jun 08 2009
La crisis de la izquierda
El que no se consuela es porque no tiene ejecutiva federal. Hoy, en sendas reuniones, los derrotados encontraron los culpables. El PSOE lo tiene claro: ha sido la crisis (ahora ya la llaman así). En Izquierda Unida están satisfechos: del suelo de 3,77% de los votos de las generales de 2008 –su peor dato en toda la historia– han pasado al semisótano del 3,73% de las europeas. Se puede ver por el lado bueno: apenas han retrocedido y, lo más importante, IU mantiene sus dos eurodiputados. Pero el análisis autocomplaciente cojea cuando se cruza con las supuestas causas del descalabro anterior: en teoría, IU se había desangrado en las generales por el voto del miedo, por el voto útil, por el voto injusto de la ley electoral… Por un montón de factores que no se daban en las europeas.
Ahora que sabemos que el linier es inocente, ¿a quién culpar de la derrota de la izquierda? No es un problema de IU: al PSOE le ha ido aún peor y la sopa de letras a la izquierda de la izquierda compite en intrascendencia con la Falange o el CDS. No tiene nada que ver con el desgaste de gestionar la crisis económica desde el Gobierno: Merkel, Sarkozy y el césar Berlusconi ganan y mandan. Tampoco es un problema español: de hecho, el PSOE puede presumir (hay quien incluso lo hace) de ser el partido socialista que mejor aguanta el chaparrón en toda Europa. El que no se consuela es porque no sabe torturar una estadística hasta que confiese tu verdad. La realidad es sarcástica: la gran crisis del capitalismo ha llegado a deshora. La historia le ha dado la razón a la izquierda justo después de que ella misma se autoconvenciese de que el mundo era inexorablemente de derechas.