1. Acepta la pena de muerte, incluso para algunos delitos distintos al asesinato.
2. Defiende el derecho de los ciudadanos a poseer armas de fuego.
3. No descarta el recurso a la guerra contra Irán (“haré todo lo posible”, dijo) para evitar que ese país fabrique la bomba atómica. (Es evidente que no es bueno que Irán llegue a tener la bomba atómica, como no lo es que la tengan Estados Unidos, Israel, Pakistán, Rusia, Francia, etcétera). Con ese “haré todo lo posible” Obama deja la puerta abierta a una guerra. Suena demasiado al embrollo de las “armas de destrucción masiva” de Irak.
4. Piensa que Jerusalén debe ser la capital “indivisible” de Israel, ninguneando la reclamación histórica de Palestina sobre esa ciudad.
5. Prometió retirar las tropas de EE UU de Irak, pero ya ha reculado y ahora condiciona dicha medida a la “seguridad” y la “estabilidad” de la zona.
Pese a todas estas tomas de postura, en España sigue habiendo mucho ingenuo que piensa que Obama es progresista y de izquierdas. El vicesecretario general del PSOE, José Blanco, ha apoyado públicamente a Obama. Es decir, ha apoyado a alguien que piensa todo lo de los cinco puntos anteriores…
Puede que el giro de Obama hacia la derecha pura y dura sea una estrategia electoral. Ésa es nuestra única esperanza.