Escolar.net

María Dolores de Cospedal, 4 de noviembre de 2011.

Mariano Rajoy, 10 de noviembre de 2011

Soraya Sáenz de Santamaría, 16 de marzo de 2012

Mariano Rajoy, 17 de marzo de 2012

Esperanza Aguirre, 28 de febrero de 2011.

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2 de julio de 2012. Entra en vigor el copago sanitario.

Imaginen por un momento que el proyecto de Eurovegas es una enorme mentira, que el multimillonario Sheldon Adelson en realidad no tiene un duro, que es un actor a sueldo de Michael Moore o de Sacha Baron Cohen o de Jordi Évole. Imaginen que detrás de todo este circo no hay una multinacional del juego, sino un equipo de guionistas: un grupo de locos y activistas que tuvo la idea genial de rodar un documental con cámara oculta para denunciar la verdadera cara de Españistán y poner a prueba la solidez democrática del país. Imaginen que el show de Adelson es un imaginativo programa de televisión o una película de esas que mezclan realidad y ficción: una provocadora forma de enseñar lo que sucede en los despachos del poder de este país que un día soñó con ser verdaderamente europeo y que ahora se conforma con ganar la Eurocopa; una monarquía bananera donde las leyes están en venta y, cuando un millonario pregunta por el precio, los poderes públicos se sientan abiertamente a negociar; un Estado dispuesto a permitir que un millonario haga aviones de papel con su legislación a cambio de algo de inversión internacional de dudoso origen y aún más dudosa rentabilidad.

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Una hipótesis provocadora, tal vez equivocada: los actuales años de crisis –los que llevamos y los que están por venir– van a transformar la estructura social, cultural, económica, mediática y política de España del mismo modo en que lo hizo la Transición. Al igual que el lustro entre 1975 y 1980 marcó la evolución del país durante casi tres décadas, el periodo de la crisis (2008, ¿2013?) va a sentar los cimientos sobre los que se construirá la España de los próximos años. No sabemos si el cambio será a mejor. No está claro tampoco qué sobrevivirá del modelo anterior. Lo que sí es evidente es que todo está en juego: los partidos, la monarquía, el Estado autonómico, la justicia, los sindicatos, la prensa e incluso la propia moneda en la que pagaremos los platos rotos que estos años nos van a dejar.

Una maldición china: ojalá vivas tiempos interesantes. En ello estamos ya. Los años de la crisis van a ser lo más parecido a una guerra que padecerá nuestra generación, tanto por su abrasiva destrucción como por la previsible reconstrucción que en algún momento llegará. Este periodo marcará un antes y un después porque se juntan varios factores que empujan a una gran transformación: una revolución más que una simple reforma. No solo es una crisis que destroza el modelo económico –el de la burbuja inmobiliaria– sobre el que se levantó el cuestionable milagro español. No solo es el naufragio del euro, un edificio en ruinas que no sabemos si colapsará. No es simplemente una reestructuración del papel del Estado en la economía, ese anoréxico al que se quiere hacer adelgazar. También es una revolución tecnológica, una nueva moral, una guerra generacional y un cambio en la distribución de la riqueza con ricos más ricos, pobres más pobres y una devaluada clase media que nunca disfrutó de una verdadera redistribución de la riqueza, que vivió un espejismo de crédito barato que ya no existe, y que ahora descubre cuál es su verdadero lugar en esta sociedad.

El fin de la Transición es un proceso que lleva en marcha desde hace cuatro años, desde que la caída de Lehman Brothers en 2008 marcó el inicio de esta pesadilla. Pero es ahora, en estos últimos meses, cuando el momento clave puede llegar. La crisis económica es como una sequía que ha dejado el embalse sin agua hasta mostrar el fondo del pantano, la basura que la lluvia de los buenos años ocultó. Ha derivado en una crisis institucional que corroe las bases del modelo actual. Algún día se saldrá del túnel, pero esa metáfora se suele interpretar mal. Muchos creen que volveremos a la luz por por el mismo sitio por el que entramos, que será un regreso a la España de 2007.Pero del túnel siempre se sale en otro lugar.

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Publicado en Más Público, que hoy estrena web y un nuevo número impreso. ¡Suerte!

Guarden esta foto para la historia. Ahí los tienen, tan contentos. De los siete, cuatro eran militantes del PP. Solo uno contaba con formación financiera. Son los siete magníficos, los siete fundadores de Bankia, los siete genios que nos han dejado en herencia un inmenso agujero a repartir a escote entre todos los contribuyentes. Hoy BFA –la matriz de Bankia– vale menos que nada: menos 13.635 millones de euros.

Para los que se pierden con los grandes números. 13.635 millones son:

• 30 veces más que lo que Sanidad ahorrará con el medicamentazo (440 millones de euros).
• 82 veces más de los recortes en becas para este año (122 millones).
• 71 veces más que los recortes a la minería (190 millones)
• Mas del doble de lo que el Estado recaudó con la última subida del IVA (6.500 millones).
• Casi nueve veces más de lo que ahorró el Gobierno de Zapatero con la congelación de las pensiones (1.530 millones).
• 24 veces más de lo que el Estado ha recaudado en los primeros cinco meses del año con la última subida del IRPF (559 millones).
• 2,2 billones de las antiguas (o futuras) pesetas.
• 290 euros por español, niños incluidos.

Estos 13.635 millones de euros no son el único agujero. A esta cifra hay que sumar el robo que supone para toda la sociedad que haya quedado también arruinada la obra social de las cajas, algunas de ellas centenarias.

Un aplauso para los siete magníficos. Se lo han ganado.

Perdonadme el retraso, pero las preguntas han sido muchas más de las esperadas. He intentado contestar el máximo posible, eliminando solo las cuestiones redundantes. Mil gracias por vuestro interés.

Pedro L. Merino: ¿Solo información política y económica? ¿No habrá ciencia, tecnología, cultura…?

Por supuesto que la habrá. eldiario.es va a ser un medio de comunicación digital especializado en política y economía, en su sentido amplio. Y en ese “sentido amplio” la cultura, la ciencia y la tecnología son ejes fundamentales: no entendemos la política solo como lo que pasa en el Parlamento (últimamente no pasa demasiado por allí), sino como lo que sucede en la sociedad. Sobre cultura van a escribir –entre otros– Antonio Orejudo, Rafael Reig y la gente de Hotel Kafka, que van a publicar una revista cultural online dentro de eldiario.es que seguro que será muy diferente a las tradicionales. En cuanto a la información de ciencia y tecnología, van a colaborar con nosotros los amigos de Materia: el equipo de la sección de Ciencias de Público.

José Rosales. ¿Habrá investigación o el medio estará más enfocado a la opinión y el análisis?

Habrá investigación e información propia. No queremos ser otro medio más lleno de teletipos de última hora ni tampoco un diario de opinión. Queremos dar noticias propias y también vamos a separar de forma escrupulosa la información de la opinión. Por ahora, en el blog de Zona Crítica, hay mucha más opinión que información (el formato lleva a ello). Pero cuando eldiario.es esté a pleno funcionamiento, en septiembre, será justo al contrario.

L.G. ¿Informaréis acerca de ‘ruedas de prensa’ en las que no se admitan preguntas?

Dependerá de cada caso. Hay ocasiones en las que creo que hay que informar, incluso si la fuente se ha negado a contestar a los periodistas. Pero lo que sí haremos es añadir una ficha técnica a nuestras noticias más importantes donde explicaremos al lector de dónde sale la información y algunos detalles más para aclarar su fiabilidad: si la rueda de prensa tuvo o no preguntas, cuántas fuentes se han consultado, quién se ha negado a contestar, si alguno de las personas o empresas nombradas en la información tienen relación con eldiario.es… Creemos en la transparencia y en la trazabilidad de la información: que los lectores puedan comprobar por sí mismos el origen y la calidad de cada información.

aec13. ¿Se plantea que pueda tener una versión en papel semanal?

eldiario.es va a ser un diario puramente digital, sin edición impresa. No descartamos salir más adelante en papel con periodicidad mensual o semanal, pero no creo que tal cosa vaya a pasar pronto. El papel encarece muchísimo los costes y a medio plazo preferimos invertir en periodismo de investigación, enviados especiales o periodismo de datos que en rotativas y bobinas de papel.

Raúl López Tocci. ¿Cuáles serán los principios sobre los que se basará eldiario.es?

Los contamos en nuestra carta de presentación: queremos dar voz a tantos ciudadanos en España que se ahogan ante una oferta informativa cada día menos plural, cada vez más monocorde y asfixiante. Estamos con la libertad, con la justicia, con la solidaridad, con el progreso sostenible de la sociedad y con el interés general de los ciudadanos. Defendemos los derechos humanos, la igualdad y una democracia mejor, más transparente y abierta.

Suevo: ¿Cuál es vuestro posicionamiento sobre las diferentes realidades culturales que hay en España? ¿Sobre idiomas “periféricos”? ¿Será eldiario.es un periódico solo madrileño?

No vamos a ser un diario madrileño al uso. Tendremos una redacción central en Madrid pero no será la única sede. eldiario.es contará pronto (no en el arranque de septiembre pero sí poco después; estamos trabajando en ellas ya) con ediciones en Cataluña, Valencia, Galicia, País Vasco, Andalucía… En algunas de estas ediciones no solo informaremos en castellano.

Suevo: Considerando que un medio que empieza no podrá tener corresponsales sobre el terreno: ¿cuál va a ser el posicionamiento de El Diario con respecto a las noticias internacionales?

No vamos a tener una sección de internacional tradicional, al menos en los primeros meses, pero sí tendremos una serie de artículos y pequeños rincones de información internacional que solo podrás leer aquí. Habrá un blog de Carlos Elordi con una revista de prensa internacional. También estará el blog de Jordi Pérez Colomé, Obamaworld, y el de Iñigo Sáenz de Ugarte, sobre política internacional. Y contaremos con Olga Rodríguez, especialista en Oriente Medio y norte de África, que será enviada especial a países como Egipto. No daremos todas las noticias de internacional, pero sí habrá algunas perlas que solo podrás encontrar en eldiario.es.

Chromic. ¿Leeremos a Doña Espeonza Fuencisla Aguirre Gil de Biedma, condesa de Murillo y grande de España?

Tendremos algo mejor: un blog de la auténtica @EspeonzaAguirre que se llamará “El teléfono de la Espeonza” y que seguro os gustará.

Anac. ¿Cómo se puede colaborar?

Hemos abierto una dirección de correo para aquellos que quieren colaborar con nosotros: contacto@eldiario.es. Sin embargo, están llegando tantísimos correos que estamos saturados y no hemos podido revisarlo todo aún. Os pedimos paciencia si habéis mandado una propuesta allí.

Javier. ¿De dónde surge la financiación para lanzar eldiario.es?

Gran parte del capital lo aportamos algunos de los periodistas que estaremos en la redacción porque creemos en el proyecto y en su viabilidad. Yo me voy a jugar gran parte de mis ahorros. La mayoría de los periodistas que apostamos por eldiario.es hemos rechazado otras ofertas de trabajo para lanzar este medio porque nos mueve una ambición: comprar nuestra libertad, reivindicar nuestro oficio, ser dueños de la redacción en la que trabajamos y garantizar así que la línea editorial es independiente y no responde a intereses ocultos. También contamos con varios inversores particulares, amigos personales que ponen algo de dinero porque comparten la necesidad de un medio como eldiario.es. No hay detrás ninguna gran empresa ni ningún gran grupo editorial, pero entre varios hemos juntado el dinero suficiente como para que eldiario.es vaya a ser un medio sólido y con los fondos suficientes como para ofrecer una información de calidad.

Paco Elvida. Es muy alentador la salida de un nuevo diario que va a ser crítico con el poder. Pero, ¿cómo haréis para que el proyecto sea viable económicamente?

Con una gestión prudente. Necesitamos ser solventes económicamente para ser libres y garantizar la continuidad del proyecto. Todos los redactores y colaboradores que informen en eldiario.es van a cobrar por su trabajo, pero nuestros sueldos (empezando por el mío como director) van a ser modestos en el arranque. Hemos ajustado al máximo los costes de lanzamiento para garantizar nuestra independencia porque creemos que el hueco editorial está clarísimo, pero también somos conscientes de lo difícil que va a resultar cuadrar las cuentas en plena recesión. Salimos en el peor momento económico posible, pero en el mejor momento periodístico.

Manuel Hdez. ¿Tenéis pensado alguna fórmula para que los anunciantes no terminen controlando de forma indirecta el contenido?

Sí. En eldiario.es vamos a tener dos vías de ingresos: la publicidad y los lectores. Cuanto más dependamos de la segunda, menos dependeremos de la primera. Pronto os podréis hacer socios de eldiario.es. Será una pequeña aportación: cinco euros al mes. Pero nuestros socios no pagarán para que solo ellos puedan leer nuestras noticias, sino para que nuestra información sea independiente, libre y accesible. Las noticias en Internet cuestan lo mismo cuando las leen mil personas que cuando son un millón. Queremos llegar al máximo posible de ciudadanos porque creemos que hoy es necesario un medio como eldiario.es y que esa información no puede ser solo para aquellos que la puedan pagar. Hay experiencias recientes –algunas las hemos vivido en primera persona– que nos cuentan que, mientras el dinero se acumula en una parte ideológicamente muy definida del espectro mediático, para otro tipo de proyectos es más complicado conseguir la financiación tradicional suficiente para sostenerse. Por eso, y para garantizar la calidad de nuestra información, no queremos depender solo de la publicidad.

Los socios tendrán también algunas ventajas, un pequeño reconocimiento por su ayuda: podrán leer algunos artículos antes que el resto de los lectores, contarán con espacios especiales de participación y también podrán reunirse periódicamente con la redacción para transmitirnos sus impresiones e inquietudes, y debatir en persona con los periodistas el rumbo editorial de eldiario.es.

David Prosopopey. Lo primero, quiero felicitar a todo el equipo de colaboradores de Zona Crítica. Sois agua de mayo en este compás de espera. Ignacio, entiendo que este espacio de pensamiento e información crítica se mantendrá una vez abráis Eldiario.es (me parece esencial). ¿Es así?

Zona Crítica continuará, sin duda, aunque de otra manera. En el futuro será nuestro espacio para tribunas. Todos los autores que hoy escriben allí seguirán en eldiario.es, pero la mayoría de ellos publicarán con mayor periodicidad y lo harán en sus propios blogs, dentro de eldiario.es.

Pipo. ¿Cuánto pagan?

Relativamente poco, comparado con los sueldos que se pagaban en periodismo hace pocos años. Pero vamos a pagar a todos los periodistas y redactores que escriban en eldiario.es porque, además de prudentes en los gastos, queremos ser profesionales. Creemos que el buen periodismo no puede ser un voluntariado. Exige un tiempo, un esfuerzo y una dedicación, y los periodistas, como cualquier trabajador, tienen vicios caros: dormir en una cama bajo techo, comer caliente todos los días…

Ferrán Ferri. ¿Cuáles son vuestras espectativas para el primer año, tanto de audiencia, como tráfico, etc?

Las pruebas que estamos haciendo con Zona Crítica no pueden ir mejor. Aún no hemos salido formalmente y ya estamos por encima del millón de usuarios únicos mensuales. En el plan de negocio esperábamos una cifra así para final de año, pero es obvio que vamos a estar por encima si solo con tres o cuatro artículos diarios ya logramos esos números. En dos años, el objetivo es ser el diario digital puro –sin edición papel– de mayor audiencia.

Adrián ¿Qué es lo que más ilusión te hace?

Tres cosas: el reto de inventar algo nuevo, volver a dirigir un proyecto compartido y la independencia que vamos a tener. Va a ser la primera vez que sea director de un medio del que también sea uno de los dueños. Tras el cierre de Público, tuve varias ofertas para seguir trabajando por cuenta ajena en otros diarios, para transplantar mi columna a otra cabecera. Económicamente aquellas ofertas eran mucho mejores, pero me decidí por lanzar eldiario.es porque creo que este medio de comunicación es necesario, porque estoy convencido de que es el momento y porque, personalmente, no tengo edad para dedicarme en exclusiva a la columna, la tertulia, la conferencia… He hecho una carrera muy rara, muy rápida, pero no tengo ganas de jubilarme: a los 36 años no tengo edad para llevar vida de exdirector de diario. Habría sido mucho más cómodo seguir en el periodismo de opinión, seguro que trabajaría menos y ganaría más. Pero sin duda con eldiario.es disfrutaré profesionalmente muchísimo más.

Periodista Aficionado: ¿Cuál será vuestra política respecto a los becarios?

Vamos a tener varias normas al respecto: serán solo un pequeño porcentaje en la redacción, estarán pagados, entrarán por convenio con universidades, tendrán un tutor que se hará responsable de su formación, no ocuparán el puesto de un redactor (pero tampoco serán los que traigan el café) y su beca como tal no se prolongará en ningún caso más allá de lo que estipule el convenio con su universidad.

Ferrán Ferri ¿Qué política de licencias tendréisp para los artículos? ¿Serán Creative Commons?

Sí, la mayor parte de los contenidos de eldiario.es estarán bajo una licencia Creative Commons by-sa. Sin embargo, algunas de las cosas que publiquemos de terceros (principalmente las fotos y vídeos de agencia) estarán bajo su propia licencia, normalmente copyright.

JorgeLB. En su día Público eliminó los anuncios de prostitución. ¿Qué medidas éticas (tanto social, económica como medioambientalmente) se han propuesto para ElDiario.es?

En eldiario.es lo ético no será una parte accesoria a nuestro trabajo sino un referente constante. Vamos a contar con la colaboración de organizaciones con las que compartimos valores, aunque no siempre tengamos que estar de acuerdo, para que nos ayuden a abrir eldiario.es a diferentes sensibilidades, para generar comunidades y aprender en ellas. No solo en cuanto al contenido sino mucho más. Colaboraremos con varias ONG, colectivos de investigación del procomún o de la transparencia pública. También promocionaremos iniciativas de economía social a través de un canal específico para ellas y otros soportes que justo ahora estamos perfilando.

Elena ¿Contará con las opiniones de Manolo Saco?

Sí. Ya puedes leer a Manolo Saco en Zona Crítica, el blog de avanzadilla de eldiario.es. Y si pasas por allí, podrás leer a más de cincuenta columnistas y periodistas que ya están involucrados en este proyecto.

José Rosales. ¿Eldiario.es aceptará anuncios de prostitución?

No, en ningún caso.

Manuel. Soy lector de Escolar.net desde el principio. Mi pregunta es la siguiente: ¿los que no somos ni de Facebook ni Tuenti veremos el mismo contenido? Porque me niego a participar en redes sociales.

Por supuesto, no será necesario pertenecer a ninguna red social para leer las noticias o enviar comentarios en eldiario.es. Toda nuestra información estará en nuestra web y la participación estará abierta a todos.

Mendigo: ¿Cuál será su estructura accionarial? Es decir, quiénes serán sus propietarios, ante quién deberá rendir cuentas la dirección de eldiario.es?

Aún estamos cerrando la composición del accionariado, pero más del 50% de la empresa estará en manos de la redacción. Desde la dirección de eldiario.es tendremos que rendir cuentas principalmente ante vosotros: los lectores.

¿Va a desaparecer escolar.net?

No. Pero pronto se trasladará. Escolar.net en septiembre estará en www.eldiario.es/escolar. Seguirá siendo mi blog, exactamente igual que ahora, y espero encontraros a todos por allí.

Mariano Rajoy confirmó al fin lo que todos nos temíamos: que el rescate no saldrá gratis; que “pronto” habrá más “medidas difíciles”. No lo ha contado en el Congreso. Tampoco en La Moncloa, en una rueda de prensa, en una entrevista o en una comparecencia institucional. El presidente del Gobierno, el presidente de todos los españoles, el presidente que prometió dar la cara y decir siempre la verdad, avanzó los nuevos recortes en la asamblea general de la patronal. ¿Acaso conocen un lugar mejor?

Ayer supimos también que la subida del IVA –ese secreto a voces– ya está aquí. El Ministerio de Hacienda estudia qué artículos va a subir del tipo superreducido (4%) y del reducido (8%) al normal (18%). La jugada, de la que ya hablaba el PP nada más alcanzar al poder, llega apenas diez días después de que Rajoy negase tal opción. Antes las promesas del PP al menos duraban unos meses. Ahora no cumplen ni dos semanas.

Visto los precedentes, está claro que la política del Gobierno consiste en hacer exactamente lo contrario de lo que se contó sin tan siquiera molestarse en explicar el giro, las razones, las causas de la rectificación. Después de una campaña entera negando recortes en el Estado del bienestar, nos anunciaron 10.000 millones de tijeretazo en Sanidad y Educación con una nota de prensa. Tras un rescate europeo cien veces desmentido no ha habido tiempo siquiera para celebrar un pleno monográfico ni mucho menos el debate del estado de la nación donde poder discutirlo. Después de años diciendo que subir el IVA “es como bajar el salario de los trabajadores“, “la puntilla para el comercio, el turismo y la industria“, “un disparate” que “nos traerá menos crecimiento y más paro”, ¿cómo nos lo explicarán? Vistos los precedentes, tengo una sugerencia. Si los recortes se anuncian ante la Patronal, lo suyo es que la subida del IVA la expliquen allá donde reside la soberanía popular: en el Parlamento alemán.

Los planes para el lanzamiento de eldiario.es en septiembre siguen en marcha y tenemos muchas novedades que contar. Imagino que algunos de vosotros tendréis curiosidad por saber cómo será este nuevo medio de información que estamos preparando, así que os propongo una entrevista colectiva. Dejad en los comentarios vuestras preguntas y mañana contestaré las más votadas entre todas las que planteéis.

No hay dinero para rescatar a las familias, a los parados, a los hipotecados, a los enfermos, a los ancianos… No hay dinero para nadie, pero siempre hay excepciones. No solo son sistémicos los bancos, a los que no se puede dejar caer, cueste lo que cueste. En este capitalismo de bingueros donde los beneficios son privados pero las pérdidas son públicas, tampoco pueden quebrar las concesionarias de autopistas. El Gobierno prepara un nuevo plan de rescate para estas ruinosas inversiones. Será el tercero en apenas unos años. En 2009 y en 2010 –con inusual consenso parlamentario– el Congreso aprobó sendos paquetes de ayudas millonarias para las autopistas. No fue suficiente y El País publica hoy que el Gobierno estudia cómo tapar con dinero de los contribuyentes ese enorme agujero: son 3.800 millones de euros.

¿Acaso no puede quebrar una autopista? Desde el Gobierno temen que, en caso de bancarrota, la Administración acabe en el juzgado y tenga que hacerse cargo en cualquier caso de la deuda. Hay argumentos legales para ello: las concesiones se hicieron sobre cálculos de tráficos que jamás se cumplieron, la ley del suelo de Aznar disparó los costes de expropiación de los terrenos y las cuentas, por tanto, jamás salieron. Puede que sea así, que no haya otra salida, pero no es un gran consuelo tener que elegir entre lo malo y lo peor. ¿Acaso las autopistas que generan más ingresos de lo esperado devuelven ese dinero a la Administración?

Con estos obscenos rescates se corrompe una de las reglas más elementales del capitalismo: que el que invierte tiene derecho a ganar porque se arriesga a perder su dinero. Nuestro capitalismo enfermo cada día se parece más a la física y a sus contradicciones. Las reglas que funcionan en las grandes estrellas no rigen igual para las partículas subatómicas. Si debes cien mil euros y no puedes pagar, tienes un gravísimo problema. Si debes mil millones, el problema es de otro.

Detrás de esa fea costumbre del Gobierno de esquivar el Congreso para todo lo que no sea darle al botoncito y aplaudir al líder carismático se esconde un profundo déficit democrático. Hay más síntomas de esta enfermedad. Cada vez que Mariano Rajoy evita una rueda de prensa, no es a los periodistas a quienes niega las respuestas: es a los ciudadanos. Cada vez que el PP bloquea una comisión de investigación o veta un debate en el Parlamento, no es a los diputados a los que desprecia: es a la soberanía popular. Cada vez que el presidente o algún miembro del Gobierno salen corriendo del Senado o del Congreso, escoltados por un mar de guardaespaldas, no es de las cámaras de televisión de quienes huyen: es de su propia responsabilidad, de sus funciones. La democracia no consiste en votar y callar. No es elegir a un dictador cada cuatro años. Entre otras cosas, también pasa por explicar las decisiones a los ciudadanos, que no son súbditos sino los verdaderos soberanos.

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El gráfico sale de Zerohedge, un seguido blog estadounidense sobre economía y finanzas. Allí acaban de publicar una durísima crítica de el análisis de Oliver Wyman sobre las pérdidas máximas de la banca española en el peor de los escenarios posibles: sobre cuánto dinero hará falta para sanear el sector financiero en España. El artículo termina contundente: “Uno no puede inventarse esta mierda”. ¿Su argumento? Que una banca española sometida a pérdidas brutales (hasta 274.000 millones de euros en el peor de los casos) no podrá generar 68.000 millones de euros en “nuevos beneficios”, y que las provisiones (98.000 millones) se verán mermadas por una fuga de depósitos (algo bastante cuestionable, por mucho que lo diga Zerohedge). Por el bien del país, espero que Zerohedge se equivoque en sus números (y que las sumas de Oliver Wyman sean las correctas).

Actualización 11:23. Más dudas sobre las auditorías a la banca y una crítica al artículo de Zero Hedge: Los vasos comunicantes de Oliver y Roland, por Nuño Rodrigo

El Tribunal Constitucional legaliza Sortu y el Gobierno sobreactúa. Los ministros de Interior y de Justicia, Jorge Fernández y Alberto Ruiz-Gallardón, se golpean en el pecho; están muy disgustados: muestran “claramente” su “discrepancia” con el fallo. En cuestión de unos días, todo esto quedará en nada. Es un guiño al fondo ultra, a ese sector de sus bases que se creyeron que era Zapatero quien legalizaba a Batasuna y que no acaban de entender cómo es posible que Rajoy, con una mayoría más que absoluta, no puede hacer ahora nada para evitarlo. La contradicción es evidente, hasta para el votante conservador más entregado: o mentía el PP antes, o miente ahora.

La realidad es bastante obvia. Un sector del Gobierno de Rajoy hubiese preferido que Sortu siguiese ilegalizada por una cuestión simbólica: para qué remover esa sentencia si en la práctica la izquierda abertzale ya se presenta a las elecciones. Sin embargo, ni el Gobierno pensaba hacer nada contra las siglas abertzales legales –a pesar de los constantes llamamientos de Rosa Díez, que quiere explotar electoralmente este hueco que deja el PP–, ni tampoco hará ahora nada contra Sortu.

El PP (el de la calle Génova y mucho más el de Euskadi) es consciente del éxito democrático que supone el escenario en el que nos encontramos. ETA está derrotada y en proceso de desguace; por eso el Gobierno está retirando ya gran parte de las escoltas. Amaiur lleva seis meses en el Congreso y en el Senado, Bildu está desde hace un año en los ayuntamientos y han pasado más de dos desde el último atentado. La kale borroka también ha desaparecido salvo algunos escasos incidentes que condenó la propia izquierda abertzale. El Estado ni se ha rendido ni ha entregado prenda alguna. Toda la izquierda abertzale condena la violencia y defiende utilizar exclusivamente los métodos democráticos; las urnas, en vez de las pistolas y las bombas. De eso se trataba.

Isaac Rosa

No sé si conocen un simpático cuento de Cortázar titulado Pérdida y recuperación del pelo, incluido en su famoso Historias de Cronopios y de Famas. En él se relata el entretenimiento absurdo e imposible de una excéntrica familia cuando se aburre: cogen un pelo de la cabeza, le hacen un nudo y lo tiran por el desagüe, haciendo correr el agua para que se vaya por la cañería. El objetivo del juego es encontrar el pelo, que gracias al nudo será identificado entre todos los pelos posibles que pueden encontrar por el camino, y para ello se aplican en desmontar el lavabo, el sifón, la cañería que conduce al bajante, la tubería que recorre todos los pisos del edificio, hasta llegar a las alcantarillas donde seguir rastreando pelo a pelo hasta encontrar aquel con un nudo, cuyo improbable hallazgo pondría fin al juego.

Viene esto a cuento porque se me ocurre una ocupación tanto o más absurda e imposible que aquella caza del pelo perdido: intentar hoy seguir el rastro del dinero. No, no hablo del billetito de diez euros al que escribes tu nombre para ver si un día vuelve a tus manos, y al que sin mucha dificultad podrías seguir el rastro por el barrio, pasando de bolsillo en bolsillo y de caja registradora en caja registradora hasta acabar en un banco o bajo un colchón.

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