jul 30 2009
Una pequeña buena noticia
Ésta es mi última columna en la contraportada de Público hasta septiembre y me niego a dedicársela a ETA. Ante la maldad absoluta hay poco que opinar, sólo la repulsa absoluta. Así que gastaré las últimas líneas de la temporada en una pequeña buena noticia, apenas una anécdota. No basta, ni mucho menos, para compensar dos muertes –nada sirve contra eso–.
El miércoles, el jefe de prensa del ministro de Trabajo intentó intimidar a un periodista de TVE. “Voy a quejarme, lo has hecho muy mal. Es más, voy a pedir quién eres para evitar que vengas a este ministerio”, le espetó al reportero, como si el ministerio fuese suyo.
El periodista se llama Alex Barreiro. El jefe de prensa es Manel Fran i Trenchs, pero ni uno es un héroe ni el otro un villano. En ambos casos va con el sueldo. Todos los días, cada día más, los periodistas nos encontramos con presiones y amenazas, con políticos que se creen que lo público es suyo, con jefes de prensa más papistas que el Papa. Esta semana, por ejemplo, Camps se fue a ver un incendio acompañado sólo por Canal Nou; era la garantía de que nadie haría preguntas incómodas.
Pero la buena noticia es otra. Los jefes del periodista, en TVE, decidieron no callarse y emitieron las imágenes. Es algo que nunca veremos en otras teles públicas y que puede que haya costado alguna presión más, esta vez sin una cámara delante. Por eso hay que contarlo y aplaudirlo. Porque con pequeñas rebeldías, como ésta, la libertad de expresión crece. Porque puede que así, la próxima vez, alguien se lo piense un poco mejor antes de presionar a un periodista. Porque pocas cosas son tan valiosas como la valentía.
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No me voy de vacaciones. En agosto, seguiré escribiendo para Público, pero será una colaboración muy diferente. Es una sorpresa en Libre, el cuadernillo de verano que arranca este sábado.