Juan Carlos Escudier
Lo que ha dicho hoy Zapatero es lo que a algunos nos hubiera gustado escucharle el pasado 30 de diciembre cuando ETA echó abajo la T-4 de Barajas y mató a dos personas. Traducido al román paladino, lo que el presidente ha explicado es que, después de haberlo intentado con todas sus fuerzas, no ha habido manera de hacer entrar en razón a estos salvajes, algo que desde hace tiempo era una evidencia para todo el mundo menos para él.
(…) El anuncio del fin del alto el fuego permanente –alguien de ese mundo debería explicar una día qué demonios entienden por ‘alto el fuego’ y por ‘permanente’- es una noticia trágica para quienes llevan media vida mirando a diario los bajos de sus vehículos, aunque, políticamente, para el PSOE es un auténtica liberación porque deja al PP sin su único discurso. Se espera con expectación que Rajoy explique ahora en qué ha consistido la rendición del Gobierno o que la inigualable oratoria de Acebes nos describa qué ha obtenido Zapatero a cambio de sus genuflexiones.
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Manolo Saco
(…) En biología se conoce como “altruismo recíproco” la simbiosis de intereses formada por organismos de distintas especies, como ETA y el PP, como las flores que atraen con su néctar a las abejas para polinizar, como los búfalos y los tocos piquirrojos, comos las flores rojas tubulares y los colibríes, como los meros y los peces limpiadientes, como los tiburones y sus rémoras (esto último creo que ya lo había dicho)… Unos y otros se hacen el favor recíproco, aunque cada uno trabaje exclusivamente por su interés.
Y mientras la simbiosis procura bienestar y provecho tanto a los tiburones como a las rémoras de la política, el resto de los españoles nos sentamos a esperar a ver quién es el siguiente en la lista de los muertos. Y ese día se paralizarán todas las conversaciones, y nuevamente nos quedará el alma en suspenso, sin adjetivos nuevos para condenar los atentados. Cuarenta años de adjetivos gastados, de imaginación caduca en las frases de condena, de tristeza y de odio a partes iguales.
Y mientras llega la hora, os hago la gran pregunta. Os la sirvo cruda para que apreciéis en toda su extensión su textura repugnante, babosa, y su sabor amargo. Teniendo en cuenta que el Partido Popular cree a pies juntillas que perdió las elecciones del 14-M por culpa de los atentados de Atocha, ¿creerá, en consecuencia, que unos cuantos atentados de ETA serían la solución correcta para derribar a Zapatero y devolverles el poder? ¿Cuántos muertos creéis que necesita el PP para ganar las próximas elecciones? Es más, ¿con cuántos muertos se conformaría?
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“¡Cómo me van a decir a mí que si estoy votando al PSOE estoy votando a los terroristas! Si yo en los años ochenta iba a muchos funerales en el País Vasco por guardias civiles asesinados y nunca vi allí ni a Aznar ni a Mayor Oreja, ni a ninguno de éstos. Ni a Savater ni a ninguno. ¡Si allí nada más que íbamos Txiqui Benegas y yo! ¿Por qué? Porque entonces mataban a policías y a guardias civiles, y a algunos militares, y allí no aparecía nadie.
Eso sí, bastó que empezaran a matar a algún profesor de universidad, a algún periodista, y entonces ya algunos le vieron las orejas al lobo y empezaron a cambiar su actitud. Pero cuando mataban a guardias civiles en los años 80, que eran cien al año, y les sacaban por la puerta de atrás de los gobiernos civiles para que no se viera ni siquiera la caja del cadáver, a Fernando Savater yo no le veía nunca en un funeral. Sí le leí en el entonces diario ‘Egin’, de Batasuna, artículos diciendo que había que darle a los vascos el derecho de autodeterminación. (…) Ahora se viene de esta parte porque le amenazaron. ¡Bienvenido!, pero póngase por detrás, por favor, porque ponerse en primera fila molesta”.
Juan Carlos Rodríguez Ibarra, presidente de Extremadura, en una entrevista esta tarde en la Cadena SER (audio completo).
Aznar no está solo. Rajoy también se apunta al bombardeo y pide el voto para el PP “para defender la libertad y por la derrota de ETA”. El presidente del PP, ese legendario centrista liberal que cada día es más de extremo centro, quiere convertir las elecciones del domingo en un plebiscito sobre la política antiterrorista del Gobierno. Se equivoca de estrategia. Tachar a todos los que no votan PP como cómplices de ETA no sólo es una barbaridad injustificable. Es también un buen motivo para que mucho votante de izquierdas desencantado se anime a ir a las urnas. A la contra siempre es más sencillo.
Imagen, cortesía de Prohibido fijar carteles
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¿Una quiniela para el domingo? Salvo que Aznar desequilibre más frentes -a favor del PSOE-, los principales campos de batalla son dos, Baleares y Navarra, dos comunidades del PP donde el PSOE podría gobernar por medio de alianzas. También es posible que los socialistas consigan un milagro -ganar en Valencia- y también el gobierno de Canarias, ahora en manos de Coalición Canaria. Puede que Rajoy se enfrente a un resultado donde el PP suba en votos pero pierda en poder, la botella medio llena o medio vacía de toda noche electoral.
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La otra duda para el domingo es Madrid. No, no hay misterio alguno sobre el resultado: ganará el PP con mayoría absoluta tanto en la Comunidad como en el Ayuntamiento. La intriga está en cuál de los dos candidatos -Gallardón o Esperanza- consigue la victoria más aplastante, una medalla que sirva como aval para dirigir el PP después de Rajoy. Desde este punto de vista, el servicio de Miguel Sebastián está siendo impagable.
“Tenemos una gran oportunidad de hacer descarrilar la negociación de Zapatero y ETA. Los únicos que la pueden romper son ETA o los españoles. Es muy importante que seamos los españoles quienes hagamos descarrilar esta negociación.
Nunca un Gobierno de España ha negociado políticamente con los terroristas. Lo inmoral sería el silencio, por nuestra parte.”
Jaime Mayor-Oreja, eurodiputado popular, en la COPE.
La primera regla de los contactos con ETA es que no se habla de los contactos con ETA.
La segunda regla de los contactos con ETA…
Juan Carlos Escudier
El icono de la izquierda abertzale ha dejado de ser el cuarto espacio intercostal del malnutrido De Juana, que engorda y pasea con regularidad kantiana, y su lugar ha sido ocupado por la silueta de una abuela asaz revolucionaria que se llama Cristina, o sea Kristina, que es la que preside puño en alto todos los carteles electorales de Acción Nacionalista Vasca (ANV). La señora en cuestión, al parecer, es la madre de Pakito Arriarán, un etarra, sobrino e hijo de pelotaris, quien, después de escapar de un cerco policial, viajó a El Salvador para hacer la revolución con el FMLN. La leyenda abertzale cuenta que, rodeado su grupo por el Ejército, el héroe vasco convenció a sus compañeros para que le dejaran atrás con unas pistolas y una granada y escaparan. Pakito murió acribillado a balazos en septiembre de 1984 y ocupa ya un lugar preferente en el panteón de gudaris ilustres.
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