Hay una diferencia fundamental en la razón que esgrime la derecha francesa para prohibir el velo en las escuelas y la que ahora usa el PP sakozysado al meter en campaña ese debate. La derecha de París lo que defiende es el laicismo republicano, la separación de la religión y el Estado empezando por la escuela. La ley francesa, que impulsó Dominique de Villepin hace cuatro años, no sólo prohíbe en las aulas el velo del Islam, sino portar en clase cualquier otro símbolo religioso de forma ostentosa. También es ilegal ir al colegio enseñando la kipá judía o el crucifijo cristiano.
Contra la polémica ley francesa no sólo protestaron en su momento los países árabes. También se quejó Juan Pablo II: “Cuando la religión es relegada a la esfera privada se perjudica a la sociedad, ya que numerosas instituciones sociales y civiles se empobrecen”.
Si esa misma ley se aplicase en España, en nuestros colegios habría muchas más maestras monjas obligadas a colgar el hábito (ese velo cristiano) que niñas musulmanas con el pelo al aire contra los dogmas de su religión.
Relativismo oportunista
Las incoherencias del PP en este asunto no se acaban aquí. Dicen que quieren añadir la prohibición del velo en la Ley de Igualdad, esa ley que no sólo no votaron sino que recurrieron ante el Constitucional. Su argumento en contra del velo, por supuesto, no pasa por la escuela laica (ojalá la derecha española diese ese paso algún día, aunque sea dentro de dos o tres siglos). Juan Costa, el responsable del programa electoral de Rajoy, basa su cruzada en el respeto a la dignidad de la mujer, pues considera que el velo, cuando es un velo musulmán y no un hábito cristiano, es un símbolo de sumisión femenina.
Sin embargo, esa dignidad de la mujer es flexible, y el criterio que hay que aplicar, según el PP, depende de lo que moleste a la parroquia. Al partido de Rajoy no le parece mal que se use el velo en los colegios de Ceuta o de Melilla. Según Costa, que apela a razones de “riqueza cultural”, los colegios tienen “derecho a aceptar la entrada del velo en las aulas en atención a una realidad local”. A esto el Papa de Roma lo llama relativismo moral. Y dice que es el peor pecado de nuestro tiempo.
El único que falta en este debate es el principal partido de la oposición, la Conferencia Episcopal Española. Los obispos, de momento, están callados. Si alguien les pregunta, pasarán apuros. Si se muestran a favor del velo, será la primera vez que rechazan una propuesta del PP. Si lo critican, ¿cuál será su argumento? ¿La dignidad de la mujer o la escuela laica?