abr 21 2009
Todo lo que sube, baja
Y la burbuja inmobiliaria española, a pesar de los últimos datos, aún le queda mucho por bajar. No sean pesimistas: siempre nos quedará Hungría.
abr 21 2009
Y la burbuja inmobiliaria española, a pesar de los últimos datos, aún le queda mucho por bajar. No sean pesimistas: siempre nos quedará Hungría.
mar 27 2009
“Cuanto más cerca está el poder del objeto de decisión, más corruptelas”, decía hace unos días Antonio Orejudo a cuenta de los chanchullos medioambientales de la Junta de Andalucía en el Cabo de Gata. No creo ni mucho menos que la norma sea aplicable en todos los casos, pero sin duda en algunos la regla Orejudo funciona. Han tenido que ser los políticos más lejanos, los del Parlamento Europeo, los que denuncien por tercera vez los horrores del urbanismo salvaje en España.
El contundente informe aprobado ayer por la Eurocámara describe un escenario de corrupción generalizada y señala a “todas las administraciones, central, autonómicas y locales” como “responsables de haber puesto en marcha un modelo de desarrollo insostenible” de gravísimas consecuencias. Incluso duda de la capacidad de los tribunales españoles para poner freno a una situación que sólo se ha frenado con la crisis, pero cuyas consecuencias, como cicatrices de ladrillo sobre nuestra costa, siguen ahí.
El Parlamento Europeo arrancó este informe como consecuencia de las denuncias de decenas de ciudadanos europeos afectados por los efectos indeseables del ladrillazo. Entre ellos, muchos británicos y alemanes que compraron una spanish villa para después descubrir que estaba levantada en un terreno rústico. También cuestiona la legalidad de la perversa figura del “agente urbanizador“, ese invento valenciano que permite urbanizar a empresas privadas con contactos políticos incluso si los propietarios del terreno no lo desean.
En los años dorados del ladrillo, los agentes urbanizadores se convirtieron en la quintaesencia del pelotazo, pues ya ni siquiera era necesario tener suelo para especular con las urbanizaciones: bastaba con dinero, buenos abogados y contactos políticos para presentar un plan urbanístico sobre una zona y a continuación expropiar a los dueños del terreno, obligados por ley a vender por cuatro duros. Entre los textos más esclarecedores sobre cómo funciona este mecanismo en Valencia, os recomiendo especialmente la lectura de esta denuncia que presentó hace años en Europa el abogado José Crespo, una de las víctimas de estos abusos.
El informe aprobado por la Eurocámara “insta al Gobierno español a realizar un debate público (…) que permita tomar medidas legislativas contra la especulación y el desarrollo insostenible” e incluso pide a la Comisión que retire los fondos de ayuda europeos a España hasta que no tome medidas al respecto. No se hagan ilusiones, nada va a cambiar tampoco esta vez. La respuesta de los eurodiputados del PSOE y PP ha sido mirar hacia otro lado. Unos han votado que no, otros se han abstenido. Todos seguirán como si tal cosa.
oct 11 2008
jul 17 2008
Algunos confidenciales y medios están insinuando que el gobierno prometió ayudar al empresario si éste no lanzaba la polémica a los medios de comunicación antes de las elecciones.
Sea o no verdad el negociado electoral, es interesante imaginar la de visitas que tuvo que recibir el Presidente del gobierno en las semanas previas a las elecciones con amenazas similares.
Eleconomista.es cuenta una de aquellas reuniones:
Fernando Martín, presidente de la recién fusionada Martinsa-Fadesa, consigue una reunión con Moncloa. Necesita ayuda urgente para evitar el concurso de acreedores que acecha a su compañía, ante la incapacidad de hacer frente a los 4.100 millones de euros que solicitó el empresario vallisoletano para adquirir Fadesa.
Por esas fechas, finales de 2007, Martín ya sabía que iba a ser incapaz de pagar los 362 millones de euros que debía desembolsar como amortización del crédito.
[…] Martinsa-Fadesa necesitaba refinanciarse o se vería abocada a presentar el concurso de acreedores. Un drástico final que amenazaba con saltar a la luz justo antes de la llamada a las urnas. Y el Ejecutivo no podía consentirlo.
Ya sea por este motivo, o por responsabilidad política, de aquella reunión en Moncloa Fernando Martín se marchó con el compromiso del Gobierno de que iba a recibir un crédito del ICO, que le ayudaría a renegociar su compleja situación financiera…
Sí. Fernando Martín, debe de estar pasándolo fatal.
jun 10 2008
Las constructoras piden al PSOE que no intervenga en el mercado de la vivienda
MERCEDES GOMEZ- El Mundo. 31 de marzo de 2004MADRID.- La llegada al Gobierno del PSOE y su prioridad de poner en marcha un «plan de choque» para resolver la carestía de la vivienda – cuyo eje central es la promoción del alquiler- ha disparado las alarmas en el sector de la construcción. Las propuestas electorales de los socialistas para atajar este problema han despertado la inquietud de las empresas constructoras, que ayer hicieron pública su postura al respecto. Así, el presidente de la patronal Seopan, Enrique de Aldama, solicitó al nuevo Gobierno que su política de vivienda «no intervenga en el libre mercado» y que respete el juego de la oferta y la demanda para no romper el dinamismo de la actividad inmobiliaria.
Aldama, que lanzó este mensaje al futuro Ejecutivo aprovechando la presentación de resultados del sector en 2003, resaltó el papel de la construcción como motor de la economía para advertir al PSOE que «debe tener en cuenta al sector en todas las medidas que tome». Y subrayó que el sector creció un 3,9% en 2003, aporta el 17,7 % del PIB y da empleo a casi dos millones de personas (el 11,9% de la población laboral nacional). Más
Liberalismo a la española: los beneficios son míos; con las pérdidas, vamos a medias.
Visto en Menéame
feb 18 2008
ene 04 2008
El paro ha registrado en 2007 el mayor aumento en cinco años. La mitad de los nuevos desempleados proceden de la construcción. El 40% de los que han perdido el trabajo son inmigrantes… Estas cifras no sólo suponen un problema personal y económico para esos seres humanos. También social. Son el caldo de cultivo para más exclusión social, marginalidad y radicalización del discurso xenófobo. A esta coyuntura se suma la subida de precios y la pérdida de confianza de los consumidores.
El PP sale ahora en tromba contra el Gobierno para decir que la política económica ha fracasado. Sí, y seguirá haciéndolo, pero no es sólo la política económica de este Gobierno, sino de todos los anteriores. Todos los Gobiernos de la democracia han apostado siempre y en primer lugar por una fórmula hasta ahora mágica: ladrillo+sol+playa.
La construcción mueve un mundo de plusvalías, comisiones, y empleos directos e indirectos: canteras, fábricas de material, transportes, electricistas, fontaneros, intermediarios… Si se para la construcción, en España, se para todo. Irlanda era un país más pobre que España en 1986, cuando ambos entraron en la entonces Comunidad Económica Europea (hoy Unión Europea). (Corrección, España entró en la UE en 1986, Irlanda en 1973. En los años 80 ambas tenían parecidas cifras macroeconómicas) Desde entonces, Irlanda ha apostado por la investigación y el desarrollo; ha apostado en basar su economía en el conocimiento. Hoy sus cifras económicas son excelentes.
España, en cambio, y gobierne quien gobierne, ha basado su economía en el pelotazo, el dinero fácil, la comisión, los márgenes de beneficio escandalosos y en cortar el grifo de los sueldos de los trabajadores. Encima la productividad sigue por los suelos: somos el país del café, copa y puro. De las comidas de dos horas, del llegar a casa a las diez para no tener que bañar a los niños. El país del corto plazo y la improvisación. El país del patxarán después de cada comida y del BMW sea como sea.
Ahora nos pilla el toro y el PP querrá aparecer, de cara a las elecciones, como el salvador de la patria, cuando ha sido el enterrador jefe del cementerio. Al PP le viene de perlas esta coyuntura económica. Tras el fracaso de su estrategia electoral basada en la crítica a la política antiterrorista del Gobierno, ahora por fin han mordido en zona descubierta. “Es el ladrillo, estúpidos: hay que decirle a la gente que con la burbuja inmobiliaria estábamos mejor”. Esta frase retumba estos días, seguro, en los gabinetes de estrategia electoral de los dos grandes partidos.
Asistamos, con regocijo, al “populismo del ladrillo” que ha empezado a desarrollar el PP y al que, quizá, se sume el PSOE.
[Este post se publica simultáneamente en La Fragua]
oct 20 2007
De tanto esconder el problema, ha aparecido bajo la alfombra una ciudad más grande que Soria, más grande que Teruel. Ya no hay quien lo barra. El poblado chabolista de la Cañada Real tiene 40.000 almas y pocas iglesias –hay una parroquia católica, una mezquita y un templo evangelista–. A falta de catedral, la torre más alta es la chimenea de la incineradora de Valdemingómez. En vez de autobuses, circulan los camiones de la basura, que cruzan la calle principal a todas horas. Toda la mierda de Madrid pasa por allí, camino del infierno, camino del fuego de la incineradora. En lugar de la escuela está la calle.
Si pudiesen votar las 40.000 personas que allí viven, tendrían derecho a un par de diputados. Ni siquera tienen un alcalde. El estirado recorrido de esta ciudad lineal del tercer mundo se reparte entre tres ayuntamientos: Madrid, Rivas y Coslada. Alberto Ruiz Gallardón la engordó con su plan contra el chabolismo, una mera operación estética que no acabó con el problema: sólo lo alejó del centro de la villa que quería ser olímpica. Mientras las excavadoras se comían los viejos poblados chabolistas de La Rosilla, Pitis o Las Barranquillas, la Cañada Real crecía con los expulsados. En mayo de 2004, tras el derribo de uno de estos poblados, fue el mismísimo Ayuntamiento de Madrid quien puso los tablones de madera y la uralita para levantar el último ensanche de esta urbanización de la miseria. Fue en un solar lleno de basuras, en primera línea de vertedero, frente a la incineradora. Los técnicos del Ayuntamiento no sólo llevaron el material: también delimitaron las parcelas para los realojados. Que no se diga que el alcalde no vela por un urbanismo responsable.
Ahora la Cañada explota y no es de nadie. Fue de la Mesta, del viejo concejo de los ganaderos trashumantes de Castilla que muchos siglos atrás dominó la economía de la península. El Paseo de la Castellana también formaba parte de la misma red de enormes vías para los rebaños de ovejas. Ahora los desheredados son huérfanos. Gallardón prefiere esquivar el tema, a pesar de que algunos de los vecinos pagan desde hace años sus impuestos municipales. Esperanza Aguirre también mira hacia otro lado y se olvida de que la gestión de las cañadas es cosa de la Comunidad de Madrid, es cosa suya.
Dicen algunos policías que la batalla campal del jueves no fue para tanto, que sólo fue noticia de portada porque ese día estaba allí la tele, que no es la primera vez que pasa, que no será la última. Vivimos en un país donde una favela puede ser más grande que una capital de provincia sin que nadie se entere si no sale en los telediarios. Hasta esta semana, sabíamos más de los suburbios de París o de Río de Janeiro que de los nuestros. Mañana lo olvidaremos. Ellos seguirán allí, aunque no miremos.
——————
Fe de erratas: en el artículo original decía que no hay ninguna iglesia católica. Sí la hay: la parroquia de Santo Domingo de la Calzada. Siento el error.
oct 03 2007
jul 13 2007
Siempre que sea edificable: Una constructora tira al vertedero los restos humanos de un cementerio de Albacete para edificar viviendas. Yo esta peli ya la he visto y sé cómo acaba. ¡Es Poltergeist!
Gracias, Antonio
abr 12 2005
De las ministras del Vogue a la ministra de Ikea. Es cierto que uno no elige a sus fans. Pero Maria Antonia Trujillo se lo estaba buscando.
abr 12 2005
Sólo se transforma: “La dignidad no se mide en metros cuadrados. Lo importante es que una vivienda sea adecuada a las necesidades de los ciudadanos”, dice María Antonia Trujillo en un desafortunado intento de arreglar la metedura de pata de ayer. Ya que eliminamos el metro cuadrado como baremo, ¿cómo se mide la dignidad de los pisos?
La ministra de la semana lo explica como si fuese una miss: “La Constitución dice que una vivienda tiene que ser digna y adecuada. Una vivienda que es adecuada para las necesidades de los ciudadanos es la vivienda digna y adecuada que dice la Constitución”. Y la paz en el mundo.
Relean otra vez el trabalenguas constitucional de Trujillo, que tiene trampa. Les quito la paja: “Una vivienda adecuada es digna y adecuada”. Aceptemos armario como solución habitacional, pues dos metros cuadrados son más adecuados que el banco de un parque. Indigno es el que dice tonterías.