir que sólo los peones de la URSS intentaron cambiar las sociedades del tercer mundo. Los dos bloques, insisito, trataron de hacer lo mismo en sus áres de influencia. ¿Qué hay de Suharto? ¿Del apoyo al régimen wahabi?. Lo que no es culpa de occidente sino un problema interno de ellos es lo que trao de decir.
    Y eso de que no se pueden cambiar sociedades….eso no lo sé, es una opinión. Lo único constatable es que es una constante en la historia como he dicho en uno de mis primeros posts y que harían lo mismo con nosotros si pudiesen. Las tradiciones religiosas no sólo se han cambiado en nombre del progresismo socialista y tú sabes que la importación de un modelo capitalosta habría tenido, y tuvo, las mismas consecuencias. Entonces la pregunta es ¿les tendriámos que haber dejado como estaban? ¿cada uno en su casa y Dios en la de todos? ¿qué habría sido de nosotros sin sus materias primas? ¿exactamente qué propones tú? ¿prefieres un juicio con garantías o una fatwa?

  90. #0 Anónimo dice:

    la izquierda ha apoyado regimenes donde las iglesias mezqitas, sacerdotes, creyentes, comunidades religiosas, lenguas nacionales, sentimientos nacionalistas, fueron arraados, violentados y torturados, prohibidos. acaso eso no es una fuente d ehumillacion, resentimiento y odio, mucho mayor que la mas antigua y superada colonizacion occidental-capitalista???? (porque la colonizacion occidental comunista con tanques por delante tuvo lugar hasta hace bien poco: afganistan, angola, mozambique, etiopia, yemen, y cuba y la urss detras) hay que estar enfermo para negar esa evidencia. sencillamente, hay que ser progre para no verlo. el arte de decir una cosa y mas trade la contraria, simepre en nombre del progreso y teniendo siempre razon. a bin laden lo creo la agresion sovietica, apoada por los que leen le onde diplomatique. esa es la matriz, que cada palo aguante su vela
    y hoy dia en los regimenes progresistas de vietnam y cuba la religion, en la que creen la mayoria d ela poblacion esta perseguida, por cierto. y la izquierda lo aplaude. que no se olvide como sí se olvidó los otros casos

  91. #0 Anónimo dice:

    el grado d etotalitarismo que puede llegar a ejercer un regimen capitalista es incomparablemente menor que lo que permite hacer, y d ehehco hizo, el socialismo. ademas, el hecho empiico es que la mnayor parte de los paieses, al menos los mas importantes, del territorio de la civilizacion arabe y musulmana fueron socialistas desde la descolonizacion, eso es innegable. y los regimenes capitaluistas no suelen llevar a cabo violencias contra la religion y la idneitdad al estilo maoista. sencillamente, el revolucionarismo de la izquierda reprsenta la forma mas ambiciosa, y por tanto totalitaria, de transformacion social.

    que respnsabilidad tiene el capitalismo occidental en los casos de egipto, argelia, india, y todas las antiguas colonias sovieticas azotadas por el integrismo islamico y nacionalista? diganmelo, sorprendanme

  92. #0 Anónimo dice:

    que paso en los seminales años 90 en argelia, entre el GIA, el FIS, y el FLN? que tiene que ver el capitalismo occidental?

  93. #0 Jerez306 dice:

    Sr. Anónimo, acerca de Argelia y su guerra civil, preguntemos a los franceses acerca de su empeño en mantener allí sus intereses (hablando en plata, por ser ellos y no Allah el que dicte el precio del gas argelino).

    Por cierto, lo de los “años seminales” me tiene desconcertado. ¿Es algo del horóscopo chino o alguna alegoría que se me escapa? Tiene cierto aire a lo Henry Miller, desde luego…

  94. #0 Anónimo dice:

    se acusa a los yamkis de haber apyado el fundamentalismo islamico en afganistan ,y ahora en irak por derribar al dictador laicista que tenia atada y bien atada la cuestion religiosa… como s epuede decir entonces a la vez que el capitalismo occindeta hummilla y opriem al islam si recisamnete dicen que le da alas por haber desestabilizado. o ayudado a hacerlo, a regimene slaicistas? que cooexistanente la izquierda esas 2 valoraciones demuestra que de lo que s etrata es d e acusar a toda costa al capitalismo liberla y a los yankis, dicendo una cosa y su contraria. alun izquiedista pro milosevic llego a acusar a los yankis de fomentar el islamismo por haber parado el genocidio d elos musulmanes bosnios. para francisco frutos, ” se ataca a milosevic porque s de izquiedas”. lo dicen el mismo partido que tiene un lobby llkamado comite d esolidaridad co la causa arabe” y va de protecor d elos pobrecitos musulmanes. la izquieda esta enferma, hay que tener necrosis neuronal para simpatizar con semejante ideologia y sus “lucidos analisis” de la politica y el mundo. la izquierda lo fomentó por aplaudir la destruccion de mezquitas y l asesinato de clerigos y creyentes en afganistan.dejar en manos del laicismo izquierdista la organizacion del pluralismo religioso de las sociedades es echar mas polvora al fuego que su odio a la religion originó. la izquierda solo sabe humillar y oprimir a las personas con creencias, es un rasgo historico eencial de esa ideologia. solo por razones estrategicas contra el sistema capitalista liberal y los yankis dice apoyar hoy a la poblacion musulmana, apoyo que desapareceria caso de aparecer un nuevo sadam hussein o cualquier otro revolucinario antimusulman y antoccidnetal

  95. #0 Anónimo dice:

    desde luego, el modo en que los yankis gestionan el pluralismo religioso en su pais , incluida la religion musulmana, es muchismo mas provechoso y responsable que el modo en que lo hace el izquierdismo laicista tipo zp. cual d esos modos de gestion generara en el futuro mas resentimiento y crispacion entre las poblaciones creyentes?

    por la libertad religiosa en cuba, vietnam y corea del norte, y en todo el mundo

  96. #0 irichc dice:

    El artículo está bien, pero se nota el lastre adolescente de Nietzsche:

    “porque estábamos en lo concreto Y NO EN LA MORALINA CRISTIANA de nuestras pluralísimas y sumamente incompetentes izquierdas actuales”.

    Sin cristianismo, con toda probabilidad, no habría ni derecho internacional ni asistencia social. La izquierda, pues, abandonaría cualquier pretensión de justicia para refugiarse en la maquiavélica lucha de clases, que es lo que ha venido haciendo las más de las veces.

    En resumen, aunque el cristianismo no es ni de derechas ni de izquierdas, la izquierda opuesta al cristianismo -es decir, sin la apropiacón secular de la parte de la base que lo inspira- es fascismo y canallesca.

    Saludos.

    Daniel.

    http://www.miscelaneateologica.tk

  97. #0 irichc dice:

    “de parte de la base”, quise decir.

  98. #0 Paulus dice:

    Señor Anómino (que supongo que es nuestro ínclito hayek):

    Ponga el link de Libertad Digital de donde sacó esas ideas, lo entenderemos mejor (algunas de sus intervenciones son especialmente… espesas en la ortografía) y usted se ahorrará lesiones en los dedos.

  99. #0 el hijo del cura dice:

    “Sin cristianismo, con toda probabilidad, no habría ni derecho internacional ni asistencia social.”

    Madre mía, lo que tiene uno que oir a estas horas de la noche.

  100. #0 anonadada dice:

    Urigeler, parece mentira que pregunte de donde viene el sentimiento de culpa (del catolicismo), que parece ser, que los progres, además de observar con un sentido más social que los de la misa diaria, y pensar en ayudar al prójimo (qué cosas, incluye también a los musulmanes)como a uno mismo, nos imbuye de ese pecado original o cargarse uno con las culpas de todo, que no podemos evitar.

    También está la versión de no ser un simple y pensar que los actos tienen consecuencias, y que si uno jode al de al lado, éste antes o después se mosqueará.

    No estoy de acuerdo con el artículo de cabecera, está claro que hubo causas para el nazismo, fascismo, y franquismo. Persolamente, este último creo que se motivó en el hecho de que Mola y Sanjurjo murieron

  101. #0 bo dice:

    “En resumen, aunque el cristianismo no es ni de derechas ni de izquierdas, la izquierda opuesta al cristianismo -es decir, sin la apropiacón secular de la parte de la base que lo inspira- es fascismo y canallesca.”
    La verdadera izquierda transformadora y antisistema debe ser y será anti-religiosa.
    Marx: “la religión es el opio del pueblo” mientras que Bakunin no se declaraba ateo sin antiteista.
    Cualquier movimiento de izquierdas que tenga lazos con la iglesia o raices religiosas está condenada a repetir los problemas del sistema actual, a ser lastrado quedandose en mero reformismo buenrrollista o a caer en el autoritarismo.
    Ejemplos como ETA, IRA dan ejemplos del autoristarismo.
    Otros como el MST, con lazos con la iglesia, se está convirtiendo en un movimiento verticalista y que está dando demasiado tiempo a Lula, a excepción de ciertas bases más radicalizadas.
    No es posible un cambio social sin acabar con la idea de un Dios que nos marca nuestra vida ni de un cielo después de una vida de miseria.

    “Dios ha muerto. Viva el Superhombre.” Nietzsche

  102. #0 drLSD dice:

    jeje LSD open polla para todos yo puede tener mis tendencias llach “campanades a mort” pero el mod es pa todos, me da 2 ostias quien se lo baje uso solo me baso en el che sera demasiado pa izquierda pero es lo que ss el mod una de las muchas maneras de joder el capitilismo salvaje… quizas el ipod te parezca mejor sera que cobras 2000.eu al mes y te sobran despues de pillar el mercedes slk v6 en renting…. xDDDDDDDDDDDDD

  103. #0 estupefacto dice:

    Lo bueno de este blog es que atrae a los trolls mas descerebraos que se pueden encontrar y, si has tenido un mal dia como yo, te echas unas risas antes de ir a camina.

    Gracias irich, ¿pa cuando un programa en la paramoun comedi?

  104. #0 drLSD dice:

    yo compilo para el resto del mundo includio dll espanish y incluso algunas version hebreo cuando no habian o tros eusquera quando no hoy en dia estan todas ,,,, me da dos ostias el idioma lo importante es romper …. si tendre mis reticencias vs el nacional-catolicismo pero entiendo que 400 millones de personas que hablan castellano con sus dialectos es mucha gente los 9millones de votantes de pp parece una minucia pillar la version putin liberal capitalista y quizas entendais algo….. y si no ya sabeis el fnac esta la lado de casa…. este mod vs española es para sudamerica los penisulares solo los republicanos y los restos con la version official y a joderos……………..

  105. #0 Guerrillero dice:

    Después de unas merecidas “mini” vacaciones de 3 dias, que me encuentro, eh?

    Pero esto que es…, que si cristianos, que si Nietzsche.

    Me da la nariz que el responsable es el tal “irich”, que menos mal que no lo pillaron antes los de la iglesia de la “Cienciología”. Que si no, ibais a saber lo que son los “peces de colores”.

    Porque no le recomendais alguna lectura ligera, como “7 teorías sobre la naturaleza humana” de Leslie Stevenson. Es viejo, de 1º de Bachillerato. Pero igual le ayuda algo.

  106. #0 drLSD dice:

    la peña que le venga de gusto de los 400 millones descontar los 9 del PP compraran el original y del resto probablemente solo 300 los demas seran la burgesia-oligarquica de sus paises respectivos… empezando por lula.. y el skin head de colombia…

  107. #0 lcs dice:

    Yo, soy eminentemente pragmático, y creo que las causas profundas de los ideólogos que fomentan el terrorismo islámico son económicas.

    Es decir, creo que Bin Laden quiere apoderarse de Arabia Saudí, por su potencial económico, por su influencia en el mundo árabe, y como punto de partida de una expansión islámica hacia paises limítrofes, con el fin de controlar sus recursos, y de expandirse a lo largo del mundo árabe….y de lo que caiga.

    Golpear a nuestras sociedades sólo es un símbolo, un acícate para los musulmanes. Es darles moral a sus correligionarios. Para ellos representa el “despertar” de una cultura hasta ahora dominada y sin presencia.

    Evidentemente, banderines de enganche a su causa hay muchos. Que si la causa palestina, que si las ciudades santas están siendo ofendidas por infieles, que si la sociedad occidental es decadente, que Occidente se aprovecha de nuestros recursos….. Y si además, se da una situación social por la que hay gente que se deja llevar por ese mensaje, tanto en los paises de origen de los musulmanes , como en los paises occidentales, ( los terroristas del metro de Londres eran ingleses de origen árabe “asqueados”), ya tenemos un ejército que ataca.

    Cuando “Al Qaueda” golpea, lo hace también pensando en el dinero. NO hay que indagar mucho para saber que cuando se han producido atentados de gran enavergadura ha habido “extraños movimientos bursátiles”.

    Si leeis a especialistas, la financiación, para sustentar la guerra, ya la han conseguido, vía trafico de drogas, blanqueo de dinero…etc

    Pero de momento, su principal objetivo, no somos nosotros. Su objetivo es Arabia, y todo lo que supone el control de la península arábiga. Después, ya se verá.

    Creo que los EE.UU intervinieron en Irak, no sólo por el petróleo y por la hegemonía del dolar, sino también por tener equipos terrestes junto a Arabia. Es decir, intentando controlar la región con tropa terrestre, antes de que la controlen otros, ya que Irak era el país más fácil de someter en la zona.

    PD; Es sólo un nuevo punto de vista.

  108. #0 drLSD dice:

    ya el problema es que este mod es en ingles y los chinos porbablemente lo modificaran…..

  109. #0 anonadada dice:

    lcs, déjame tiempo para meditarlo y dentro de unos días te diré, lo cierto es que no se si la teóría es muy novedosa pero es la primera vez que la oigo

  110. #0 drLSD dice:

    mirar no ingreso ni un duro, y me da dos ostias quien lo use, solo lucho contra la BSA si me meteis trabas me da dos ostias pq tengo un alcance global… sera limitado… pero +- a bote pronto 50.000 personas globalmente no son poca gente esta claro que ni con catalan ni castellano llego a todos sino que es con el ingles…….
    me parece pefecto en emule el tema es la lucha contra la bsa no contra el españolismo sino tardo de que provincia era y SDK todos de catalunya…ñ…. sin ñ

  111. #0 drLSD dice:

    me da lo mismo todo es lucha vs BSA pero TAROD de donde era y el hacker SDK ????

  112. #0 anonadada dice:

    El Jesús Gómez este es tan pueril que me repugna ¿Qué tiene que ver comprender las causas de algo con apoyarlo? ¿Cómo que el Tercer Reich hubiera durado mil años? Entender por qué surge no significa que parezca bien, es como el médico que hace un diagnóstico para erradicar la enfermedad, no para extenderla (cretino)

  113. #0 drLSD dice:

    mira a tarod no lo conozco pero se que residia en provincia de barcelona SDK tb y era un hijo puta sopofing en IRC via ip lamoncloa.com me suena tipico via hakear el DNS cada uno puede tirar pero la final todos ivamos contra la BSA o no ??? si seremos algunos fachas y otros no pero el objetivo es BSA y lo sigue siendo por eso los chinos se bajan mi mod.

  114. #0 drLSD dice:

    mi objetivo en MOD es BSA tendre mis tendencias pero me da 2 ostias hakear el dns via spoofing(linux) es un arte reservado a pocos pero al final es joder al capital

  115. #0 drLSD dice:

    a mi la SGAE me suena a mierda española para controlar el mundo que becerren el objetivo es BSA la sage no corta nada en el impero inet ineternacional ya pueden berrear lo jodido es BSA y es gente como yo y otros estamos luchando….

  116. #0 drLSD dice:

    2 ostias la contraofensiva global solo puede venir de nodos repartidos en todos los paises que es lo que somos…
    pueden joder un nodo pero seguimos por eso es lo que decia que me bajan el src los xinos me podran joder a mi pero a ver como joden el siguiente nodo… el c++ o el java es universal…

  117. #0 drLSD dice:

    quizas mis convicciones me invaden pero solo los paises no en la orbita neo-capitalista puden soportar la ira de BSA o sea cuba, corea del norte, china, vietnam y algunos mas podran sonar a dictaduras leninistas pero la dictadura capitalista o pagas o te vas a la calle de reino unido no es mejor y esto es generico en la comunidad open-source sino preguntale a linus torbal cobrando de una cia de silicon valey un pastaon para generar el siguiente OS pero de escondidas saca kernels con los ultimos drivers…

  118. #0 atp dice:

    Joer con el tarao este del LSD, qué pesao. Anda, majete, que te llama tu madre que ya es hora de ir a dormir.

  119. #0 cervantes dice:

    no entiendo muy bien lo que quieren decir cuando hablan de justificar el islamismo radical desde la izquierda o la progresía. no he visto esta defensa por ninguna parte. y eso no quiere decir que no exista, pues al parecer una parte importante del mundo árabe sí comprende el comportamiento de los terroristas suicidas (se habla de hasta una tercera parte de la población)
    lo que dice la izquierda es que ante el nacimiento del movimiento al qaeda, probablemente por una guerra interna por el poder en la propia tierra saudí, la respuesta de los paises occidentales liderados por EEUU no ha hecho más que empeorar las cosas. primero utilizándola como cuña antisoviética en afganistán, y más recientmente creando en Irak las condiciones para que crezca el terrorismo donde antes simplemente no existía.
    y dejemos palestina que es la gran excusa del islamismo radical, pero que no sería tan difícil solucionar si se siguieran las resoluciones de la ONU
    ver esto no es justificar el terrorismo

  120. #0 drLSD dice:

    mirar yo no he estado, pero alguien muy cercano estubo en malasia por tema de bussiness de verdad y me dijo que el pirateo de calle alli esta en mayusculas hay tiendas de venda pirate dvd pero de ladrillo como si aqui fueramos a mega-store a comprar ahi hay lo mismo pero en pirate y esto que es un sociedad capitalista con las torres petronas y por esto que os digo los 4 fantasticos estan bien pero olvidaros de los 100kilos de euros de recaudacion y quedaros con los hermanos marx es sopa de ganso o marx en casablanca probablemente con la ley miky aun pagaremos pero seria como pagar royalties por socraters o el triangulo rectangulo dios o eter nos la meter doblada como intentar patentar un ser vivo como el ADN de tu o yo

  121. #0 drLSD dice:

    echelon aqui estoy no he cometido ninguna infraccion en el derecho romano iberico si no…… me gustaria el juez garzon mandando sentencias includas sus derivas libertarias……

  122. #0 drLSD dice:

    i me callo el objetivo es BSA yankie la sgae puede rebuznar pero lo jodido son los gringos sino no convertimos en unos no aliniados y dirijimos nuesto futuro sin interferencias…

  123. #0 drLSD dice:

    podemo rebuznar lo que quermos pero somos un puto pais aliniado con el capitalismo salvaje via otan y otras ataduras……
    ya me gustaria pasaporte vietnames o cubano o incluso chino…. te podran joder pero no via capitalismo haynesino… pero no inicios siglo 20 niños cosiendo balones nike que es para donde vamos…..

  124. #0 drLSD dice:

    mira solo con pasaporte español como yo y muchos vamos a sudar la cansalada incluso con el reisitas ZP pero si tenemos pasaporte doble pass-bolivariano o cubano la cosa canvia incluso con doble pasaporte argentino las raizes del che prevalen en la extradicion a USA bsa o MADRIZ sgae…. al final las 2 son la misma mierda una mas potente que la otra….. el CHE vive en MI y el comandante en mi hermano

  125. #0 drLSD dice:

    lo importante son los nodos internacionales de devlompent… yo soy un jodido sparatista, mis bi-sabuelos eran judios y a mi me encanta companyas pero en la cruzada mundial esto importa 2 ostias lo importante es joder al capital y en esto estamos y diercatamente con 3 o 4 alemanes algun frances y demas pero o vamos todos o nos joden…. anarkia estilo 36

  126. #0 drLSD dice:

    para quien snife 3 o 4 links directos con alemania 2 o 3 con francia, 3 con japon y bastantes con china y alguno mas es dificil jodernos a todos me pueden dar a mi pero seguira en alguno de los paises nombrados y con mas impetu…

  127. #0 Diderot dice:

    Aquí el único enfermo es usted, señor anónimo, si es que eso de “hay que estar ciego y ser progre…” iba por mí. No sé exactamente dónde he negado yo que los sectores reaccionarios de la sociedad islámica (fe, tradición, ¿monarca?) no se hayan podido sentir humilladas ante estas actuaciones.
    Ahora bien, esto no quita para que mantenga mi postura, sigo sin creer que las causas de la reacción islamista sean externas, cuando movimientos como el wahabismo viene de principios del siglo XX si no me equivoco, por no hablar de movimientos muchísimo más antiguos como los malekíes, los fatimíes…eso señor mío también era integrismo (y la corriente malekí en concreto sigue muy viva en el magreb) cuando el comunismo no exisitía ni en los peores sueños de ronald reegan. Podemos hablar igualmente del modelo colonizador británico o francés y su respeto por las tradiciones locales (y sin embargo los cameruneses no van por ahí inmolándose, ni los indios). De hecho muchos países que aplicaron modelos socialistas no han dado lugar a movimientos similares, como es el caso de Vietnam, Angola (cierto, guerras civiles, pero señor mío con motivos mas materiales que otra cosa, los diamantes en Angola, la confluencia de intereses soviéticos, estadounidenses y chinos en vietnam…) E igualmente podemos seguir hablando de la principal fuente de recursos del terrorismo islamista, qué es arabia saudí, siempre ligad a régimenes “capitalistas”, esos que tampoco reprimen…en sus metrópolis porque la opinión pública no loa cpetaría (ya ve, es lo que tienen las derivas materialistas y falstas de espiritualidad, que la gente se vuelve remilgada), pero me dirá usted que lo de los cipayos en la India, o la actuación alemana en su breve estadía por tierras camerunesas, las revueltas antibritánicas en el sur de Egipto (de claro corte místico religioso) durante el famoso episodio de Fachoda y la represión de suharto fueron actos de piedad. Por otra parte el baazismo ha sido apoyado por las democracias cuando ha convenido, como es el caso de Iraq. Porque esta lucha es tanto o más que por los principios también por el petróleo. Igualmente la actuación de la republica socialista soviética francesa en Argelia, o la actuación conjunta del pacto de varsovia anglo-francés en suez, y como no la influencia comunista en marruecos (de dónde, casualidades de la vida, procedían los terroristas del 11-M, seguramente humillados en su identidad y sus profundas convicciones, ciegos por la llamada de la tradición, tras perejil y la condena al imam de Fuengirola) Tampoc creo que debamos minimizar los apoyos recibidos por los grupos radicales en su lucha contra la blasfemia comunista en la tierra de los creyentes, que algo habrá ayudado, que en eso le doy la razón, mientras algunos se creen en posesión de la única verdad (y esto es aplicable tanto para radicales religiosos como para esos movimeintos que usted critica) a otros no les importa mantener a la gente en las tinieblas del subdesarrollo si se dejan espoliar calladitos o incluso si sirven de peones en la partida, alimentar a los cuervos, porque aqúí nadie es santo y defiende sus intereses de la forma que le parece la más efectiva.

  128. #0 drLSD dice:

    3 constitucines de la union europea me aparan la alemana, reciente pero potente y la francesa 1789 que es dura de pelar y se estas fallan esta la china sera “axis of evil” pero seguramente me aparara….
    aqui estoy la revolucion de 1789 me ampara evidentemente la consitucion española me envia al trullo directamente por eso mejor no tenerla en cuenta….

  129. #0 drLSD dice:

    mira por mi parte toda persona es inocente si no se de muestre la contrario…
    y a mi parecer aunque no se a demostrado ni una cosa ni otra el 7j y los fuegos de artificio sigientes son planeados por el MI6…
    y los atentados de egipto por el Moosad y o me demuestras lo contrario o me quedo con mi opcion…

  130. #0 drLSD dice:

    por mi lado un juez con condena feacente o similar o no me lo creo… y sigo en mis teorias conspiratorias MI6-Moosat…. O condena o de momento las unicas pruevas explosivo militar (c4) sospechoso y 4 arabes que bond contrata sin dificultad… por no mencionar las operaciones encubiertas de mosad munich 76 y cia operacion mangosta, iran y tropecientas mas….

    por eso digo condena de la justicia tipo garzon o no me creo nada…

  131. #0 drLSD dice:

    y me callo…
    pero me demuestras lo contrario en un juicio con todas las garantias o sino MI6 london y mosad en egipto por no hablar de otras bombas estilo el pentagon

  132. #0 Camarón dice:

    “eso es u hecho. que esio fuese”

    “y sgiue apoyando a cualuqier cosa wue”

    “finales d elos 80, la izquierda apyo a todos y cada uno d elos regimnes”

    “un articulo del izquieduta”

    Publicado por: a las Julio 25, 2005 09:20 PM

    hayek, coño, con esa dislexia, ¿cómo pretendes ir de incógnito?

  133. #0 Anónimo dice:

    Todo eso es A PESAR DEL cristianismo, idiota mío.

  134. #0 Rodrigo dice:

    ¿No se estarán burlando todo estos de nosotros?

  135. #0 Porco Mentarlo dice:

    pero será cabrón el que ha escrito esto.

    ¿y quién coño fue el que activó este fundamentalismo islámico precisamente para combatir a la izquierda panárabe?
    Pista, les llamaron durante un tiempo freedom fighters.

    si es que me pone de una hostia la demagogia!!!!

  136. #0 anonadada dice:

    Por mi parte solo veo deseos de boicotear esta página, así que a partir de ahora me salto y no leo los post de drLSD, delirios de grandeza, sí señor.

  137. #0 Juan Antonio dice:

    Un hilo muy enrevesado este. Lo unico que puedo decir es que suscribo al 200% el texto de Jesus Gomez. A mi entender, lo ha clavado, si señor. Y ahora a seguir buscandole 3 pies y dos manos al gato…

  138. #0 Manolo dice:

    stop trolls!

  139. #0 lcs dice:

    Ademas, y siguiendo tu teoria sobre que Laden pretende apoderarse de Arabia Saudi…desde siempre han sido aliados de USA, y desde el 2001, las relaciones nunca han sido peores y la casa real saudi, tiene ‘ciertas’ simpatias con tio Ben.

  140. #0 Nacho dice:

    Manolo, que te has patinado ;-). Lee el artículó completo y verás que Jesús Gómez es cualquier cosa menos “liberal” al estilo losantos.

  141. #0 Friky Martin dice:

    Ademas, y siguiendo tu teoria sobre que Laden pretende apoderarse de Arabia Saudi…desde siempre han sido aliados de USA, y desde el 2001, las relaciones nunca han sido peores y la casa real saudi, tiene ‘ciertas’ simpatias con tio Ben.

    Publicado por: lcs a las Julio 26, 2005 10:21 AM

    lcs….MIL PERDONES; te he suplantado, sin querer, me he saltado sin querer el nombre y realmente queria decir lo mismo, pero empezando por “lcs…Ademas y siguiendo….”

    Los duendes, ya sabes. 😉

  142. #0 Manolo dice:

    Manolo, que te has patinado ;-). Lee el artículó completo y verás que Jesús Gómez es cualquier cosa menos “liberal” al estilo losantos.

    Publicado por: Nacho a las Julio 26, 2005 10:22 AM

    Ok, no será “liberal” al estilo antiliberal de Losantos y Cía., pero le ha salido un cierto tonillo…, eso de “cierta izquierda” y tal. Hay hoy, según parece, en este país patente de corso para echarle a la izquierda la culpa de todos los males. Si unos insensatos, desoyendo los consejos de gente preparada, se meten en la boca del lobo del incendio de Guadalajara y se achicharran, la culpa, de la izquierda. Pues no, oigan. La culpa, de unos CONCRETOS gobernantes, que, en este caso, han sido de centro-izquierda, sí. Y qué.

  143. #0 Manolo dice:

    (“parte de la izquierda”, por mejor copiar.)

  144. #0 Anónimo dice:

    El Fascismo nace a la Izquierda

    Erwin Robertson

    Reseña del libro “El nacimiento de la ideología fascista” de Zeev Sternhell, Mario Sznajder y Maia Asheri; (traducción de Octavi Pellisa). – 1ª ed. – Madrid : Siglo XXI, 1994, 418 p.

    Que Mussolini fue miembro del partido socialista es un hecho conocido. Hecho problemático, en especial para una de las interpretaciones dominantes del fascismo; a saber, que éste fue la reacción alentada o dirigida por el gran capital contra el avance del proletariado. En tal evento, aquel hecho y la evolución consecutiva debían ser entendidos como oportunismo, incoherencia o, en el mejor de los casos, como una cuestión de conversión que no deja huellas en el pasado de un hombre. La obra de Zeev Sternhell -profesor en la Universidad Hebrea de Jerusalem- y sus colaboradores ha puesto toda esta materia bajo otra luz. En su interpretación, la comprensión histórica del fascismo no puede disociarse esta ideología de sus orígenes de izquierda.

    Desde luego, toda una pléyade de historiadores y filósofos abordó hace ya tiempo el problema del fascismo: cada uno según sus particulares orientaciones espirituales, con sus propios puntos de vista y sus personales prejuicios, pero no sin altura: Ernst Nolte, Renzo de Felice, James A. Gregor, Stanley Payne, Giorgio Locchi, y “last but not least”, el joven investigador hispano-sueco Erik Norling, entre otros. No es que la “vulgaris opinio” aludida arriba goce hoy de autoridad intelectual. Pero Sternhell viene a aportar la valorización de fuentes hasta aquí tal vez descuidadas y, con ellas, la novedosa interpretación que es objeto de este comentario. Estudioso en particular del nacionalismo francés (suyas son “Maurice Barrés et le nationalisme français”, “La droite revolutionarie” y “Ni droite ni gauche, L´ideologie fasciste en France”), el profesor israelí no se cuida de los criterios de la corrección política. Es notable leer sobre el tema páginas en las que está ausente la edificación moral, en las que no se ha estimado oportuno advertir al lector que se interna en terrenos peligrosos; en los que no hay,en suma, demonización ni tampoco el afán de achacar polémicamente a la izquierda una incómoda vecindad.

    ¿Qué es, pues, el fascismo en la interpretación de Sternhell? Ni anomalía en la historia contemporánea, ni “infección” (Croce), ni resultado de la crisis de 1914-1918, ni reflejo o reacción contra el marxismo (Nolte). El fascismo es un fenómeno político y cultural que goza de plena autonomía intelectual (p.19); es decir, que puede ser estudiado en sí mismo, no como producto de otra cosa o epifenómeno. Por cierto, y de partida, para Sternhell es preciso distinguir el fascismo del nacional-socialismo (Sternhell dice “nazismo”, acomodándose al uso, contra lo cual, sin embargo, se rebela honestamente un Nolte). Con todos los aspectos que uno y otro tienen en común, la piedra de toque está en el determinismo biológico: un marxista puede convertirse al nacional-socialismo, más no así un judío (en cambio, hubo fascistas judíos). El racismo no es elemento esencial del fascismo, aunque contribuye a la ideología fascista. Y unas páginas más adelante el autor apunta que uno de los elementos constitutivos del fascismo es el nacionalismo tribal; esto es, un nacionalismo basado en el sentido de pertenencia, la “tierra y los muertos” de Barrés, la “Sangre y suelo” del nacional-socialismo. Este sentido organicista lo comparte con los nacionalismos desde finales del siglo XIX, germanos y latinos, Maurras y Corradini, Vacher de Lapouge y Treitschke. El mismo Sternhell debilita así la distinción que acaba de hacer (reparemos, de paso, en la delicadeza del adjetivo “tribal”: ¿sería poco oportuno por nuestra parte recordar que una traducción de “tribal” es “gentil”)

    El fascismo entonces es una síntesis de ese nacionalismo “tribal” u “orgánico” y de una revisión antimarxista del marxismo. Sternhell se extiende explicando que a finales del siglo XIX las previsiones de Marx no se han cumplido: el capitalismo no parece derrumbarse, ni la pauperización es la señal característica de la población, mientras que el proletariado se integra política y culturalmente en las sociedades capitalistas occidentales. De aquí la aparición del “revisionismo”. Siguiendo el ejemplo del SPD, el partido socialdemócrata alemán, el conjunto del socialismo occidental se hace reformista; esto es, sin renunciar a los principios teóricos del marxismo, acepta los valores del liberalismo político, y en conseciencia, tácticamente, el orden establecido. Mas una minoría de marxistas va a rehusar el compromiso y querrá permanecer fiel a la ortodoxia -cada uno a su modo-; son los Rudolf Hilferding y los Otto Bauer, los Rosa Luxemburgo y los Karl Liebknecht, los Lenin y los Trotsky, todos de Europa del Este. Al mismo tiempo, en Francia y luego en Italia surgen quienes, desde dentro del marxismo, van a emprender su revisión en sentido no materialista ni racionalista, sin discutir la propiedad privada ni la economia de mercado, pero conservando el objetivo del derrocamiento violento del orden burgués: son los sorelianos, los discípulos de Georges Sorel, el teórico del sindicalismo revolucionario, autor de las célebres “Reflexiones sobre la violencia”. Las diferencias entre los dos sectores revolucionarios son grandes. Los primeros, casi todos miembros de la “intelligentsia” judía, destaca Sternhell, mantienen el determinismo económico de Marx, la idea de la necesidad histórica, el racionalismo y el materialismo, mientras los sorelianos comienzan por una crítica de la economía marxiana que llega a vaciar el marxismo de gran parte de su contenido, reduciéndolo fundamentalmente a una teoría de la acciòn. Los primeros piensan en términos de una revolución internacional, “tienen horror de ese nacionalismo tribal que florece a través de Europa, tanto en el campo subdesarrollado del Este como en los grandes centros industriales del Oeste… No se arrodillan jamás ante la colectividad nacional y su terruño, su fervor religioso, sus tradiciones, su cultura popular, sus cementerios, sus mitos, sus glorias y sus animosidades” (p. 48). Los segundos, comprobando que el proletariado ya no es una fuerza revolucionaria, lo reemplazarán por la Nación como mito en la lucha contra la decadencia burguesa y así confluirán finalmente en el movimiento nacionalista.

    Tal es la tesis fundamental de Sternhell. En el desarrollo de “El nacimiento de la ideología fascista”, el capítulo I está dedicado al análisis de la obra de Sorel: tal vez no propiamente un filósofo ni autor de un corpus ideológico cerrado, su verdadera originalidad, señala Sternhell, reside en haber constituìdo una especie de “lago viviente”, receptor y fuente de ideas en la gestación de las nuevas síntesis ideológicas del siglo XX. Nietzsche, Bergson y William James lo marcaron sin duda más hondamente que Marx, con ánimo de juzgar lo que consideraba un sistema inacabado. El autor de “Reflexiones sobre la violencia”, de “Las ilusiones del progreso”, de “Materiales de una teoría del proletariado”, etc., se sublevaba contra el marxismo vulgar (que pone énfasis en el determinismo económico) y sostenía que el socialismo era una “cuestión moral”, en el sentido de una “transvaluación de todos los valores”. La lucha de clases era para él cuestión principal y, por consiguiente, el saber movilizar al proletariado en la guerra contra el orden burgués.

    En un contexto social en el que los obreros muestran un alto grado de militantismo sindical (1906, el año de edición de “Reflexiones sobre la violencia”, es también en Francia el del record de huelgas que muy a menudo suponen enfrentamientos sangrientos con las fuerzas del orden), pero también donde una economía en crecimiento permite a la clase dirigente hacer concesiones que aminoran la combatividad obrera, no bastan el análisis económico ni la previsión del curso racional de los acontecimientos. Sorel descubre entonces la noción del “mito social”, esa imagen que pone en juego sentimientos e instintos colectivos, capaz de suscitar energías siempre nuevas en una lucha cuyos resultados no llegan a divisarse. Como el mito del apocalipsis para los primeros cristianos, el mito de la huelga general revolucionaria será para el proletariado esta imagen movilizadora y fuente de energías. Con fervor análogo al de las órdenes religiosas del pasado, con un sentimiento parecido al del amor a la gloria de los ejércitos napoleónicos, los sindicatos revolucionarios, armados del mito, se lanzarán a la lucha contra el orden burgués. Así, a la mentalidad racionalista, que el socialismo reformista comparte con la burguesía liberal, Sorel opone la mentalidad mítica, religiosa incluso. Su crítica al racionalismo que se remonta a Descartes y Sócrates y, contra los valores democráticos y pacifistas, reivindica los valores guerreros y heroicos. De buena gana reivindica también el pesimismo de los griegos y de los primeros cristianos, porque sólo el pesimismo suscita las grandes fuerzas históricas, las grandes virtudes humanas: heroismo, ascetismo, espíritu de sacrificio.

    Sorel ve en la violencia un valor moral, un medio de regenerar la civilización, ya que la lucha, la guerra por causas altruístas, permite al hombre alcanzar lo sublime. La violencia no es la brutalidad ni la ferocidad, no es el terrorismo; Sorel no siente ningún respeto por la Revolución Francesa y sus “proveedores de guillotinas”. Es, en suma y en el fondo, contra la decadencia de la civilización que dirige Sorel su combate; decadencia en la que la burguesía arrastra tras sí al proletariado. Y no será sorprendente encontrar a los discípulos de Sorel reunidos con los nacionalistas de Charles Maurras en el “Círculo Proudhon”, que lleva el nombre del gran socialista francés anterior a Marx. Tampoco será extraño que en sus últimos años Sorel lance su alegato “Pro Lenin”, anhelando ver la humillación de las “democracias burguesas”, al mismo tiempo que reconocía que los fascistas italianos invocaban sus propias ideas sobre la violencia.

    La síntesis Nacional y Social

    Estos dicípulos son también estudiados por Sternhell (capítulo II). Son los “revisionistas revolucionarios”, la “nouvelle école” que ha intentado hacer operativa una síntesis nacional y social, no sin tropiezos y desengaños. Allí está Edouard Berth, quien junto a Georges Valois, militante maurrasiano (futuro fundador del primer movimiento fascista francés, muerto en un campo de concentración alemán), ha dado vida al “Círculo Proudhon”, órgano de colaboración de sindicalistas revolucionarios y nacionalistas radicales en los años previos a 1914. Aventada esa experiencia por la guerra europea, Berth pasará por el comunismo antes de volver al sorelismo. Está también Hubert Lagardelle, editor de la revista “Mouvement Socialiste”, hombre de lucha al interior del partido socialista, donde se ha esforzado por hacer triunfar las tesis del sindicalismo revolucionario (por el contrario, en 1902 han triunfado las tesis de Jaurés, que presentan el socialismo como complemento de la Declaración de Derechos del Hombre). Ante la colaboración sorelista-nacionalista, Lagardelle se repliega hacia posiciones más convencionales; pero en la postguerra se le encontrará en la redacción de “Plans”, expresión de cierto fascismo “técnico” y vanguardista -en ella colaborarán nada menos que Marinetti y Le Corbusier- y, durante la guerra, terminará su carrera como titular del ministerio de trabajo del régimen de Vichy. Trayectorias en apariencia confusas pero que revelan la sincera búsqueda de “lo nuevo”. De Alemania les viene el refuerzo del socialista Roberto Michels, quien, a la espera de construir su obra maestra “Los partidos políticos”, anuncia el fracaso del SPD, el partido de Engels, Kautsky, Bernstein y Rosa Luxemburg. Michels observará también que el solo egoísmo económico de clase no basta para alcanzar fines revolucionarios; de aquí la discusión sobre si el socialismo puede ser independiente del proletariado. El ideal sindical no implica forzosamente la abdicación nacional, ni el ideal nacionalista comporta necesariamente un programa de paz social (juzgado conformista), precisa a su vez Berth, quien espera de un despertar conjunto de los sentimientos guerreros y revolucionarios, nacionales y obreros, el fin del “reinado del oro”. En fin, la “nueva escuela” desarrolla las ideas de Sorel, por ejemplo en la fundamental distinción entre capitalismo industrial y capitalismo financiero. Resume Sternhell su aporte: “…a esta revuelta nacional y social contra el orden democrático y liberal que estalla en Francia (antes de 1914, recordemos) no falta ninguno de los atributos clásicos del fascismo más extremo, ni siquiera el antisemitismo” (p. 231). Ni la concepción de un Estado autoritario y guerrero.

    Sin embargo, en general, los revisionistas revolucionarios franceses fueron teóricos, sin experiencia real de los movimientos de masas. De otro modo ocurre con el sindicalismo revolucionario en Italia (capítulos III y IV de la obra de Sternhell). Allí Arturo Labriola encabeza desde 1902 el ala radical del partido socialista; con Enrico Leone y Paolo Orano llevan adelante la lucha contra el reformismo, al que acusan de apoyarse exclusivamente en los obreros industriales del norte, en desmedo del sur campesino, y por el triunfo de su tesis de que la revolución socialista sólo sería posible por medio de sindicatos de combate. De Sorel toman esencialmente el imperativo ético y el mito de la huelga general revolucionaria. La experiencia de la huelga general de 1904, de las huelgas campesinas de 1907 y 1908, foguean a los dirigentes sindicalistas revolucionarios, entre los cuales la nueva generación de Michele Bianchi, Alceste de Ambris, Filippo Corridoni. Al margen del partido socialista y de su central sindical, la CGL -anclados en las posiciones reformistas-, los radicales forman la USI (Unión Sindical Italiana), que llegará a contar con 100.000 miembros en 1913. A su vez, los sindicalistas revolucionarios animan periódicos y revistas. Labriola y Leone emprenden la revisión de la teoría económica marxiana, especialmente la teoría del valor, siguiendo al economicista austríaco Böhm-Bawerk; he ahí, dice Sznajder, el aspecto más original de la contribución italiana a la teoría del sindicalismo revolucionario. Ahí se encuentra también la noción de “productores” (potencialmente todos los productores), contrapuesta a la clase “parasitaria” de los que no contribuyen al proceso de producción. Por fin la tradición antimilitarista e internacionalista, cara a toda la izquierda europea, no será más unánimemente compartida por los sindicatos revolucionarios. En 1911, la guerra de Italia con el Imperio Otomano por la posesión de Libia producirá una crisis en el sindicalismo revolucionario: unos dirigentes (Leone, De Ambris, Corridoni), fieles a la tradición socialista, se oponen enérgicamente a esta empresa -y por mucho que les disguste estar junto a los socialistas reformistas-; otros (Labriola, Olivetti, Orano) están por la guerra, tanto por razones morales (la guerra es una escuela de heroísmo) como por razones económicas (la nueva colonia contribuirá a la elevación del proletariado italiano), y así coinciden con los nacionalistas de Enrico Corradini, a quienes los ha acercado ya la crítica al liberalismo político. Mas en agosto de 1914 aun quienes -en el seno del sindicalismo revolucionario- habían militado en contra de la guerra de Libia, están a favor de la intervención en el conflicto europeo al lado de Francia y contra Alemania y Austria; al combate contra el feudalismo y el militarismo alemán se agrega la posibilidad de completar gracias a la guerra la integración nacional y de forjar una nueva élite proletaria que desplazará del poder a la burguesía. En octubre de 1914, un manifiesto del recién fundado Fascio Revolucionario de Acción Internacionalista, suscrito por los principales dirigentes sindicalistas revolucionarios, proclama: “…No es posible ir más allá de los límites de las revoluciones nacionales sin pasar primero por la etapa de la revolución nacional misma… Allí donde cada pueblo no vive en el cuadro de sus propias fronteras, formadas por la lengua y la raza, allí donde la cuestión nacional no ha sido resuelta, el clima histórico necesario al desarrollo normal del movimiento de clase no puede existir…” Nación, Guerra y Revolución…ya no serán más ideas contradictorias

    Hacia el final de la guerra el sindicalismo revolucionario debe ser considerado ya un nacional-sindicalismo, en cuanto la Nación figura para ellos en primer término. Como sea, los nacional-sindicalistas aceptan que la guerra ha de traer transformaciones internas: desde 1917 De Ambris ha lanzado la consigna “Tierra de los Campesinos”; y acto seguido elabora un programa de “expropiación parcial” tanto en el sector agrícola como en el sector industrial, que se dirije ex propósito contra el capital especulativo y en beneficio de los campesinos y obreros que han dado su sangre por Italia. Se trata también de mantener y estimular la producción. El “productivismo” es uno de los factores que lleva a los sindicalistas revolucionarios a oponerse a la revolución bolchevique, que juzgan destructiva y caótica. Frente a la ocupación de fábricas del “biennio rosso” de 1920-21, Labriola, que ha llegado a ser Ministro de Trabajo en el gobierno del liberal Giolitti, presenta un proyecto que reconoce a los obreros el derecho a participar en la gestión de las empresas. Parlamento con representación corporativa, “clases orgánicas” que encuadren a la población, un Estado que sea quien asigne a los propietarios capaces de producir el derecho a usar los medios de producciòn, son, por otra parte, las bases del programa del “sindicalismo integral” que popone Panunzio en 1919. Por fin, el sindicalismo revolucionario vibra con la aventura del comandante Gabriele D´Annunzio en Fiume (1920-21). De Ambris participa en la redacción de la “Carta del Carnaro”, ese fascinante documento literario que es la constitución que el poeta y héroe de guerra otorga a la “Regencia de Fiume”. No es menos un proyecto político que, en consencuencia con el ideal del sindicalismo revolucionario, quiere resolver a la vez la cuestión nacional y la cuestión social.

    En estas luchas de la inmediata postguerra, los sindicalistas revolucionarios han coincidido con los fascistas. Pero la toma del poder por el fascismo acarraerá la disoluciòn del sindicalismo revolucionario. De Ambris y su grupo pasarán a la oposición; el primero terminará por exiliarse. Labriola también partirá hacia el exilio, y sólo la guerra de Etiopía lo reconciliará con el régimen. Leone volverá al partido socialista y rehusará todo compromiso con el fascismo. En cambio, Bianchi aparece en 1922 como uno de los quadrumviri que organiza la Marcha sobre Roma, Panunzio se presenta junto a Gentile como uno de los intelectuales oficiales del fascismo, Orano (que era judío), alcanza altos puestos en el partido fascista, mientras que Michels, antaño miembro del SPD, profesor en la Universidad de Perusa, se inscribe como afiliado en el PNF.

    La Encrucijada Mussoliniana

    Señala Sternhell que siempore se ha tendido a subestimar el papel central que Mussolini ha jugado entre todos los revolucionarios italianos. El futuro Duce “aporta a la disidencia izquierdista y nacionalista italiana lo que siempre ha faltado a sus homólogos franceses: un jefe”. Un hombre de acción, un líder carismático, pero a su vez un intelectual capaz de tratar con intelectuales y de ganarse el respeto de hombres como Marinetti, el fundador del futurismo, Michels, el antiguo militante del SPD alemán devenido uno de los clásicos de la ciencia política, o aun Croce, representante oficioso de la cultura italiana frente al fascismo. Y Mussolini es toda una evolución intelectual, no el hallazgo repentino de una verdad, ni el oportunismo, ni siquiera la coyuntura de postguerra. Mussolini es ante todo el militante socialista, incluso como líder de los fascistas. De joven se tiene evidentemente por marxista, de un marxismo revisado por Leone y, sobre todo, por Sorel, en quien ve un antídoto contra la perversión socialdemócrata a la alemana del socialismo. Otra influencia decisiva es Wilfredo Pareto y su teoría de circulación de las élites (en cambio, Sternhell no destaca la influencia de Nietzsche, a quien Mussolini ha leído tempranamente en Suiza). El joven socialista se sitúa pues en la órbita del sindicalismo revolucionario, aun cuando discrepa de las tácticas: duda de la virtud de las solas organizaciones económicas y ve en el Partido el instrumento revolucionario.

    El joven Mussolini es el líder indiscutible que se opone a la huelga general contra la intervención en Libia, pues cree que el intento burgués de desencadenar una guerra puede generar una situación revolucionaria. En 1912 es el principal líder del partido socialista, imponiéndose sobre los reformistas y haciéndose con la dirección de su periódico oficial, “Avanti!”, el líder indiscutido de toda la izquierda revolucionaria italiana, pero al mismo tiempo el más fuerte critico de la ortodoxia marxista. Mussolini publica desde las páginas de Avanti!” su profunda decepción acerca de la aptitud de la clase obrera para “modelar la historia”, valoriza la idea de Nación: “No hay un único evangelio socialista, al cual todas las naciones deban conformarse so pena de excomunión”. A finales de 1913 Mussolini lanza la revista “Utopia”, con la intención de proponer una “revisión revolucionaria del socialismo”. Allí reúne a futuros comunistas como Bordiga, Tasca y Liebknecht; futuros fascistas como Panunzio, futuros disidentes del fascismo como su viejo maestro Labriola. En junio de 1914 Mussolini cree llegado el momento de la insurrección, comprometiéndose en la “Settimana Rossa”, en contra de la opinión del congreso del partido. Cuando estalla la guerra europea, las disidencias son ya tan palpables que Mussolini es desautorizado oficialmente por el partido, y no duda en romper con sus antiguos compañeros para unirse a los sindicalistas revolucionarios en la campaña por la entrada de Italia en la guerra.

    Sternhell señala que el nacionalismo de Mussolini no es el nacionalismo clásico de la derecha. Ocurre que ante las nuevas realidades nacionales y sociales el análisis marxista se ha demostrado fallido, pues las clases obreras de Alemania, Francia e Inglaterra marchan alegremente a la guerra. Mussolini no renuncia al socialismo, pero el suyo es un socialismo nacionalista, obra de los combatientes del frente: “Los millones de trabajadores que volverán a los surcos de los campos después de haber vivido en los campos de las trincheras darán lugar a la síntesis de la antítesis clase y nación”, escribe en 1917. Y no será la revolución bolchevique lo que lleve a Mussolini a la derecha, dado que lo esencial de su pensamiento se forjó antes de 1917: ideas de jerarquía, de disciplina, de colaboración de las clases como condición de la producción… Los Fasci Italiano di Combattimento, fundados en marzo de 1919 recojen todas las ideas del sindicalismo revolucionario y se sitúan incluso a la izquierda del partido socialista (sufragio universal de ambos sexos, abolición del senado, constitución de una Milicia Nacional, consejos corporativos con funciones legislativas, jornada laboral de 8 horas, confiscación de las ganancias de guerra… ). Pero con el biennio rosso las filas fascistas se desbordan con la afluencia de las clases medias, especialmente de jóvenes oficiales desmovilizados. El Partido Nacional Fascista, organizado como tal en 1921, va a conocer un éxito (electoral incluso) vetado a los primitivos “Fasci”: “Esta mutación no deja de recordarnos la de los partidos socialistas al alba del siglo: el viraje a la derecha constituye el precio habitual del éxito” (p.400). Mussolini, hombre de realidades que antepone la praxis a la teoría, ha visto fracasar la ocupación “roja” de fábricas como la gesta nacionalista de Fiume, decide llevar a cabo la revolución posible. Así, en la perspectiva de Sternhell, la captura del poder por el jefe fascista no es tanto el resultado de un golpe de Estado como de un proceso; es la simpatia de una amplia parte de la masa política, de los medios intelectuales, de los centros de poder, lo que permite a Mussolini instalarse y sostenerse en el gobierno. Para Sternhell es sintomática la actitud del senador Croce quien aun en junio de 1924 dio su voto de confianza al primer ministro cuando el caso Mateotti puso en crisis al gobierno y Mussolini estaba a punto de ser despedido por el rey, porque, pensaba Croce, “había que dar tiempo al fascismo para completar su evolución hacia la normalización”.

    La idea de Estado, que parece ser sólo caracteristica del fascismo, es, sin embargo, el último elemento que toma forma en la ideología fascista. En todo caso señala Sternhell que toda la ideologìa fascista estaba elaborada antes de la toma del poder: “La acción política de Mussolini no es el resultado de un pragmatismo grosero o de un oportunismo vulgar más de lo que fue la de Lenin” (p.410). El jurista Alfredo Rocco, proveniente de las filas nacionalistas, ha “codificado” y traducido en leyes e instituciones los principios fascistas y nacionalistas (visión mística y orgánica de la nación, afirmación de la primacía de la colectividad sobre el individuo, rechazo total sin paliativos de la democracia liberal). Pero es un Estado que, a la vez, se quiere reducido a su sola expresión jurídica y política; que quiere renunciar a toda forma de gestión económica o de estatalización, como anunciaba Mussolini desde 1921. No es, pues, o no es todavía, el Estado totalitario. El fascismo en el poder,en suma, no se asemeja al fascismo de 1919, menos aún al sindicalismo revolucionario de 1910. Pero, se pregunta Sternhell: “¿el bolchevismo en el poder refleja exactamente las ideas que, diez años antes de la toma del Palacio de Invierno, animaban a Plekhanov, Trotsky o Lenin?” Ha habido una larga evolución, sin duda. Y con todo -concluye el autor-, el régimen mussoliniano de los años 30 está mucho más cerca del sindicalismo revolucionario o del “Círculo Proudhon” que lo que el régimen estaliniano está de los fundamentos del marxismo.

    El secreto encanto del Fascismo

    Como conclusión, Sternhell da una mirada a las relaciones entre el fascismo y las corrientes estéticas de vanguardia en el siglo XX. El futurismo, desde luego (futuristas y fascistas han dado justos la batalla por el “intervencionismo”, y Marinetti es uno de los fundadores de los Fasci), pero también el vorticismo, lanzado en Londres por Ezra Pound, que es en cierto modo una réplica al futurismo, aun cuando comparte con él rasgos esenciales. “Los dos atacan de frente la decadencia, el academicismo, el estetismo inmóvil, la tibieza, la molicie general… Tienen una misma voz de orden: energía, y un mismo objetivo: curar a Italia y a Inglaterra de su languidez” (p. 424). De Pound se conoce de sobra su opción política. Sternhell destaca también el papel de Thomas Edward Hulme, antirromántico, antidemócrata en política, traductor al inglés de Sorel. “revolucionario antidemócrata, absolutista en ética, que habla con desprecio del modernismo y del progreso y utiliza conceptos como el de honor sin el menor toque de irrealidad” (p. 429). Hulme es pues, para el autor, un representante de esa rebelión cultural que brota por doquier, antirracionalista, antiutilitarista, antihedonista, antiliberal, clasicista y nacionalista y que precede a la rebelión política.

    Las generaciones de los años 20 y 30, que ya conocen la experiencia fascista, rehacen el camino del inconformismo. Así un Henri de Man, en 1938 presidente del partido socialista belga, uno de los grandes teóricos del socialismo en la época, seguido sólo ante Gramsci y Lukacs, reemprende su propia revisión del marxismo y no será ilògico que, cuando su país capitule ante Alemania en 1940 llame a los militantes socialistas belgas a aceptar la nueva situación como un punto de partida para construir un nuevo orden: “La vía está libre para las dos causas que resumen las aspiraciones del pueblo: la paz europea y la justicia social”. No muy diferente es en Francia el caso de Doriot.

    ¿Cómo ha podido surgir el fascismo en la historia europea y mundial? La explicación coyuntural no puede sino desembarcar en trivialidades. Se debe comprender al fascismo primero como un fenómeno cultural. Es, de partida, un rechazo de la mentalidad liberal, democrática y marxista; rechazo de la visión mecanicista y utilitarista de la sociedad. Mas expresa también “la voluntad de ver la instauración de una civilización heroica sobre las ruinas de una civilización bajamente materialista. El fascismo quiere moldear un hombre nuevo, activista y dinámico”. No obstante presentar esta vertiente tradicionalista, este movimiento contienen en sus orígenes un carácter moderno muy pronunciado, y su estética futurista fue el mejor cartel para la captura de intelectuales, de una juventud que se agobia en las estrecheces de la burguesía. El elitismo, en el sentido de que una élite no es una categoría social definida por el lugar que se ocupa en el proceso de producción, sino un estado de espíritu, es otro componente mayor de esa fuerza de atracción. El mito, como clave de interpretación del mundo; el corporativismo, como ideal social que da a amplias capas de la población el sentimiento de que hay nuevas oportunidades de ascenso y de participación, constituyen también parte del secreto del fascismo, porque el fascismo reduce los problemas economicos y sociales a cuestiones, ante todo, de orden psicológico. Y, sobre todo, “servir a la colectividad formando un cuerpo con ella, identificar los propios intereses a los de la patria, comulgar en un mismo culto los valores heroicos, con una intensidad que desplaza al boletín de voto en la urna”. Es por todo esto que el estilo político desempeña un papel tan esencial en el fascismo. El fascismo vino a probar que existe una cultura no fundamentada en los privilegios del dinero o del nacimiento, sino sobre el espíritu de banda, de camaradería, de comunidad orgánica, de “Bund”, como se dijo en Alemania en la misma época.

    Estos valores presentes en el fascismo tocan la sensibilidad de muchos europeos. Poco conocido es que en 1933 Sigmund Freud saludaba a Mussolini como un “héroe de cultura”. Si esto era así, ¿por qué Croce hubiera debido votar contra él en 1924, por qué Pirandello hubiera debido rehusar el asiento que el Duce le ofreció en la Academia Italiana? Las realidades de los países europeos entre las dos guerras no son de una pieza: la cultura italiana está representada por Marinetti, Gentile y por Pirandello no menos que por Croce, y por Croce senador no menos que por Croce antifascista, del mismo modo que por la cultura alemana pueden hablar tanto Spengler, Heidegger, o Moeller van der Bruck tanto como los hermanos Mann, y la cultura francesa es tanto Gide, Sartre o Camus tanto como Drieu la Rochelle, Brasillach o Céline…

    Así, “El nacimiento de la ideología fascista” otorga a su objeto una dignidad que no siempre se encuentra en los variados estudios sobre el tema. Ello sólo puede ser saludable para la historia de las ideas. Hagamos por nuestra parte algunas observaciones. Primero, que, como es evidente, Sternhell trata en su obra del fascismo latino, esto es, de las corrientes inconformistas surgidas en Francia y en Italia. Un tema de discusión es ver si el fascismo italiano y el nacional-socialismo alemán son cosas totalmente diferentes (esta es la tesis de De Felice), o bien si el nacional-socialismo es una especie dentro del fascismo genérico (tesis de Payne y Nolte). Del nacional-socialismo se ha discutido si fue “antimoderno” o si presentaba rasgos de una radical modernidad, dado que el innegable que el movimiento desarrolló un radicalismo antiburgués operativamente muy atractivo para los militantes comunistas.

    El fascismo nace a la izquierda, a partir de una revisión del marxismo. Este revisionismo se desarrolla y se constituye en una corriente intelectual y política independiente a la cual concurren otras tendencias que cohabitan con el socialismo: Nietzsche, Bergson, James, y el nacionalismo integral. Al respecto es interesante comparar las diferentes evoluciones del marxismo que siguió siendo tal y las diferentes ramas “apóstatas”. El fascismo en una revisión del marxismo encontró que todos los partidos socialistas consideraban al marxismo una herencia a la que debían permanecer fieles. Sin embargo, en su evolución reciente todos esos partidos han renunciado a la herencia de Marx, acomodándose a la economía neoliberal. Siguen apegados, desde luego, a la matriz ilustrada, materialista e igualitaria. Al contrario, los fascistas, animados de otra cultura, mantuvieron siempre el espíritu revolucionario de ruptura con el orden burgués.

    Sternhell insiste permanentemente en el respeto de los sindicalistas revolucionarios, de los socialistas nacionales, de los fascistas, por la propiedad privada y el capitalismo. ¿No habría que distinguir entre propiedad privada y capitalismo que, después de todo, históricamente no se identifican sin más? Todos los fascismos subrayaron siempre la diferencia entre la propiedad ligada al hombre y el gran capital financiero; entre el trabajo productivo y la servidumbre al interés del dinero (G. Feder). No parece adecuado pasarla por alto. Quizás Payne ha sido el autor más justo en este sentido.

    Finalmente, es verdad que una cosa es reconocer el componente irracional de la vida humana y otra hacer del antirracionalismo una política. Sternhell, que durante toda su obra se ha mantenido alejado de toda afección moralizante, al final nos advierte del peligro del irracionalismo: “Cuando el antirracionalismo deviene un instrumento político, un medio de movilización de las masas y una máquina de guerra contra el liberalismo, el marxismo y la democracia; cuando se asocia a un intenso pesimismo cultural a la par de un culto pronunciado por loa violencia, entonces el pensamiento fascista fatalmente toma forma” (p.451). La cuestión seria si sólo los valores políticos de la ilustración y del liberalismo son legítimos; si solo el chato optimismo hedonista puede pasar por perspectiva cultural, si las masas han de ser movilizadas sólo en nombre del deporte.

    Aquí, obviamente, la ciencia no puede decir nada: estamos en el campo de la opciòn política.

    [Ciudad de los Cesares (Santiago de Chile)]

  145. #0 Manolo dice:

    Qué mala es la izquierda, la totalitaria de los años 30 y la de hoy, liberal, centrada y desteñida (poco roja). Toda ella. Mala malisísisisima. La izquierda es el Diablo. La derecha, en cambio, qué diferencia… Qué gusto ser un puto facha. Da una traquilidad…!

  146. #0 el hijo del cura dice:

    Joder, yo pensaba que el troll éste era solo cosa de fin de semana. La madre que lo parió.

  147. #0 el hijo del cura dice:

    El fascismo nace de tratar de frenar al internacionalismo obrero tras la primera guerra mundial. Eso lo sabe cualquiera que haya leído algo más que la mierda de Liberalismo.org.

  148. #0 Manolo dice:

    Y más: el fascismo es la respuesta que reclama una sociedad europea temerosa y cansada, que ha sufrido una Guerra mundial (esencialmente europea) y cree que necesita líderes nacionales fuertes que impongan la “quietud totalitaria” en el viejo continente. No quiero comparar pero cómo es posible que Blair tenga hoy la popularidad que tiene? Porque es un líder con un discurso claro y rotundo. El votante quiere, en tiempos de zozobra, direcciones bien definidas, brújulas que funcionen. El discurso político blanco, el buenismo, tiene los días contados, me temo.

  149. #0 Manolo dice:

    Lapsus calami: “El discurso político blanco [SIC], el buenismo, tiene los días contados, me temo.”

    Quise decir: “El discurso político BLANDO, etc.”

  150. #0 Friky Martin dice:

    Y digo yo, podria ser que como puede pasar ahora con el radicalismo islamico, se genere y se apoye por gente que hasta ahora se declare incluso ‘moderadamente de izquierdas’ un rebrote de la derecha, extrema derecha por el temor a una ‘invasion’ o mas bien por miedo a una perdida de identidad o como una defensa.

    Al parecer, el National Front ingles vive momentos de auge, como nunca antes.

    Es decir, el fascismo, resurge sin motivo de la izquierda.

  151. #0 Anónimo dice:

    tu ignorancia, manolo del bombo, es que piensas que toda la no-izquierda es derecha. mienras que la izquierda es un aradicion politica con un origen comun unico, todo lo que la propia izquierda ha caificado como derecha, es un heterogeneo conjunto de tradiciones ideologicas opuestas entre si y muy variopintas que solo tienen en comun que son no-socialistas marxistas. la division izquierda-derecha NO es un esquema simetrico: el polo izquierda define un conjunto ideologico, el polo derecha, un metaconjunto. de ahi que por ejemplo,ideologias absolutamente antagonicas como el anarcocapitalismo (“anarquismo de derechas”, y el fascismo (“extrema derecha”, otra seudo etiqueta aplicada a movimientos completamente antagonico como la antigua “alianza del trono y el altar”, el nacionalsindicalismo y los nuevos populismos anti-stablisment socialdemocrata) sean arrojados al mismo saco, obviando a la vez que existen formas no marxistas-racionalistas de socialismo. sencillamente, la derecha es un termmino-categoria demonizador inventando por el maniqueismo de la izquierda para calificar y agrupar todo aquello que no le gusta o no le resulta conveniente a la ortodoxia izquierdista imperante en un mommento dado. la reseña copypasteada es bastante elocuente.
    oponerte al socialismo y a la izquierda no te convierte en facha, porque muchos fachas son socialistas y vienen d ela izquierda. leete el articulo y aprende algo de topologia politica
    y si, la izquierda es el mal. a su espalda esta el mayor numero de muertos de la historia, y los regimenes mas totalitarios, estatistas y opresores que jamas existieron. y los propios izquierdistas los consideraron de “los suyos”. la utopia izquierdista y el pluralismo ideologico, social y politico son terminos incompatibles

  152. #0 estupefacto dice:

    Irich, un ejemplo de terrorismo:

    http://www.latimes.com/news/nationworld/iraq/la-fg-civilians25jul25,0,815578.story?coll=la-home-headlines

    O no, espera, que para ser terrorista hay que ser moro..

  153. #0 Alex_R.I. dice:

    Parece ser que hemos de dar la bienvenida al alter ego de balto, en versión….radicalilla de palo? Bienvenido drLSD.

    O por si no me entiendes: Bienbed ido seiñor sSLDd

  154. #0 Anónimo dice:

    sobre la farsa y la mentira interesad en torno al espantajo izquierdista de ¡¡que viene el fascismo!!!!

    ¿Fascismo en España?

    José Javier Esparza

    ¿Existe un fascismo en España? Cualquier observador diría, a primera vista, que no: no existe ningún partido, asociación o grupo de opinión que reivindique esa etiqueta y que posea una mínima proyección política o social. Existe, sí, un número indefinido y variable de grupúsculos y corpúsculos que se identifican con una estética aproximadamente neofascista, neonazi y hasta neofalangista, y que ocasionalmente manchan las paredes urbanas con pintadas y carteles, pero tales grupúsculos y corpúsculos son sumamente reducidos, carecen de representatividad social alguna y, desde luego, no puede decirse que constituyan una fuerza política. Sin embargo, todos los años aparecen en los escaparates —preferentemente, en los de las “grandes superficies”— decenas de libros que nos desvelan los “secretos” del fascismo español, sus oscuras maniobras, sus inconfesables propósitos. ¿Cómo es posible que se publique tanto material sobre un objeto, si no inexistente, sí al menos irrelevante? He aquí uno de los grandes enigmas de nuestro tiempo.

    Las “revelaciones” de la literatura antifascista

    Estos libros suelen aparecer siempre por las mismas fechas: en torno al 20 de noviembre, aniversario del fusilamiento de José Antonio y de la muerte de Franco, fecha litúrgica por excelencia de la extrema derecha en España. La literatura de la que hablamos es tan puntual en su aparición que se diría que marca ya una referencia fija del calendario comercial, del mismo modo que la primavera no empieza hasta que lo dice “El Corte Inglés”. Estamos hablando de “libros”, en plural, pero en realidad cabría hablar más bien del “libro”, en singular, porque todos son el mismo: en todos hallamos las mismas fuentes, los mismos nombres, la misma estructura y hasta la misma sintaxis, frecuentemente incorrecta. No es extraño que sus autores se acusen mútuamente de robarse el material, dado lo exiguo del campo que año tras año roturan. Por fortuna para ellos, el abanico temático crece sin pausa a través de un procedimiento que podríamos denominar “alleganza de material de aluvión” y que funciona del siguiente modo: la literatura antifascista da pie a reportajes en prensa, igualmente estacionales; estos reportajes (más bien “recortajes”, pues se trata de collages con recortes sacados de aquí y de allá) suelen limitarse a recopiar lo que se ha publicado en la mentada literatura, pero lo hacen con errores y tergiversaciones; tales errores, por último, son luego recogidos por los “autores antifascistas”, en la edición del año siguiente, como “nuevas revelaciones”. Así el floreciente negocio editorial se alimenta a sí mismo.

    Un rasgo específico de la literatura antifascista es su carácter de ficha policial: lo esencial de su contenido es una ensalada de siglas (las de los mentados grupúsculos y corpúsculos) en correspondencia con una lista de nombres, también siempre la misma. En líneas generales, su objetivo invariable es sentar la existencia de lazos entre la violencia juvenil de ciertas tribus urbanas y los grupos de la extrema derecha política, de modo que un fenómeno social se “eleva” a la condición de fenómeno político. Pero como el pulso de la extrema derecha española es más bien mortecino, el autor, para añadir interés a la narración, ha de recurrir al siempre eficaz recurso de las “conexiones”, es decir: establecer vinculaciones, por supuesto indemostrables (¿pero a quién le importa eso?), entre minúsculos grupos radicales y personalidades más o menos conocidas de la vida política, periodística, literaria, etc. Esta es una constante tan permanente en toda la literatura antifascista que se diría constituye una técnica esencial del género en cuestión. Y hay que reconocer que sus rendimientos en materia narrativa son excelentes. Por ejemplo: un salvaje skin apuñala a un inmigrante mogrebí; en la casa del skin se encuentra una revista con las siglas del grupúsculo “x”; en un fanzine editado por ese grupúsculo —o por otro de nombre similar— dejó su firma quince años atrás un adolescente que hoy es joven abogado; tal joven abogado es en la actualidad mano derecha de un veterano notario con aspiraciones políticas. Conclusión evidente: el mentado notario es, en realidad, un fascista que pretende utilizar a los skins como secciones de asalto. ¿Delirante? Lo es. Pero este argumento fue expuesto hace muy pocos años en un programa de televisión, y no dentro del ámbito de la “ficción”, sino bajo la etiqueta de “Especial informativo”. Ciertamente, no se trata de algo nuevo: en los Estados Unidos, en la época de la “purga” de MacCarthy, también se recurrió a establecer supuestas vinculaciones cogidas por los pelos entre los sospechosos de “actividades anti-americanas”; se bautizó a este procedimiento como “culpabilidad por asociación”. El juego policial de la literatura antifascista termina alimentando las peores inquisiciones [1].

    Toda inquisición necesita un “delator”. Él es la fuente de la que brota la investigación, y de su calidad depende de que la búsqueda sea interesante o que sea una filfa. En el caso que nos ocupa, las fuentes esenciales de la literatura antifascista son cuatro o cinco personas, todas con nombres propios, todas las mismas en todos los casos, y todas ellas “fascistas”, ya en retiro, ya en ejercicio. Tales fuentes no proporcionan eso que se llama “material de archivo” o “prueba documental”, sino que se limitan a contar una historia; con frecuencia, su propia historia. Y, como suele ocurrir en estos casos, la fuente tiende a contar tal historia poniéndose a sí misma en el centro de los acontecimientos. Así, y gracias a la vehemente pluma del autor antifascista, llegamos a conocer de la enorme trascendencia que para la historia moderna de Occidente ha tenido cierto oscuro personaje que en su agitada vida política ha transitado por una docena de grupúsculos cuyo número de militantes no ha superado en ningún caso el centenar, y cuya repercusión objetiva en la vida social, si hubiera de ser cuantificada, se reduciría a cero.

    Esto exige un breve excurso. En 1905, el venerable Ernest Dupré acuñó el término mitomanía para definir toda una familia de afecciones psíquicas consistentes en la invencible tendencia del sujeto a elaborar mentiras y fabulaciones. El mitómano, por lo general, es un sujeto mediocre que necesita inventarse su propia autoepopeya para no ahogarse en el hastío de una existencia sin horizontes. Hay mitómanos en todas partes, y algunos ocupan lugares bien visibles, pero el tipo mitomaníaco es particularmente frecuente en grupos cerrados y reducidos, ya sea porque en ellos puede imponer su autorrelato, ya porque ahí se dan cita otros mitomaníacos dispuestos a escucharle a cambio de ser escuchados. En sus comportamientos políticos, el mitómano experimentaría —de forma sincera, y ahí reside la patología— que la Historia corre por sus venas, que sus movimientos son decisivos, que figura entre los hombres importantes del mundo, que sus contactos con gentes de alto rango han dejado en éstas una imborrable impresión. Aunque hay mitomaníacos de todas las tendencias y de todas las ideologías, quizá sea cierto que el tipo mitomaníaco es especialmente abundante en la ultraderecha contemporánea, lo cual se debería a una mala digestión de conceptos como “hombre superior” o “jefe providencial”, pues nada hay tan angustioso como verse obligado a aparentar grandeza cuando uno es diminuto. Esto, que vale para el sujeto que se ensalza a sí mismo colocándose en el centro de la Historia universal, vale también para el sujeto que aspira a conmover los cimientos del mundo poniendo por escrito la triste historia de un mediocre. Dupré, que todavía no conocía la literatura antifascista, distinguía una mitomanía vanidosa, una mitomanía maligna y una mitomanía perversa, cada una de las cuales correspondía, respectivamente, al complejo de inferioridad, a la voluntad de dañar al prójimo y, por último, a las inclinaciones lúbricas o venales. Sin descartar la ocasional intervención de una mitomanía de tipo perverso, estamos en condiciones de aseverar que la literatura antifascista, en buena parte de los casos conocidos, brota de la colusión de una mitomanía vanidosa (la de la fuente) y otra mitomanía maligna (la del escribidor). La confluencia de dos patologías indomeñadas podría explicar, por otra parte, el tirón popular de estas narraciones.

    Naturalmente, el subgénero literario que nos ocupa tiene sus propias reglas de estilo. Así, todo periodista, gacetillero e incluso escritor profesional que quiera adentrarse en el exitoso negocio de la literatura antifascista debe respetar escrupulosamente esta ley incontrovertible: el autor debe imperativamente situarse en el papel de Deus ex machina de la narración, sin citar jamás las verdaderas ideas de los personajes mencionados. Los novelistas saben bien cuán irritante resulta comprobar que el excesivo apego a la realidad nos ha frustrado una buena historia. Por eso el literato antifascista debe eludir cuidadosamente cualquier mención específica de las ideas, textos o declaraciones reales de los personajes que pueblan la trama de la narración. ¿No sería lamentable que una determinada idea de un determinado sujeto impidiera incluir su nombre en la nómina de sospechosos? Lo sería, sin duda; de ahí que los personajes mencionados en la literatura antifascista sean, por lo general, entes mudos que sólo hablan a través del autor. Por otra parte, nada tan áspero como esa pedante manía universitaria de citar los textos reales de los personajes mencionados, enojosa servidumbre que, además, obligaría al talentoso autor a desperdiciar su tiempo en lecturas inútiles. Resulta mucho más efectivo —o sea, mucho más “impactante”— acumular nombres propios en función de lo que al autor le interesa señalar: las ya mencionadas “conexiones”, y no en función de lo que cada personaje realmente dice y es. El recurso permite, por ejemplo, ofrecer al lector un apasionante relato en cuyo índice onomástico aparecen, en fraternal confusión, José María Aznar, Adolfo Hitler, Gonzalo Fernández de la Mora, los Ultrasur, Ross Perot, Mussolini, Aleix Vidal-Quadras, el Frente Atlético, Jorge Verstrynge, Ricardo Sáenz de Ynestrillas, Fernando Sánchez Dragó, Tejero y un servidor de ustedes.

    Es verdad que esto obliga a la literatura antifascista a renunciar a cualquier pretensión de validez científica, pues de entrada se ha obliterado un elemento esencial en la literatura académica, a saber: la probidad de unas fuentes mencionadas explícitamente, plúmbeo trámite que, de haber sido satisfecho, habría arruinado tan fantástica historia. Del mismo modo, el autor antifascista también ha de resignarse a que su obra carezca de relevancia informativa, pues en su búsqueda desesperada del “impacto” ha sacrificado la víscera cordial del periodismo, que es la información veraz, y la ha sustituido por la simple sospecha infundada. Pero nada de todo esto habría de suponer una seria censura literaria para el subgénero que aquí estamos comentando si no fuera porque, además, estos libros están muy mal escritos. Y eso sí que es imperdonable.

    Con todo, en la literatura antifascista, pese a su indigencia ética y estética, hay tres elementos que merecen ser revisados con atención. El primero es su inevitable conclusión, a saber, el hecho de que en España no existe verdaderamente una “fuerza fascista” digna de ser tenida por tal, conclusión que el lector, pese a los esfuerzos de los autores, termina extrayendo a poco que lea atentamente estos relatos. El segundo elemento es el propio hecho de que esta literatura exista: si el fascismo no deja de ser una amenaza remota, si ya perdió una guerra y desde entonces no ha levantado cabeza, si hoy ha quedado confinado en reducidísimos guetos, ¿a qué tanto empeño en dibujar los contornos de un fantasma? Y el tercer elemento que suscita interés es el mundo que estos libros describen, las alcantarillas donde se remueve la confusión informativa, esa selva urbana donde nace el suceso criminal que luego permite construir la fábula; ahí existe un problema, ciertamente, aunque nuestros literatos yerren el tiro. Merece la pena comentarlos uno a uno, detenidamente.

    ¿Fascismo en Europa?

    Vayamos al primer elemento de interés. ¿Por qué no hay fascismo en España? La propia pregunta encierra una trampa para elefantes, pues nos hace creer que en otras latitudes sí hay “fascismo”. Ahora bien, con excepción de ciertos grupos nacidos del caos post-comunista en la Europa del Este, no puede decirse que en nuestro continente existan fuerzas políticas relevantes que, en rigor, admitan la etiqueta de “fascistas”, y quienes habitualmente pasan por tales, que son el Frente Nacional francés y la Alianza Nacional italiana, no lo son propiamente hablando.

    ¿Qué quiere decir “fascismo”? Al margen de la trampa sovietizante de considerar “fascistas” a quienes no están de acuerdo con uno, todos los politólogos saben que el fascismo, históricamente considerado, es un ente difícilmente aprehensible. El fascismo propiamente dicho nació en Italia como una forma de nacionalismo radical que predicaba un corporativismo autoritario con tendencia al totalitarismo. Su éxito despertó formas imitativas en otros puntos de Europa, pero cada cual aportó sus conceptos específicos. Por ejemplo, el nacionalsocialismo alemán se fundamentaba en una teoría racial que el fascismo italiano desconocía. Del mismo modo, el nacionalsindicalismo español mostraba unos acentos organicistas y católicos que no existían ni en Italia ni en Alemania, e inversamente, en el “fascismo” español no aparecen trazas sólidas de discurso racial. ¿Pueden todas estas experiencias políticas definirse bajo el común denominador de “fascismo”? Aquí nos encontramos con lo que tantas veces ha dicho Juan José Linz: para el historiador, cada régimen es un caso único, pero el politólogo está obligado a buscar los elementos comunes, conceptualizarlos y reducir toda la inmensa variedad de los regímenes políticos a unos cuantos tipos principales. Como cualquier intento por clasificar a los fascismos nos hundiría en una casuística inagotable, y no es ese el objeto de este texto, podemos acogernos al cómodo recurso del “fascismo genérico” y, siguiendo a Nolte, considerar “genéricamente fascistas” a todos los movimientos políticos que comparten las siguientes seis notas características: antimarxismo, antiliberalismo, anticonservadurismo, principio del liderazgo, un ejército del Partido y el totalitarismo como objetivo [2]. Si falta cualquiera de estas características, no puede hablarse propiamente de fascismo; si están todas, puede hacerse.

    Desde este punto de vista, tanto el Frente Nacional como la Alianza Nacional o el austríaco Partido Liberal de Haider (una de las más recientes “bestias negras” mediáticas) se diferencian de los “fascismos” clásicos en una larga serie de rasgos fundamentales: todos ellos admiten abiertamente —y no tiene mucho sentido dudar de su sinceridad— el vigente sistema de partidos, mientras que los fascismos implantaron modelos de partido único; todos propugnan políticas económicas de carácter liberal-capitalista, mientras que los fascismos ponían el acento en el control estatal; todos son partidarios del actual status geopolítico bajo liderazgo norteamericano, mientras que los fascismos aspiraban a desplegar una potencia militar propia. Además, entre el Frente Nacional, el Partido Liberal y la Alianza Nacional existen también notables diferencias, tanto en su génesis como en el lugar que ocupan en sus respectivos mapas políticos nacionales. El Frente Nacional surge en torno a un personaje, Le Pen, que logra aglutinar a las dispares familias de la ultraderecha francesa, desde el integrismo católico hasta el neofascismo, pasando por los nostálgicos de Vichy, la tradición populista y los nacionalistas de la “Francia sola”; cobra impulso apoyándose en un serio problema social, el de la inmigración, frente al que reacciona con un discurso xenófobo; sus posiciones populistas le reportan la simpatía de un amplio sector de las clases menos favorecidas que antes votaba a la izquierda comunista; por último, su deliberada automarginación del “consenso” partidista le convierte en blanco de las invectivas del sistema, que señala a Le Pen como peligro público; todo ello hace que no se le pueda considerar como alternativa de gobierno. El fenómeno de Haider en Austria, aunque su protagonista se ha esforzado en diferenciarse de Le Pen, tiene mucho que ver con el caso francés. Respecto a la Alianza Nacional italiana, surge del aggiornamento de un partido, el MSI, que representaba explícitamente la herencia del fascismo de Mussolini; cobra impulso a partir de un problema no social, sino político, cual fue el colapso del sistema partitocrático italiano a partir de 1993; su discurso relativamente moderado y su denuncia de la corrupción le procuran el apoyo de amplios sectores de las clases medias que antes votaban a la Democracia Cristiana; por último, el desprestigio general de la vieja clase política italiana ha permitido que la Alianza Nacional, pese a las naturales censuras de la izquierda, posea una imagen de fuerza presentable, no “maldita”; todo ello hace que sí pueda considerarse como una alternativa de gobierno. Añadamos que entre ambas fuerzas existe una última diferencia en absoluto irrelevante: mientras que el Frente Nacional experimenta regularmente la disidencia de los pragmáticos, que preferirían bajar el tono de la demagogia populista en beneficio de cobrarse mayores opciones de gobierno, la Alianza Nacional ha de sufrir las disidencias de los radicales, que preferirían recuperar ciertos principios ideológicos aunque fuera a costa de perder poder real [3].

    Así las cosas, hablar de “fascismo” para calificar a la Alianza Nacional, al Partido Liberal o al Frente Nacional resulta simplemente falaz desde el punto de vista politológico. En el caso italiano podría perfectamente hablarse de post-fascismo, tal y como ha sugerido su propio líder, Gianfranco Fini, pues aquí estamos ante un grupo que recogía expresamente la herencia del fascismo mussoliniano y que se ha convertido deliberadamente en otra cosa; un post-fascismo estrictamente paralelo a ese otro post-comunismo que caracteriza a los viejos Partidos Comunistas, como el italiano, reconvertidos en izquierda socialista y democrática tras el autodesplome de la Unión Soviética. Respecto al caso francés, hablar de fascismo o de postfascismo no tiene demasiado sentido, pues en Francia no ha existido un fascismo histórico ni el Frente Nacional defiende posiciones propiamente fascistas; incluso sus actitudes xenófobas, que tantos reproches —pero también tantos votos— le reportan, no responden exactamente a una doctrina de tipo nacionalsocialista, pues no reposan sobre una lógica de supuesta jerarquía racial, sino que se derivan de una reacción psicológica de exclusión frente a unos cambios sociales percibidos como excesivamente bruscos. En realidad, tanto el Frente Nacional y el Partido Liberal como la Alianza Nacional han de ser considerados no como partidos “fascistas”, sino como partidos de derecha radical (en los dos primeros casos, más radical que en el otro), que han prosperado gracias a circunstancias sociales muy concretas y específicas en cada país. Ese es su verdadero estatuto.

    ¿”Fascismo” en España?

    El caso español es distinto del italiano, y también del francés. No hay en la actualidad grandes partidos de derecha radical, aunque sí existe una larga tradición autoritaria en la derecha. Tampoco hay, propiamente hablando, una versión nacional del fascismo, y las causas que en su momento lo impidieron ya las explicó Ramiro Ledesma Ramos en una obra que se llamaba, precisamente, ¿Fascismo en España? Por cierto que el anarquista Joaquín Marín, en Hacia la segunda revolución (1935), venía a coincidir con las tesis de Ledesma. En realidad, lo que en España más se pareció al fascismo, pero a distancia, fue el nacionalsindicalismo falangista de la preguerra, luego absorbido por el magma del régimen de Franco. Y Franco no instauró un régimen propiamente fascista, ni siquiera nacionalsindicalista [4], sino un autoritarismo inspirado en las doctrinas de la derecha tradicional.

    Con esos antecedentes, la pregunta verdaderamente interesante no es por qué no hay fascismo en España, sino más bien esta otra: ¿Por qué en nuestro país no existen actualmente fuerzas importantes de derecha radical que hayan recogido la herencia de la derecha autoritaria local, y concretamente del régimen del general Franco, que de tal cosa es la expresión más acabada en España? Al fin y al cabo, el franquismo es la única experiencia dictatorial de la derecha europea que ha terminado “bien”: no se la llevó la posguerra, como a los regímenes gemelos de Hungría, Polonia o Rumanía; sus logros sociales y económicos son evidentes, muy superiores a los de las dictaduras comunistas que le fueron contemporáneas, y comparables a los que alcanzaron las democracias europeas de esa misma época; además, el sistema autoritario español se pudo mantener en el poder durante más tiempo que ningún otro y sin sufrir una oposición interior masiva; por último, el régimen se deshizo por sí solo a la muerte del dictador y sobre la base de la legalidad por él establecida, sin que lo tumbara una revolución como la portuguesa o violentos conflictos intestinos como los que acabaron con el “régimen de los coroneles” en Grecia. El régimen de Franco duró casi cuarenta años, puede reclamar la paternidad de la modernización económica de España, e incluso definió una estructura jurídico-política singular para intentar compensar por algún lado la evidente merma de libertades civiles. ¿Cómo es posible que los criterios políticos e ideológicos de ese régimen no hayan encontrado herederos que pretendan prolongar su legado tras la muerte del dictador?

    La respuesta es múltiple. En primer lugar, a la muerte de Franco ninguna de las fuerzas históricas que encabezaron la sublevación de 1936 estaba ya en condiciones de ejercer liderazgo social alguno: la Falange, que nominalmente era el partido del régimen, fue doblegada sucesivas veces a lo largo del mismo, pero se acomodó perfectamente a una situación de privilegio y, quizá por eso, no se preocupó jamás por esbozar formulaciones teóricas adaptadas a los tiempos nuevos, de modo que en 1975 —y aún hoy— decía y pensaba lo mismo que en 1936; la Iglesia, único vencedor total de la guerra civil y único poder que realmente obtuvo de Franco todo lo que solicitó, dejó de ser fiel al Caudillo a partir de los años sesenta e incluso prestó cobertura a quienes auspiciaban cambios radicales, hasta el extremo de jugar un destacadísimo papel en la transición; respecto a los carlistas, su opción política había dejado de tener sentido desde el momento en que la rama pretendiente renunció a sus derechos. En segundo lugar, las elites políticas que gobernaron los “años de oro” del régimen, desde 1957 hasta 1975, y que podían haber prolongado la herencia política del general, se esforzaron por adaptarse a una situación política comparable a la de las democracias europeas: tanto las figuras “aperturistas” del régimen como el “aparato” del Movimiento Nacional, de cuyas promociones más jóvenes saldrían luego ministros, presidentes del Gobierno y hasta ponentes constitucionales, encabezaron fuerzas políticas de carácter conservador, liberal o “centrista” muy alejadas de los propósitos del Estado de las Leyes Fundamentales; respecto a los teóricos más jóvenes de este Estado, alguno de ellos fue apartado del juego por quienes pretendían enarbolar la herencia de Franco antes incluso de que el dictador muriera. Y en tercer lugar, y en la práctica, la verdad es que el régimen tuvo el heredero que el propio Franco quiso: la Monarquía encarnada en la persona de Don Juan Carlos, y las transformaciones que éste efectuara después sobre el legado del dictador es harina de otro costal. Así, lo que se denominó “franquismo sociológico” halló continuidad, tras la muerte de Franco, en el sucesor que Franco había elegido y en unas fuerzas políticas que, dirigidas por relevantes personalidades del régimen, pactaban una transformación total del Estado. Si después de Franco no hubo un “franquismo”, eso fue, en primer lugar, porque Franco no quiso, y después, porque los franquistas más relevantes tampoco quisieron. En buena medida, en eso consistió la transición.

    Hay también, por supuesto, motivaciones de carácter social y cultural en ese asombroso hecho de que el franquismo no haya encontrado continuadores políticos. Ambas pueden reducirse a esta: el franquismo no fue capaz de proponer una ideología propia que proveyera de un cauce político específico a los cambios sociales que él mismo estaba impulsando. En efecto, el gigantesco impulso económico e industrial que vivió España, sobre todo desde finales de los años cincuenta, tuvo por evidente objetivo dotar al país de niveles de prosperidad semejantes a los de las otras naciones europeas. Se desataba así una “sed de homologación”, todavía hoy vigente, que cifraba como bien supremo el ponerse a la altura del resto de Europa. Ahora bien, esa homologación no podía ser sólo económica, sino también social, porque el desarrollo económico lleva consigo la adopción de nuevos comportamientos individuales y colectivos, de nuevas expectativas y de nuevas aspiraciones. Y esa homologación social, a su vez, exige una homologación política, porque los cambios en los comportamientos sociales exigen cambios paralelos en los canales de participación ciudadana en la vida pública. De lo contrario, se generaría una situación semejante a la de una olla a presión desprovista de válvulas de escape. Pues bien: el franquismo, que de hecho alcanzó la homologación económica y que se acercó mucho a la homologación social con el resto de Europa, no fue capaz de crear vías de homologación política. Lo que más se aproximó a ese objetivo fue el Estado de las Leyes Fundamentales: un Estado de Derecho autoritario, pero de Derecho al fin y al cabo [5], que proveía márgenes —ciertamente estrechos— para las libertades públicas y que también establecía vías concretas de participación popular en el poder a través de la famosa “democracia orgánica”. Pero el Estado de las Leyes Fundamentales jamás fue una realidad completa: tardó más de diez años en ponerse en pie, entre otras cosas por las reticencias del propio régimen; la democracia orgánica resultó ser más orgánica que democrática y no logró nunca satisfacer las demandas reales de participación ciudadana; por último, y tras la muerte de Franco, la idea fue abandonada tanto por la derecha constitucionalista del 78 como por los propios “nostálgicos” del régimen.

    Hoy, a casi medio siglo de distancia, causa estupor el hecho de que el régimen de Franco no desarrollara una teoría completa de su concepción del Estado, ni que concediera a sus teóricos el estatuto de doctrinarios oficiales de aquel sistema político. Puede entenderse que no se entregaran a tareas doctrinarias la Falange o el Requeté, cuyos planteamientos habían sido superados por la historia, pero que visiblemente no sentían la necesidad de adaptarse a una realidad que nominalmente dominaban. Es mucho menos explicable, por el contrario, el hecho de que los responsables de los “años de oro” del franquismo no experimentaran sino muy raramente la necesidad de dotarse de una cobertura ideológica que fuera más allá de lo jurídico. Tal negligencia ideológica obedece, sin duda, al carácter del propio régimen, nunca muy dado a las efusiones intelectuales y más preocupado por obtener resultados prácticos —rasgo en el cual, por otra parte, se resume muy bien el talante clásico de la derecha española—. En todo caso, esa inexistencia de una “ideología franquista” propició el hecho de que después, tras la muerte de Franco, los franquistas no supieran exactamente qué es lo que tenían que defender: ¿La monarquía? ¿La unidad nacional? ¿La economía de mercado? ¿La moral cristiana? Todo eso podía defenderse igualmente desde fuera del franquismo, e incluso contra él. Y esta es otra de las razones por las que en España no ha existido una derecha autoritaria capaz de gozar de una mínima proyección social.

    En fin, la derecha radical, en la España reciente, no ha gozado jamás de buena salud por la sencilla razón de que la derecha no necesitaba tal radicalidad. Y cuando se ha recurrido a ella, el español de derecha, que ante todo es una “persona de orden”, ha desaprobado abiertamente el intento. De manera que la llamada ultraderecha española, vacía de ideas adaptadas a los tiempos, huérfana de líderes presentables, expulsada del templo de la transición y del consenso (por méritos propios), se dedicó a vegetar en guetos cada vez más angostos. Ni siquiera el Golpe de Estado de 1981 puede considerarse obra suya: todavía han de pasar muchos inviernos hasta que el ciudadano común sepa exactamente qué pasó el 23-F, pero, según todos los indicios, en aquel cruce de maquinaciones y contramaquinaciones hubo de todo menos una conspiración de “fascistas”. Todos los grupos de la antigua derecha radical española pertenecen hoy a la órbita de lo extravagante: la Falange, escindida en diversos grupúsculos, se dedica a reivindicar ora el personalismo cristiano, ora el socialismo tercermundista de los años cincuenta y sesenta, todo ello aderezado con las inevitables protestas de antifranquismo; los carlistas, igualmente escindidos, oscilan entre un reaccionarismo de cura trabucaire y un neorruralismo simpático, pero poco efectivo; los integristas católicos, aún ignorantes de que están defendiendo una religión en la que Roma ya no cree, gastan su tiempo en evocar un mundo que nunca más existirá. Respecto a los franquistas puros y simples, cuyo número desciende por mera ley de Natura, siguen apelando a una vaga nostalgia de paz y orden mientras, aterrados, contemplan cómo a su alrededor se agrupan vociferantes niñatos rapados que dicen ser “fascistas”. Y el mundo, como es natural, se les cae encima —a unos y a otros. Pero de eso hablaremos después.

    El hecho, en fin, es que en la España de nuestros días no hay “fascismo” —ni propiamente dicho, ni acusado de tal— por todas estas razones: porque su única fuente posible de inspiración histórica, que es el régimen de Franco, no fue fascista; porque las transformaciones socioeconómicas que el país experimentó bajo el franquismo, lejos de crear masas proletarias que pudieran movilizarse en torno a un discurso de tipo fascista, creó una extensa clase media de carácter moderado; porque esas clases medias, aun en los casos en que pudieran identificarse como “franquistas”, se hallaron perfectamente representadas por las elites que, nacidas del franquismo, dirigieron el proceso de transición; porque las doctrinas que inspiraron el alzamiento del 18 de julio fueron incapaces de evolucionar conforme a la marcha de los tiempos; porque el planteamiento teórico que mejor se identificaba con el espíritu del franquismo, a saber, el discurso de las Leyes Fundamentales, nunca fue adoptado como cobertura ideológica por el propio régimen. Todo eso ha hecho de la ultraderecha una mera anécdota política.
    Cuando se dice que “la extrema derecha se esconde en el Partido Popular” —algo que la izquierda sostiene con mucha frecuencia—, se está diciendo una verdad a medias, o mejor dicho, se le está dando la vuelta a la verdad: la “extrema derecha” española, entendiendo por tal a los nostálgicos del franquismo o a sus herederos doctrinales, están en el PP, como antes estuvieron en la UCD, porque estos partidos han sido los beneficiarios directos de la moderación de las clases medias, una moderación que a su vez arranca de los logros socioeconómicos del régimen de Franco y que hace banal cualquier extremismo; el Franco que esa “extrema derecha” podría añorar no es, ciertamente, el caudillo victorioso de 1936, sino el apacible abuelo de traje gris que inauguraba pantanos y abría factorías. En España no hay “fascismo” porque lo más parecido a un “fascismo” que por aquí ha habido salió relativamente bien, al menos desde su punto de vista, y salió bien justamente porque no fue “fascista”, sino “burgués”. Y no es lo mismo una clase media arruinada y proletarizada, dispuesta a cualquier exceso autoritario, que una clase media aburguesada y acostumbrada a la prosperidad, celosa del orden, pero reacia a cualquier forma de radicalismo. En cierto modo, y con todos los matices que el lector quiera, la verdad es que, en una perspectiva histórica de largo plazo, el franquismo vacunó a España contra el fascismo. Vacunó: del mismo modo que una pequeña porción controlada de un determinado agente vírico sirve para neutralizar los efectos de ese virus, así el franquismo ha hecho que en España no exista una “tradición fascista”. Las cosas son así.

    Esto, por supuesto, no quiere decir que en España no termine naciendo, en plazo más o menos breve, una fuerza política específicamente de derecha —en absoluto una fuerza “fascista”—, del mismo modo que en Francia ha nacido el FN o la AN en Italia. Pero no parece que tal cosa vaya a ser inmediata. De hecho, en nuestro país existen experiencias que han tratado de importar los esquemas franceses e italianos, pero nunca han salido del ámbito de la miniatura. Y es que para que unos partidos de estas características cobren arraigo social deben darse una serie de condiciones previas, debe existir una razón que haga inevitable su surgimiento. Esas razones suelen provenir de los cambios que están viviendo nuestras sociedades. Se trata de cambios de carácter ora sociológico, ora político, pero que, en cualquier caso, los partidos establecidos parecen incapaces de afrontar con éxito. Por eso surgen actores políticos nuevos cuya génesis obedece a causas locales específicas: en Italia, la razón fue la ruidosa quiebra del sistema partitocrático; en Francia y en Austria, los problemas introducidos por una errónea política de inmigración. No muy distinta es la lógica que ha hecho aparecer, en la órbita de la izquierda, grupos ecologistas que con mayor o menor fortuna reaccionan frente a los abusos de la industrialización. Pues bien: ¿Cuál sería la causa local específica que podría hacer surgir entre la derecha española un agente político nuevo? La derecha española parece demasiado cómoda en el interior del neocentrista Partido Popular como para lanzarse a una aventura si no hay una causa externa que lo justifique. Esa causa no puede ser la crisis del sistema, como en Italia, porque nuestro sistema de partidos, aunque también ha tenido sus escándalos, parece bastante sólido. Tampoco existe entre nosotros un problema acuciante respecto a la inmigración, como en Francia, aunque pueda existir en breve plazo si no se cambia la Ley de Extranjería. Los recientes sucesos de El Ejido, aunque muy graves, no son moneda común; por otra parte, si estos sucesos han demostrado algo es, precisamente, que no puede establecerse una vinculación directa entre xenofobia social y fascismo político, pues lo que allí se ha vivido ha sido una reacción social espontánea, sin que medie orientación ideológica o política previa. Sin embargo, sí existe en nuestro país un problema estructural que podría empujar a alguien en la derecha a separarse del consenso vigente: se trata del problema territorial, y muy especialmente el creciente peso de los nacionalismos periféricos, entregados a una aguda dinámica de progresiva desespañolización de sus respectivas regiones. Tal problema sí podría constituir una plataforma para la derecha clásica española, que siempre ha mantenido una idea centralista y un punto jacobina de la estructura estatal. Por supuesto, tampoco faltará quien llame “fascista” a este partido. Pero, en rigor, de “fascista” no tendría nada.

    Las razones de la moda neoantifascista

    Pero si Le Pen no es propiamente fascista, si Fini tampoco lo es, si en España no hay fascismo y lo que pudiera surgir de entre la espesura doctrinal de la derecha tampoco lo sería, ¿a cuento de qué viene amagar con el retorno del lobo? Habíamos mencionado antes un segundo elemento de interés en la literatura antifascista: el propio hecho de que exista. Y de eso corresponde hablar ahora.

    Es sorprendente constatar que, de un tiempo a esta parte, la literatura antifascista está conociendo una sorprendente floración en todos los países de la Europa del Oeste. Hay que decir que el género nació en Francia, nación de acreditado ingenio, y lo hizo ya con todos sus rasgos constitutivos: estructura de ficha policial, recurso a la “culpabilidad por asociación”, cuidadosa elusión de referencias concretas a las ideas realmente expuestas por los “sospechosos”, etc. En Francia, donde todo es abundante, tanto el genio como la estupidez, esta literatura ha venido acompañada en los últimos años por ruidosas plataformas que so pretexto de “llamamientos a la vigilancia” han pretendido —y, en buena medida, conseguido— reducir al silencio a los intelectuales “políticamente incorrectos”. Pero en el pecado han llevado la penitencia, porque tales “llamamientos”, por abusivos, han conducido también a muchos observadores a preguntarse por la causa de semejante furor. En efecto, ¿de dónde nace tamaña furia antifascista si fascismo, lo que se dice fascismo, ya no hay?

    El finado François Furet lo constató con mucho acierto: “El antifascismo nunca ha estado tan extendido ni ha sido tan poderoso como después de que el fascismo fuera derrotado en 1945 (…) La posteridad se sorprenderá, sin duda, de que las democracias hayan inventado tantos fascismos y amenazas fascistas después de que los fascismos hayan sido vencidos” [6]. Y la posteridad, si es que posteridad nos queda, se preguntará cómo ha sido posible eso. ¿Cómo puede existir un antifascismo sin fascistas? Pierre-André Taguieff ha esbozado un apunte de respuesta: caído el Muro de Berlin, la izquierda, que se ha quedado vacía de ideas, pero que sigue conservando una posición dominante en el mundo intelectual, reconstruye el “frente antifascista” de los años treinta con la esperanza de que sirva como plataforma desde la que recuperar el protagonismo social perdido [7]. Y como la iniciativa coincide con la súbita soledad de Occidente, que se ha quedado sin su enemigo del Este, y como además —y por fundadas razones— nadie desea verse tildado de “fascista”, la aparición de un nuevo enemigo tan omnipresente como fantasmal nos ha venido a todos como anillo al dedo.

    Pero vayamos por partes. ¿Estamos asistiendo realmente a un revival de la estrategia antifascista desplegada por los comunistas en los años treinta? Hagamos memoria: hacia 1934-35, la Unión Soviética, que hasta entonces había defendido la tesis de que las democracias capitalistas y el fascismo eran esencialmente idénticos [8], giró en sus posiciones y empezó a defender una alianza táctica con las fuerzas burguesas de izquierda, alianza que se materializará en los “frentes populares”. A partir de ese momento, el mundo se divide en fascistas y antifascistas, y el campeón del segundo campo, el de los “buenos”, es la Unión Soviética de Stalin. El argumento permitirá a Stalin cumplir simultáneamente dos objetivos: en primer lugar, ocultar el horror de su propio sistema; complementariamente, ganar miles de voluntades para reforzar los proyectos geopolíticos de Moscú. Toda la gran estafa de los “intelectuales antifascistas” de aquella época nace precisamente de esa trampa dialéctica fascismo/antifascismo: para no “hacer el juego al fascismo”, la intelligentsia progresista enmudecerá sobre lo que está pasando en los países comunistas. El hoy venerado Bertolt Brecht escribe en los años treinta: “En lo que concierne a los procesos (de Moscú), estaría perfectamente fuera de lugar hablar de ellos adoptando una actitud hostil a la Unión (soviética) que los organiza, aunque sólo fuera porque tal actitud se mudaría muy pronto, automática y necesariamente, en una actitud de hostilidad hacia el proletariado ruso amenazado de guerra por el fascismo mundial y también hacia el socialismo que allí se está levantando” [9]. Hoy han cambiado los protagonistas del drama, sus móviles y el contexto, pero la idea es la misma: construir una ficticia plataforma con el antifascismo como mínimo común denominador.

    Ahora bien, entre aquel veteroantifascismo de los años treinta y el neoantifascismo contemporáneo, o antifascismo póstumo, hay diferencias muy importantes, como ha explicado Alain de Benoist [10]. La primera y decisiva es que cuando hoy se llama “fascista” a alguien no se está haciendo referencia a un fenómeno histórico real, sino que el término funciona más bien como un operador de descalificación en sentido global y genérico, sólo inteligible en el marco cultural que nos rodea, en el imaginario de nuestro mundo mítico-político. Así pueden ser “fascistas”, simultáneamente y sin mútua contradicción, un navajero skin, Pol Pot, Pinochet, ETA, la legislación anti-tabaco norteamericana, Stalin y el vecino del quinto que maltrata a su mujer. Y es que la invocación del “fascismo”, en el contexto contemporáneo, no funciona como etiqueta política, sino como maldición: se trata de arrojar sobre el adversario la sombra de un mito incapacitante que produce repulsión en el espectador. De este modo, el antifascismo ya no se basa en una constatación objetiva del tipo “Mengano es fascista”, lo cual exigiría explicar por qué, sino que ahora se reduce a una simple imputación moral que, como tal, ni siquiera necesita ser demostrada.
    Estamos moviéndonos en plena teología política, o mejor dicho, en plena demonología político-moral. El neoantifascismo es “una demonología”, escribe Pierre-André Taguieff [11]. En efecto, y como dice Ernst Nolte, “la oposición actual al nacionalsocialismo, oposición tardía y sin ningún riesgo, se ha convertido en un sustituto de la religión” [12]. A falta de un Bien comúnmente aceptado, hemos inventado un Mal unánimemente execrado: “En un mundo que ha aprendido a desconfiar de la idea de bien absoluto, pero que continúa necesitando más que nunca la idea de un mal absoluto, el neoantifascismo representa una cómoda forma de profesar una moral mínima”, escribe De Benoist [13].

    La primera consecuencia de esta mitificación del término “fascismo” es que, ahora, cualquiera puede ser fascista. “El neoantifascismo se caracteriza porque sin cesar extiende el campo de lo que estigmatiza como “fascismo”, escribe Pierre-André Taguieff [14]. Así, y pasando al ámbito ideológico-político, ya no se trata sólo de cazar fascistas stricto sensu, pues de esos casi no quedan, sino que ahora la elástica etiqueta puede aplicarse a cualquiera que defienda posiciones poco ortodoxas respecto al consenso dominante. El resultado es que lo “fascista”, a fuerza de diluirse, pierde toda significación concreta. Por poner ejemplos muy concretos, señalemos que en España se ha acusado de “fascismo” a personas que han defendido ideas tan dispares como la intervención de la herencia genética en el cociente intelectual, la preeminencia de la Ley de Dios a la hora de regular los comportamientos humanos, el carácter inferior del arte contemporáneo respecto al arte clásico, la existencia de un pueblo indoeuropeo originario, la afirmación de que el “terror rojo” durante nuestra guerra civil fue más sangriento que el “terror azul” o la constatación de que la democracia liberal de partidos no atiende adecuadamente las aspiraciones populares de participación política. ¿Son éstas ideas fascistas? No. Pero eso da igual. Hoy nadie reivindica el fascismo, pero éste se presume en cualquiera —y la presunción aumenta a medida que disminuye la reivindicación. Constatemos un hecho llamativo: en España, los autores antifascistas, a la hora de denunciar actitudes “peligrosas”, han acometido contra universitarios que engordan sus posaderas estudiando la arqueología indoeuropea, contra periodistas fascinados por el comunitarismo americano o contra académicos empeñados en escribir tratados de Filosofía Natural, pero jamás han dicho ni una palabra sobre los partidos políticos que aplican programas de segregación cultural en ciertas regiones españolas, ni sobre los gobernantes que en época reciente prescindieron de la ley para hacer de su capa un sayo en nombre de una Razón de Estado entendida —y muy mal entendida— como cal viva. Y es que la función de la literatura antifascista no es realmente iluminarnos sobre el nacimiento de un supuesto fascismo, sino estigmatizar a un sector de la opinión, en este caso la derecha genérica, arrojando sobre ella la sombra del mito maligno.

    Esta constatación nos indica con claridad dónde se sitúa el principal motor de esta nueva demonología social, y aquí retornamos al asunto de la estrategia izquierdista. Thierry Wolton ha descrito el antifascismo contemporáneo como “el mayor factor de unión común entre una izquierda nostálgica del marxismo-leninismo” [15]. J.-F. Revel coincide en que el neoantifascismo “sirve de sucedáneo a los censores que han quedado huérfanos tras la pérdida de ese incomparable instrumento de tiranía espiritual que era el evangelio marxista” (Le Point, 10-junio-1995, p.99). En efecto, hoy, como en los años treinta, es la izquierda la que ha despertado al fantasma. Pero con otra diferencia esencial: el beneficiario del neoantifascismo ya no es el sovietismo, que ha muerto, sino al contrario, la sociedad establecida y su ideología burguesa, que era exactamente lo que el viejo antifascismo pretendía destruir. Y sumemos otra diferencia importante: en la época de los fascismos reales, el antifascismo —dice De Benoist— “podía conducirle a uno a los campos de concentración o ante el paredón; por el contrario, el neoantifascismo no es más que un medio entre otros, y no de los menores, de que le abran a uno la puerta de los media y de las cadenas de televisión”. De este modo, hoy todo el mundo puede ser neoantifascista, porque tal opción no lleva implícito un proyecto revolucionario, sino que, al contrario, es una variante de lo “políticamente correcto” (“la forma típicamente europea de lo políticamente correcto consiste en ver fascistas por todas partes”, observa Alain Finkielkraut), y además porque el neoantifascista no corre riesgo alguno, puesto que no hay enemigo real. Y como el neoantifascismo apunta hacia un enemigo no político, sino mítico, con el que nadie en su sano juicio podría desear identificarse, el resultado es que en torno al tópico neoantifascista se va construyendo poco a poco un consenso prácticamente general. Bien puede decirse que estamos ante la última victoria de la intelligentsia de izquierdas.

    ¿Victoria? Evidentemente, desde el punto de vista instrumental sí que lo es, porque permite mantener las posiciones de poder de una intelligentsia de izquierdas que se había quedado sin referentes doctrinales ni políticos. Ahora bien, la asunción del neoantifascismo implica también un retroceso ético e intelectual no desdeñable. “La trágica paradoja que ilustra esta corrupción ideológica del antifascismo —escribe Taguieff— es que se parece cada vez más, tanto por sus métodos como por las pasiones negativas que le impulsan, al ‘fascismo’ que pretende combatir” [16]. Para Alain Finkielkraut, este neoantifascismo significa una renuncia de hecho a la democracia pluralista y un retorno al totalitarismo: “Poseídos por la idea de no faltar a su cita con la Historia —escribe el autor de La derrota del pensamiento—, los antifascistas están faltando a su cita con la política. Y, como última forma de linchamiento, algunos de ellos sucumben a la tentación del pensamiento binario. ‘La izquierda —decía profundamente Orwell— es antifascista, pero no antitotalitaria’. En los últimos años del comunismo habíamos creído que se había corregido ese defecto. Hoy vemos que no, al menos en lo que concierne a la izquierda intelectual. El fin de esa inversión de las sociedades liberales que era el socialismo y el ascenso de la extrema derecha resucitan el esquema de la única alternativa. La escena pública, interior y mundial, se reduce al enfrentamiento entre dos fuerzas: la tribu de Abel y la tribu de Caín, el pueblo en lucha contra el resto de la sociedad en vías de fascistización. El pluralismo es una apariencia, y la política, un combate sin merced que debe terminar con la erradicación del mal (…) En definitiva, hay que completar la frase de Orwell: cuando la izquierda deja de ser antitotalitaria para no ser más que antifascista, vuelve a convertirse en totalitaria” [17].
    Con el neoantifascismo, la izquierda ha conseguido una victoria en el terreno del poder social, pero ha retrocedido cincuenta años en el terreno del pensamiento. Se ha convertido en una fuerza literalmente reaccionaria. Porque el neoantifascismo, al construir un enemigo mítico sin presencia real, cumple una función de mantenimiento del statu quo: “Convertir un fascismo imaginario en amenaza omnipresente —explica De Benoist— permite hacer aceptar todas las disfunciones, todas las patologías del mundo actual, como males menores frente al ‘mal absoluto’ (…) Los totalitarismos modernos han sido producto de una modernidad que ya ha concluido. La era abierta en 1917 ha terminado en 1989. La posmodernidad dibuja una problemática que no tiene nada que ver con cuanto la ha precedido. Empecinarse en concebir el futuro como una repetición del pasado, empeñarse en entrar reculando en el siglo XXI, impide imaginar cómo podría ser un totalitarismo futuro” [18]. ¿Y cómo podría ser ese totalitarismo? Ernst Nolte lo percibe del siguiente modo: “Veo aparecer una amenaza muy concreta: que el ‘capitalismo’ totalmente desencadenado, dominando el mundo entero, deje que el vacío que el propio capitalismo entraña se llene con un ‘antifascismo’ que simplifica y mutila la historia del mismo modo que el sistema económico uniformiza el mundo” [19]. El fantasma del totalitarismo no ha desaparecido, al contrario: puede retornar, pero, de hacerlo, se presentará con nuevos ropajes. Y aquí el lector nos perdonará la inmodestia, pero, dado que también nosotros hemos salido pringados de la tomatina “neoantifascista”, no nos resistimos a incorporar nuestras propias exploraciones en este terreno. He aquí lo que hace algunos años escribíamos al respecto: “En el totalitarismo de corte ‘clásico’, el Estado se apodera totalmente de la sociedad. Pero si el agente cambia, si ya no es el Estado como instrumento político, sino un sistema concebido como instrumento burocrático y administrativo de control y poder que absorbe y neutraliza toda la espontaneidad humana, ¿acaso el efecto no es el mismo? ¿Acaso no es el mismo proceso —el mismo totalitarismo, pero bajo otro aspecto? (…) El totalitarismo es una praxis útil y eficaz de organización en la era de la técnica. Por eso permanece su vigencia. Es un fantasma que puede ser conjurado, invocado continuamente por la civilización técnica —y por eso enseña las orejas por todas partes. Su verdadera esencia no es hoy la lucha de clases o la jerarquía racial (aquellas dos ideologías universales de las que hablaba Hannah Arendt), sino la propia eficacia técnica. Y por eso nos acompañará mientras la técnica se haya apoderado del alma de nuestra civilización (…) En última instancia, el orden liberal capitalista no constituye en modo alguno un refugio frente al totalitarismo, al contrario: al legitimar el sistema tecnoeconómico establecido, cuya ambición es igualmente totalizadora, está proponiendo una forma nueva de lo mismo, una forma quizá más suave —o con menos sangre encima de la mesa—, pero no menos implacable en su control” [20].

    El neoantifascismo es producto de la artificial sublimación del fascismo histórico, al que se ha conferido la forma de un agente maligno de naturaleza transhistórica e incluso transpolítica. Se trata de una maniobra que ha permitido a la izquierda conservar posiciones de poder y encabezar el consenso social, y que además conforta al discurso del sistema único en su necesidad de hallar un enemigo total, pero que presenta tres graves inconvenientes: en primer lugar, la elasticidad de un término (el de “fascismo”) privado de referentes reales confina en la heterodoxia a un número creciente de ideas y personas, lo cual genera un nuevo despotismo difícilmente aceptable en unas sociedades plurales; en segundo lugar, para la propia izquierda supone un gravoso retroceso, porque la devuelve a la problemática de los años treinta y la empuja a adoptar de nuevo formas totalitarias; por último, y esto es sin duda lo más grave, el neoantifascismo, al apartar la vista del presente y desviarla hacia un “pasado que no pasa”, impide cualquier análisis objetivo de los problemas reales de nuestro tiempo. El neoantifascismo ha creado una curiosa situación: bajo el impulso del mito maligno que eternamente retorna, se han alzado centenares de vigías que no miran hacia adelante, sino hacia atrás. De ese modo nuestra sociedad se ciega voluntariamente y se priva de cualquier posibilidad de adivinar por dónde podrían venir los nuevos golpes contra la libertad de aquello que Jünger llamaba “la persona singular”.
    Pero aquí estamos alcanzando profundidades que al autor antifascista le parecerán abisales: aquí le faltará la luz y el aire, pues no hay posibilidad de establecer conexiones fantasmales, amalgamas culpabilizadoras, aseveraciones tan simples como falaces. E incluso a él le parecería abusivo el ejercicio de calificar como “fascistas” a todos y cada uno de quienes piensan, como Finkielkraut o Taguieff, que el neoantifascismo es una peligrosa filfa. Su mundo, el mundo del autor antifascista, está muy lejos de aquí: está en las tribus urbanas, en las pandillas juveniles, en el gueto marginal, en la garganta profunda del mitómano. Si al menos todo esto fuera fascismo… Pero tampoco lo es.

    Los nuevos rostros del nihilismo

    El fascismo ya no existe. Los grupos o personas a las que se les acusa de “fascistas”, por lo general, no lo son. El propio neoantifascismo no es más que una especie de moral política conformista. Pero, entonces, ¿de qué nos habla la literatura antifascista? ¿Qué son esos grupos de sujetos que arrasan la noche urbana ataviados con vestimentas que recuerdan vagamente a los SS de las películas americanas? Este es el tercer elemento de interés que habíamos identificado en la literatura antifascista: el mundo que retrata, las fuentes en las que bebe. Y tiene interés porque, si bien ese mundo carece de relevancia política, da testimonio de un fenómeno social altamente inquietante.
    Un joven de diecisiete años, de clase media-baja, con un nivel cultural tan limit

    ado como el de la mayoría de su generación, empieza a comportarse de forma extraña: no se deja crecer el pelo, sino que se lo rapa; viste ropas tan astrosas y caras como los otros jóvenes de su edad, pero todas sus prendas parecen remedos de uniformes militares; bebe como los otros y se droga como los otros, pero la moña le da siempre violenta; se aísla del mundo con músicas tan ensordecedoras como las demás, pero se trata de ruidos que inspiran violencia no sólo por su letra —que rara vez entiende—, sino, sobre todo, por su compás. Y lo que es más preocupante: a la hora de fabricarse una identidad, ese joven se rodea de una estética y de una simbología directamente perversa, inspirada en la estética y en la simbología que los relatos de los medios de comunicación de masas vienen presentando desde hace decenios como signos identificativos del Mal. Un día, ese joven se alía con otros de su misma condición y, juntos, apalean a un mendigo tunecino por el mero hecho de ser pobre y moro. ¿Es eso “fascismo”? No. Pretende serlo, y así nos lo presentarán los periódicos, pero, en rigor, tiene poco que ver con lo que en Historia de los movimientos políticos se conoce como fascismo. Veamos por qué.

    El fascismo concluyó como todos sabemos: ahogado en sangre. Su experiencia totalitaria, especialmente en Alemania, desencadenó una ola de muerte que sólo sería superada por los comunismos soviético y chino. Pero esto no debe hacernos pensar que el fascismo fuera, desde sus inicios, una doctrina de muerte. Recientemente, a propósito del debate suscitado por el Libro negro del comunismo, se han escrito cosas tan extravagantes como que el comunismo albergaba un ideal unido a la esperanza democrática, mientras que el fascismo tan sólo representaba una mecánica social de exclusión asentada sobre las pulsiones más peligrosas del individuo [21]. Ahora bien, tal perspectiva hace sencillamente incomprensible el hecho de que los fascismos gozaran del enorme apoyo popular que obtuvieron en Italia y en Alemania. ¿Acaso habremos de pensar que la mayoría de los italianos y la mayoría de los alemanes se volvieron colectivamente locos? Eso no tiene sentido. Y, además, contradice lo que los textos de la época nos enseñan. El argumento del fascismo como “doctrina del Mal” es un recurso dialéctico del antifascismo contemporáneo, una imagen que nos permite entender cómo ven el fascismo los antifascistas de nuestro tiempo, pero que no nos dice nada sobre cómo se veían los fascismos históricos a sí mismos. Y la verdad es muy otra: como ha dicho Alain Besançon, el fascismo —como, por otra parte, el comunismo— despertó tan grandes esperanzas entre sus gentes porque supo proponer “ideales elevados” capaces de “suscitar la devoción entusiasta y los actos heróicos” [22]. Lo que hace tan negra la página histórica de los totalitarismos es precisamente eso: no sólo el hecho de que despertaran una lógica de muerte —la Historia de la humanidad es una perpetua orgía de matanzas sin cuento—, sino, sobre todo, la circunstancia agravante de que esas muertes fueran consecuencia de unos movimientos políticos que habían despertado la adhesión de las masas por sus objetivos regeneradores o liberadores [23]. Porque el fascismo es, ante todo, eso: antes incluso que una ideología, el fascismo es una praxis política de movilización con ideas determinadas sobre la estructura del Estado, sobre la política económica, sobre las relaciones entre los ciudadanos y, por supuesto, con una estrategia de acción política y de conquista de espacios sociales capaz de incorporar la voluntad de un sector determinado de la población. Y esta es precisamente la razón por la cual no puede decirse que el skin sea un fascista: porque ni en su acción, ni en sus convicciones, ni en sus propósitos hay traza alguna de objetivos políticos; porque todo cuanto él es, desde la decisión de ser skin hasta las banderas que enarbola, responden a una dinámica distinta: una dinámica no de proyección política, sino de marginalización social.

    Los profesionales del antifascismo más sensatos —que alguno hay—, conscientes de que las cosas son así, tratan de evitar la simplificación aplicando el prefijo neo a las actividades de esas tribus urbanas. Así, el skin no sería un fascista o un nazi, sino un “neofascista” o un “neonazi”. Pero esta etiqueta también es equívoca, porque neofascismo ya hubo uno, y su lugar en la historia de los movimientos políticos se halla tan lejos de los fascismos históricos como de estos supuestos “neonazismos” de tribu juvenil. Hagamos nuevamente memoria: entre 1968 y 1980, en Europa surgen diversos grupos, frecuentemente muy violentos, que enarbolan las banderas del fascismo derrotado en la guerra y pretenden desestabilizar unas sociedades liberales amenazadas (de formal real o supuesta) por la marea pseudorrevolucionaria de 1968, por el terrorismo de las Brigadas Rojas en Italia y de la Fracción del Ejército Rojo en Alemania, por la crisis económica de 1973, etc. Estos movimientos neofascistas guardan vinculaciones personales e ideológicas con el fascismo de la preguerra, pero desarrollan elaboraciones doctrinales propias, muy influidas por la praxis revolucionaria del Tercer Mundo, y arraigan en ambientes fundamentalmente juveniles y universitarios, lejos de las masas proletarias que caracterizaron a los movimientos hitleriano o mussoliniano. En Francia, el fenómeno de la “derecha radical” arrancaba de la guerra de Argelia. En Italia, los “años de plomo” (1970—1980) vieron cómo los enfrentamientos entre las Brigadas Rojas y los terroristas “negros” teñían de sangre las calles [24]. En España, la onda del “neofascismo” hizo surgir diferentes grupúsculos tanto antes como después de la muerte de Franco, y también ocasionalmente violentos. El terrorismo de extrema derecha en España nunca alcanzó ni la intensidad ni la extensión del terrorismo marxista o separatista del FRAP, ETA o los GRAPO, pero alcanzó cumbres de absurdo horror con acciones como la matanza de Atocha. Por cierto que aquella locura consiguió descalificar a la extrema derecha española de la época con mucha más eficacia que una campaña de prensa; más tarde se hablaría de la supuesta intervención de los servicios secretos españoles en la organización de aquel crimen, ya para amedrentar a la izquierda comunista, ya para poner en evidencia a los propios ultraderechistas. Sabe Dios… El hecho es que pocos años después, en Italia, varios ex militantes de la ultraizquierda y la ultraderecha prestaban su testimonio conjunto en un libro que hizo época y cuya conclusión era rotunda: toda la “estrategia de la tensión” que presidió los “años de plomo” en aquel país fue concienzudamente planificada, estimulada y agudizada por los servicios secretos del Estado para desviar la atención de la propia podredumbre del sistema [25]. Lo cual, visto cuanto ha ocurrido en Italia en los últimos diez años, no puede considerarse como una hipótesis sin fundamento.

    Lo que nos interesa retener es que este neofascismo de los años 60 y 70 —como, por otra parte, su gemelo ultraizquierdista de esa misma época— no fue, propiamente hablando, un fenómeno político, sino más bien sociológico: no generó grandes partidos, ni programas o proyectos que atrajeran la atención de los ciudadanos, sino que siempre cultivó deliberadamente zonas de marginalidad; nunca halló una proyección social extensa, sino que en la práctica se limitó a movimientos de carácter juvenil, por lo general universitarios, cuyos miembros solían abandonar el activismo al pasar a la edad adulta; su violencia, cuando la hubo —que no fue siempre—, tampoco respondió a una estrategia revolucionaria a largo plazo y con fines políticos determinados, sino que más bien pareció moverse al compás de ese aliento nihilista que es inseparable de los problemas de convivencia en las sociedades post-industriales. La etiología del neofascismo de los años 60/70, en fin, no es política, sino social. Y su lugar no es el del fascismo histórico, sino el de otro fenómeno histórico que recorre toda la trayectoria —social— de la modernidad: el nihilismo, es decir, esa negación radical, más visceral que intelectual, del orden común, y en cuyos márgenes aparece siempre el lumpen-proletariado del espíritu.

    Pues bien: si esto fue así en el caso del neofascismo de los años 70, mucho más lo es en el caso del “neonazismo skin”. Hay que insistir en un hecho que, a nuestro entender, es fundamental: el fascista de 1922, como el nazi de 1933, se identificaba con un movimiento que se presentaba a sí mismo como redentor, regenerador, emancipador, afirmativo; por el contrario, el “nazismo” que el skin conoce, y con el cual se identifica, no es el original, sino la imagen que de él nos ha llegado a través de los relatos de los medios de comunicación de masas, es decir, el nazismo como una religión maligna de la dominación, del crimen, de la violencia, del absurdo. El “nazismo”, especialmente en los últimos quince años, y en virtud del neoantifascismo antes descrito, se ha convertido en la Figura del Mal dentro de nuestras sociedades; de hecho, raro es el día en que no se emite una película donde el villano es nazi, como raro es el día en que no aparece una información —todavía hoy— sobre cualquier barbaridad cometida por los alemanes durante la segunda guerra mundial. Que un alemán fuera nazi en 193

  155. #0 el hijo del cura dice:

    y otro en versión “La biblia liberal en 10.000 cómodos plazos” que ni siquiera firma.

  156. #0 el hijo del cura dice:

    Y plasta, añado. Anónimo, tu estúpido corta-pega impide el diálogo.

  157. #0 Alex_R.I. dice:

    viva el spam!

  158. #0 Fabes dice:

    Socorroooooooooo

  159. #0 LouSalome dice:

    La ciencia-ficción no cabe en la Historia. No se puede comparar lo que pasa hoy con algo que no aconteció en el pasado y cuyas consecuencias por tanto desconocemos.

    Además ¿Quién justifica el fundamentalismo islámico? Yo creo que Blair o Bush. La izquierda, como yo lo entiendo, se opone a la muerte de víctimas inocentes en el mundo. Porque si los que muerieran fueran los que defienden sus intereses multimillonarios, creo que nadie diría nada. Pero que mueran soldados occidentales y orientales (carne de cañón), y población civil es inaceptable.

  160. #0 Anónimo dice:

    el internacionalismo jamas fue obrero en un sentido empirico, sino una ideologia de los señortios revolucionarios de origen burgues que maniulaban y dirigian los movimientos comunistas. existio una diferencia historica entre el obrerismo y el comunismo que la izquierda burguesa, que se autoproclama “proletaria” solo por el hecho de conocer mejor que nadie los intereses “autenticos” de la clase obrera, siempre ocultó. como afirma stanley paine, el fascismo es en parte “una respuesta populista y pragmatica de algunas ramas revolucionarias al hecho del caracter NO revolucionario, NO “internacionalista”, de las clases populares europeas”. el internacionalismo no es obrero, sino burgues, porque burgueses eran los ideologos y dirigentes de los partidos comunistas y socialistas. en el contexto europeo occidental, empiricamente ha sido mas proletario (mas exito electoral entre… )el fascismo y el nacionalsocialismo que el comunismo.
    el troll ignorante en materia de taxonomia politica, es obviamente, un tal hijo del cura

  161. #0 el hijo del cura dice:

    Pues sí, es muy fácil montar guerras para que otros mueran en ellas.

  162. #0 Gun dice:
  163. #0 Golam dice:

    Llevo los tres días de puente sobrecogido, dándole vueltas al tema, intentando comprender la espiral en la que nos vamos metiendo, y no puedo. La única justificación posible es que estan (estamos) en guerra y aquí -casi- todo vale. Tomando los métodos israelís de combatir el terrorismo nos va a ir mal, muy mal, sólo hay que observar la nula efectividad de la policia (y ejercito) israelí en su guerra contra el “terrorismo” con métodos terroristas, ¿cual es la diferencia? Unos matan inocentes en nombre de Alá y otros en nombre de la democracia. Blair es un impresentable, un cínico hipócrita, una basura.

  164. #0 el hijo del cura dice:

    En fin, si porque cortapegas tonterías te crees menos ignorante, con tu pan te lo comas, pero ahora va a resultar que los que crearon el fascismo no eran tan burgueses como los que crearon el socialismo. Las ideas en esa época es difícil que aparezcan en la clase obrera precisamente porque sus condiciones de vida les impiden dedicarse a filosofar, luego la cosa cambia. Pero lo importante no es quién es el que piensa que hay que mejorar las condiciones de los trabajadores (hay hasta miembros de la aristocracia), sino ese pensamiento.

  165. #0 JJ dice:

    Vale; estos liberalillos pseudohistoriadores…

    Pagados por el oro de Moscú, por fin recuperado, con tiempo y tiempo para postear prácticamente cada minuto, relevándose para ir a mear, esperando que se les acabe la beca. Son parte de la maquinaria pesada de esta ofensiva neocon.

    Lástima que lo que disfrazan de ideología vuestros burbujeantes “think tank” sólo tenga detrás la intención de perpetuar la guerra para colmar de dinero y poder a las poderosas industrias transnacionales.

    Y lástima por vosotros, que os lo creéis. Espero que no prevalezcáis, y que en un futuro vuestra conciencia os devuelva con creces el odio que estáis sembrando.

  166. #0 Golam dice:

    Somos víctimas potenciales de la policia democrática, perfil: moreno y con ropa sospechosa ¿?, ¿preparados para que en un viaje a UK nos metan unos cuantos balazos en la cabeza?

  167. #0 LouSalome dice:

    He leído detenidamente el artículo de Gómez y me parece bastante malo. En principio no se puede analizar de forma tan poco rigurosa un acontecimiento histórico. Como texto vale solo para los que piensen como él, pero no es científico. Hay demasiadas ideas subjetivas. Aparte de lo que he señalado antes, de que no se puede hacer ciencia-ficción.

    Pero cuando lees el texto estás esperando alguna explicación, que no da, de porqué estamos dónde estamos. O sea, que e su artículo se limita a decir que unos señores de izquierdas que cobran por hablar son tan simples que todo las causas las derivan hacia la Guerra de Irak. Para decir eso no hacía falta un artículo. Eso lo dicen ciertas personas todos los días en todos los foros. En realidad no aporta nada a la discusión.

  168. #0 el hijo del cura dice:

    Es mucho más ilustrativo, y también pone a caer de un burro a ciertos sectores de la izquierda que simplifican las cosas el artículo de opinión de Antonio Elorza en el Pais del 20 de julio. Al menos a mí me lo parece.

  169. #0 guntherian dice:

    Aun hay algunas mentes cándidas (por decir algo) que no ven como en el neofascismo se ha instalado entre nosotros. Quizá esta arsitculillo ayude a aclarar conceptor, o no.

    http://www.inicia.es/de/jzp/asuntos/hinchaspoliticos.htm

  170. #0 Miranda dice:

    Este sistema de resumen, tan de moda gracias a los Moas, es lo que necesitan para ideologizar sus posturas los que se mueven por fotosintesis.

    Comparto absolutamente el análisis de LouSalome, no aporta nada, pero ¿a quien le importa?.

    M.

  171. #0 Golam dice:

    guntherian, buen artículo, gracias.

  172. #0 Addie Bundren dice:

    Buenooooo, ahora qué dirá la izquierda española fetén (la nacionalista, of course…), cuando sepan que el resto de los participantes en “La torna” ha recriminado a Boadella que ni tan sólo les haya preguntado su parecer por la reposición de “La torna”…
    Ay, el manifiesto por un nuevo partido político… quién se acuerda de él…

  173. #0 Miranda dice:

    No se si Boadella la ha visto, lo dudo, en años, pero si yo fuera él procuraría no enfadar a Elisa Crehuet.

    uffffffff.

    Junto con su marido _el Guti_(que hace de poli bueno) son una pareja clave en la escenografía operística en España.
    Pifostio habemus…

    M.

  174. #0 Friky Martin dice:

    Los comentarios corta-pega nos han dejado a todos flashados?

    Es la hora del aperitivo?

    Nos han dejado K.O. 😉

  175. #0 Anónimo dice:

    si hijo del cura, si, por eso la izquierda humanista y el movimiento comunista ha exterminado, oprimido y explotado a millones de obreros y campesinos, convertidos en esclavos sacrificables propiedad del partido-estado, allá donde ha logrado montar sus chiringuitos. por eso la izquierda aun hoy dia aplaude la salvaje explotacion economica negrera del proletariado cubano, alquilado como esclavo a las multinacionales del turismo. el fascismo no ha torturado ni explotado tanto a sus proletariados nacionales; es mas , muhas de las medidas socioeconomicas del fascismo italiano fueron mantenidas e incorporadas por infinidad de paisses tras la posguerra, empezando por la propia italia, meidas keynesianas que la izquierda socialdemocrata que llego al poder en la posguerra copió del fascismo

  176. #0 el hijo del cura dice:

    Pero todavía sigues por ahí, hijo? Hay que joderse.

  177. #0 el hijo del cura dice:

    La izquierda, troll, lleva toda la vida moviendo el mundo. Si fuera por los conservadores o por los neoliberales seguiríamos en la Edad Media. Si ahora hay mucha más gente que disfruta de una vida digna que entonces es porque la izquierda ha luchado contra los inmovilistas pedorros como tú.

  178. #0 Alex_R.I. dice:

    hdc que te pierdes.

    Hablar de izqda y dcha en la Edad Media…ejém…vale que mola discutir y eso pero no sé…Carlomagno era facha o progre? y Sancho el Fuerte? O_o

  179. #0 el hijo del cura dice:

    Coño, es una forma de hablar. Que tú como estás en la playa no tienes que aguantar al troll mocoso este.

  180. #0 Alex_R.I. dice:

    Creo que es obvio que ahora no estoy en la playa…T_T 😛

  181. #0 elvis calatayud dice:

    HDC, ya se que que no todos los que pensamos como tú, somos unos trolls. Tú en cambio lo único que eres es bastante tonto.

    Que la izquierda marxista sólo ha generado más pobreza y mas desigualdad es constatable.

    …ahora saldrá el coro de perroflautas radical con K diciendo que no todo se valora en dinero y gilipolleces así

  182. #0 Miranda dice:

    Sí, y los derechos humanos son un logro de las derechas del mundo unidas.

    Hay veces que leo cosas que me recuerdan a esos discursos que echan las misses en concurso…

    Deseo la paz mundial y que se acabe la pobreza en el mundo gracias al capitalismo neoliberal…

    M.

  183. #0 bunhuelo dice:

    Buen hilo. Muchos mensajes basura pero cantidad justa de insultos. Bastantes argumentos.

    ¿Dónde hay que firmar para solicitar la expulsión del Reino Unido de la Unión Europea?

  184. #0 ddaa dice:

    Que alguien le enseñe a poner enlaces al hijoputa del corta-y-pega.

    Jesús Gómez cree en la versión de tebeo propagada por infinidad de películas de Hollywood sobre la batalla entre democracias y nazismo, pero olvida (o, lo más probable, no lo sabe) lo bien que fueron recibidos Hitler y Mussolini por las clases políticas y empresariales de Europa y EE UU. Los testimonios son incontables, y el apoyo de los inversores y de las grandes compañías, innegable. Por no mencionar las leyes eugenésicas norteamericanas, copiadas por Hitler al pie de la letra

    Profits über Alles! American Corporations and Hitler

    Luego, cuando el establishment le vio las orejas al lobo, decidió dar un giro de 180 grados y emprendió una de las campañas de propaganda más intensas de la historia para que la opinión pública aislacionista se transformara en intervencionista, objetivo que se cumplió a la perfección. Pero muchas de las armas que mataron a los GI’s estadounidenses venían, como en tantas otras ocasiones, de EE UU. “Fuego amigo”, le llaman.

  185. #0 Anónimo dice:

    Esta izquierda necesita sangre, y este Islam apoyos internacionales. No está mal pensado.

    Saludos.

    Daniel.
    _______

    No, hombre, ya estamos saciados con lo que organizó Zerolo el 11-M.
    Daniel, no has ido al siquiatra todavía. Por el bien de tu familia, hazlo cuanto antes.

  186. #0 prometeus dice:

    Bueno, parece ser que todos tenemos claro que que hay que acabar con el terrorismo islamico y por supuesto y mas importante con sus raices. Por lo que en Europa deberia perseguirse a todos aquellos islamistas que en nombre del Coran transgreden nuestras leyes. La opcion es clara, o se adaptan a nuestra cultura ECO (Europea civilizada Occidental)o sencillamente deben ser devueltos a sus paises de origen. No es posible tener entre nosotros a gente que degrada a la mujer, cree en la ablacion, mata a pedradas a su semejante o sencillamente es intransigente con quien no cree en ala. Y es obligacion de nuestros gobiernos no solo proteger nuestras vidas utilizando cualquier medio posible, sino proteger nuestra cultura y nuestra civilizacion asi como nuestro estilo de vida.

  187. #0 Anónimo dice:

    “A Manolo, por si crees que me ha pasado por alto:”
    D´´ificil mente

  188. #0 Anónimo dice:

    Quiero llamarme 33 X

  189. #0 ca´d dice:

    Para organizar cosas, una discípula mismamente, de mis sagradas enseñanzas.

  190. #0 Ramiro dice:

    El neocentrismo no solo es una filosofia de una sociedad con unos valores altisimos de calidad humana, es el camino de la nueva Jerusalen celestial plasmada en un pueblo en un modelo de sociedad que intento caminar y jamas le dejaron, ahora los piratas deven de sacar el valor que entonces no tuvieron en explicar a la sociedad como se engaña, se mata, se atemoriza, se envenena se miente, a costa de segir governando una parcela que jamas fue suya , pensar que solo son atministradores de una finca muy grande donde tienen titulos llenos de miseria y sangre, tan solo tienen que entregarlos tal y como estan manchados para que les den el perdon celestial.